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SACRIFICIO
-No Jace, no puedes dejarme atrás, No esta vez –Alec le decía a
su parabatai sujetándolo del brazo. Jace lo miro muy extrañado
y sacudió la cabeza lentamente.
-Nunca te he dejado atrás Alec –dijo Jace con rostro de simpatía
triste -Es solo que siempre he necesitado de tu sinceridad y tu
inteligencia para cubrir mi espalda, sabes que te necesito para
poder alejarme de aquí sin que nadie lo note. Aun no conozco a
alguien que no crea en lo que sale de tu boca. Y además planeo
que me alcances lo antes posible, no podría hacer esto sin ti mi
muy amado parabatai –Jace coloco ambas manos en los
hombros de Alec, esperanzado a que esta no fuera la primera
vez en que se negara a hacer algo que le pidiera pero también
estaba consciente de que en esta ocasión le estaba pidiendo
demasiado.
Alec lo miro a los ojos.
-Jace… quiero ir contigo, necesito ir contigo, él… -Se
interrumpió así mismo, no quería decir nada vergonzoso ante
Jace.
-Lo sé –Jace sonrió a su mejor amigo –Alec pero de lo único que
estamos seguros es de que Izzy fue por Sebastian, sabemos lo
que ella quiere (matar a Sebastian) y no descansara hasta
conseguirlo, también que Simón y Clary la acompañan, por
desgracia de nosotros los tres parecen ser tan complacidamente
estúpidos como para no detenerse a pensar en lo absurdo y
peligroso que eso resulta. ¡Acompañarla en lugar de detenerla!
Acaso ¿no es obvio lo obvio? –Dijo con ojos un tanto
desorbitados, respiro profundo y continuo mirando a su amigo –
Creo que Magnus es mucho más sensato que ese trió, solo
empeoraría las cosas y él lo sabe.
Alec bajo la cabeza –Fue tras ellos, lo sé –Su voz era baja.
-En realidad eso no nos consta –Jace se forzó a decir eso para
calmar a Alec.
-Está débil –dijo Alec con su mirada aun en el suelo –Mira a
cuantos Cazadores a curado, debe de tener la mitad de su
energía si tiene suerte y Sebastian odia a los Subterráneos, lo
matara –Cerró sus puños con fuerza – Lo matara en cuanto lo
vea y no podrá defenderse.
Jace estaba consciente de lo que Alec estaba diciendo y tenía
razón; Magnus Bane se había convertido en alguien que
arriesgaría su propia seguridad por proteger a Isabelle, Clary e
incluso a Simón, podría ser por lo que cada uno de ellos valía
para Magnus o podría ser para evitarle una pena a Alec, no
importaba mucho el porqué solo el hecho de que lo haría.
-Entonces dime, ¿Que hacemos?, ¿Nos vamos y nos
arriesgamos a que nos sigan, nos alcancen y que nos traigan de
regreso? O…
-Técnicamente –Lo interrumpió Alec –Solo a ti te traerían de
regreso, Tengo dieciocho y es mi derecho e incluso obligación
investigar el paradero de un infractor de la Ley.
Jace lo miro horrorizado, Alec nunca había jugado en contra de
él la carta de su mayoría de edad y nunca se imagino que lo
haría ahora, Alec había cumplido recientemente dieciocho años
y Jace había tenido que ver como su parabatai se iba a luchar
peleas en las que él no podía acompañarlo, algo que a Alec
parecía no molestarle, su naturaleza protectora le hacía ver que
era mucho mejor que su hermano adoptivo no estuviera en un
peligro eminente luchando a su lado. Se dio cuenta también de
que Alec no era el mismo, había cambiado, se había convertido
en una persona más decidida y madura si eso era posible,
además de abierta hacia los demás, ya no era el chico que no
hablaba sobre sus sentimientos, al parecer el dolor y el amor
que sentía colisionando en su interior lo obligaban a
comportarse de maneras extrañas aun para su parabatai más
cercano que un hermano.
Ahora Jace miraba al suelo.
-Así que me dejaras atrás.
-Para nada –Dijo Alec –Hare lo que me pediste.
Jace levanto la mirada y miro directamente a los ojos azules de
Alec, ahí estaba su Alec, cambiado y mucho más maduro pero
siempre sacrificándose por el bien de los demás aun en contra
de sus propios deseos, Jace lo miraba de la única forma que
podía hacerlo: con la admiración que le tiene un chico a su
hermano mayor.
-Pero debes prometer Jace Lightwood –dijo Alec a su hermano
intentando sonar un poco amenazador –Que tu prioridad no
será el matar a Sebastian sino traerlos de regreso. A los cuatro.
Jace sonrió –Lo prometo.
-Esto debe de ser una broma –dijo Sebastian ante la poco
probable escena que tenia ante él –Un par de Nephilim menores
de edad y un vampiro novato, ciertamente esperaba más de ti
hermanita.
Los tres se miraron y luego a Sebastian se miraba irritadamente
divertido por verles ahí en lugar de nervioso como debiera ser, al
ver que su paradero había sido descubierto, pero esto no estaba
ni cerca de ser así.
-Esperaba que al que le dijeras mi paradero fuera a Jace –Dijo
Sebastian con una sonrisa aterradora ante los ojos de los tres. -
Nunca me imagine que te embarcarías a una aventura con tus
amigos del Té para venir por mí.
-Entonces… -Dijo Clary mirando a los ojos de su hermano –Los
sueños… Tu.
-Los mande yo –Le confirmo Sebastian –Use el lazo de sangre
que nos une para poder acceder a tu mente y plantar la idea de
en donde podías encontrarme, pensando claro que no dudarías
de tus crecientes habilidades y tus antecedentes con los sueños
proféticos que tanto te han ayudado.
-¡Eso no importa! –Le grito Isabelle al acecino de su hermano –
Gracias por la información ahora desearas no haber hecho eso.
Isabelle dejo libre su látigo y lo azoto con fuerza hacia
Sebastian, este se enredo en su brazo formando un agarre
inquebrantable entre los dos Cazadores de Sombras, Sebastian
sonreía, realmente se miraba encantado con lo que estaba
sucediendo, Clary no lo pensó dos veces, saco un cuchillo
seráfico de su cinturón y se lo acerco a su boca, el cuchillo
brillo iluminando un poco más la habitación miro al otro lado
de Isabelle y pudo notar que entre las comisuras de la boca de
Simón se asomaban los largos y desafiantes colmillos, una
visión nueva aun para Clary, la determinación en los ojos de
Simón le causo un poco de miedo, un verdadero vampiro se
reflejaba mas a cada día en el lugar donde antes estaba su
mejor amigo de la infancia.
Sebastian tiro con fuerza del látigo de Isabelle para acercarla y
Simón no dudo, se abalanzo contra Sebastian y estuvo frente a
él aun antes que Isabelle lo estuviera, hubo un rastro de
sorpresa en el rostro de Sebastian que de inmediato se convirtió
en desprecio, olvido a Isabelle y arremetió contra Simón el cual
había encajado sus uñas en el cuello del Cazador, Simón iba
por su segundo movimiento pero Sebastian no le dio tiempo,
nadie noto la daga que tenía ya en su mano, la cual clavo en el
costado del vampiro haciéndolo soltar el agarre que tenia sobre
Sebastian y haciéndolo caer, los vampiros sanaban con mucha
rapidez así que era cuestión de minutos para que Simón
estuviera nuevamente de pie, Clary e Isabelle le darían esos
minutos, ambas Cazadoras una con más experiencia que la otra
se abalanzaron contra Sebastian el látigo de Isabelle tomo
nuevamente de su mano y Clary tomo la oportunidad para
clavar su daga en su corazón, por desgracia Sebastian era
mucho más rápido que las chicas y esquivo el ataque de Clary
con mucha facilidad y la golpeo en el rostro sacándola de la
jugada por unos momentos, Isabelle ya estaba sobre Sebastian
y obtuvo más suerte al lograr penetrar el hombro del asesino
con un cuchillo seráfico no perdió el tiempo y proporciono a
Sebastian una fuerte patada en el estomago la cual lo saco de
su equilibrio abalanzándolo hacia atrás en donde ya se
encontraba Simón y lo recibió con sus garras enterrándolas en
su espalda, Sebastian dio un grito ahogado y sus ojos casi
salieron de sus orbitas cuando miro una daga enterrarse en la
parte derecha de su pecho, miro la daga y después levanto la
mirada para darse cuenta de que había sido lanzada por Clary,
Simón saco sus garras de la espalda del Cazador haciendo un
poco mas de daño y lo levanto para arrojarlo hacia la pared más
cercana con toda la fuerza que le fue posible, Sebastian choco
contra el muro y cayó al suelo provocando un ruido
desgarrador, estaba inmóvil. Isabelle, Clary y Simón se
reagruparon miraban hacia Sebastian.
-Lo lograremos –Dijo Clary con voz de esperanza –Podemos
matarlo.
Se escucho una risa escandalosa, el trió no aparto la mirada
¿acaso era Sebastian? Y así era, se quedaron perplejos al
observar cómo se ponía de pie y sacaba la daga de su pecho y la
lanzaba a los pies de los tres chicos, su postura era impecable,
ningún daño eminente.
-Esto de verdad es entretenido –Sonrió Sebastian.
