1. Mario Vargas Llosa
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, Arequipa Perú 1936
Si hay una cosa que define a Mario Vargas Llosa es su vocación de escritor, y la fidelidad que
guardará a ese propósito a lo largo de toda su vida. Una vocación que, como confiesa en sus
memorias El pez en el agua (1993), surgió casi como una rebelión contra la autoridad paterna,
pero pronto se convirtió en la temprana certidumbre de que su destino iba a estar marcado por el
rítmico tableteo de una máquina de escribir.
Biografía.
Hijo de padres separados, al conocer a su padre se evidencia su rebeldía ante la autoridad, ingresa
a la universidad como estudiantes de Letras y Derecho, contrariando así los designios de su padre,
se casa a los dieciocho años con su tía política Julia Urquidi, para el sostenimiento económico
tiene que alternar sus estudios con más de un trabajo, en 1965 se casa con Patricia Llosa, su prima
hermana
Fechas importantes
- En 1959 con la colección de cuentos “Los jefes”, obtiene el premio Leopoldo Arias.
- En el ´87 se perfila como líder político al mando del Movimiento Libertad.
- El año 1990 participa como candidato a la presidencia de la República por el Frente
Democrático-FREDEMO
- En 1975 es nombrado miembro de la Academia Peruana de la Lengua
- En 1976 es elegido Presidente del Pen Club Internacional
- En 1994 es designado como miembro de la Real Academia Española.
- En 2010 gana el Premio Nobel de Literatura con la obra ‘Cartografía de las estructuras del poder y
aceradas imágenes de la resistencia, la rebelión y la derrota del individuo’
Obras
-La huída del Inca 1952
-Los jefes (1959).
- La ciudad y los perros (1962).
- La casa verde (1966).
- Los cachorros (1967).
- Conversación en la catedral (1969).
2. - Pantaleón y las visitadoras (1973).
- La tía Julia y el escribidor (1977).
- La guerra del fin del mundo (1981).
- ¿Quién mató a Palomino Moreno? (1986).
- Historia de Mayta (1984)
- Elogio de la madastra (1988).
- Los cuadernos de don Rigoberto (1997).
- El sueño del celta (2010)
Estas son sus obas más reconocidas, no las coloco todas las hechas por él, dado que el bagaje de
estilos y géneros a los que este autor ha llegado que sería extenderme de sobremanera al
nombrarlos todos, por ende mencioné los más importantes.
Opiniones de otros autores:
Regreso a las utopías
Por Tomás Eloy Martínez
Para LA NACION - New Jersey, 2003
En su nuevo libro, El Paraíso en la otra esquina, Mario Vargas Llosa recrea las vidas de la
revolucionaria Flora Tristán y de su nieto, el pintor Paul Gauguin, embarcados en la aventura de
cambiar el mundo y hacer saltar las convenciones.
Desde hace unas dos décadas, los lectores de Mario Vargas Llosa aguardaban su novela -
prometida más de una vez- sobre la utopista francesa Flora Tristán, descendiente de una ilustre
familia peruana y una de las más eficaces organizadoras de la clase obrera a mediados del siglo
XIX. El Paraíso en la otra esquina (Alfaguara), que acaba de publicar en España y América,
responde por fin a esa espera no con una sino con dos novelas de doscientas cuarenta páginas
cada una, entretejidas entre sí por el parentesco de los protagonistas y, sobre todo, por el vía
crucis que ambos emprenden en busca de sus utopías.
La historia de Flora Tristán cubre las estaciones de su última gira por el
Mediodía francés, entre abril y agosto de 1844, para propagar la igualdad
entre los sexos y el fin de la esclavitud. La otra mitad del libro, dedicada a su
nieto, el pintor posimpresionista Paul Gauguin, arranca nueve meses después
del voluntario exilio de Gauguin en los mares del Sur, en junio de 1891, y se
cierra con su muerte en Atuona, islas Marquesas, el 8 de mayo de 1903.
Ambos relatos aparecen en capítulos intercalados, y, si bien la destreza
3. narrativa de Vargas Llosa no declina en ninguno, el de Gauguin es
claramente superior. No sólo está lleno de pasión, de un talento inusual para
explicar las formas que va asumiendo el arte a través de las vueltas de la
vida, y de una fuerza descriptiva que con frecuencia roza la poesía. También
incluye una de las escenas de muerte más sobrecogedoras de la literatura.
Flora y sus desventuras son casi previsibles: hija de un matrimonio ilegítimo para el poder civil,
casada a la fuerza con el bestial tipógrafo André Chazal, esta precursora del feminismo avanza
desde Auxerre a Dijon, y luego de Toulon a Burdeos, entre saint-simonianos y fourieristas, para
difundir el credo de la Unión Obrera, pelearse con los patrones explotadores e indignarse ante
todas las formas de esclavitud. Como en el relato de su nieto Paul Gauguin, los tiempos se mueven
hacia atrás y adelante con la fluidez que es ya una característica de estilo en Vargas Llosa,
remontándose hasta el largo viaje a la casa de su tío Pío Tristán, en Arequipa, en busca de la
herencia paterna que podría salvar su futuro.
Cada detalle de época -drogas, modas, vestuario, muebles, viajes, hoteles, comidas- está basado
sobre una investigación a la que nada se le escapa. Al principio, en el relato de Flora Tristán, el
lector va de asombro en asombro. Luego, sucumbe a la fatiga de las repeticiones, y adivina en el
tono del narrador también un cierto cansancio. Aunque todo lo que se cuenta sobre Flora es
pertinente, se tiene la sensación de que el relato podría haber sido podado a la mitad, y que
Vargas Llosa necesitaba mantener cierto equilibrio entre las dos partes.
