Pepito, un alumno de primer grado muy inteligente, quiere pasar a tercer grado. La directora lo somete a un examen con preguntas difíciles, pero Pepito las responde todas correctamente. Luego, la profesora hace preguntas de doble sentido con contenido sexual, y una vez más, Pepito las responde de forma inocente e ingeniosa. Impresionado por su inteligencia, el director decide pasarlo directamente a sexto grado.