Alec caminaba por el campamento que Cazadores de Sombras y
Submundos fieles a la clave habían montado en donde se había
realizado la última batalla, miraba con atención a su alrededor,
buscaba a una persona, tenía un plan y había que llevarlo a
cabo lo antes posible. Había muchos Cazadores heridos, la
última batalla en contra de demonios liberados seguramente
por Sebastian había traído con ella varias bajas, en los últimos
días había sido así, se registraban ataques de demonios en
diferentes partes del mundo esto había provocado que los
Cazadores de Sombras no se dieran abasto para la defensa de la
humanidad, cada instituto tenía que hacerse cargo de sus
propios territorios sin mucha esperanza de recibir refuerzos de
algún otro ya que era imposible, Alec se imagino las calles de
Alicante vacías ya que seguramente se había convocado a cada
Cazador de Sombras a las diferentes batallas que se daban
origen en diferentes partes del mundo. Camino directamente al
lugar donde se llevaban a cabo las juntas del Consejo,
necesitaba asegurar que se presentaría a moción los sueños de
Clary en donde revelaban el paradero de Sebastian y donde se
decidiría si les tomarían la importancia suficiente como para
mandar a un grupo de Cazadores en busca del asesino.
-Hola Alec –Le saludo Luke en cuanto lo miro acercándose –
¿Estarás en la junta?
-No en realidad –Alec no podía evitar ser sincero con sus
respuestas –Quiero preguntarte si podrías sacar a colación los
sueños de Clary, ya sabes, por la ubicación de Sebastian.
-Lo he considerado bastante, yo iría de inmediato tras esa pista
pero estamos bajo un mandato ahora –Luke sonaba abrumado -
Y nos costó llegar a este punto no podemos dar un paso atrás.
Alec entendía perfectamente lo que Luke intentaba decirle,
desde la batalla de Idris los Subterráneos habían conseguido un
lugar en el consejo de la Conclave pero cabía mencionar que los
miembros de la clave originales no estaban cien por ciento
seguros de esto, se podría considerar que estaban en una
especie de tiempo de prueba.
-Seria de mucha ayuda si lo sacaras a colación –dijo Alec al
padrastro de Clary -Para que por lo menos sea votada, eso nos
da un poco de esperanza.
-Puedes contar con eso mi joven Cazador –Le dijo Luke –Y con
mi voto a favor claro está.
Se asomo una sonrisa en los labios de Alec –Gracias, Te dejo
entonces, me reuniré con Clary y los demás –Alec señalo hacia
donde se encontraban las tiendas donde se solían reunir,
Jocelyn se les unió justo para escuchar esto último, Alec pensó
que era bastante apropiado, esto le daría un aire de alivio a la
mama de Clary.
-Te veremos pronto –Luke asintió hacia Alec que ya empezaba a
alejarse.
-Alexander –El corazón de Alec se acelero, sabia de quien se
trataba esa voz, solo mantente calmado se dijo a sí mismo, se
dio la vuelta para encontrar el rostro de su madre.
-¿A dónde vas? ¿No entraras a la junta? –hacía tiempo que su
madre tenía que levantar la cabeza para alcanzar los ojos de
Alec, sin embargo Alec muchas veces se pregunto si llegaría el
día en que lo dejara de ver como a un niño pequeño.
-Me pareció que sería mejor quedarme con Izzy y los demás –
Alec miraba a los ojos de su madre que era prácticamente mirar
a los propios.
-Ha, eso está muy bien –Dijo Maryse a su hijo mayor -No
quisiera preocuparme por tus hermanos en estos momentos –
Maldita sea pensó Alec, ¿Qué tan malo es engañar así a tu
madre?
-Entonces me voy –Dijo y siguió su camino.
Ve a las hadas por chismes sobre vampiros, a los hombres lobo
por chismes sobre hadas y no busques chismes sobre los lobos
por que intentaran arrancarte la cara a mordidas Le había dicho
en una o dos ocasiones Magnus a Alec, Magnus no solía hablar
de sí mismo no era para nada abierto respecto a eso, pero de lo
que si le hablaba y mucho era sobre el mundo de los
subterráneos. Como si esto le diera a Alec una llave que podría
utilizar si lo llegara a necesitar.
Alec se encontraba recordando:
-¿Por qué me interesaría conseguir chismes sobre… hum,
¿cualquiera? –Le pregunto Alec a Magnus con una sonrisa
incrédula.
-Podrías nunca necesitar un chisme dulzura –Le dijo Magnus a su
novio ofreciéndole una taza de café –Pero es importante que
sepas como fluye la información entre ellos, por si alguna vez
requirieras algo. Sepas donde buscar.
Alec sonrió aun más – ¿Esto es una especie de lección? ¿Quieres
que traiga una libreta para apuntes? –Alec siguió a Magnus con
la mirada y con la inevitable sonrisa que se formaba en su rostro
Magnus se acercaba a él con otra taza de café en su mano.
-Valla, valla a este ángel le está gustando cada vez mas hacer
bromas –Magnus sonreía y paso su mano libre por sobre los
hombros de Alec formando una especie de gancho a través de su
cuello, Alec paso su mano por la espalda del brujo para
responder a su abrazo y empezaron a caminar juntos hacia el
sillón.
-Supongo –Dijo Alec algo apenado.
Magnus sonrió aun más. Estaban sentados ya en el sillón,
Magnus aun con su brazo alrededor de Alec y noto que aun
considerando las bromas tenía su atención por completo.
-También es importante ángel –Comenzó Magnus –Que sepas que
las hadas no irán a una batalla donde no vallan vampiros y que
los vampiros por mucho que odien a los hombres lobos respetan
su sentido común y sus decisiones son consideradas bajo las de
los lobos y cabe de mencionar que difícilmente cualquiera de ellos
se metería con un brujo –Magnus guiño un ojo a su novio.
Y tomo un sorbo de su café –Esto te puede servir…
-Para encontrar aliados –Le interrumpió Alec.
-Exacto.
Alec reflexiono sobre esto y le tomo muy poco tiempo decidir su
siguiente movimiento, miro hacia el cielo el crepúsculo se
asomaba era perfecto, ya era un buen momento para ir a hablar
con Raphael Santiago el líder del clan de los vampiros de Nueva
York.
Clary, Isabelle y Simón estaban en estado de shock al ver a
Sebastian frente a ellos y completamente intacto, sabían que el
tipo no era un Cazador de Sombras ordinario gracias a la
sangre de demonio que corría por sus venas pero después de
haber realizado tremendo ataque en su contra lo menos que
esperaban era que hubiera sido como si en realidad nada de eso
hubiera pasado.
-¿Es todo lo que tienen? –Sonrió Sebastian –Esto será una
masacre.
Sebastian se abalanzo contra los chicos, Simón se adelanto, tal
vez podría recibir el impacto del ataque por completo sacando
del peligro a las Cazadoras de Sombras que le eran tan
importantes y a las cuales protegería con su vida, y así fue,
Sebastian lo tomo de los brazos, la velocidad de ambos eran
similares lo que a Clary e Isabelle les tomo de sorpresa eran
demasiado rápidos como para incluso reaccionar. Ambas chicas
observaron horrorizadas como Sebastian remetía contra Simón
con todo lo que tenia, patadas, golpes cada uno de ellos
causando un daño considerable al vampiro y sin darle si quiera
la oportunidad de reaccionar.
-Los hijos de la noche son asquerosos seres que deben ser
exterminados –Dijo Sebastian al vampiro que yacía en el suelo.
Sebastian tomo una daga de su cinturón de armas, al ver esto
Isabelle reacciono y azoto su látigo en dirección al Cazador el
cual se movió ágilmente para que el látigo ni siquiera lo tocara,
como si nada hubiera pasado, levanto la daga que sostenía en
su mano y apunto a la garganta de Simón, Ambas chicas se
movieron para intentar salvar a su amigo que aun yacía en el
suelo, pero ambas sabían que no llegarían a tiempo y cuando
todo parecía perdido para Simón, Clary e Isabelle un rayo de luz
azul atravesó la habitación y choco ferozmente contra el pecho
de Sebastian el cual grito y todos observaban como Sebastian
volaba por el aire y aterrizaba al otro lado de la habitación lo
suficiente mente lejos de los chicos como para que un aire de
esperanza llegara a sus mentes, Isabelle se inclino hacia Simón,
la angustia claramente reflejada en su rostro y Clary observo a
la dirección de donde había provenido el rayo que había salvado
la vida de su mejor amigo y ahí, de pie, se encontraba Magnus
Bane el gran brujo de Brooklyn, sus ojos de gato encendidos
con furia y sus manos envueltas en un aura azul listas para
atacar de nuevo.
Alec se dirigió hacia el edificio que había sido elegido para que el
clan de Vampiros de Brooklyn se resguardara de la luz del sol,
con forme se acercaba noto que muchos de ellos salían del
mismo y se adentraban al bosque que se encontraba no muy
lejos del lugar, A cazar pensó Alec habían luchado un día antes
a la par de Cazadores de Sombras en contra de demonios, los
vampiros eran resistentes pero su fuerza, resistencia y la forma
en que rápidamente sanaban dependía de la sangre y era
necesario que la consiguieran de inmediato. Alec caminaba por
entre vampiros y unas cuantas hadas, nadie prestaba atención
al Cazador de Sombras excepto una vampira que al verlo se le
acerco.
-Alexander Lightwood –Dijo Lily la mano derecha de Raphael la
cual lo observaba con ojos suspicaces -¿Qué haces caminando
por aquí tu solo? ¿Y tu pequeño Club? –La chica mala sonrió
mostrando sus colmillos.
A Alec no le interesaban las respuestas complicadas que solían
dar Jace y Magnus a los comentarios sarcásticos, no les miraba
ninguna necesidad así que solo ignoro un tanto a Lily y fue
contundente hacia su propósito.
-Me preguntaba si podría ver a Raphael antes de que se
marchara a la junta –Dijo Alec – ¿Sabes si sigue por aquí?
La voz de Alec era firme y segura, así se le tenía que hablar a los
vampiros, no les temía por supuesto, pero era necesario dejar
en claro que sus intenciones eran prioritarias y de importancia
significativa, la vampira pareció notar esto.
-Te llevare con él –Se dio la vuelta y empezó a caminar.