En la historia de Gauguin, en cambio, no hay una sola página que desfallezca. El personaje ya había
asomado en una excelente novela de 1919, La luna y seis peniques , de William Somerset
Maugham, bajo la apariencia de un pintor inglés, Charles Strickland, pero el Gauguin de Vargas
Llosa es más complejo y las revelaciones sobre su pintura son más vívidas.
Maugham convertía a Gauguin-Strick-land en un poseído que, a los treinta y cinco años, sin ningún
síntoma que lo anticipara, deja su próspero empleo en la Bolsa, su mujer mundana y sus hijos,
para entregarse a un don que lo alcanza de pronto, el de la pintura. Strickland no da explicaciones,
no siente la menor culpa, actúa como si careciera de pasado. Hasta cuando la lepra lo consume en
Taravao, Tahití, y pinta con desesperación las paredes de su choza, parece no tener otra razón de
existir que la de un perpetuo presente de creación en el cual se quema.
Vargas Llosa construye un retrato más complejo y maduro. El Paul Gauguin que llega a Tahití es un
hombre abatido por la duda y por la infelicidad de los hijos que ha dejado atrás. Más de una vez lo
seduce la idea del regreso, hasta que sucumbe a ella. El paraíso está para Gauguin, más aún que
para su abuela, siempre "en la otra esquina", como lo establece el juego infantil que Flora Tristán
creía francés pero que es también peruano, y que el pintor recuerda poco antes de morir, en una
escena de extrema belleza que empieza con el sopor de la enfermedad y continúa con la visión del
cuerpo que se extingue hasta desembarcar al otro lado de la muerte, como si el personaje tuviera
conciencia de su tránsito y se lo estuviera contando a sí mismo.
4. La historia de Flora y la de su nieto confluyen por primera vez cuando ya se ha avanzado más de
ciento veinte páginas, y se funden por completo en el capítulo sobre la madre del pintor e hija de
Flora, "Retrato de Aline", para volver a separarse y unirse en ráfagas espaciadas. La novela crece
cada vez que Gauguin va a pintar una de sus obras maestras, porque el narrador entra en él
entonces como en un fuego, examina sus motivos, sus desalientos, la relación secreta entre lo que
crea y lo que vive, y logra una prodigiosa transfiguración del color y de las formas en puro relato.
Más que el entrañable Gauguin de la "enfermedad impronunciable", como llama el autor a las
venéreas que lo pudren por dentro, o el de los amores sin sentimientos, es el pintor ciego
debatiéndose contra toda adversidad el que permite a Vargas Llosa dar lo mejor de su talento.
La utopía de Flora Tristán es cambiar el mundo, tornándolo más justo y más libre. La de su nieto es
desafiar, a través de la creación, las rígidas leyes burguesas que impiden a los hombres ser lo que
de veras son y soltar sus instintos. Resulta extraño descubrir que, en el año 2003, Vargas Llosa da
por primera vez forma de novela al encendido programa que había formulado en 1967, cuando
era un joven de treinta y un años y recibía en Caracas el premio Rómulo Gallegos.
Aquel programa, que aludía sólo a la literatura, puede aplicarse a toda otra forma de creación.
Defendía el derecho del artista a la insurrección permanente, a la contradicción, a la crítica,
porque su lenguaje es el de alguien que está en desacuerdo constante con el mundo e imagina un
paraíso de libertad y de justicia situado en una eterna "otra esquina".
Quizás Vargas Llosa haya sido siempre fiel a esa utopía de juventud, aunque ésta es la primera vez
que se la oye respirar con plenitud en una de sus novelas.
LA NACION | 30/03/2003 | Página 01 | Suplemento Cultura
El Mundo. Martes, 7 de marzo de 2000
Mario Vargas Llosa: «No estamos vacunados contra la peste del autoritarismo»
Publica «La fiesta del chivo», una historia sobre la dictadura del general dominicano Trujillo
EMMA RODRIGUEZ
MADRID.- Más de tres años llevaba inmerso Mario Vargas Llosa en La Fiesta del Chivo (Alfaguara).
Una novela que fabula sobre la cruel dictadura que sostuvo el general Trujillo en la República
Dominicana, que reflexiona sobre los resortes del poder e indaga en la huella de un regimen
autoritario «capaz de penetrar en las conciencias, y hasta en los sueños, de los ciudadanos», en
palabras del autor.
Aunque han transcurrido 40 años desde Los jefes, Mario Vargas Llosa (Perú, 1936) parecía ayer,
durante la presentación de la obra, el joven escritor de entonces, por su derroche de energía y de
entusiasmo, como si el proceso de creación de cada novela fuese para él su particular pacto con el
diablo. Reconoció, de hecho, que el reto de recrear unos acontecimientos «tan increíbles que
5. superan cualquier ficción» le había rejuvenecido y se lanzó a desvelar algunos de los entresijos de
esta novela que es, sin duda, uno de los mayores acontecimientos literarios del año.
Vargas Llosa retoma un tema que ya había abordado en Conversación en La Catedral y sigue los
pasos de otros grandes novelistas latinoamericanos (Miguel Angel Asturias, Roa Bastos, García
Márquez...), constructores de inolvidables universos literarios montados sobre la figura de
dictadores omnipotentes, pero asegura que ese peso de la tradición no fue un obstáculo en su
camino, porque «los temas literarios están ahí y nunca se agotan, lo importante es la forma de
contarlos, su tratamiento».
Contrastes artísticos
Y prosigue: «Desgraciadamente, la dictadura es un fenómeno que no es del pasado. Todavía es
una realidad muy presente en América Latina y no sólo porque queden dictaduras sino porque
incluso en los países que ahora son democráticos aún existen resabios de la herencia autoritaria
que tantos estragos ha provocado; de ahí que ese tema siga todavía tan presente en la literatura».
