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Las mujeres y el peronismo
La lucha femenina durante los dos primeros gobiernos de Perón.
La figura de Evita. El autoritarismo moral. La nueva familia
argentina. El lugar de la mujer en la sociedad.
En el siguiente trabajo abordaremos la problemática de la participación femenina
durante el peronismo, teniendo en cuenta sus posibles logros, así como las limitaciones del
movimiento impuestas desde el mismo oficialismo. Se analizará la figura de Eva Perón como
máximo referente de este discurso contradictorio, que impulsaba a las mujeres a liberarse,
perosiempre restringiéndose al ámbitoprivadoya lasimbolizacióndel “ama de casa” como la
máxima representante de la mujer ideal. Finalmente, examinaremos en detalle al Partido
Peronista Femenino y a la Ley del Sufragio Universal, impulsada desde el mismo gobierno
peronista, tanto como una medida propagandística para obtener la reelección por el apoyo
femenino, como las mismas limitaciones de la ley, que no significó una verdadera apertura
para la mujer en el mundo de la política, que en definitiva simboliza claramente el discurso
peronista de la época con respecto al rol de la mujer.
La lucha de las mujeres en argentina nunca fue un fenómeno que mundialmente
cobrara mucha magnitud. Nadie lo recuerda como un movimiento de masas, o un círculo de
ferviente protesta social, sobre todo si tenemos en cuenta las a sufragistas inglesas y
estadounidenses, cuyo movimiento significó varios golpes a los gobiernos liberales de estos
países. Sin embargo, no deja de verse como un movimiento por demás interesante.
Los primerosvestigiosde luchafemenina datan de principio del siglo XX, con diversas
organizaciones que se dedicaron a impulsar la educación en la mujer y ayuda social para las
madres. Nunca se puso en duda los deberes naturales que las mujeres debían a su hogar, su
maridoy sushijos,ysiempre se quisodiferenciar el movimiento “feminista” argentino de los
distintos movimientos de mujeres alrededor del mundo, muchos de los cuales estaban
impulsados por ideas socialistas. No debe sorprendernos, igualmente, ya que nos ubicamos
temporalmenteenlaprimeramitaddel siglo XX, donde, si bien los radicales habían realizado
ciertasreformassociales,el rol del hombre comounsujetopolíticoy,porlotanto,superior,no
había cambiadoenabsoluto. Y tampocopodemospedirmucho de los gobiernos sucesores de
Yrigoyen(militares,conservadores),donde lasproblemáticas femeninas no fueron ni siquiera
un motivo de debate. Pero algo habría de suceder en la historia argentina que la cambiaría
para siempre: el golpe de Estado de 1943, que, entre sus figuras, tuvo como una de las más
poderosas al que luego sería el presidente más importante de la república: Juan Domingo
Perón. A partir de él,la perspectivasobre lasociedadargentinadioungiro muy importante, al
colocar a lostrabajadores,laclase asalariaday humilde, como el grupo social más importante
dentro del gobierno. Algunas de las medidas fueron: las vacaciones pagas, la creación del
aguinaldoy,enlíneasgenerales,unauniónentre los trabajadores (agrupados en sindicatos) y
los patrones para aliviar las distintas situaciones de tensión que pudiesen llegar a ocurrir,
evitando así los abusos por parte de los segundos y algún tipo de revuelta por parte de los
primeros.
Si bienJuanDomingoPerónsignificóunafigurapordemásimportante enlahistoriade
nuestro país, hubo otro personaje, aún más involucrado con las clases asalariadas, quien se
habría de convertir en su vocero y que impulsaría a miles de mujeres a seguir con el modelo
oficial,nosolodeteniendoyael pequeñomovimientofeminista,sinoincitandoa las mujeres a
pensarse así mismascomo un género subordinado, cuyo “deber sagrado” de esposa y madre
era consideradocomo“femenino”y“natural”. Un personaje que, increíblemente, resultó ser
nada más y nadamenosque una mujer: la esposa del presidente, María Eva Duarte de Perón.
