El poema habla con nostalgia del amor del autor por su ciudad natal, Buenos Aires. Recuerda con cariño el farol de la calle donde nació y a su amada, luminosa como el sol, a quien vio bajo la luz de ese farol. Ahora que la suerte le permite volver a ver a su querida ciudad porteña, su corazón pide rienda dentro de su pecho y oye la queja de un bandoneón.