La transformación digital está alterando los entornos personales, profesionales y empresariales. A pesar de que la mayoría de directivos no se sienten preparados para los cambios culturales de la digitalización, las organizaciones siguen operando con lógicas analógicas. La tecnología, especialmente Internet, ha revolucionado la globalización y abierto posibilidades para la gestión del conocimiento, por lo que los directivos deben estar conscientes de estos cambios a nivel estratégico, de procesos y operativo.