La tecnología influye en el progreso social y económico, pero su enfoque comercial hace que se centre más en satisfacer los deseos de los más prósperos que en las necesidades de los más necesitados. Además, su uso intensivo de recursos naturales causa agotamiento y degradación ambiental. Sin embargo, la tecnología también puede usarse para proteger el medio ambiente y evitar que las crecientes necesidades provoquen escasez de recursos.