Para comenzar a hablar de la figura de esta Primera Dama descamisada, no debemos
renegar de sus orígenes1
: hija de la familia “ilegítima” de un estanciero conservador de la
Provincia de Buenos Aires, migró a Ciudad de Buenos Aires a la edad de quince años para
trabajar como actriz. Nueve años después conocería al entonces General Perón, a quien
conocióy acompañódurante su etapaenla Secretaría de Trabajoy Previsión. Gracias a él, ella
comenzó a trabajar en varios programas de radio, desde donde ponía de manifiesto las
grandesaccionesque llevaba a cabo Perón desde la Secretaría. Sin embargo, no fue conocida
como unafigurapolíticade importanciahastaque Perónllegóa la presidencia en 1946. Desde
su lugarde PrimeraDama,su papel fue de mediadora entre su marido presidente y las clases
obrerasque él pretendíaayudary representar.Sufiguranuncafue bienvistaporlosmiembros
de la elite, quien la señalaban de prostituta y enrojecían de ira al verla vestida como una
señora de gran estirpe, conociendo sus orígenes humildes. Pero fueron justamente estos
orígenes loque le permitieronunagranllegadaala clase trabajadora,conquien ella trabajaba
y observaba,tantoa partirde la FundaciónEvaPeróncomodel luegocreadoPartidoPeronista
Femenino.Yfue sobre tododesde allídonde comenzaronavislumbrarse losprimerosvestigios
de su ideología con respecto a las mujeres.
La doctrina peronista, entre otras cosas, poseía en sus bases una clara concepción
sobre la familia ideal argentina, que fue impulsada como el núcleo más importante de la
sociedad.Allí,losrolespermanecieroninvariablesymuybiendefinidos:el hombre, trabajador
asalariado, luchador y político y su mujer, devota esposa y madre, dueña del hogar,
subordinadaala vidaprivada,femeninae ideal y,sobre todo,procreadorade loshombresque
luego serían los comandantes de la gran nación2
. Este papel de subordinación tuvo como su
principal líder a la misma Evita, quien se consideraba ella misma como subordinada a su
marido y a la doctrina autoritaria del Partido Peronista, que incluía ciertos valores morales
predicados por la Iglesia, que fue uno de los principales apoyos a Perón para que lograra la
primera presidencia. Ella misma sostenía que no pretendía un cambio sustancial en la
diferencia de géneros en la sociedad, y que quería evitar a toda costa a las que ella llamaba
“mujeres como hombres”, es decir, mujeres trabajadoras que podrían llegar a rechazar la
procreación (y por lo tanto, su deber familiar), que significaría una ofensa gigante al
oficialismo.Porlotanto, estas mujeres fueron limitadas al punto de evitar que Alicia Moreau
votara en las elecciones al enviar una orden de prisión por sus actividades opuestas al
régimen3
. Este autoritarismoymétodopropagandísticode ideales políticos y morales golpeó
tambiéna las escuelas y a los medios de comunicación, así como a la mayoría de las mujeres.
Durante esa épocase incentivóalasmujeresarealizarlabores“femeninas” (docencia, corte y
confección, costura), lo cual les permitía trabajar y sostener una cierta independencia
económica,sindesligarsudebersocial moral.Asívolvióaresurgirlaimagendel “ama de casa”
como el cruce entre una nueva mujer “trabajadora” y la clásica mujer devota, que debía de
entregar todo y buscar la aprobación de sus amigos y familiares4
. Y es que, en resumen, ese
era el ideal que Evita pretendía aportar en las mujeres: la naturalización de ciertos aspectos
que no sonmás que construccionessociales,comoes el caso de la ética de la “auto-renuncia”
y el sacrificio por el beneficio de los demás, sin tener en cuenta el propio. Esto era utilizado
como bandera para el control del movimiento femenino, utilizando como ejemplo la propia
renuncia de Evita a la vicepresidencia, que debía de ser tomada por todas las mujeres,
reconociendo así los propios límites de la lucha y del género en su totalidad5
. Por último, se
nota uncambio de rumbo en ciertas revistas femeninas, como es el caso de Vosotras, que es
un ejemploclaro,seadel discursopolíticode Evitaque evidentemente fue tomadoyadquirido
por la mayoría de la sociedad o como otra medida de represión a las ideologías que no se
comprometían con el régimen6
.
Sinembargoningúndiscurso,ningunaley,ningunaacciónsocial le valiómásel respeto
y la admiraciónde lasmujerestrabajadorascomofue el apoyo y la luego sanción de la Ley del
SufragioUniversal,número 13.010, el 9 de septiembrede 1947, posibilitandoasía las mujeres
mayoresde dieciochoañosal votosecretoy obligatorio7
.Este logro, siempre concebido como
posible gracias a las grandes acciones del peronismo, no sólo no tuvo en cuenta las luchas
sufragistas anteriores, sino que se encargó de marginalizar a través de los medios de
comunicación(y en especial al diario oficialista Democracia) a todas aquellas ideologías que,
apoyaran o no el sufragio femenino, fueran contrarias al régimen.
