2. Un día los ratones llegaron al depósito de Queso Q y descubrieron que no había queso. Los ratones sí se habían
percatado de que cada día había menos queso y el cambio no los cogió desprevenidos. Instintivamente, se pusieron
las zapatillas de correr y partieron en busca de Queso Nuevo
Más tarde llegaron al deposito no estaban preparados para descubrir que no había Queso. Mientras que los ratones
se habían puesto en marcha con rapidez, los Hombresitos continuaban indecisos sin saber que hacer. Volvieron a sus
casas con hambre y desanimo. Regresaron al día siguiente al depósito Sin Queso para comprobar que el Queso
seguía sin estar ahí. Hem creía tener derecho al Queso mientras que Haw sugirió buscar algo de Queso Nuevo, a lo
que Hem se negó.
3. Mientras los Hombresitos seguían indecisos, los ratones ya se habían puesto a buscar Queso Nuevo en el
laberinto hasta que finalmente llegaron al depósito de Queso N donde encontraron una gran reserva de
Queso Nuevo.
Durante algunos días Haw fue encontrando un poco de Queso aquí y allá. Más tarde comprendió que el
Queso del depósito de Queso Q no había desaparecido de repente, y que se si hubiese mantenido alerta el
cambio no le habría cogido desprevenido.
4. Algo más tarde se encontró con un prometedor depósito de Queso que resultó estar vacío.
Continúo inspeccionando el laberinto y superando sus miedos. Al poco tiempo distinguió un
depósito de Queso con trozos de Queso Nuevo en la entrada, pero al entrar descubrió que también
estaba vacío. Alguien había estado allí y llegó a la conclusión de que si hubiera llegado antes muy
probablemente habría encontrado una buena provisión de Queso Nuevo.
5. Durante unos días encontró un poco de queso aquí y allá hasta que un día encontró el Queso Nuevo
en el depósito de Queso N. Allí descubrió la presencia de los ratones que ya llevaban allí desde hacía
un tiempo. Se saludaron y Haw se dedicó a probar sus Quesos favoritos. Haw pensó en volver al
depósito de Queso Q y encontrar a Hem pero comprendió que ya había intentado que su amigo
cambiara. Hem tendría que encontrar su propio camino.
6. Para evitar que el cambio le volviera a coger desprevenido Haw comprobaba cada día el estado
en el que se encontraba su Queso y aunque disponía de grandes reservas realizaba salidas por el
laberinto para explorar zonas nuevas y no aislarse en su zona de comodidad. En una de esas
salidas escuchó un sonido de un movimiento en los recovecos del laberinto y pensó que podría
ser Hem y confió en que quizá, por fin, su amigo fuera finalmente capaz de moverse con el
Queso y disfrutarlo.
7. La moraleja de este libro o cortometraje es que cada uno debe confiar en lo que
quiere hacer y no dejar de luchar por cualquier cambio que hay en la vida
siempre con optimismo y confianza.
Sin embargo no debemos de acabarnos todo lo que tenemos hay que guardar y
administrar