Fue en 1975, durante una estancia de ocho meses en la República Dominicana, cuando Vargas
Llosa se sintió tocado por ese capítulo del pasado que aún seguía vivo. «Entonces -explica- quedé
tan fascinado e intrigado con las cosas que escuché, con los contrastes tan increíbles y extremos
que presentaba la figura de Trujillo, que me decidí a leer y a documentarme todo lo que pude
hasta que la novela fue tomando cuerpo».
El autor de La casa verde empezó a vislumbrar aspectos ocultos, a preocuparse por factores que
tenían más que ver con la naturaleza humana que con el discurrir de los hechos históricos, por
ejemplo, la relación entre los ciudadanos y el poder en una circunstancia dada. Buscó en la vida
íntima del dictador y descubrió al hombre de carne y hueso, «un hombre del que ninguna de sus
amantes ha hablado mal, capaz de mantener la conversación más interesante con sus invitados y
poco después mandar que se tirase a alguien a los tiburones». («Lo terrible de los dictadores es
que no son demonios, sino seres humanos», dice).
Se sorprendió al indagar en el episodio de la conjura, del grupo de conspiradores que acabaron
con la vida del dictador en 1961, pero más áun con lo que pasó después. «El asesinato tuvo éxito»,
explica, «pero no el golpe de Estado, la toma de poder posterior, porque los conspiradores, entre
los que había altos mandos del Ejército, quedaron paralizados por un terror sagrado, por haber
transgredido una prohibición de índole religiosa. Y esto demuestra hasta qué punto la dictadura
había manipulado sus espíritus».
La atención a este episodio concreto, así como el punto de vista de Urania Cabral, la protagonista,
quien regresa a la isla muchos años después para reencontrarse con los fantasmas del pasado,
aportando la visión de los dominicanos actuales, aportan originalidad a esta novela respecto a
otras del autor, más atentas a abordar la realidad desde dentro.
Reminiscencias
6. «La República Dominicana ha evolucionado hacia una democracia imperfecta, como son todas las
latinoamericanas, pero todavía quedan allí muchas reminiscencias de lo que fue el
trujillismo,empezando por Joaquín Balaguer, importante figura del regimen, que sigue siendo un
factor central en la vida política».
Vargas Llosa mantuvo dos largas conversaciones con Balaguer. «No creo que me dijera todas las
cosas que sabía», comenta jocosamente, «pero me gustó conocerlo porque desde el punto de
vista psicológico es un personaje muy interesante». Balaguer aparece en la novela pasado por el
filtro de la fabulación. El autor se vale de los datos, de las charlas mantenidas con tanta gente, de
las anécdotas escuchadas, para mantener la verosimilitud del relato, «para poder mentir con
conocimiento de causa», y confiesa haber atenuado la realidad para hacerla creíble, dado el
exceso y desmesura de los actos de un hombre que llegó a acumular un poder excesivo.
La fiesta del chivo se sitúa en un momento concreto en la República Dominicana, pero logra
trascender esas circunstancias. «Las toxinas de la dictadura siguen ahí, socavando el
funcionamiento de las instituciones democráticas en Latinoamérica», señala. Y va más allá:
«Contra la peste del autoritarismo no estamos vacunados, ni siquiera las democracias más
avanzadas».
Vargas Llosa recurre al ejemplo de la Alemania de Hitler para sostener: «Siempre hay que estar
alerta para no dar pasos atrás. Las democracias son un fenómeno muy reciente mientras que el
autoritarismo es la gran tradición de la Humanidad», sostiene.
Editorial
Viernes 19 de Septiembre de 1997
La Defensa del Placer
ARTURO AZUELA
El placer, en sus más altos y refinados dominios, es también un fundamento de la historia. Triste es
quien goza sólo lo que tiene y, sobre todo, si no es ducho en los placeres que otorga la vida. Desde
antiguos tiempos bien se decía que los "placeres son por onzas y los males por arrobas''. Y todo
esto viene a cuento porque, hace unos días, el novelista Mario Vargas Llosa, al fin con inteligencia
y ecuanimidad, afirmó que no hay razón para reprimir la búsqueda y el disfrute del placer. Al fin se
olvidó de sus puritanismos políticos y emprendió una campaña loable en contra de una sociedad
que vende la represión como si fuera una virtud. Triste destino el del celibato puro y el del freno
continuo del casto eterno. Dicen que entre el bien y el mal se nos va este mundo y que el gozo,
comunicándolo crece. Claro que el placer —el intenso, el profundo, quizás el desinteresado—
causa muchos dolores y hace daño por algún tiempo. Sólo el sabio es rico de verdad, con su
7. voluntad contenta, y desde luego con la prudencia que muchos perjuicios y males previene. A lo
largo de siglos se ha dicho —afirma Vargas Llosa— que el placer es la parte maldita de la condición
humana. Así es: en nuestra tradición occidental, la judaico-cristiana, el placer es cosa de libertinos,
de disolutos, de crápulas. Una parte sustancial del ser humano —el goce del erotismo más pleno—
se ha arrinconado en un mundo de vicios y decadencias. Entre las obligaciones y las devociones, el
placer ha quedado como una cosa aparte, de extraños mundos de aquelarre. Afortunadamente,
nunca es tarde si la dicha es buena y se aprende, paso a paso, que "no hay placer que no enfade, y
más si cuesta en balde''.