Ni Evita ni Perón pretendían la verdadera inclusión de las mujeres en la vida política
del país, sino que justificaban el apoyo al sufragio femenino a partir de la necesidad de la
mujer como madre8
, que era la función fundamental para el crecimiento de la familia
peronista y, en consecuencia, de la doctrina que ellas inculcarían a sus hijos. No es de
extrañarnos, por lo tanto, que la actuación de las primeras mujeres parlamentarias (23
diputadas y 6 senadoras nacionales) estuviese muy limitada al rumbo dirigido por el
oficialismo. Tantoestaleycomolaposteriorcreacióndel Partido Peronista Femenino en 1949
tuvieroncomoobjetivolacentralizaciónyel control del movimientofemenino, para ponerlo a
total disposición,fidelidadysubordinaciónde/aEvitay,sobre todo,de/aPerón.Evita, que fue
elegidapresidentade este partido, poseía total control y elegía muy discriminadamente a las
mujeres, delegadas, simpatizantes, para las tareas determinadas, mientras criticaba a las
mujeres que se le oponían, por un lado, por pertenecer a la casta privilegiada de la sociedad
(que se arrojabana una vidavacía y llenade lujos,sinunatisbode maternidad) y por el otro, a
aquellas mujeres (en su mayoría socialistas) que pretendían buscar un cambio más profundo
(señalando que ellas no eran verdaderas mujeres, ya que buscaban la igualdad con los
hombres)9
. Después del fallecimiento de Evita, y ya sin una líder autoritaria como ella, el
Partido se debilitó notablemente y perdió poder en la esfera política.
En resumen,esinnegable el poderosodiscursoydoctrinaque significó el peronismo y
Evitaen particular,enlavidade millonesde mujeres.LaLeydel SufragioUniversal significó un
paso adelante enlavidapolíticadel país,más alláde de las posiblesintencioneselectoralistas.
Perohay una preguntaque aúnsigue abierta: ¿cambió el rol de la mujer? ¿La independencia,
puramente económica,ligada exclusivamente a la vida privada supone un cambio profundo?
Hay un hechoque es indiscutible:lasmujerescambiaron.Encontraronenlafigurade Evita una
líderque las comprendía,lasayudabay lasfomentabaen muchas actividades. No obstante, la
decadencia, la subordinación y el autoritarismo le quitan todo el peso positivo que podrían
haber tenido estos cambios. Evita, si bien era clara cuando hablaba del rol de la mujer en la
sociedad,nuncasupuso aesa lógicade fidelidad,entregaysubordinación como un límite para
la libertad y la emancipación de las mujeres. Evita misma nunca podría haber sido una
referente aesosideales,teniendo ella misma una relación de total dependencia con Perón y
no es de extrañar, por lo tanto, que nunca predicara lo contrario. Su presencia en la esfera
políticano solosignificóunalimitaciónenrelaciónconsuspropias acciones, sino un retroceso
y una degradación a la pequeña lucha feminista precedente y a sus más importantes
representantes. Ella fue una buena líder dentro de sus propios ideales patriarcales y anti -
feministas. Sus propias limitaciones personales y su prejuicio con respecto al género, a la
divisióndel trabajoyala mujercomomadre,le valieronunprocesoque,si bien no fue grande
con respectoa loscambiosque supuso,fue masivoen cuanto a la cantidad de mujeres que se
sintieron identificadas con él. Sin embargo, no quita lo arcaico de las ideas expresadas, que
proponían, sin vueltas ni escondites, el machismo puro, la superioridad de un sexo sobre el
otro, el prejuicio, la competencia, la inamovilidad de los roles, la desvalorización de otros
movimientos de mujeres, el autoritarismo, la censura y la represión. Evita no fue sino un
obstáculoque imposibilitócualquiermovimiento de lucha feminista-revolucionario, al poner
sobre la mesa los sentimientos de culpa y la ética de la auto-renuncia como “natural” e
inevitable enlavidade las mujeres.Noobstante,no fue laúnica responsable, o culpable. Esta
ideologíase propagórápidamente,siendoaceptadatantoporhombres(yaque controlabauna
posible revueltafeminista) como por las mujeres (que, más allá de que sus roles no variaron,
comenzarona serreconocidas,justamente,porpertenecere inculcaresaideología) y no hubo
ningún movimiento, ninguna mujer que pusiera freno a esta demagogia descontrolada.
