El documento argumenta que para fomentar una sociedad mejor debemos centrarnos en nuestros valores éticos y espirituales en lugar de aparentar o compararnos con los demás. Sugieren que debemos crear una sociedad más auténtica y verdadera para que las próximas generaciones vivan mejor a través de nuestras buenas acciones desinteresadas. También afirma que debemos aprender a ser más sociables y dar la mano a aquellos que lo necesitan para contribuir a una sociedad más pacífica y armoniosa.