VARGAS Llosa nos dice ahora, con absoluta razón, que el amor físico debe tener un aspecto de
fiesta, de celebración de la vida. Además, al fin con espontaneidad, agrega que el placer es una
forma de ejercitar la creatividad. El artista verdadero derrotó al político, al provocador, al
especialista en declaraciones contradictorias. No hay la menor duda: el placer alcanza la
perfección en la creación artística al acompañarse de rituales y de ciertas escenas del gran mundo
del teatro. Al gozar amando, al entregarnos, con la participación de la mente —del espíritu, de
nuestras ánimas— nos defendemos de la muerte al afirmar la vida. Es indudable que el erotismo
se enriquece a través de la cultura y la imaginación. Claro que deseamos reivindicar nuestros
derechos civiles, que deseamos el castigo para los corruptos y los déspotas, pero también
queremos que el placer no sea reprimido. En la originalidad del erotismo está la raíz de la libertad.
En muchos sentidos, la sociedad industrial de nuestros días es enemiga de la vida y por ello lo
difícil de la defensa y la práctica del placer. Lo ideal sería, de acuerdo con Jean Rostand —maestro
de muchas generaciones—, que la sociedad respetara cada vez más al individuo —sus placeres, su
erotismo, su mundo íntimo—, el cual respetaría, cada vez más, a la sociedad. ¡Bien por Vargas
Llosa!
La historia de Mayta: Entre Lima la horrible y las cumbres de la Revolución
Carlos L. Torres-Gutiérrez
La novela "Historia de Mayta" de Mario Vargas Llosa1 es mucho más que un relato sobre uno de
los revolucionarios de mitad de siglo en el Perú. Claro que lo primero que atrae al lector es la
trama, una historia apasionante, llena de acontecimientos, cada página en ascenso. Es en esto,
donde Vargas Llosa es un maestro: hacer que la novela sea primero historia, peripecia... luego
lenguaje. Pero aquí, con sorpresa, se da un salto, con esa combinación de lo anecdótico con una
peculiar manera de combinar tiempos, diálogos que coinciden en épocas distintas y frases que se
continúan en otros contextos, o con la autoconciencia narrativa, como la del escritor-protagonista
que convierte su oficio de rastreador de acontecimientos en la propia novela, o con esa otra, que
vemos al acércanos a una reflexión sesuda sobre la vida y destino del Perú.
Buena parte de lo anterior se da en el escenario de Lima, la horrible. Los personajes de la novela
deambulan por una ciudad fea y desdentada, en una época emocionante para los hombres
latinoamericanos, como fue aquella del intento por realizar la revolución. La otra parte de la
8. novela transcurre sobre los Andes Peruanos : la ruta de la ciudad al campo, el camino estratégico
escogido por la mayor parte de los Partidos Obreros Revolucionarios de América Latina.
Es la aventura más alucinante que sobre este hecho se haya escrito pero al mismo tiempo, brinda
la oportunidad para que muchos de sus lectores vean reflejada irónicamente parte de sus vidas. En
la novela, el lenguaje deja un sabor amargo en las manos del lector al sentirse también participe
de la epopeya de Jauja. Caminamos con Mayta, nos sentamos junto a él y, al igual que a Anatolio o
a Vallejos, nos seducen sus ambiciones, sus reflexiones y la idea de la oportunidad de dar el "salto
cualitativo". Por ello la ironía, que se desliza desde esas frases cajón, cliché, pastiche, ilusión,
ambición, utopía, troskistas, en último, seducen a la melancolía de los años cincuenta y sesenta,
en una América donde sucedió lo mismo en cada uno de nuestros países.
La historia
La novela es también la Historia del POR(T)2 , o del intento del mismo grupo de hombres que en la
mayor parte de los países Latinoamericanos se lanzaron a construir un partido para hacer la
revolución socialista. La "Historia de Mayta" es la crónica de un hombre (trotskista) que desde un
pequeño garaje lleno de periódicos de izquierda, afiches y libros clandestinos intenta convencer a
los siete del "Comité Central" que había llegado el momento de ir al campo y desatar la revolución.
Comprometido con un plan foquísta, ideado por un alférez de escasos veinte y tantos años,
director de la cárcel de la pequeña población de Jauja, Mayta encuentra su única oportunidad para
lanzarse a hacer la "revolución verdadera", con las armas desde el monte. La vida de Mayta fue
siempre la contradicción de un hombre marginal en su propia búsqueda: un cincuentón "maricón"
que vio naufragar su matrimonio, su paternidad, su posibilidad como político al pertenecer a un
grupo trotskista, dividido y subdividido varias veces. Mayta se deja llevar por el sueño de tomarse
el poder a partir de una aventura marginal, desde la casi inexistente población de Jauja, con un
grupo de adolescentes, que como muchos en la novela lo señalan, más parecen un grupo de
scouts, que de revolucionarios, y su intento, raya en lo ridículo. Solo el desespero por hacer lo que
Mayta quería en la vida, puede hacer de esta acción un acto doloso, que sin rabia, nos permite
llegar al final con una sonrisa en los labios, tal vez por nosotros mismos, lectores de una parte de
la aventura de los hombres del continente en los años del cincuenta al setenta.
Lo político
La novela es un excelente mural de los grupos de izquierda de la época. Las discusiones al interior
del partido, la manera de aproximarse a la contradicción interna, a la teoría marxista y la manera
seria de cómo se hace la diferenciación entre los hombres del PC, los maoístas, los trotskistas (de
diferentes vertientes), permiten una panorámica de la situación de la izquierda en Latinoamérica
en casi tres décadas.
9. Evidentemente la novela conlleva a una "crítica certera" a la izquierda revolucionaria de América y
especialmente a los grupos trotskistas. Pero es indudable que conforma una oportunidad para
recrear un acontecimiento que se realiza casi simultáneamente con el de la revolución cubana.
