El documento habla sobre la necesidad de una educación transformadora en arquitectura que esté enraizada en la experiencia vivida y que supere la enseñanza tradicional al servicio de la política y los negocios. Describe la arquitectura como obra edilicia, infraestructural y equipada para el desarrollo de las actividades humanas. Finalmente, señala que la arquitectura del futuro debe concebir redes integradas de ciudades a nivel regional y no contribuir al crecimiento descontrolado de las megalópolis, causante de conflictos