Tomarse unas vacaciones lejos de las obligaciones diarias permite desconectarse del estrés laboral y familiar, disfrutar de actividades diferentes a las habituales como dormir más, probar nueva comida, hacer amigos y estar en contacto con la naturaleza. Aprovechar este tiempo para prestar atención a la familia y mejorar las relaciones ayuda a recuperar la compañía perdida durante el año.