Los signos escriturales
Se dijo al principio que la novedad de esta novela se da en los elementos escriturales, o mejor, la
novela aquí, también lo es la escritura de la misma. No sólo porque el oficio de indagador que
ejerce el narrador-protagonista-escritor se convierte también en una aventura, en un lugar de
ficción y de crítica literaria.
No hay duda que esta novela incluye rasgos de la posmodernidad narrativa: La confluencia de
tiempos, la mezcla de diálogos, de lo apocalíptico, la autoconsciencia narrativa, lo citadino, la
crítica literaria como elemento constitutivo, la fraccionalidad de la historia, la simultaneidad de
épocas y personajes y fundamentalmente, el contar conscientemente la historia del fracaso y de la
desesperanza.
Algunos de estos rasgos, son lo que se desean analizar en este acápite :
El tiempo y espacio: El escritor-narrador, en la novela, va de un tiempo a otro, de un espacio a
otro, y en algunas oportunidades, de forma casi inadvertida para el lector. No se le brindan
señales, se hace por asociación de ideas o simplemente con frases que son tema de conversación
de los personajes de la novela o del narrador-escritor con los personajes que entrevista, que
también forman parte de la misma novela. Esa conjunción brinda un efecto que impide la
monotonía, que obliga la atención y a ser un lector activo.
El presente de la historia ocurre unos veinticinco años después de los acontecimientos de Jauja.
Sin embargo, parece esta una predicción futura, por los sucesos apocalípticos que enmarcan el
momento en el cual el narrador-escritor construye la novela que leemos. El narrador realiza las
entrevistas a los personajes en medio de un país invadido por tropas extranjeras. La ciudad de
Lima ha sido sitiada y los invasores disparan a los cuarteles mientras la ex-mujer de Mayta
recuerda los momentos mas dolosos de la vida junto a él. Disparos en la calle, disparos adentro del
cuerpo de Mayta, caos en la ciudad, caos en la vida de Mayta, emoción en la novela y en el escritor
que la construye en la línea de fuego : novela y escritura, ambas en la misma línea límite de la
guerra.
Lo urbano: Un rasgo común de la novelística urbana contemporánea en América ha sido la ciudad
futura3 pero no un lugar amable sino, por el contrario, una extrapolación del caos actual. La
"Historia de Mayta" se cuenta desde ese escenario, la guerra generalizada pero aquí, no como
producto de su propia autodestrucción, sino de la invasión extranjera. Al Perú lo gobierna una
Junta Militar, que se insinúa, ha llevado al país a la quiebra y la lucha total en medio de diferentes
grupos armados y contras especializadas. El país es invadido por tropas cubanas y bolivianas (qué
extraña mezcla!!) que obligan al gobierno militar a buscar la colaboración de marines
10. norteamericanos. Esta situación deja al lector en medio de un leve rasgo anacrónico de realismo
mágico, que nos hace sonreír.
De cualquier modo se trata de una novela urbana. Muestra la ciudad y su reflexión a través de ella.
Deambular en esa Lima horrible que parece mas una haraposa mujer rugosa y desdentada, que se
desanda, tanto en la época de Mayta y el POR(T) como la del presente narrativo de la misma.
Caminar por Lima no es fácil, tres autobuses, recuerdos de un atentado, detritus por todas partes,
entre otros aspectos.
Lo lírico: ¿La metáfora?, ¿la poesía?, ¿la alegoría?, ¿la palabra bella?, ¿la frase labrada con las
manos?, ¿la prosa poética...?, ¿están ahí? No, están ausentes, casi en su totalidad. Se trata de un
lenguaje directo, donde no existe ese elemento que suaviza la crudeza del tema o del Perú. Todo
está ahí de forma directa, sin mediación, dando el efecto deseado, la nostalgia-desilusión de haber
leído una historia que tenía la dureza de la vida. Aunque al final de la misma, vemos a Vargas Llosa
escritor y advertimos su nostalgia por la ciudad de Lima pasada, sus frases arrastrándose por los
recuerdos de aquello que fue y no hoy esta ciudad caótica donde lo apocalíptico es el escenario
presente.
La autoconsciencia narrativa: Desde el inicio de la novela hasta su final el lector es consciente que
se enfrenta a un narrador, que aquí es el mismo autor, que se lanza a la tarea de buscar
información para la escritura de la novela. El narrador le cuenta al lector sobre su trabajo de
escritor.
Asimismo mientras el narrador-escritor, se desliza sobre la historia de Mayta, recorriendo los
lugares que éste ha desandado, entrevistándose con sus compañeros de aventura y confrontando
opiniones sobre el movimiento, se adentra en la situación actual del Perú, y en su descripción y
comentarios, produce una oportunidad de reflexión4, de continuidad entre la realidad actual y la
novela que describe.
La novela es asimismo una oportunidad para que Vargas Llosa ponga en escena (como en el
teatro) su teoría acerca de la novela5. Las reflexiones que el narrador realiza al contarnos que en
su recorrido intenta recopilar elementos para su novela y que la dificultad, así como la fortaleza,
está en que no hace crónica, sino una novela de ficción, y de ahí el compromiso menor con la
realidad y sus personajes y la potenciación con la literatura6.
La novela es también un ensayo, no por su reflexión profunda sobre el pensamiento. No, el
secreto no está ahí, está en la forma. Esta novela es como un edificio realizado donde no se
ocultan sus elementos constitutivos: vemos al igual que aquellos edificios modernos, la tubería de
agua, bordeando las esquinas de sus tantos pisos, o las cañerías de aguas negras muy juntas de los
ductos de cables eléctricos y las salidas de sus chimeneas. El escritor recoge material para su
novela (no existe orden en esta tarea pues una entrevista le lleva la siguiente) y al mismo tiempo
nos cuenta su preocupación literaria, opina sobre la situación política del momento y la conjuga
con la actual, deja que Mayta hable y que los personajes, tanto sus compañeros de momento,
como lo que queda de ellos hoy opinen, se contradigan y construyan por si mismos la historia. La
11. lectura de esta novela es también recorrer la trayectoria de la escritura y la reflexión del escritor, o
mejor, al igual que el escritor recoge los pasos de Mayta, el lector recorre la peripecia espacial y de
pensamiento que sobre le tema tiene el escritor de la novela.