Alec la siguió. Entraron al edificio abandonado con anterioridad
por mundanos, un Hotel Debe ser una broma pensó Alec, no
había iluminación, los vampiros no la necesitaban, así que Alec
tomo su luz Mágica casi automáticamente teniendo cuidado de
que su brillo no alcanzara a su guía, miro unas escaleras frente
a ellos pero no las subieron, en su lugar la chica camino de
frente pasando por un lado de las mismas, llegaron al final de
un pasillo donde se encontraba una puerta de aspecto muy
ordinario. Lily abrió la puerta y le hizo una seña a Alec para que
entrara, en el interior reconoció a sus dos ocupantes: Raphael
Santiago y Elliot su segundo al mando. Las caras de sorpresa
aun en los rostros inexpresivos de un par de vampiros fueron
evidentes.
-Te buscan –Dijo Lily a Raphael mientras se montaba de
manera casual sobre un mueble abandonado, se ponía cómoda,
realmente tenía la intención de quedarse a escuchar lo que el
Cazador tenía que decir.
-¿Alec? –Menciono Raphael al ver al Nephilim entrar a la
habitación más para sí mismo que otra cosa.
Alec se sorprendió, No esperaba que el líder de los vampiros lo
llamara por su sobrenombre, lo conocía, era claro pero nunca
había siquiera entablado una conversación real con él, lo había
encontrado en varias ocasiones en casa de Magnus ellos
parecían tener una relación basada en lealtad que rosaba en
amistad pero Raphael nunca se quedaba mucho tiempo
después de que Alec llegaba como para que su relación
eventualmente se volviera estrecha. Magnus le daba
explicaciones a Alec sobre el por qué Raphael había ido en su
busca, por lo general era un favor o alguna especie de
información con respecto a algo importante que cualquiera de
los dos necesitara saber, pero lo que nunca le dijo era el porqué
Raphael tenía esa especie de respeto y agradecimiento
desmedido hacia Magnus y también sabía que era inútil
preguntar.
Raphael salió de su asombro y miro a Elliot.
-Sabes que hacer Elliot –Luego miro a la chica -Lily ve con él.
Lily hizo una mueca dramática de desilusión, después de todo
no se enteraría de nada interesante para luego contar. Ambos
vampiros salieron de la habitación.
-¿Qué haces aquí Alec? ¿Te mando el consejo a por mí?
-No –Contesto Alec –Necesito hablar contigo, sobre Clarissa Fray
y Sebastian Morgenstern. ¿Me lo permites?
-Claro –dijo Raphael –Magnus no me perdonaría si no te
escuchara.
Alec pestaño.
-Magnus y yo… ya no…
-Lo sé –Lo interrumpió Raphael –Pero eso no cambia nada. En
fin, ¿Qué quieres decirme?
Magnus se unió a los tres chicos, se inclino hacia Simón para
asegurarse de que estuviera aun con vida. Fue Isabelle la que
hablo primero.
-¿Magnus? ¿Qué…? ¿Cómo? –La mirada de desconcierto en
Isabelle era clara.
-No hay tiempo de explicar Isabelle –Comenzó Magnus al
momento de que tomaba a Simón para levantarlo -Debemos
irnos de aquí.
-¡No! –Protesto Isabelle –Contigo aquí podemos matarlo, será
más fácil ahora…
-Olvida esa estúpida idea Isabelle –Magnus la interrumpió y
miro hacia Sebastian parecía que aun no se recuperaba. Y de
nuevo a Isabelle e intento hacerla entender –Esa fue toda mi
energía Izzy, lo lamento pero no puedo hacer más que ponerlos
a salvo mientras pueda.
Isabelle miro a la cara a Magnus y se dio cuenta de que lo que
le acababa de decir era muy cierto, el brujo se miraba sin
energía, su rostro desalineado y su postura recta estaba
desfallecida.
-Entonces nos vamos –Hablo por fin Clary que ayudo a Magnus
a levantar a Simón que aun no parecía recuperarse de los malos
tratos que acababa de recibir.
Isabelle mordió su labio y se resigno, tendrían que retirarse en
esta ocasión por el bien de sus amigos. Mirar a Simón en la
condición en la que se encontraba la ayudo a decidir.
-Bien, démonos prisa –Dijo Isabelle con resignación y
frustración.
Empezaron a ponerse en movimiento cuando Clary miro hacia
donde estaba Sebastian pero no miro al chico.
-¿Dónde… -Clary no termino la pregunta.
Sebastian se coloco frente a ellos, fue solo un segundo ya que
no les dio tiempo de reaccionar, El cazador de sombras
arremetió ahora contra el brujo, con un golpe certero en el
rostro hizo que Magnus diera varias vueltas en el aire y callera
violentamente a unos metros de distancia, Magnus Bane yacía
boca abajo en el suelo sin movimiento alguno, Simón ahora sin
la ayuda del brujo regreso al suelo sin que Clary pudiera hacer
nada al respecto.
-Sera mejor que acabe con esto de una buena vez –Sebastian
miraba a Simón.
-¡No te atrevas! –Le grito Clary que sujetaba a Simón en sus
brazos tratando de protegerlo.
-¡No lo harás! –Era Isabelle con cuchillo en mano y furia en sus
ojos colocando su cuerpo de guerrera entre sus amigos y la
amenaza.
-No me molestaría matar a otro Lightwood maldita traidora así
que fuera de mi camino –Los ojos de Sebastian estaban más
oscurecidos por la rabia, la rabia de ver a dos Cazadoras de
Sombras protegiendo con sus vidas a dos submundos.
Isabelle no se movió, no lo haría, pensó en su hermano, en Jace
en como ellos darían la vida por cada uno de ellos y se miro a
ella misma arrepentida de a ver ido allí, de a ver llevado a Clary,
Simón y Magnus al peligro así que solo había una forma de
redimirse, sabía que no podría matar a Sebastian pero Magnus
y Simón solo necesitaban tiempo para recuperarse y se los
daría. Aun a costa de su vida.
Jace bajo de su caballo al ver que llegaba al conjunto de
edificios que se asomaban a la distancia y que Isabelle había
mencionado en la nota que había dejado para Alec y él donde se
encontraría Sebastian, al adentrarse entre los edificios se dio
cuenta de que todos estaban abandonados, ató a su caballo a
una columna y saco su luz mágica seguida de un cuchillo
serafín el cual se acerco a la boca -Anriel -susurro y el cuchillo
se ilumino, siguió avanzando y pudo ver a la distancia un
edificio iluminado se lleno de adrenalina y corrió lo más rápido
posible en segundos estuvo entrando al edificio, era lo que
parecía una residencia común, entro por una puerta trasera y
llego a un estudio o eso daba la impresión que fue alguna vez,
era largo, y antorchas a sus lados iluminaban un gran pasillo,
no había señal de que hubiera alguien ahí, camino por en medio
de la habitación y miro una figura familiar a sus ojos: Raziel
pensó Jace al llegar frente a una figura de piedra con la imagen
del Ángel Creador, la estatua era como la que se encontraba en
el corazón del instituto, portaba la copa mortal (De piedra) en
una mano y una espada en la otra, la cual era real, una afilada
espada imponente, pero no era la Espada Mortal, eso era
imposible, esta se miraba similar pero oscura, probablemente
Sebastian intentaba burlarse del más grande símbolo de los
Cazadores y convertirlo a lo maligno, Jace miro la imagen con
desprecio.
-Estas más enfermo de lo que me imagine Sebastian –Dijo para
sí mismo.
Algo más llamo su atención, camino hacia atrás de la escultura
y noto algo que parecía ser un pozo común en el que podría
acumularse agua, era algo extraño ya que se encontraba en el
interior se acerco y desde la orilla del pozo pudo ver horrorizado
como un sin número de creaturas de todos tipos, formas,
tamaños y texturas giraban en lo que parecía un agujero sin fin:
Demonios atrapados en alguna especie de puerta esperando ser
liberados, Jace se miro así mismo respirando agitadamente,
¿Qué pretendía Sebastian al invocar todos estos demonios? Al
ser liberados seria la destrucción de la humanidad, esto no
podía ser concebido, Jace tomo un pedazo de papel de uno de
sus bolsillo, escribió en él y con su estela trazo una runa al
reverso del mismo el cual inmediatamente se quemo y floto en el
aire, había mandado un mensaje formal a la clave del peligro
eminente que se tenía allí. Acto seguido tomo su celular.
Date prisa, Te necesito, Aun no los encuentro.
Selecciono Alec como contacto y presiono enviar.
Jace solo tenía algo en mente Tengo que encontrarlos empezó a
caminar hacia la otra puerta que se encontraba en la
habitación, contraria a por donde había llegado. Cuando
escucho un grito proveniente de ella, era una voz demasiado
familiar.
-¡No te atrevas!
Clary, Jace no dudo, su corazón se acelero y corrió hacia ella lo
más rápido que pudo, al entrar a la habitación no pudo evitar
sorprenderse, Magnus estaba boca abajo en el suelo,
probablemente sin vida, parecía sin vida, Simón en brazos de
Clary con heridas visiblemente graves e Isabelle formando una
barrera protectora entre Sebastian y los caídos, los tres
voltearon a verle.
-Me preguntaba cuando llegarías –Sebastian sonrió a Jace.
Alec le informo a Raphael acerca de los sueños de Clary y de
cómo estos informaban la ubicación de Sebastian, también
como este tipo de sueños habían sido muy útiles en el pasado,
Alec fue contundente sin desperdiciar una palabra, era bueno
en eso, una vez que hubo terminado su relato le solicito a
Raphael abiertamente su apoyo para que el consejo enviara
Cazadores hacia ese lugar.
-Te creo Cazador de Sombras –Dijo finalmente Raphael –Pero
antes de comprometer mi palabra necesito conocer la decisión
de Luke.
