El documento describe dos modelos de desarrollo: uno industrial que beneficia a las poblaciones urbanas basado en combustibles fósiles y energía nuclear, y otro rudimentario en áreas rurales e indígenas en América Latina. Señala la ausencia del enfoque humano en las intervenciones de desarrollo y la necesidad de implementar tecnologías apropiadas que consideren los factores humanos. Como ejemplo, propone dos tecnologías de salud más efectivas que reemplazarían otras rudimentarias e ineficientes.