Este documento discute varias formas en que los cristianos pueden engañarse a sí mismos, incluyendo: 1) Creer que han cumplido con la Palabra de Dios aunque no la pongan en práctica, 2) Pensar que no tienen pecado aunque sí lo tienen, y 3) Creerse más sabios de lo que son sin la revelación de Dios. Exhorta a los creyentes a reconocer sus fallas y someterse humildemente a Dios para evitar el autoengaño.