La personalidad bordeline se caracteriza por una desregulación emocional extrema, pensamiento polarizado y relaciones interpersonales caóticas. Las personas con este trastorno suelen ser impulsivas, agresivas e inestables, y pueden mostrar comportamientos anómalos como comer o actuar de forma arriesgada sin propósito, o involucrarse en actividades antisociales o delictivas. Aquellos con personalidad bordeline frecuentemente acuden a la clínica sintiendo vacío interior, aburrimiento y una necesidad de no estar solos