Pero el rasgo que con mayor fuerza caracteriza la novela en el orden de lo se ha venido señalando
es su final. Vargas Llosa, se da a la tarea de buscar al verdadero Mayta y enfrentarlo al personaje
de ficción. No sólo lo encuentra y se lo lleva a su oficina para confrontarlo sino además se lo
cuenta al lector. De esto poco se enriquece el personaje, sino por el contrario, palidece ante el
construido en el texto (otra parte de la teoría de Vargas Llosa en el texto crítico ya citado). El lector
se da cuenta que el Mayta de Lima, es un hombre derruido, desesperanzado, consciente, cualquier
cosa le da igual, todo ha pasado pero si algo mas grave sucede no importa el futuro, el presente es
así.
Mayta es en la novela el verdadero revolucionario de la época. Mayta es en la realidad el
verdadero producto de la ciudad actual proyectada en un futuro apocalíptico.
Novela de final de milenio, pensé al terminar su lectura, varios años después de su publicación.
Santa Marta, 31 de diciembre de 1999.
“Un escritor no escoge sus temas, son los temas quienes le escogen”
Mario Vargas Llosa
Extraído de:
http://www.sololiteratura.com/var/vargasnovela.htm
http://www.mvargasllosa.com/
http://www.mvargasllosa.com/biograf.htm
José Rufino Cuervo
Rufino José Cuervo Urisarri (Bogotá, Colombia, 19 de septiembre de 1844 - París, Francia, 17 de
julio de 1911) fue un filólogo, humanista y erudito colombiano.
Catedrático y académico por naturaleza, especialista en gramática y lingüística de la lengua
castellana, une su curiosidad científica al quehacer de la lengua y del idioma, afirmando el carácter
dinámico de este último.
Cuervo, trabajando conforme al método del positivismo, veía en la historia un concepto realmente
fecundo y le daba la importancia requerida, ya que, en cierto modo, los estudios gramaticales de
índole descriptiva lo llevaban a explorar y determinar a través del tiempo las variaciones de la
lengua, según dice Fernando Martínez. Así, este concepto domina en todos los trabajos de Cuervo,
12. pero lo aplica de una manera rigurosa en dos escritos: "Disquisiciones sobre, antigua ortografía y
pronunciación castellanas" y "Los casos enclíticos y proclíticos del pronombre de tercera persona
en castellano".
Sus obras
Texto original de la Gramática de la lengua latina para el uso de los que hablan castellano,
en compañía de Miguel Antonio Caro.
Apuntaciones críticas sobre el lenguaje bogotano (1867 - 1872)
Muestra de un diccionario de la lengua castellana (1872)
Ingresó en la Real Academia Española el 5 de noviembre de 1878 como miembro
honorario y correspondiente de Colombia.
Fue miembro honorario y correspondiente de la Academia Mexicana de la Lengua.
Opiniones de otros autores
MARÍA JOAQUINA DEL PINO DÍAZ
R.J. Cuervo no separó la lengua (como abstracción) de los individuos que la hablaban. Y en todos
sus trabajos lingüísticos hay un intento de llegar a una síntesis. Si la lengua popular representa una
tradición viva para cada pueblo o comunidad, y en esta tradición lo que habla son los diferentes
estilos individuales, nunca el artificio, la abstracción o los esquemas gramaticales, la Ciencia
lingüística no puede deslindarse de los hablantes.
La investigación de Cuervo, filólogo y lingüista a un tiempo, se basa tanto en la lengua hablada
como en la lengua escrita, en el habla individual o en la lengua que refleja el espíritu de un pueblo,
en la actualidad o en la tradición, en la vida o en la historia.
Cuervo alcanzó en sus trabajos científicos la UNIDAD DE LENGUA que perseguía.
Bayona Posada
La obra “APUNTACIONES CRÍTICAS SOBRE EL LENGUAJE BOGOTANO tiene un solo defecto: su
modesto título. Lo que llama "apuntaciones", son estudios que no pueden contener mayor ciencia
y más certero análisis; además, casi la totalidad de lo que se censura a los bogotanos, puede
aplicarse a los americanos en general, y aun a los mismos españoles. Libro muy útil, que llamó la
atención de los lingüistas y se extendió rápidamente por los países de habla castellana, las
Apuntaciones convirtieron a Cuervo en una de las mayores autoridades de la lengua.
Eugenio de Bastos
Cuervo intenta alcanzar una finalidad que hoy parece evidente, se trata de probar una función
secundaria pero importante del latín: su valor documental en orden a la unidad y pureza del
13. castellano, como clave interpretativa del origen y exacto sentido de muchos problemas que la
lengua materna ofrece.
“La figura de Rufino José Cuervo, de ordinario ignorada o tratada marginalmente en los
manuales de historia de la lingüística, viene a ocupar nuestra atención, reforzando en nuestro
reconocimiento el lugar señero que le corresponde dentro de la lingüística hispánica”
Extraído de:
http://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/45/TH_45_003_179_0.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Rufino_Jos%C3%A9_Cuervo
http://cvc.cervantes.es/literatura/cauce/pdf/cauce03/cauce_03_008.pdf
http://es.wikipedia.org/wiki/Rufino_Jos%C3%A9_Cuervo
Jairo Aníbal Niño
(Moniquirá (Boyacá), 5 de septiembre de 19412 - Bogotá, 30 de agosto de 2010 ) fue un escritor,
poeta y dramaturgo colombiano, que se destacó principalmente en el campo de la literatura
infantil y juvenil.