-Luke traerá la moción a colación –Dijo Alec para sorpresa de
Raphael –y dará su voto a favor, me lo ha asegurado, hable con
él antes de venir a ti.
Raphael sonrió –Eres listo Nephilim, Magnus lo menciono, me
complace comprobarlo, serás un aliado valioso –Raphael lo
observo con cierto interés.
-Hum –Alec lucia bastante confundido.
-Cuando sabes que vivirás más que la mayoría –Empezó a
explicar Raphael ante la cara de desconcierto del chico –Tiendes
a pensar en el futuro, No podría imaginar que Maryse Lightwood
no dejara su actual puesto a su primogénito el cual tiene las
cualidades sobresalientes para desempeñarse como siguiente
director del instituto de Nueva York, en un futuro próximo,
claro está.
Alec nunca se le había ocurrido tal cosa y ciertamente no era el
momento para comenzar a hacerlo.
-Entonces –Dijo el joven Lightwood –¿Cuento con tu apoyo?
-Ciertamente –Dijo Raphael y agrego –Además hablare con la
Reina Seelie, puedes contar con el voto del reino de las hadas
Alec.
Alec no pudo evitar sorprenderse, esto estaba saliendo mejor de
lo que pudo haber esperado.
-Pues gracias Raphael, No lo olvidare.
-Cuento con eso Cazador de Sombras –Raphael asintió hacia
Alec –Ahora, Tengo algo que mostrarte.
Raphael camino hacia una puerta que se encontraba tras ellos,
la abrió y le indico a Alec que entrara. Inmediatamente Alec
reconoció las cosas que claramente asociaba con Magnus, el
olor a Magia como azúcar quemada, veladoras con su llama de
un notorio azul brillante, miro un escritorio en medio de la
habitación con libros de magia sobre él y aun mas en frente
sobresaltando a sus ojos, un portal.
Raphael explico.
-Magnus vino hace unas horas y se puso a trabajar, al parecer
necesitaba encontrar a tu hermana y sus amigos y lo logro –
Raphael señalo un objeto sobre el escritorio.
Era un brazalete muy familiar para Alec, era de su hermana, su
madre se lo había regalado en su cumpleaños varios años atrás.
Al parecer Magnus lo uso para rastrear a Isabelle y después
fabrico el portal. Alec miro hacia el portal.
-Magnus se fue unos minutos antes de que tu llegaras –Dijo
Raphael.
-Dejo el portal abierto para los Cazadores –Dijo Alec algo
desconcertado.
-Exacto –Dijo Raphael tras la acertada conjetura de Alec –Claro
que Magnus no estaba seguro de la decisión del concejo, fuiste
tú el que se aseguro de la decisión.
Alec miro a Raphael.
-Entonces tendré que pedirte otra cosa –Dijo al vampiro -Una
vez que la decisión sea tomada deberás ser tu el que informe a
la clave del portal.
-Puedo hacer eso –Informo el Líder del Clan –Pero ¿tú que
harás?
-Cruzar el portal –Dijo Alec sin mirar a Raphael.
- Me alegra que vallas tras él, estoy algo preocupado debo
admitir.
Alec volteo hacia Raphael tenia preguntas por hacer, pero ya no
tenía el derecho para hacerlas, en realidad tal vez nunca lo
tuvo. El vampiro noto la incertidumbre en su rostro tras su
último comentario.
-Magnus Bane me salvo –Dijo Raphael –Y me ayudo de tal
manera que estaré en deuda con él eternamente. No somos los
mejores amigos en realidad pero sabe que mi lealtad hacia él
difícilmente terminara y se preocupa sinceramente por mí, algo
que es difícil de conseguir considerando mis compañías.
Estas palabras no hicieron que Alec se sintiera mejor consigo
mismo, recordó el trato que hizo con Camille, aun que hubiera
sido por un segundo, considero el acecinar a Raphael Santiago,
pensó en el daño irreversible que le hubiera causado a Magnus,
el dolor le inundo el pecho, miro a Raphael.
-Raphael… –Comenzó Alec –Camille… Ella…
-Lo sé –Dijo El líder del Clan –Sé del trato que te ofreció.
Alec lo miro horrorizado -¿Cómo sabes eso?
-Magnus me lo dijo –Comenzó Raphael -Estaba preocupado de
que Camille viniera y me lo contara poniéndome en tu contra.
Magnus me aseguro que te conocía lo suficiente como para
saber que nunca lo hubieras hecho y que no dejara que Camille
me hiciera pensar de manera diferente. –Raphael sonrió –
También me dijo que seguramente te sentirías tan culpable que
tal vez vendrías a confesar tu propio error, no le creí esa parte
claro está, Eres un Cazador de Sombras después de todo, pero
parece que así es.
Alec sintió que su corazón salía del pecho
-Pero eso no tiene ningún sentido –Dijo Alec mirando al suelo.
Y no lo tenía. Si Magnus realmente pensaba de esta manera
¿por qué simplemente no lo perdono? Si entendía, como le
había dicho a Raphael, ¿Por qué había creado este
distanciamiento entre ellos? Un sonido proveniente de su
cinturón de armas lo despertó, tomo su celular y leyó el
mensaje que Jace le había mandado.
-Tengo que irme –Dijo el Cazador de Sombras después de
obligarse a salir del enredo en su cabeza.
Alec se acerco hacia la pared donde estaban las runas propias
del portal que se encontraba frente a él, y dudo. No había visto
a Magnus desde su rompimiento No quiero volver a verte
Alexander, a ti o cualquiera de tus amigos Estas palabras
retumbaban en su cabeza pero Este no es el momento, Basta no
es el momento se decía a sí mismo. Alec era capaz de mirar a la
cara a la muerte y aceptarla con dignidad como el guerrero que
era, pero el pensar en Magnus y saber que le había fallado y que
ahora lo despreciaba lo sobrepasaba. Pero con lo que El líder de
Clan le acababa de decir, esos pensamientos estaban
empezando a cambiar.
Raphael miro la duda en su rostro. Pero no podía hacer mas, ya
había hablado demasiado.
-Gracias Raphael –Alec miro al vampiro. Raphael estaba
sorprendido, no era común escuchar a un Cazador de Sombras
hablar con un Submundo de la manera que Alec lo estaba
haciendo y mucho menos escucharlos decir gracias de la
manera tan sincera en que lo hacía, también noto un brillo en
los ojos de Alec que hace un momento no estaba ahí –Por ahora
lo único que me importa es ayudar a Magnus. Has tu parte y
estaré en deuda contigo.
Raphael asintió hacia Alec que empezaba a desaparecer a través
del portal De verdad es diferente pensó el vampiro.
-Buena suerte Cazador de Sombras –Dijo Raphael Santiago a
nadie.
Jace corrió hacia Sebastian y este se puso de inmediato en
posición de ataque, se olvido por completo de Isabelle la cual
corrió de inmediato a lado de Magnus para cerciorarse que
seguía con vida.
-Por el ángel –Dijo agradecida Isabelle al notar la respiración de
Magnus pero no lo movió, tenía miedo de causar más daño, solo
quedaba esperar a que el brujo se sanara a sí mismo.
Clary miraba atónita como la pelea de Jace y Sebastian se
llevaba a cabo, era muy impresionante mirar a dos Cazadores
de Sombras pelear con todo su esplendor, Clary noto como sus
movimientos eran incluso similares casi como pelear con un
espejo, después de todo a ambos los había entrenado el mismo
hombre y noto algo de Valentine en Sebastian lo cual la hizo
estremecer, Jace lanzaba cuchillazos a Sebastian pero este los
evitaba con agilidad deshumana, bloqueando cada uno de los
ataques de Jace, Clary noto que en realidad esta lucha no
llegaba a ningún lado pero por lo menos Jace difícilmente
saldría herido mientras se mantuviera peleando de esta manera.
Pero había pensado de manera muy optimista, una sonrisa
maliciosa se dibujo en el rostro de Sebastian y con un
movimiento de técnica superior despojo del cuchillo a Jace.
Jace no se quedo quieto, intento propinar un golpe a Sebastian
al rostro pero este le sujeto la mano, la presiono con tal fuerza
que provoco que Jace soltara un grito ahogado, Sebastian
levanto su mano portadora de la daga para atravesar el corazón
de Jace. Clary e Isabelle miraban atónitas la horrible escena sin
poder hacer nada, Lo matara pensó Clary. En ese momento un
zumbido corto el aire en la habitación y una flecha se clavo en
la mano de Sebastian haciéndole soltar la daga, Sebastian grito
y también libero a Jace, miraba con ojos desorbitados la flecha
enterrada en su mano, levanto la mirada pero no vio al
responsable, en su lugar otra flecha se dirigía directamente
hacia su rostro, Sebastian no dudo y se movió de inmediato se
dio cuenta de que una tercera flecha venia hacia él, no había
tiempo de nada, Sebastian corrió mientras sentía que una
ráfaga de flechas le seguía, tan cerca que podía percibir el rose
que tenían con su cuerpo.
Jace miro como Alec lanzaba flechas a Sebastian con
maquinada destreza mientras caminaba hacia él. Alec se detuvo
cuando su carcaj se vació, se encontraba ahora a lado de Jace y
ambos miraron como Sebastian ahora con la libertad de
detenerse sacaba la flecha de su mano y otra de su hombro los
miraba, la furia clara en sus ojos, Alec y Jace se miraron y sin
hablar como solo los parabatais podían hacer ambos se
pusieron en acción. Alec se despojo de su arco y de su espalda
tomo una espada serafín, la acerco a sus labios –Amriel –
Susurro y la espada centello Jace tenía otra espada entre sus
manos ambas armas brillaban imponentes ante las miradas de
todos en la habitación.