La lucha de las mujeres es responsabilidad de cada mujer, y cada una debe afrontar
con responsabilidad el papel que elige tener dentro de la misma. Identificar los problemas
reales,de fondo, que van más allá de cualquier ley o cualquier juicio moral, es una tarea que
no le corresponde aninguna líder autoritaria, a ningún partido y, sobre todo a ningún Estado.
Hemos podido observar en este ensayo que hasta los movimientos más importantes, más
imponentesconsideradosporloslibrosde historiaylamemoriapopular,sufrenlimitaciones y
contradiccionesmásgrandesque las que podemos imaginar. La liberación, la emancipación y
la hermandad femenina sólo serán posibles dejando a un lado los prejuicios de género y
concepcionestradicionales y conservadoras como los distintos roles en el trabajo, o las ideas
verticalistasy patriarcales que giran en torno a la familia. Ideas, valores y prejuicios, que son
típicamente burgueses,másalláde que salgande la boca de una mujer de orígenes humildes.
Referencias
1 - http://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n#Su_familia
2 – Girbal-Blacha,Noemí:“Nacimosparaconstituirhogares,noparala calle”.La mujerenla
Argentinaperonista(1946-1955). Cambiosycontinuidades,pág.8
3 – Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisible rol políticofemeninoenel peronismo:
1946-1952, pág. 57
4 - Girbal-Blacha,Noemí:“Nacimosparaconstituirhogares,nopara lacalle”.La mujerenla
Argentinaperonista(1946-1955). Cambiosycontinuidades,pág.9
5 - Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo:
1946-1952, pág. 55
6 – Franco, Marcela y Pulido,Nora, ¿Capitanasoguardianasdel hogar?Deseosymandatosen
la Argentinaperonista,pág.13
7 - http://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n#Sufragio_femenino
8 - Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo:
1946-1952, pág. 24
9 - Guivant, JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo:
1946-1952, págs.36 y 37

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Las mujeres y el peronismo

  • 1. Las mujeres y el peronismo La lucha femenina durante los dos primeros gobiernos de Perón. La figura de Evita. El autoritarismo moral. La nueva familia argentina. El lugar de la mujer en la sociedad. En el siguiente trabajo abordaremos la problemática de la participación femenina durante el peronismo, teniendo en cuenta sus posibles logros, así como las limitaciones del movimiento impuestas desde el mismo oficialismo. Se analizará la figura de Eva Perón como máximo referente de este discurso contradictorio, que impulsaba a las mujeres a liberarse, perosiempre restringiéndose al ámbitoprivadoya lasimbolizacióndel “ama de casa” como la máxima representante de la mujer ideal. Finalmente, examinaremos en detalle al Partido Peronista Femenino y a la Ley del Sufragio Universal, impulsada desde el mismo gobierno peronista, tanto como una medida propagandística para obtener la reelección por el apoyo femenino, como las mismas limitaciones de la ley, que no significó una verdadera apertura para la mujer en el mundo de la política, que en definitiva simboliza claramente el discurso peronista de la época con respecto al rol de la mujer. La lucha de las mujeres en argentina nunca fue un fenómeno que mundialmente cobrara mucha magnitud. Nadie lo recuerda como un movimiento de masas, o un círculo de ferviente protesta social, sobre todo si tenemos en cuenta las a sufragistas inglesas y estadounidenses, cuyo movimiento significó varios golpes a los gobiernos liberales de estos países. Sin embargo, no deja de verse como un movimiento por demás interesante. Los primerosvestigiosde luchafemenina datan de principio del siglo XX, con diversas organizaciones que se dedicaron a impulsar la educación en la mujer y ayuda social para las madres. Nunca se puso en duda los deberes naturales que las mujeres debían a su hogar, su maridoy sushijos,ysiempre se quisodiferenciar el movimiento “feminista” argentino de los distintos movimientos de mujeres alrededor del mundo, muchos de los cuales estaban impulsados por ideas socialistas. No debe sorprendernos, igualmente, ya que nos ubicamos temporalmenteenlaprimeramitaddel siglo XX, donde, si bien los radicales habían realizado ciertasreformassociales,el rol del hombre comounsujetopolíticoy,porlotanto,superior,no había cambiadoenabsoluto. Y tampocopodemospedirmucho de los gobiernos sucesores de Yrigoyen(militares,conservadores),donde lasproblemáticas femeninas no fueron ni siquiera un motivo de debate. Pero algo habría de suceder en la historia argentina que la cambiaría para siempre: el golpe de Estado de 1943, que, entre sus figuras, tuvo como una de las más poderosas al que luego sería el presidente más importante de la república: Juan Domingo Perón. A partir de él,la perspectivasobre lasociedadargentinadioungiro muy importante, al colocar a lostrabajadores,laclase asalariaday humilde, como el grupo social más importante dentro del gobierno. Algunas de las medidas fueron: las vacaciones pagas, la creación del aguinaldoy,enlíneasgenerales,unauniónentre los trabajadores (agrupados en sindicatos) y los patrones para aliviar las distintas situaciones de tensión que pudiesen llegar a ocurrir, evitando así los abusos por parte de los segundos y algún tipo de revuelta por parte de los primeros.
