Tras la Primera Guerra Mundial, Alemania sufrió las duras condiciones impuestas por el Tratado de Versalles, que llevaron al país a una grave crisis económica y política. En esta situación, surgió la República de Weimar como un régimen democrático débil que no logró resolver los problemas. La gran depresión empeoró la crisis y llevó a muchos alemanes a apoyar a partidos extremos como los nazis, lo que permitió a Hitler llegar al poder legalmente en 1933 y luego eliminar a la oposición