Las instalaciones para la explotación porcina son gastos necesarios que no generan rentabilidad inmediata. Deben ser funcionales, higiénicas y de bajo costo sin descuidar la comodidad e higiene de los animales. Las instalaciones deben cumplir condiciones básicas como ventilación adecuada, facilidad de manejo de los animales, y orientación correcta considerando factores como viento y temperatura.