Sebastian maldijo, sabía que los Cazadores eran buenos
peleando en equipo pero cuando se trataban de parabatais el
poder aumentaba exponencialmente, para sorpresa de ambos
chicos Sebastian corrió hacia la habitación por donde había
llegado Jace. Se quedaron quietos por la sorpresa por un
momento, fue Jace el que hablo.
-¿Corrió? –Jace miro a Alec.
Alec lo ignoro y corrió hacia su hermana. Isabelle estaba
arrodillada a lado de Magnus, cuando llego frente a ella puso su
mano sobre su barbilla y le levanto ligeramente el rostro como
buscando daños.
-Estoy bien. –Isabelle se deshizo del agarre de su hermano, se
sentía tan culpable como para merecer tal atención.
Alec se movió rápidamente ahora hacia Magnus que aun yacía
en el piso boca abajo, a diferencia de su hermana Alec con
mucho cuidado coloco a Magnus sobre su brazo para que su
rostro ahora mirara hacia arriba, acerco su oído a su pecho
todo parecía estar bien a acepción que seguía inconsciente, le
estaba tomando mucho tiempo recuperarse ya que había
gastado gran parte de su energía para sanar a los Cazadores
heridos en la última batalla, Alec no pudo evitar pensar en que
si Magnus estuviera lo suficientemente consiente podría darle
parte de su energía, se lleno de impotencia y tuvo que
resignarse a esperar que el brujo despertara. Alec volteo a ver a
su hermana pero ya no estaba, ahora se encontraba con Simón
y Jace tenía en sus brazos a Clary la cual parecía estar
hablando desesperadamente, seguramente explicando lo que
había pasado antes de sus llegadas.
Alec volvió la mirada hacia Magnus de verdad deseaba con
todas sus fuerzas que despertara, miro con atención su rostro y
noto el golpe cerca de su mandíbula, sintió una presión en el
pecho, se tomo la libertad de acariciar la mejilla del brujo,
estaba inconsciente así que no se daría cuenta, era algo que
necesitaba hacer así que tomo el riesgo ya que probablemente
no volvería a estar tan cerca de Magnus como en este momento.
Alec tomo aire fuertemente y se obligo así mismo a despertar.
Miro a Jace.
–Tenemos que irnos –Dijo firmemente –Ahora.
-Alec, no podemos –Dijo Jace a su parabatai. –Ese lunático
tiene un arsenal de demonios listos para unirse a la fiesta, los
debe estar liberando en este momento.
Alec paso una mano por su cabello lo que más quería era sacar
a su hermana, a Magnus y a los demás del peligro pero una vez
mas eso era imposible, se quito su chaqueta y cuidadosa mente
la coloco bajo la cabeza de Magnus para remplazar sus brazos,
se puso de pie y asintió hacia Jace.
-No hay que perder más tiempo entonces. –Dijo Alec.
–Hay un portal en aquella habitación. –Continúo señalando
hacia la puerta por donde había llegado. –Pero supongo que
Isabelle y Clary no pueden llevar a Magnus y Simón ellas solas
así que…
-Se quedaran aquí. –Le interrumpió Jace con una voz un tanto
amenazante. –Y miro hacia Isabelle. –Sin escusas, ni pretextos,
Isabelle Lightwood, ¿Entendiste?
El rostro de Isabelle era irreconocible, fue su hermano quien se
compadeció de ella.
-En cuanto les sea posible –Dijo Alec con voz calma a su
hermana. –Por favor Isabelle salgan de aquí.
Isabelle asintió hacia su hermano y Alec noto que tenía sus ojos
al borde de las lágrimas, Alec aparto la mirada, habría tiempo
en otra ocasión para decirle a su hermana que entendía por qué
había hecho esto y que nadie nunca podría estar molesto con
ella por esa razón.
-¿Listo? –Pregunto Jace a su parabatai.
Alec sintió como la ansiedad por la batalla le recorría el cuerpo,
era la sangre de Cazador de Sombras que le hacía sentir esa
euforia, Alec siempre había sido sincero en ese aspecto, salir a
matar demonios no era algo que le gustara realmente pero
había nacido como un guerrero y como tal era inevitable sentir
la droga de la batalla y como esta le llenaba su cuerpo de fuerza
y poder angelical.
Alec no pudo evitar curvar su boca en una leve sonrisa. –Si –
Dijo con ojos determinados a su parabatai.
Jace y Alec se dirigieron rápidamente en busca de Sebastian, al
entrar a la habitación miraron como el chico terminaba una
Iratze que trazaba sobre el dorso de su mano. Alec miro la
estatua del ángel Raziel y el pozo detrás de ella, Jace noto el
desconcierto en su amigo.
-Tétrico ¿No?
Alec asintió hacia Jace y luego miro a Sebastian.
-¿Qué pretendes Sebastian? –Grito Alec al asesino de su
hermano.
-Que la voluntad de mi padre se cumpla y…
-¡Mentira! –Le interrumpió Jace. –Tú quieres ver este mundo
arder, arder con Cazadores, Submundos y mundanos en él por
igual, solo por el gusto de verlo. –La voz de Jace era llena de
rabia.
-No todos los Cazadores. –Dijo Sebastian sonriendo. –Clary, aun
pretendo salvar a mi hermana.
Jace enmudeció al oír al ser más despreciable del mundo
mencionar el nombre de Clary, fue Alec quien hablo.
-No te le acercaras. –Dijo al Cazador de Sombras.
Jace no pudo evitar sonreír, escuchar a Alec decir esas palabras
lo lleno de esperanza, esperanza de luchar y ganar, esperanza
de vengar la muerte del pequeño Max y esperanza de que la
pesadilla termine.
Sin dudarlo ambos chicos se abalanzaron sobre Sebastian el
cual apenas tuvo tiempo para cambiar su estela por una espada
que se asomaba de su espalda, la batalla fue impresionante
desde su inicio, Jace y Alec sentían el poder por todo su cuerpo,
poder compartido por el enlace parabatai. Sebastian necesito
hacer uso de toda su fuerza y destreza para hacer frente al par.
Pero por desgracia esto duro poco la sangre de demonio que
corría por las venas de Sebastian se hizo presente y fue Alec el
que resulto herido por la espada del acecino, lo hizo retroceder y
gritar, Jace respondió con una patada pero Sebastian la esquivo
alejándose de los chicos. Jace se acerco a Alec.
-¿Estás bien? –Pregunto a su amigo y Alec lo miro.
-Jace tienes que calmarte. –Dijo para desconcierto de Jace.
-¿De qué demonios hablas Alec? –No pudo evitar levantar la voz
a su parabatai. –¿Estas delirando o qué?
-¡Estas brillando! –Le dijo Alec algo exasperado. –Lo menos que
necesitamos ahora es que te quemes Jace, Cálmate por favor.
Jace miro hacia su mano y noto lo que Alec se refería, pero
ambos sabían que difícilmente era algo que podría controlar.
-Maldito bastardo. –Dijo Sebastian mirando hacia Jace y Alec. –
El fuego celestial esta dentro de ti. –Y agrego. -Tendré que
matarte antes de que aprendas a usarlo.
Alec y Jace se miraron y Sebastian pretendía cumplir su
palabra, ya que arremetió contra Jace con todo lo que tenia,
Alec no dudo y ante los ojos de asombro de su hermano
adoptivo se interpuso entre Sebastian y él, espadas serafinas
chocaron de manera violenta provocando un ruido escalofriante,
Alec apenas pudo mantener el empuje de Sebastian y este
mirando el esfuerzo del chico, propino un golpe en el estomago
de Alec con su pie haciéndolo doblarse de dolor. Jace reacciono
pero Sebastian le golpeo el rostro con la empuñadura de su
espada, su cabeza se convulsiono hacia atrás fuertemente
haciéndolo caer, le tomo unos segundos recuperarse y cuando
miro hacia arriba miro a Sebastian con estela en mano, ¿Estela?
Pensó Jace, de inmediato pudo sentir que algo no estaba bien,
intento tomar su espada la cual estaba a centímetros de él pero
no pudo, noto que sus manos se unían involuntaria mente y se
formaba entre ellas un aro de energía negra, no pudo evitar
recordar la vez que la inquisidora lo esposo de una manera
similar utilizando su estela pero la energía que en esta ocasión
sentía cerca de su cuerpo era demoniaca, muy diferente a la
utilizada en aquella ocasión. Jace despertó de su aturdimiento
solo para darse cuenta que manos y pies estaban impedidos por
la energía negra, inmóvil ante Sebastian no pudo evitar pensar
que todo estaba perdido. Pero Sebastian guardando su estela y
sonriendo con su muy característica risa escalofriante se
levanto y camino hacia Alec dejando a Jace en el suelo
aterrorizado al darse cuenta que se dirigía hacia su parabatai.
-Hay que poner orden a esta situación. –Dijo Sebastian
caminando hacia Alec y mirando a Jace. –Lo que más deseo en
este momento es terminar contigo, así que una buena manera
de empezar es matando a tu otra mitad. –Dijo ante la agonía de
los ojos de Jace. –No pierdas de vista tu runa parabatai, esto
será interesante.
Isabelle sostenía entre sus brazos a Simón y acariciaba su
cabello con ojos anhelantes, deseaba con desesperación que
Simón despertara, Clary a lado de Magnus colocaba
eventualmente su mano en su pecho para verificar su
respiración, no habían dicho mucho desde que Jace y Alec se
fueron tras Sebastian, el ambiente era desolador y ambas lo
sabían, se miraban mutuamente sin decir palabra como si esto
les diera una sensación de paz falsa.
-¿Por qué tan triste? –Era Simón con un hilo de voz mirando
hacia Isabelle.
-¡Simón! –Ambas chicas gritaron a coro tras la agradable
sorpresa.
