La propiedad intelectual protege obras literarias, artísticas, musicales, software, signos distintivos de empresas, invenciones técnicas y la estética de los productos. Para obtener protección, se presenta una solicitud al organismo competente, quien examina el caso y otorga los derechos si se cumplen los requisitos. La propiedad intelectual ayuda a prevenir pérdidas financieras, daños a la reputación de marcas y fomenta la innovación y creatividad.