Los dominios de Internet permiten asignar direcciones únicas a recursos en línea para facilitar su identificación y acceso. Proporcionan una estructura jerárquica que organiza la información en la red y permite que esta esté disponible globalmente. Si bien los dominios presentan ventajas como simplificar la navegación y establecer una identidad digital, también conllevan desventajas como el cybersquatting y costos de adquisición y mantenimiento.