Este documento resume el evangelio del quinto domingo de Cuaresma sobre Jesús perdonando a una mujer sorprendida en adulterio. Jesús desarticuló la ley permitiendo el perdón e hizo que los acusadores se vieran a sí mismos como pecadores, perdiendo el deseo de juzgar. Quien descubre a Jesús sabe que hay un camino marcado por el amor en lugar de callejones sin salida. Aunque el camino incluye sufrimiento, la luz de la Pascua muestra que no es el final,
1. LA PALABRA ES VIDA
Para ti… La vida que nace del Evangelio
CÁRITAS DIOCESANA DE ALCALÁ DE HENARES
V Domingo de Cuaresma. Evangelio (Juan 8, 1-11) 17 de Marzo 2013.
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de
nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los
escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en
medio, le dijeron: “Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La
ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?”. Le preguntaban
esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el
dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo:”El que esté sin
pecado, que le tire la primera piedra”. E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos,
al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo
Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le
preguntó: “Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?”. Ella
contestó: “Ninguno, Señor”. Jesús dijo: “Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante
no peques más”.
“Caminante: ¡SI hay camino!”
Ocurrió lo inesperado. Alguien –que sabía y podía- tomó las riendas de nuestro destino. Y nos
enseñó que hay una manera diferente de ver las cosas, que es posible vivir en una clave
distinta. Desarticuló el engranaje de la ley metiendo una cuña nueva: el perdón. Desarmó a los
implacables cumplidores de esa ley con sólo ponerles un espejo: haciendo que, al verse ellos
también culpables, perdieran todo deseo de juzgar a nadie.
Quien descubre a Jesús, sabe que en su vida se acabaron ya los callejones sin salida. Aprende
que los hechos, y las personas, y el viento y la mar, tienen música dentro; y que sólo basta,
para írsela sacando, interpretarlos en esta clave nueva del Maestro: el amor. Quien conoce a
Jesús, sabe que ha descubierto un tesoro; y está dispuesto a venderlo todo, sin pestañear, para
seguirlo. “Todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en Él”.
Vivida en esta clave, hasta la pasión sabe a gloria. La luz de la Pascua se nos va colando ya
entre las rendijas del sufrimiento y de la muerte. La entrega a la causa de los pobres, la
persecución que acarrea el Evangelio, el sabor agridulce del compartir, la difícil condición del
profeta… se llenan de sentido sólo con mirar, delante mismo de nosotros, la figura de ese Jesús-
hermano que también lleva acuestas su cruz; y ver que lleva el corazón lleno, sí, de zozobra,
pero también de un amor inmenso y de una ciega confianza en el Padre.
¡Claro que hay camino! Y bien vale la pena que lo andemos.
¡Claro que hay camino! Y se necesitan personas que, habiendo experimentado ya en su vida el
gozo del perdón, vayan luego por ahí pregonando que no está todo perdido. Que la muerte está
tocada de muerte. Y que el horizonte, marcado ciertamente por la cruz, no es el final del
camino, en absoluto; sino el comienzo de la VIDA.
PARA TU REFLEXIÓN Y COLOQUIO:
¿Has tirado “piedras” aunque la ley lo permitiera?
¿Has experimentado el sabor de sentirte perdonado?
¿Eres de los que perdonan “pero no olvidan”?
Estás frente a tu propia vida, elige tu camino, ¿el perdón o el rencor?. Mira el camino de Jesús
Publicado por LMV en http://erealcala.blogspot.com por el Departamento de Jóvenes de Cáritas Diocesana de Alcalá de Henares.