-Gracias al Ángel. –Dijo Isabelle mirando fijamente a Simón
mientras Clary se acercaba. –Pensé… Simón, me asuste tanto.
Simón intento decir algo a la chica pero no pudo. Isabelle se
inclino y lo beso, Clary retiro la mirada, este era claramente un
momento privado. Simón se sorprendió y se tenso por la
sorpresa pero luego se relajo quería disfrutar del gesto de
Isabelle, podría ser un acto impulsivo como todo en Isabelle
pero no le importaba, realmente había deseado esto desde hacía
mucho tiempo. Cuando por fin lo soltó pudo ver las lágrimas en
el hermoso rostro de Isabelle, Simón se incorporo hasta
sentarse y tomo a Isabelle en sus brazos.
-No vuelvas a asustarme de esta manera. –Dijo Isabelle en un
susurro cerca del oído de Simón. –Nunca.
Simón le sonrió. –Nunca, -Le confirmo a la Cazadora de
Sombras.
Clary les miraba con una resplandeciente sonrisa, las cosas
estaban mejorando después de todo, estaba por preguntarle a
Simón como se sentía pero fue interrumpida.
-Ho bueno esto es increíble. –Todos miraron hacia Magnus Bane
que estaba apoyado sobre sus codos mirándolos con
incredulidad. -¿Cómo demonios es que seguimos vivos?
-Con mucha dificultad. –Dijo Clary al brujo después de
despertar de su asombro, se acerco a Magnus. –¿Cómo te
sientes?
-Como si me hubieran golpeado con un bate gigante. –Magnus
se froto su mandíbula. –Así que, ¿Cuál fue el milagro? ¿Y en
donde está el pequeño bastardo?
-Jace –Dijo Clary. –Y… -Clary fue interrumpida por el agarre de
Isabelle y al voltear a mirarla pudo ver en su rostro cual era el
problema, tal vez no era buena idea decirle a Magnus sobre
Alec, no en la condición en la que se encontraba.
-Mira Magnus. –Dijo Isabelle mirando al brujo. –Tienes que
tomar las cosas con calma, recuerda que aun estas muy débil
y…
-Está bien Isabelle Lightwood. –Magnus entrecerró sus ojos. –
¿Por que no solo me dices que pasa? Tu lo has dicho aun estoy
muy débil, en realidad no puedo hacer gran cosa en este
momento, ¿Qué es lo peor que puede pasar?
Magnus siguió viendo la duda en el rostro de Isabelle y miro
hacia la habitación buscando pistas de lo que por alguna razón
no querían decirle y las encontró, miro una serie de flechas
incrustadas en una pared, miro un arco abandonado en medio
de la habitación, Magnus sintió que el corazón le salía del pecho
y se levanto abruptamente con las miradas puestas en él,
también sintió que había pisado algo, miro al suelo y recogió
una chaqueta que conocía y recordaba claramente Me gusta esa
chaqueta le había dicho a Alec, No tiene agujeros Recordó ese
momento, recordó los hermosos ojos azules y la extraña pero
encantadora sonrisa de…
-Alec –Dijo para sí mismo el brujo y sin detenerse a pensarlo
soltó la chaqueta y corrió hacia la siguiente habitación.
-Supongo. –Dijo Simón. -Qué esto es un buen ejemplo de lo peor
que podría pasar.
Se miraron un segundo y corrieron tras el brujo.
Jace miraba horrorizado como Sebastian atacaba a Alec con
todo lo que tenia, golpes, patadas miraba impotente como Alec
rodaba por la habitación con heridas formándose en su cuerpo
a cada segundo, miro como lo lanzaba hacia los muros en
múltiples ocasiones, pensó en piel sangrando y en huesos rotos,
pero eso no servía de nada tenía que encontrar la manera de
ayudar a su hermano.
-¡Maldito cobarde! –Dijo Jace. –Libérame y pelea conmigo, es a
mí a quien quieres muerto, ¿No es así?
Sebastian volteo hacia Jace, por lo menos quito la atención de
Alec por un momento eso era bueno.
–Pero primero quiero ver la tristeza y desolación en ti al perder a
tu muy amado parabatai. -Sebastian sonrió. –No te
impacientes, pronto será tu turno.
Camino de nuevo hacia un inmóvil Alec que yacía en el suelo,
cuando se acerco lo suficiente los ojos de Alec se abrieron con
determinación y atravesó la pierna de Sebastian con una daga,
Sebastian grito y maldijo mientras que Alec se ponía de pie no
sin dificultad y tomaba otra daga de su cinturón, pensó en
lanzarla hacia Sebastian pero su mirada era borrosa y se
convenció de que eso sería totalmente inútil, Sebastian miro a
Alec después de sacar la daga de su pierna.
-Malditos Lightwoods. –Dijo –Pero habrá uno menos en unos
momentos.
Sebastian corrió hacia Alec el cual se preparo para la envestida.
-¡Detente! –Surgió una voz de la nada, y Sebastian se detuvo
más por la sorpresa que por otra cosa.
Al voltear hacia la puerta pudo ver a Magnus Bane entrando a
la habitación seguido de Clary, Isabelle y Simón.
Alec no dudo y le grito al Gran Brujo de Brooklyn.
-¡Libera a Jace! –Tal vez su voz no había salido tan fuerte como
pensaba, tal vez estaba más lastimado de lo que imaginaba y la
adrenalina no le permitía estar completamente consciente de
eso.
Magnus miro a Jace y se inclino en su dirección.
-¡No lo hagas! –Le advirtió Sebastian. –No si no quieres que tu
novio termine como brocheta.
Todos voltearon hacia Sebastian el cual tenía a Alec sujeto por
la espalda, una mano impidiendo las de Alec y la otra sujetando
su cabello, ambos se encontraban frente a la espada que
sujetaba la figura del Ángel Raziel, esta apuntaba al pecho de
Alec, bastaba un movimiento de Sebastian para que la espada
atravesara el cuerpo del muchacho el cual se encontraba
demasiado débil como para zafarse del agarre del Cazador de
Sombras. Magnus se detuvo en seco y levanto un tanto las
manos para hacerle saber a Sebastian que no liberaría a Jace.
-No tiene sentido. –Dijo Alec. –Sebastian va a matarme de
cualquier manera, así que ustedes tienen que matarlo a él.
-¡Cierra la boca Alec! –Dijo Isabelle a su hermano todos notaron
la angustia en su voz.
Alec se dio cuenta por el rostro de todos en la habitación de que
era inútil intentar convencerlos de que Sebastian lo mataría de
una u otra forma y que no debían detenerse por él.
-No los culpes Alexander. –Le dijo Sebastian a Alec en un
susurro. –Es difícil dejar ir a alguien amado, Amar es destruir.
¿Lo recuerdas?
Todos miraban hacia ellos pero ninguno tenía la intención de
hacer nada.
Alec sintió que la furia le llenaba el cuerpo, no podía permitir
que Sebastian tuviera bajo su control a Magnus, Jace, y los
demás, y menos por su culpa, ante los ojos de Alec esto era
completamente inaceptable, él era el que los protegía, él cuidaba
sus espaldas y los mantenía a salvo, fue ahí cuando se dio
cuenta de que lo único que detenía la muerte de Sebastian era
él.
-Maxwell Joseph Lightwood. –Dijo Alec ante el asombro de
Sebastian.
-Ciertamente Alexander. –Dijo Sebastian con voz fuerte, todos lo
escuchaban. –No creo que sea momento de recordar a tu
hermano muerto.
-Acecinado –Le corrigió Alec, su voz apenas tenía volumen –Y
necesito que sepas que morirás hoy, no por tus múltiples faltas
a la Ley, o por tus sucias y retorcidas intenciones de acabar con
la humanidad, morirás hoy por una sola persona inocente y esa
persona es Max.
Sebastian tuvo suficiente y comenzó a acercar a Alec al Ángel
con toda la intención de que la espada atravesara el pecho del
chico, Alec puso toda la resistencia que pudo con la fuerza que
le quedaba.
-Creí que estabas listo para morir Alexander. –Dijo Sebastian al
sentir la resistencia de Alec.
-Lo estoy. –Dijo Alec. -¿Y tú?
Acto seguido Alec cerró los ojos, Lo siento Izzy, Jace, lo siento
Magnus pensó Alec y tomo a Sebastian del brazo que lo sujetaba
y relajo su cuerpo haciendo que la misma fuerza de Sebastian
unida a la propia, dirigida ahora hacia la dirección contraria le
ayudara a cruzar la espada a través de su cuerpo y alcanzara al
acecino. Alec sintió como la espada pasaba a través de su pecho
y escucho un grito desgarrador salir de la boca de Sebastian al
parecer lo había conseguido, había perforado el pecho de
Sebastian con la espada del Ángel Raziel, con esto y gravemente
herido Alec dejo que la inconsciencia lo inundara perdiéndose
en la penumbra.
MayGraciela ♥
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Sacrificio MALEC parte 1

  • 1. SACRIFICIO -No Jace, no puedes dejarme atrás, No esta vez –Alec le decía a su parabatai sujetándolo del brazo. Jace lo miro muy extrañado y sacudió la cabeza lentamente. -Nunca te he dejado atrás Alec –dijo Jace con rostro de simpatía triste -Es solo que siempre he necesitado de tu sinceridad y tu inteligencia para cubrir mi espalda, sabes que te necesito para poder alejarme de aquí sin que nadie lo note. Aun no conozco a alguien que no crea en lo que sale de tu boca. Y además planeo que me alcances lo antes posible, no podría hacer esto sin ti mi muy amado parabatai –Jace coloco ambas manos en los hombros de Alec, esperanzado a que esta no fuera la primera vez en que se negara a hacer algo que le pidiera pero también estaba consciente de que en esta ocasión le estaba pidiendo demasiado. Alec lo miro a los ojos. -Jace… quiero ir contigo, necesito ir contigo, él… -Se interrumpió así mismo, no quería decir nada vergonzoso ante Jace. -Lo sé –Jace sonrió a su mejor amigo –Alec pero de lo único que estamos seguros es de que Izzy fue por Sebastian, sabemos lo que ella quiere (matar a Sebastian) y no descansara hasta conseguirlo, también que Simón y Clary la acompañan, por desgracia de nosotros los tres parecen ser tan complacidamente estúpidos como para no detenerse a pensar en lo absurdo y peligroso que eso resulta. ¡Acompañarla en lugar de detenerla! Acaso ¿no es obvio lo obvio? –Dijo con ojos un tanto desorbitados, respiro profundo y continuo mirando a su amigo – Creo que Magnus es mucho más sensato que ese trió, solo empeoraría las cosas y él lo sabe. Alec bajo la cabeza –Fue tras ellos, lo sé –Su voz era baja.