Fue conocido principalmente como dramaturgo, en cuyas piezas aborda diversos temas vinculados
con la conflictiva historia contemporánea de Colombia. Por sus producciones, representadas en
América y Europa, recibió diversos premios, en ocasiones firmaba sus producciones bajo el
seudónimo de Amadeo Zor, Perteneció a diversos grupos de teatro llamados "de protesta" y al
Teatro Libre de Bogotá.
La obra de Jairo Aníbal Niño es homogénea como pocas en el mundo actual de las letras
nacionales. Varias tendencias se hallan en ella: El teatro, el cuento infantil y el guión de cine.
Sus cuentos infantiles (para todas las edades) crean fábulas maravillosas, donde afloran los
conflictos del ser y la sociedad. Por encima de la crítica, de la desnudez moral, el autor logra
esbozar un tiempo de optimismo y alegría: la sociedad de los hombres nuevos.
Teatro y cuento comprometido con rigor estético. Zoro y Caracolí de las alas figuran entre lo mejor
de género infantil en Colombia. No son personajes ligados a Disneylandia sino más bien a los
héroes y antihéroes mestizos que padecen los fusilamientos del pato Donald.
Sus obras
Safari en el rostro (poesía 1965)
Las bodas de lata o el baile de los arzobispos (teatro 1968)
El monte calvo (teatro 1975)
14. Los inquilinos de la ira (teatro 1975)
Zoro (cuentos 1977)
El rescate (1977)
Puro pueblo (cuentos 1977)
El sol subterráneo (teatro 1978)
La madriguera (teatro 1979)
Toda la vida (cuentos 1979)
Efraín González (1980)
El manantial de las fieras (1981)
El último asalto (1981)
Caracolí de las alas (1981)
Opiniones de otros autores:
José Miguel Alzate
Constructor de sueños se le podría llamar a este hombre nacido en 1941 en el municipio de
Moniquirá, que hizo de la literatura infantil un proyecto de vida. Y, ¡qué proyecto! Porque la suya
fue una existencia dedicada a entretener a los niños a través de la creación literaria.
Gabriel García Márquez
“Jairo Aníbal Niño es el autor de la infancia, de esas inolvidables vacaciones en el cielo"
Patricia Gonzales
Encontramos en todas estas obras de Jairo Aníbal Niño el elemento de fantasía que crea una
diferente situación dramática, aunque la obra se base en un hecho real e histórico como la
invasión en Puerto Asís. Niño es fiel a su compromiso de reflejar la realidad sufrida del país y esto
no limita bajo ningún punto de vista su capacidad creativa ni su eficacia dramática. Utiliza diversos
medios para lograr su propósito como hemos visto en estas seis obras. La utilización de un hecho
histórico específico que le sirva como marco para desarrollar su imaginación parece ser su método
más eficiente de fundir la realidad nacional y la facultad imaginativa. Este recurso aparece en El
monte calvo, Los inquilinos de la ira y El sol subterráneo. En las otras tres ha tomado situaciones
identificables a su público para desarrollar sus ideas sobre la diferencia de clases en El secuestro,
la iglesia y la familia en Las bodas de lata o el baile de los arzobispos, y la soberanía militar en La
15. madriguera. Características de estas tres obras, más aún que de las anteriores, es el elemento
lúdico que conduce a situaciones alucinantes y surreales. Las obras se llenan de elementos míticos
y simbólicos que crean varios niveles de realidad, especialmente en La madriguera. Con esta
producción dramática, Niño se consagra como uno de los mejores dramaturgos del Nuevo Teatro
Colombiano en su integración de un trabajo colectivo, nacional y popular.
“A este poeta de la ternura y la candidez, de la dramaturgia y la metáfora, del amor por la niñez
y de ese hermoso gesto que es retratar las cosas simples que a casi todos no ocurrieron, quiero
hacerle un pequeño homenaje. Sus poemas llegaron a mi niñez tardíamente pero impregnaron
mi alma de la esencia de lo que soy y de donde vengo. Una lectura de Jairo Aníbal es tan
relajante y tan preciosa, porque realmente masajea el alma de ese niño que está en nosotros
pero que, a veces, no dejamos salir.”
Extraído de:
http://poesia-letras.blogspot.com/2008/04/pequeo-homenaje-jairo-anbal-nio.html
http://www.google.com/#q=obra+de+jairo+anibal+ni%C3%B1o&hl=es&prmd=ivnso&ei=lqa5Tdpp
http://es.wikipedia.org/wiki/Jairo_An%C3%ADbal_Ni%C3%B1o
z6C3B9C5tN4E&start=10&sa=N&bav=on.2,or.r_gc.r_pw.&fp=ea994d5827c384fd
http://jairoanibalnino0.tripod.com/biografia.htm
David Sánchez Juliao
1942 Córdoba, Colombia, 2011, Bogotá
Autor de novelas, cuentos, fábulas, historias para niños y testimonios escritos.
Fue varias veces premio nacional de cuento, lo mismo que de libro de cuentos y Premio Nacional
de Novela Plaza y Janés con "Pero sigo siendo el rey". De esta novela, como de otras de sus obras,
se ha hecho una versión para televisión difundida ampliamente en muchas lenguas. Sus historias
grabadas han merecido 5 galardones de Disco de Platino Sonolux y Disco de Oro M.T.M y las
adaptaciones de sus obras para cine y televisión han merecido 17 Premios India Catalina en el
Festival de Cine de Cartagena.