  • 2. Si bienJuanDomingoPerónsignificóunafigurapordemásimportante enlahistoriade nuestro país, hubo otro personaje, aún más involucrado con las clases asalariadas, quien se habría de convertir en su vocero y que impulsaría a miles de mujeres a seguir con el modelo oficial,nosolodeteniendoyael pequeñomovimientofeminista,sinoincitandoa las mujeres a pensarse así mismascomo un género subordinado, cuyo “deber sagrado” de esposa y madre era consideradocomo“femenino”y“natural”. Un personaje que, increíblemente, resultó ser nada más y nadamenosque una mujer: la esposa del presidente, María Eva Duarte de Perón. Para comenzar a hablar de la figura de esta Primera Dama descamisada, no debemos renegar de sus orígenes1 : hija de la familia “ilegítima” de un estanciero conservador de la Provincia de Buenos Aires, migró a Ciudad de Buenos Aires a la edad de quince años para trabajar como actriz. Nueve años después conocería al entonces General Perón, a quien conocióy acompañódurante su etapaenla Secretaría de Trabajoy Previsión. Gracias a él, ella comenzó a trabajar en varios programas de radio, desde donde ponía de manifiesto las grandesaccionesque llevaba a cabo Perón desde la Secretaría. Sin embargo, no fue conocida como unafigurapolíticade importanciahastaque Perónllegóa la presidencia en 1946. Desde su lugarde PrimeraDama,su papel fue de mediadora entre su marido presidente y las clases obrerasque él pretendíaayudary representar.Sufiguranuncafue bienvistaporlosmiembros de la elite, quien la señalaban de prostituta y enrojecían de ira al verla vestida como una señora de gran estirpe, conociendo sus orígenes humildes. Pero fueron justamente estos orígenes loque le permitieronunagranllegadaala clase trabajadora,conquien ella trabajaba y observaba,tantoa partirde la FundaciónEvaPeróncomodel luegocreadoPartidoPeronista Femenino.Yfue sobre tododesde allídonde comenzaronavislumbrarse losprimerosvestigios de su ideología con respecto a las mujeres. La doctrina peronista, entre otras cosas, poseía en sus bases una clara concepción sobre la familia ideal argentina, que fue impulsada como el núcleo más importante de la sociedad.Allí,losrolespermanecieroninvariablesymuybiendefinidos:el hombre, trabajador asalariado, luchador y político y su mujer, devota esposa y madre, dueña del hogar, subordinadaala vidaprivada,femeninae ideal y,sobre todo,procreadorade loshombresque luego serían los comandantes de la gran nación2 . Este papel de subordinación tuvo como su principal líder a la misma Evita, quien se consideraba ella misma como subordinada a su marido y a la doctrina autoritaria del Partido Peronista, que incluía ciertos valores morales predicados por la Iglesia, que fue uno de los principales apoyos a Perón para que lograra la primera presidencia. Ella misma sostenía que no pretendía un cambio sustancial en la diferencia de géneros en la sociedad, y que quería evitar a toda costa a las que ella llamaba “mujeres como hombres”, es decir, mujeres trabajadoras que podrían llegar a rechazar la procreación (y por lo tanto, su deber familiar), que significaría una ofensa gigante al oficialismo.Porlotanto, estas mujeres fueron limitadas al punto de evitar que Alicia Moreau votara en las elecciones al enviar una orden de prisión por sus actividades opuestas al régimen3 . Este autoritarismoymétodopropagandísticode ideales políticos y morales golpeó tambiéna las escuelas y a los medios de comunicación, así como a la mayoría de las mujeres. Durante esa épocase incentivóalasmujeresarealizarlabores“femeninas” (docencia, corte y confección, costura), lo cual les permitía trabajar y sostener una cierta independencia económica,sindesligarsudebersocial moral.Asívolvióaresurgirlaimagendel “ama de casa” como el cruce entre una nueva mujer “trabajadora” y la clásica mujer devota, que debía de