  • 2. -En realidad eso no nos consta –Jace se forzó a decir eso para calmar a Alec. -Está débil –dijo Alec con su mirada aun en el suelo –Mira a cuantos Cazadores a curado, debe de tener la mitad de su energía si tiene suerte y Sebastian odia a los Subterráneos, lo matara –Cerró sus puños con fuerza – Lo matara en cuanto lo vea y no podrá defenderse. Jace estaba consciente de lo que Alec estaba diciendo y tenía razón; Magnus Bane se había convertido en alguien que arriesgaría su propia seguridad por proteger a Isabelle, Clary e incluso a Simón, podría ser por lo que cada uno de ellos valía para Magnus o podría ser para evitarle una pena a Alec, no importaba mucho el porqué solo el hecho de que lo haría. -Entonces dime, ¿Que hacemos?, ¿Nos vamos y nos arriesgamos a que nos sigan, nos alcancen y que nos traigan de regreso? O… -Técnicamente –Lo interrumpió Alec –Solo a ti te traerían de regreso, Tengo dieciocho y es mi derecho e incluso obligación investigar el paradero de un infractor de la Ley. Jace lo miro horrorizado, Alec nunca había jugado en contra de él la carta de su mayoría de edad y nunca se imagino que lo haría ahora, Alec había cumplido recientemente dieciocho años y Jace había tenido que ver como su parabatai se iba a luchar peleas en las que él no podía acompañarlo, algo que a Alec parecía no molestarle, su naturaleza protectora le hacía ver que era mucho mejor que su hermano adoptivo no estuviera en un peligro eminente luchando a su lado. Se dio cuenta también de que Alec no era el mismo, había cambiado, se había convertido en una persona más decidida y madura si eso era posible, además de abierta hacia los demás, ya no era el chico que no hablaba sobre sus sentimientos, al parecer el dolor y el amor
  • 3. que sentía colisionando en su interior lo obligaban a comportarse de maneras extrañas aun para su parabatai más cercano que un hermano. Ahora Jace miraba al suelo. -Así que me dejaras atrás. -Para nada –Dijo Alec –Hare lo que me pediste. Jace levanto la mirada y miro directamente a los ojos azules de Alec, ahí estaba su Alec, cambiado y mucho más maduro pero siempre sacrificándose por el bien de los demás aun en contra de sus propios deseos, Jace lo miraba de la única forma que podía hacerlo: con la admiración que le tiene un chico a su hermano mayor. -Pero debes prometer Jace Lightwood –dijo Alec a su hermano intentando sonar un poco amenazador –Que tu prioridad no será el matar a Sebastian sino traerlos de regreso. A los cuatro. Jace sonrió –Lo prometo. -Esto debe de ser una broma –dijo Sebastian ante la poco probable escena que tenia ante él –Un par de Nephilim menores de edad y un vampiro novato, ciertamente esperaba más de ti hermanita. Los tres se miraron y luego a Sebastian se miraba irritadamente divertido por verles ahí en lugar de nervioso como debiera ser, al ver que su paradero había sido descubierto, pero esto no estaba ni cerca de ser así. -Esperaba que al que le dijeras mi paradero fuera a Jace –Dijo Sebastian con una sonrisa aterradora ante los ojos de los tres. -
  • 4. Nunca me imagine que te embarcarías a una aventura con tus amigos del Té para venir por mí. -Entonces… -Dijo Clary mirando a los ojos de su hermano –Los sueños… Tu. -Los mande yo –Le confirmo Sebastian –Use el lazo de sangre que nos une para poder acceder a tu mente y plantar la idea de en donde podías encontrarme, pensando claro que no dudarías de tus crecientes habilidades y tus antecedentes con los sueños proféticos que tanto te han ayudado. -¡Eso no importa! –Le grito Isabelle al acecino de su hermano – Gracias por la información ahora desearas no haber hecho eso. Isabelle dejo libre su látigo y lo azoto con fuerza hacia Sebastian, este se enredo en su brazo formando un agarre inquebrantable entre los dos Cazadores de Sombras, Sebastian sonreía, realmente se miraba encantado con lo que estaba sucediendo, Clary no lo pensó dos veces, saco un cuchillo seráfico de su cinturón y se lo acerco a su boca, el cuchillo brillo iluminando un poco más la habitación miro al otro lado de Isabelle y pudo notar que entre las comisuras de la boca de Simón se asomaban los largos y desafiantes colmillos, una visión nueva aun para Clary, la determinación en los ojos de Simón le causo un poco de miedo, un verdadero vampiro se reflejaba mas a cada día en el lugar donde antes estaba su mejor amigo de la infancia. Sebastian tiro con fuerza del látigo de Isabelle para acercarla y Simón no dudo, se abalanzo contra Sebastian y estuvo frente a él aun antes que Isabelle lo estuviera, hubo un rastro de sorpresa en el rostro de Sebastian que de inmediato se convirtió en desprecio, olvido a Isabelle y arremetió contra Simón el cual había encajado sus uñas en el cuello del Cazador, Simón iba por su segundo movimiento pero Sebastian no le dio tiempo,
  • 5. nadie noto la daga que tenía ya en su mano, la cual clavo en el costado del vampiro haciéndolo soltar el agarre que tenia sobre Sebastian y haciéndolo caer, los vampiros sanaban con mucha rapidez así que era cuestión de minutos para que Simón estuviera nuevamente de pie, Clary e Isabelle le darían esos minutos, ambas Cazadoras una con más experiencia que la otra se abalanzaron contra Sebastian el látigo de Isabelle tomo nuevamente de su mano y Clary tomo la oportunidad para clavar su daga en su corazón, por desgracia Sebastian era mucho más rápido que las chicas y esquivo el ataque de Clary con mucha facilidad y la golpeo en el rostro sacándola de la jugada por unos momentos, Isabelle ya estaba sobre Sebastian y obtuvo más suerte al lograr penetrar el hombro del asesino con un cuchillo seráfico no perdió el tiempo y proporciono a Sebastian una fuerte patada en el estomago la cual lo saco de su equilibrio abalanzándolo hacia atrás en donde ya se encontraba Simón y lo recibió con sus garras enterrándolas en su espalda, Sebastian dio un grito ahogado y sus ojos casi salieron de sus orbitas cuando miro una daga enterrarse en la parte derecha de su pecho, miro la daga y después levanto la mirada para darse cuenta de que había sido lanzada por Clary, Simón saco sus garras de la espalda del Cazador haciendo un poco mas de daño y lo levanto para arrojarlo hacia la pared más cercana con toda la fuerza que le fue posible, Sebastian choco contra el muro y cayó al suelo provocando un ruido desgarrador, estaba inmóvil. Isabelle, Clary y Simón se reagruparon miraban hacia Sebastian. -Lo lograremos –Dijo Clary con voz de esperanza –Podemos matarlo. Se escucho una risa escandalosa, el trió no aparto la mirada ¿acaso era Sebastian? Y así era, se quedaron perplejos al observar cómo se ponía de pie y sacaba la daga de su pecho y la
  • 6. lanzaba a los pies de los tres chicos, su postura era impecable, ningún daño eminente. -Esto de verdad es entretenido –Sonrió Sebastian. Alec caminaba por el campamento que Cazadores de Sombras y Submundos fieles a la clave habían montado en donde se había realizado la última batalla, miraba con atención a su alrededor, buscaba a una persona, tenía un plan y había que llevarlo a cabo lo antes posible. Había muchos Cazadores heridos, la última batalla en contra de demonios liberados seguramente por Sebastian había traído con ella varias bajas, en los últimos días había sido así, se registraban ataques de demonios en diferentes partes del mundo esto había provocado que los Cazadores de Sombras no se dieran abasto para la defensa de la humanidad, cada instituto tenía que hacerse cargo de sus propios territorios sin mucha esperanza de recibir refuerzos de algún otro ya que era imposible, Alec se imagino las calles de Alicante vacías ya que seguramente se había convocado a cada Cazador de Sombras a las diferentes batallas que se daban origen en diferentes partes del mundo. Camino directamente al lugar donde se llevaban a cabo las juntas del Consejo, necesitaba asegurar que se presentaría a moción los sueños de Clary en donde revelaban el paradero de Sebastian y donde se decidiría si les tomarían la importancia suficiente como para mandar a un grupo de Cazadores en busca del asesino. -Hola Alec –Le saludo Luke en cuanto lo miro acercándose – ¿Estarás en la junta? -No en realidad –Alec no podía evitar ser sincero con sus respuestas –Quiero preguntarte si podrías sacar a colación los sueños de Clary, ya sabes, por la ubicación de Sebastian.