La obra de Sánchez Juliao ha sido traducida a doce idiomas y residió, por razones académicas y
diplomáticas, en cuatro continentes. Fue profesor invitado en universidades de Norte y Sur
América, Europa, Asia, África y Oceanía, continentes en los cuales ha residido por años.
Sus obras
Cachaco, Palomo y Gato 1974
16. Pero sigo siendo el rey 1983
Mi sangre aunque plebeya 1986
Buenos días, América 1988
Aquí yace Julián Patrón 1989
Danza de Redención 1998
Dulce Veneno moreno 2005
El Flecha II 2006
Opiniones de otros autores
Pedro Cuadro Herrera
Crítico, narrador y poeta
“El escritor David Sánchez Juliao ha creado, entre muchos otros, ciertos personajes que son reflejo
de la cultura popular de la Costa Caribe colombiana. “El Flecha”, “El Pachanga”, “Abraham Al
Humor” y “Foforito”, por ejemplo, se caracterizan por ser seres atrapados en el círculo vicioso de
la pobreza y la desesperanza, pero también por sospechar que –en medio de sus desgracias— no
tienen otro remedio que burlarse de su propia suerte. El discurso de vida de tales personajes en tal
situación los convierte en personajes hilarantes y divertidos, y cargados de un cáustico humor que
es también el resultado de la sospecha de que el castellano castizo resulta incapaz de expresar los
avatares de su alma mestiza y los males de un mundo cruel e infame. Estos personajes son los
inventores de un lenguaje propio que toca las fronteras del lunfardo argentino, como también el
de muchas otras zonas marginales de América Latina. Es eso lo que, en medio de su extremado
localismo, intenta hacerlos –al menos— universalmente latinoamericanos. Como uno de ellos
expresa, “El hambre en la China es la misma hambre de este pueblo mío; y malparidos los hay en
todos los idiomas, solo que se escriben de distinta manera”.
ENRIQUE CORDOBA
A Sánchez Juliao se le admira por haber interpretado la realidad de un pueblo para darla a conocer
a través de historias de personajes auténticos que hoy el país recita de memoria.
En 1972, después del proceso de investigación y escritura, grabó en su propia voz El Pachanga, que
es la recreación con humor y estilo costumbrista de las vicisitudes de un camionero quien al
``narrar las incidencias del partido de su vida'' deja abiertas las heridas de la injusticia social que
golpea a su gente. Luego publicó El Flecha, sobre el devenir de un boxeador que quiso ser
campeón mundial para conseguir fortuna y regalarle a su mamá una casa tan grande como las
pirámides de Egipto. No lo logró, pero la noche de su debut lo bautizaron El Flecha por la velocidad
con que se escapó del ring, cuando se fue la luz en el coliseo. Enseguida vino Abraham al humor,
17. donde retrata los vaivenes y paradojas de la inmigración libanesa a Lorica, su pueblo natal. Más
tarde produjo Foforito, un vendedor de raspao (hielo cepillado), quien describe a un visitante,
desde su puesto de venta a la entrada del pueblo, las interioridades de varias familias.
"Lo maravilloso de ser escritor es que, al vivir nosotros en contra vía, empezamos a hacer cuadre
de caja cuando tenemos 20 años. Ahora, casi a los 60, apenas empiezo a idear lo que voy a hacer
cuando sea niño". David Sánchez Juliao
Extraído de:
http://enpazyarmonia.blogspot.com/2011/02/pensamientos-de-david-sanchez-juliao-1.html
http://www.elnuevoherald.com/2011/02/28/894551/enrique-cordoba-david-sanchez.html
http://www.davidsanchezjuliao.com
UNA INTERXTUALIDAD.
Mientras camino por los senderos de la loca pasión,
de esa vida de placeres, dichas,
de encuentros furtivos,
detrás de aquél cómplice árbol,
mientras reviso las leyes que nos hace expresarnos de la forma adecuada
midiendo con cautela cada tilde, cada signo
de esta gramática que nos envuelve,
al tiempo en mi mundo interior sigo soñando
cual si fuese un niño
con pedacitos de cielo y avioncitos de colores,
mientras trato de volver tus cuadernos de geometría en barquitos de papel,
mientras soy un personajes de este típico calor
¿mi calor, tu calor, el del ambiente?.
Suelo entonces acordarme de Pedrito el soñador
y vuelvo a mi realidad de adulto a mi pura pasión,
18. a mis letras sin fin, a mis reglas dinámicas, a mi gramática tediosa,
solo por las dudas, ¿qué quieres hacer tú?,
¿disfrutamos del hedonismo propio de nosotros los grandes?
O ¿saciamos este deseo corriendo de la mano en el patio de la casa?
Lorena Acevedo
“PERFILES”
LICENCIADA EN LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIONES EN FORMACIÓN:
HASBEIDY LORENA ACEVEDO ACUÑA
UNIVERSIDAD DE PAMPLONA
19. PROGRAMA DE LICENCIATURA EN LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIONES
FACULTAD DE EDUCACIÓN
BIOGRAFÍA Y OBRA DE CUATO AUTORES: MARIO VARGAS LLOSA, JOSE
RUFINO CUERVO, JAIRO ANÍBAL NIÑO Y DAVID SÁNCHEZ JULIAO
“PERFILES”
LICENCIADA EN LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIONES EN FORMACIÓN:
HASBEIDY LORENA ACEVEDO ACUÑA
PROFESOR:
IVAN FELIPE RUBIO CASADIEGO
LICENCIADO EN LENGUA CASTELLANA Y COMUNICACIONES
UNIVERSIDAD DE PAMPLONA