Este documento habla sobre los principios de la publicidad dirigida a los consumidores. Explica que la publicidad puede ser selectiva o masiva, y que está dirigida al consumidor final o a intermediarios. Luego describe algunos principios publicitarios como la veracidad, legalidad y autenticidad para proteger los derechos de los consumidores. También menciona que la actividad publicitaria debe respetar valores constitucionales como la dignidad humana. Por último, señala que los actos de confusión o competencia desleal son ilícitos y deb

1. PUBLICIDAD AL
CONSUMIDOR
Derecho Del Consumo
Manuel Emilio Mancebo Méndez

2. PUBLICIDAD
Si la miramos desde el prisma cuantitativo, la publicidad puede ser selectiva o masiva. A
través de la primera se seleccionan nichos o target de públicos, mientras que a través de la
masiva se dirige al público en general. Desde el horizonte cualitativo, vamos a encontrar
un tipo de publicidad dirigida al consumidor final y otro destinada a intermediarios y
distribuidores. Para esta última categoría de publicidad es común que se utilicen
publicaciones especializadas y estrategia de marketing. En esta clase se pueden plantear
algunos contradictorios jurídicos respecto de la tutela de los derechos de los
consumidores y usuarios, puesto que se trata de personas que adquieren bienes con el
objeto de Integrarlos a un proceso productivo, que son excluidas de este ámbito por el
artículo 3.d de la LGPDCU.

4. PRINCIPIOS PUBLICITARIOS
Los principios publicitarios son criterios que sirven para evaluar la
conducta de los agentes publicitarios (léase anunciantes, agencias de
publicidad y medios de comunicación social). Generalmente se
encuentran contenidos en disposiciones legales y normas de ética que
son acatadas voluntariamente por sus destinatarios.

5. PUBLICIDAD

6. EFECTOS DE LA PUBLICIDAD

7. PRINCIPIO DE VERACIDAD
El artículo 53 de la Constitución proclama que el consumidor y el usuario
tienen derecho a una información veraz, objetiva y oportuna sobre los
bienes y servicios que consumen. De su lado, el artículo 48 de la
LGPDCU dispone que los proveedores son responsables de la veracidad
de la publicidad referente a los productos o servicios que ofrecen.

8. PRINCIPIO DE LEGALIDAD
La actividad publicitaria está sujeta a la observancia de la legalidad, al
respeto de principios y valores que se encuentran consagrados en el
ordenamiento jurídico. Más aún, existen valores constitucionales de
respeto a la dignidad humana, a las reglas idiomáticas y a colectivos
vulnerables que se deben tener a la vista al momento de crear y planificar
publicidad. Los contornos naturales de esta actividad como manifestación
de la libertad de expresión son el orden público, la salud, el honor, la
intimidad y la propia imagen de las personas.

9. PRINCIPIO DE AUTENTICIDAD
Con el desarrollo de las redes sociales y los nuevos medios es fundamental
para el consumidor poder diferenciar cuándo está frente a una publicidad
y cuándo frente a una noticia o información. Este principio, lo mismo que
el de veracidad, tiene por objeto evitar engaños y simulaciones que
induzcan a confusión al consumidor o usuario. Suele ser frecuente en
redes sociales acreditar la condición de noticias a anuncios pagados por
terceras personas interesadas, por esa razón, la normativa debe cuidar que
los consumidores no experimenten perjuicios ante tales publicaciones.

10. PROPAGANDA

11. PROPAGANDA POLÍTICA

12. PRINCIPIO DE LEAL COMPETENCIA
Los actos de confusión y competencia desleal constituyen actos ilícitos en nuestro
ordenamiento jurídico. El artículo 11 de la Ley de Defensa de la Competencia (LDC), 42-
08, enumera entre este tipo de actos: a) la utilización o difusión de indicaciones incorrectas
o falsas, publicidad engañosa, la omisión de la verdadera información o cualquier otro tipo
de prácticas que, por las circunstancias en que tenga lugar, es susceptible de inducir a error
a sus destinatarios; b) actos que se presten para crear confusión con la actividad, los
productos, los nombres, las prestaciones, el establecimiento y los derechos de propiedad
intelectual de terceros, en especial el empleo de signos distintos ajenos, así como etiquetas,
envases u otros medios que identifiquen en el mercado a un tercero, c) actos de
comparación indebida, es decir, hacer ejercicios comparativos sobre extremos que no son
comparables o, que siéndolo, contengan afirmaciones o informaciones falsas o inexactas.