  • 3. entregar todo y buscar la aprobación de sus amigos y familiares4 . Y es que, en resumen, ese era el ideal que Evita pretendía aportar en las mujeres: la naturalización de ciertos aspectos que no sonmás que construccionessociales,comoes el caso de la ética de la “auto-renuncia” y el sacrificio por el beneficio de los demás, sin tener en cuenta el propio. Esto era utilizado como bandera para el control del movimiento femenino, utilizando como ejemplo la propia renuncia de Evita a la vicepresidencia, que debía de ser tomada por todas las mujeres, reconociendo así los propios límites de la lucha y del género en su totalidad5 . Por último, se nota uncambio de rumbo en ciertas revistas femeninas, como es el caso de Vosotras, que es un ejemploclaro,seadel discursopolíticode Evitaque evidentemente fue tomadoyadquirido por la mayoría de la sociedad o como otra medida de represión a las ideologías que no se comprometían con el régimen6 . Sinembargoningúndiscurso,ningunaley,ningunaacciónsocial le valiómásel respeto y la admiraciónde lasmujerestrabajadorascomofue el apoyo y la luego sanción de la Ley del SufragioUniversal,número 13.010, el 9 de septiembrede 1947, posibilitandoasía las mujeres mayoresde dieciochoañosal votosecretoy obligatorio7 .Este logro, siempre concebido como posible gracias a las grandes acciones del peronismo, no sólo no tuvo en cuenta las luchas sufragistas anteriores, sino que se encargó de marginalizar a través de los medios de comunicación(y en especial al diario oficialista Democracia) a todas aquellas ideologías que, apoyaran o no el sufragio femenino, fueran contrarias al régimen. Ni Evita ni Perón pretendían la verdadera inclusión de las mujeres en la vida política del país, sino que justificaban el apoyo al sufragio femenino a partir de la necesidad de la mujer como madre8 , que era la función fundamental para el crecimiento de la familia peronista y, en consecuencia, de la doctrina que ellas inculcarían a sus hijos. No es de extrañarnos, por lo tanto, que la actuación de las primeras mujeres parlamentarias (23 diputadas y 6 senadoras nacionales) estuviese muy limitada al rumbo dirigido por el oficialismo. Tantoestaleycomolaposteriorcreacióndel Partido Peronista Femenino en 1949 tuvieroncomoobjetivolacentralizaciónyel control del movimientofemenino, para ponerlo a total disposición,fidelidadysubordinaciónde/aEvitay,sobre todo,de/aPerón.Evita, que fue elegidapresidentade este partido, poseía total control y elegía muy discriminadamente a las mujeres, delegadas, simpatizantes, para las tareas determinadas, mientras criticaba a las mujeres que se le oponían, por un lado, por pertenecer a la casta privilegiada de la sociedad (que se arrojabana una vidavacía y llenade lujos,sinunatisbode maternidad) y por el otro, a aquellas mujeres (en su mayoría socialistas) que pretendían buscar un cambio más profundo (señalando que ellas no eran verdaderas mujeres, ya que buscaban la igualdad con los hombres)9 . Después del fallecimiento de Evita, y ya sin una líder autoritaria como ella, el Partido se debilitó notablemente y perdió poder en la esfera política. En resumen,esinnegable el poderosodiscursoydoctrinaque significó el peronismo y Evitaen particular,enlavidade millonesde mujeres.LaLeydel SufragioUniversal significó un paso adelante enlavidapolíticadel país,más alláde de las posiblesintencioneselectoralistas. Perohay una preguntaque aúnsigue abierta: ¿cambió el rol de la mujer? ¿La independencia, puramente económica,ligada exclusivamente a la vida privada supone un cambio profundo? Hay un hechoque es indiscutible:lasmujerescambiaron.Encontraronenlafigurade Evita una líderque las comprendía,lasayudabay lasfomentabaen muchas actividades. No obstante, la
