Los piratas informáticos operan cada vez más como empresas legítimas al imitar tácticas de marketing, ventas y gestión de riesgos para obtener ganancias a través del robo de datos e información sensible. Aprovechan noticias recientes y redes sociales para distribuir malware y spam a millones de usuarios, obteniendo ingresos a través de fraudes similares a los que usan empresas exitosas. Representan una seria amenaza debido a su sofisticado enfoque empresarial para el cibercrimen.