Percepción del riesgo en los adolescentes ante situaciones
1.
2. • Recordemos que nacemos dentro de una familia y por lo tanto en
ella aprendemos las primeras actitudes y habilidades para vivir.
Desarrollamos confianza en los demás, seguridad en nosotros mismos,
y así fortalecemos nuestra autoestima. La familia que la educación
busca fomentar es aquella que se finca en el amor y en el respeto
entre sus miembros. La responsabilidad, la confianza, el apoyo mutuo
y la consideración son algunos de los valores deseables en la
formación de los niños y las niñas, y se sientan las bases para vivir
conforme a esos valores cuando entre los padres existe
• una buena relación de afecto.
• Hay muchos tipos de familia, pero en cualquiera se debe aspirar a un
clima de amor necesario para vivir la vida del mejor modo posible.
• Por lo general, la familia afectuosa también nos forma con valores
que favorecen relaciones equitativas con los demás. Sin embargo,
no en todas las familias el crecimiento y el desarrollo de los hijos se da
en estas circunstancias. Lamentablemente, existen muchas familias
que no viven en relaciones cordiales, respetuosas, justas y amorosas.
La incapacidad de algunas personas para enfrentar sus problemas
cotidianos en ocasiones las lleva a desarrollar, poco a poco,
respuestas violentas.
3. • ¿ Qué es la violencia?
• ¿Cómo se puede evitar? ¿Qué podemos hacer?
• La violencia es un problema social que afecta diversas esferas de nuestra
vida. De manera cada vez más evidente todos estamos expuestos a la
violencia y todos podemos generarla en distintas formas.
• La violencia no toma en cuenta diferencias de etnia, religión, edad o
género, ni tampoco nivel socioeconómico. Podemos experimentarla o
encontrarla en el trabajo, en la calle, en la comunidad y hasta en nuestra
propia casa.
• Hasta hace muy poco la sociedad empezó a dejar de ver la violencia familiar
como algo natural, normal y sin remedio. Hoy sabemos que la violencia se
enseña, se aprende, se legitima y desafortunadamente se repite. También
sabemos que se puede prevenir y que es posible salir de un círculo de
violencia.
• La violencia se promueve de diferentes maneras. Un ejemplo de ello está en
algunos mensajes que transmiten los medios masivos de comunicación
(televisión, radio, periódicos y revistas). En muchas ocasiones, éstos presentan
la violencia como una forma válida para relacionarse con los demás y para
resolver problemas. Los gritos, las ofensas, las amenazas y las disputas pueden
tener distintos grados de violencia.
• El problema de la violencia es más amplio de lo que creemos y no siempre es
ajeno a nosotros. Por eso, es importante pensar si en nuestra convivencia
cotidiana existen situaciones de violencia que pueden manifestarse de
diferentes formas, desde una mirada y un silencio con intención de herir, hasta
un golpe, porque de ser así aún es tiempo de cambiar.
4. • ¿Qué es el maltrato?
• A Elena se le había hinchado tanto el dedo que no
podía quitarse el anillo. No creía que estuviera
fracturado porque todavía lo podía doblar. Ya había
pasado una semana desde que su padre la había
empujado contra la pared, pero el dedo le seguía
doliendo mucho.
• Elena odiaba el modo en que su padre la insultaba y la
acusaba de todo tipo de cosas que ella no había
hecho, sobre todo cuando este había estado bebiendo.
La sensación era horrible y simplemente esperaba que
su padre dejara de comportarse así.
• El maltrato puede ser físico, sexual, psicológico, verbal o
una combinación de éstos. La falta de atención, que
tiene lugar cuando los padres o tutores no atienden las
necesidades básicas de los menores que dependen de
ellos, puede ser una forma de maltrato.
5. • Tipos de maltrato
• El maltrato físico suele ser la forma de maltrato más fácil de detectar.
Incluye cualquier manera de
golpear, sacudir, quemar, pellizcar, morder, ahogar, empujar, azotar o
cualquier otra acción que provoque lesiones en el cuerpo, deje marcas
o produzca dolor físico.
• El abuso sexual comprende cualquier tipo de contacto sexual entre un
adulto y un menor de 18 años o entre dos menores entre los que existe
una diferencia de edad considerable, y se produce también cuando
una persona somete a otra, sin importar la edad. Cuando el abuso
sexual ocurre en el seno de la familia, recibe el nombre de “incesto”.
• El maltrato psicológico es el más difícil de detectar porque no deja
marcas físicas. Este tipo de maltrato se produce cuando los gritos y el
enojo van demasiado lejos o cuando un padre
critica, amenaza, humilla o desprecia constantemente a su hijo hasta
que su autoestima y sus sentimientos de valor personal se ven
negativamente afectados. Al igual que el maltrato físico, el maltrato
psicológico puede dañar y dejar secuelas emocionales.
• La desatención es difícil de identificar y definir. Se puede hablar de ella
cuando un niño o adolescente no tiene el alimento, la vivienda, la
vestimenta, la atención médica o la supervisión que necesita. Tiene
lugar cuando un padre no proporciona a su hijo suficiente apoyo
emocional o le presta poca o ninguna atención de forma deliberada y
sistemática. No se refiere a los casos en los que un padre no le da a su
hijo algo que éste quiere, como una nueva computadora o un teléfono
móvil, sino que están en juego necesidades más básicas, como la
comida, el refugio y el afecto.
6. • El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar, mato naje
escolar, matoneo escolar o por su término inglés bullying) es cualquier forma
de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma
reiterada a lo largo de un tiempo determinado. Estadísticamente, el tipo de
violencia dominante es el emocional y se da mayoritariamente en el aula y
patio de los centros escolares. Los protagonistas de los casos de acoso
escolar suelen ser niños y niñas en proceso de entrada en
la adolescencia(12-14 años), siendo ligeramente mayor el porcentaje de
niñas en el perfil de víctimas.
• Este tipo de violencia escolar se caracteriza, por tanto, por una reiteración
encaminada a conseguir la intimidación de la víctima, implicando un abuso
de poder en tanto que es ejercida por un agresor más fuerte (ya sea esta
fortaleza real o percibida subjetivamente) que aquella. El sujeto maltratado
queda, así, expuesto física y emocionalmente ante el sujeto maltratador,
generándose como consecuencia una serie de secuelas psicológicas
(aunque estas no formen parte del diagnóstico); es común que el acosado
viva aterrorizado con la idea de asistir a la escuela y que se muestre muy
nervioso, triste y solitario en su vida cotidiana. En algunos casos, la dureza de
la situación puede acarrear pensamientos sobre el suicidio e incluso su
materialización, consecuencias propias del hostigamiento hacia las personas
sin limitación de edad.