La Web 2.0, que se basa en la creación de contenidos por los propios usuarios, puede transformar la forma en que las administraciones públicas interactúan con los ciudadanos. Al permitir hablar con todos de manera personalizada, la Web 2.0 convoca a más actores a participar e involucrarse. Aunque la mayoría de las sociedades aún no se han sumergido completamente en la plataforma 2.0, los países están avanzando hacia el uso intensivo de este tipo de herramientas.