El nervio vago controla muchas funciones importantes del cuerpo como la respiración, la frecuencia cardíaca, la digestión y el sistema inmunológico. Regula los órganos como el corazón, los pulmones, el estómago, el hígado y los riñones. La estimulación del nervio vago generalmente reduce la frecuencia cardíaca y respiratoria, y puede usarse para tratar afecciones como la depresión y la epilepsia.