Las aletas mejoran la transferencia de calor al exponer un área más grande a la convección y radiación. Se usan para incrementar el área disponible para la transferencia de calor desde una superficie. Son útiles para mejorar la transferencia de calor siempre que el costo adicional esté justificado. Se clasifican por su morfología como aletas aguja, longitudinales o radiales, y se construyen usualmente de aluminio debido a su buena conductividad térmica.