Una familia de 4 personas vivía juntos. La hija menor, Ana, rompió accidentalmente un florero mientras brincaba. Se asustó y quiso esconder los pedazos, pero su hermana mayor la convenció de decir la verdad. En vez de regañarla, la mamá le sonrió y dijo que no se preocupara porque el florero estaba viejo. Ana aprendió sobre la tolerancia que su familia le tenía.