El arte pop surgió a mediados del siglo XX en Reino Unido y Estados Unidos como una crítica al arte elitista y abstracto de la época. Se basaba en imágenes cotidianas de la cultura de masas y la sociedad de consumo para construir una nueva estética. Sus principales características incluían el uso de colores brillantes y elementos de publicidad como fotos y collage con ironía sobre la sociedad industrializada, aunque los medios estéticos solían ser sofisticados a pesar de los asuntos banales.