Las amistades se forman a través del tiempo compartido de calidad, ya sea en pequeñas cantidades o grandes. Algunas amistades se basan en risas, dolores compartidos, la escuela, juegos u otras actividades, mientras que otras surgen sin explicación a través de la simpatía mutua o momentos clave vividos juntos. El tiempo dedicado a cada amigo es lo que los hace importantes, ya que esos momentos compartidos se atesoran para siempre en la memoria.