  • 4. decadencia, la subordinación y el autoritarismo le quitan todo el peso positivo que podrían haber tenido estos cambios. Evita, si bien era clara cuando hablaba del rol de la mujer en la sociedad,nuncasupuso aesa lógicade fidelidad,entregaysubordinación como un límite para la libertad y la emancipación de las mujeres. Evita misma nunca podría haber sido una referente aesosideales,teniendo ella misma una relación de total dependencia con Perón y no es de extrañar, por lo tanto, que nunca predicara lo contrario. Su presencia en la esfera políticano solosignificóunalimitaciónenrelaciónconsuspropias acciones, sino un retroceso y una degradación a la pequeña lucha feminista precedente y a sus más importantes representantes. Ella fue una buena líder dentro de sus propios ideales patriarcales y anti - feministas. Sus propias limitaciones personales y su prejuicio con respecto al género, a la divisióndel trabajoyala mujercomomadre,le valieronunprocesoque,si bien no fue grande con respectoa loscambiosque supuso,fue masivoen cuanto a la cantidad de mujeres que se sintieron identificadas con él. Sin embargo, no quita lo arcaico de las ideas expresadas, que proponían, sin vueltas ni escondites, el machismo puro, la superioridad de un sexo sobre el otro, el prejuicio, la competencia, la inamovilidad de los roles, la desvalorización de otros movimientos de mujeres, el autoritarismo, la censura y la represión. Evita no fue sino un obstáculoque imposibilitócualquiermovimiento de lucha feminista-revolucionario, al poner sobre la mesa los sentimientos de culpa y la ética de la auto-renuncia como “natural” e inevitable enlavidade las mujeres.Noobstante,no fue laúnica responsable, o culpable. Esta ideologíase propagórápidamente,siendoaceptadatantoporhombres(yaque controlabauna posible revueltafeminista) como por las mujeres (que, más allá de que sus roles no variaron, comenzarona serreconocidas,justamente,porpertenecere inculcaresaideología) y no hubo ningún movimiento, ninguna mujer que pusiera freno a esta demagogia descontrolada. La lucha de las mujeres es responsabilidad de cada mujer, y cada una debe afrontar con responsabilidad el papel que elige tener dentro de la misma. Identificar los problemas reales,de fondo, que van más allá de cualquier ley o cualquier juicio moral, es una tarea que no le corresponde aninguna líder autoritaria, a ningún partido y, sobre todo a ningún Estado. Hemos podido observar en este ensayo que hasta los movimientos más importantes, más imponentesconsideradosporloslibrosde historiaylamemoriapopular,sufrenlimitaciones y contradiccionesmásgrandesque las que podemos imaginar. La liberación, la emancipación y la hermandad femenina sólo serán posibles dejando a un lado los prejuicios de género y concepcionestradicionales y conservadoras como los distintos roles en el trabajo, o las ideas verticalistasy patriarcales que giran en torno a la familia. Ideas, valores y prejuicios, que son típicamente burgueses,másalláde que salgande la boca de una mujer de orígenes humildes.
  • 5. Referencias 1 - http://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n#Su_familia 2 – Girbal-Blacha,Noemí:“Nacimosparaconstituirhogares,noparala calle”.La mujerenla Argentinaperonista(1946-1955). Cambiosycontinuidades,pág.8 3 – Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisible rol políticofemeninoenel peronismo: 1946-1952, pág. 57 4 - Girbal-Blacha,Noemí:“Nacimosparaconstituirhogares,nopara lacalle”.La mujerenla Argentinaperonista(1946-1955). Cambiosycontinuidades,pág.9 5 - Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo: 1946-1952, pág. 55 6 – Franco, Marcela y Pulido,Nora, ¿Capitanasoguardianasdel hogar?Deseosymandatosen la Argentinaperonista,pág.13 7 - http://es.wikipedia.org/wiki/Eva_Per%C3%B3n#Sufragio_femenino 8 - Guivant,JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo: 1946-1952, pág. 24 9 - Guivant, JuliaSilvia, LavisibleEvaPerónyel invisiblerol políticofemeninoenel peronismo: 1946-1952, págs.36 y 37