María Magdalena fue al sepulcro donde estaba enterrado Jesús y descubrió que la piedra había sido removida. Le contó a Simón Pedro y al otro discípulo que no sabía dónde habían puesto el cuerpo de Jesús. El poema reflexiona sobre cómo Jesús resucitado ya no está en el sepulcro y trae luz y vida, a pesar del dolor de la muerte, y cómo esto da gozo a pesar de la oscuridad del pasado.