  • 7. -Lo he considerado bastante, yo iría de inmediato tras esa pista pero estamos bajo un mandato ahora –Luke sonaba abrumado - Y nos costó llegar a este punto no podemos dar un paso atrás. Alec entendía perfectamente lo que Luke intentaba decirle, desde la batalla de Idris los Subterráneos habían conseguido un lugar en el consejo de la Conclave pero cabía mencionar que los miembros de la clave originales no estaban cien por ciento seguros de esto, se podría considerar que estaban en una especie de tiempo de prueba. -Seria de mucha ayuda si lo sacaras a colación –dijo Alec al padrastro de Clary -Para que por lo menos sea votada, eso nos da un poco de esperanza. -Puedes contar con eso mi joven Cazador –Le dijo Luke –Y con mi voto a favor claro está. Se asomo una sonrisa en los labios de Alec –Gracias, Te dejo entonces, me reuniré con Clary y los demás –Alec señalo hacia donde se encontraban las tiendas donde se solían reunir, Jocelyn se les unió justo para escuchar esto último, Alec pensó que era bastante apropiado, esto le daría un aire de alivio a la mama de Clary. -Te veremos pronto –Luke asintió hacia Alec que ya empezaba a alejarse. -Alexander –El corazón de Alec se acelero, sabia de quien se trataba esa voz, solo mantente calmado se dijo a sí mismo, se dio la vuelta para encontrar el rostro de su madre. -¿A dónde vas? ¿No entraras a la junta? –hacía tiempo que su madre tenía que levantar la cabeza para alcanzar los ojos de Alec, sin embargo Alec muchas veces se pregunto si llegaría el día en que lo dejara de ver como a un niño pequeño.
  • 8. -Me pareció que sería mejor quedarme con Izzy y los demás – Alec miraba a los ojos de su madre que era prácticamente mirar a los propios. -Ha, eso está muy bien –Dijo Maryse a su hijo mayor -No quisiera preocuparme por tus hermanos en estos momentos – Maldita sea pensó Alec, ¿Qué tan malo es engañar así a tu madre? -Entonces me voy –Dijo y siguió su camino. Ve a las hadas por chismes sobre vampiros, a los hombres lobo por chismes sobre hadas y no busques chismes sobre los lobos por que intentaran arrancarte la cara a mordidas Le había dicho en una o dos ocasiones Magnus a Alec, Magnus no solía hablar de sí mismo no era para nada abierto respecto a eso, pero de lo que si le hablaba y mucho era sobre el mundo de los subterráneos. Como si esto le diera a Alec una llave que podría utilizar si lo llegara a necesitar. Alec se encontraba recordando: -¿Por qué me interesaría conseguir chismes sobre… hum, ¿cualquiera? –Le pregunto Alec a Magnus con una sonrisa incrédula. -Podrías nunca necesitar un chisme dulzura –Le dijo Magnus a su novio ofreciéndole una taza de café –Pero es importante que sepas como fluye la información entre ellos, por si alguna vez requirieras algo. Sepas donde buscar. Alec sonrió aun más – ¿Esto es una especie de lección? ¿Quieres que traiga una libreta para apuntes? –Alec siguió a Magnus con la mirada y con la inevitable sonrisa que se formaba en su rostro Magnus se acercaba a él con otra taza de café en su mano. -Valla, valla a este ángel le está gustando cada vez mas hacer bromas –Magnus sonreía y paso su mano libre por sobre los
  • 9. hombros de Alec formando una especie de gancho a través de su cuello, Alec paso su mano por la espalda del brujo para responder a su abrazo y empezaron a caminar juntos hacia el sillón. -Supongo –Dijo Alec algo apenado. Magnus sonrió aun más. Estaban sentados ya en el sillón, Magnus aun con su brazo alrededor de Alec y noto que aun considerando las bromas tenía su atención por completo. -También es importante ángel –Comenzó Magnus –Que sepas que las hadas no irán a una batalla donde no vallan vampiros y que los vampiros por mucho que odien a los hombres lobos respetan su sentido común y sus decisiones son consideradas bajo las de los lobos y cabe de mencionar que difícilmente cualquiera de ellos se metería con un brujo –Magnus guiño un ojo a su novio. Y tomo un sorbo de su café –Esto te puede servir… -Para encontrar aliados –Le interrumpió Alec. -Exacto. Alec reflexiono sobre esto y le tomo muy poco tiempo decidir su siguiente movimiento, miro hacia el cielo el crepúsculo se asomaba era perfecto, ya era un buen momento para ir a hablar con Raphael Santiago el líder del clan de los vampiros de Nueva York. Clary, Isabelle y Simón estaban en estado de shock al ver a Sebastian frente a ellos y completamente intacto, sabían que el tipo no era un Cazador de Sombras ordinario gracias a la sangre de demonio que corría por sus venas pero después de haber realizado tremendo ataque en su contra lo menos que
  • 10. esperaban era que hubiera sido como si en realidad nada de eso hubiera pasado. -¿Es todo lo que tienen? –Sonrió Sebastian –Esto será una masacre. Sebastian se abalanzo contra los chicos, Simón se adelanto, tal vez podría recibir el impacto del ataque por completo sacando del peligro a las Cazadoras de Sombras que le eran tan importantes y a las cuales protegería con su vida, y así fue, Sebastian lo tomo de los brazos, la velocidad de ambos eran similares lo que a Clary e Isabelle les tomo de sorpresa eran demasiado rápidos como para incluso reaccionar. Ambas chicas observaron horrorizadas como Sebastian remetía contra Simón con todo lo que tenia, patadas, golpes cada uno de ellos causando un daño considerable al vampiro y sin darle si quiera la oportunidad de reaccionar. -Los hijos de la noche son asquerosos seres que deben ser exterminados –Dijo Sebastian al vampiro que yacía en el suelo. Sebastian tomo una daga de su cinturón de armas, al ver esto Isabelle reacciono y azoto su látigo en dirección al Cazador el cual se movió ágilmente para que el látigo ni siquiera lo tocara, como si nada hubiera pasado, levanto la daga que sostenía en su mano y apunto a la garganta de Simón, Ambas chicas se movieron para intentar salvar a su amigo que aun yacía en el suelo, pero ambas sabían que no llegarían a tiempo y cuando todo parecía perdido para Simón, Clary e Isabelle un rayo de luz azul atravesó la habitación y choco ferozmente contra el pecho de Sebastian el cual grito y todos observaban como Sebastian volaba por el aire y aterrizaba al otro lado de la habitación lo suficiente mente lejos de los chicos como para que un aire de esperanza llegara a sus mentes, Isabelle se inclino hacia Simón, la angustia claramente reflejada en su rostro y Clary observo a la dirección de donde había provenido el rayo que había salvado
  • 11. la vida de su mejor amigo y ahí, de pie, se encontraba Magnus Bane el gran brujo de Brooklyn, sus ojos de gato encendidos con furia y sus manos envueltas en un aura azul listas para atacar de nuevo. Alec se dirigió hacia el edificio que había sido elegido para que el clan de Vampiros de Brooklyn se resguardara de la luz del sol, con forme se acercaba noto que muchos de ellos salían del mismo y se adentraban al bosque que se encontraba no muy lejos del lugar, A cazar pensó Alec habían luchado un día antes a la par de Cazadores de Sombras en contra de demonios, los vampiros eran resistentes pero su fuerza, resistencia y la forma en que rápidamente sanaban dependía de la sangre y era necesario que la consiguieran de inmediato. Alec caminaba por entre vampiros y unas cuantas hadas, nadie prestaba atención al Cazador de Sombras excepto una vampira que al verlo se le acerco. -Alexander Lightwood –Dijo Lily la mano derecha de Raphael la cual lo observaba con ojos suspicaces -¿Qué haces caminando por aquí tu solo? ¿Y tu pequeño Club? –La chica mala sonrió mostrando sus colmillos. A Alec no le interesaban las respuestas complicadas que solían dar Jace y Magnus a los comentarios sarcásticos, no les miraba ninguna necesidad así que solo ignoro un tanto a Lily y fue contundente hacia su propósito. -Me preguntaba si podría ver a Raphael antes de que se marchara a la junta –Dijo Alec – ¿Sabes si sigue por aquí? La voz de Alec era firme y segura, así se le tenía que hablar a los vampiros, no les temía por supuesto, pero era necesario dejar
  • 12. en claro que sus intenciones eran prioritarias y de importancia significativa, la vampira pareció notar esto. -Te llevare con él –Se dio la vuelta y empezó a caminar. Alec la siguió. Entraron al edificio abandonado con anterioridad por mundanos, un Hotel Debe ser una broma pensó Alec, no había iluminación, los vampiros no la necesitaban, así que Alec tomo su luz Mágica casi automáticamente teniendo cuidado de que su brillo no alcanzara a su guía, miro unas escaleras frente a ellos pero no las subieron, en su lugar la chica camino de frente pasando por un lado de las mismas, llegaron al final de un pasillo donde se encontraba una puerta de aspecto muy ordinario. Lily abrió la puerta y le hizo una seña a Alec para que entrara, en el interior reconoció a sus dos ocupantes: Raphael Santiago y Elliot su segundo al mando. Las caras de sorpresa aun en los rostros inexpresivos de un par de vampiros fueron evidentes. -Te buscan –Dijo Lily a Raphael mientras se montaba de manera casual sobre un mueble abandonado, se ponía cómoda, realmente tenía la intención de quedarse a escuchar lo que el Cazador tenía que decir. -¿Alec? –Menciono Raphael al ver al Nephilim entrar a la habitación más para sí mismo que otra cosa. Alec se sorprendió, No esperaba que el líder de los vampiros lo llamara por su sobrenombre, lo conocía, era claro pero nunca había siquiera entablado una conversación real con él, lo había encontrado en varias ocasiones en casa de Magnus ellos parecían tener una relación basada en lealtad que rosaba en amistad pero Raphael nunca se quedaba mucho tiempo después de que Alec llegaba como para que su relación eventualmente se volviera estrecha. Magnus le daba explicaciones a Alec sobre el por qué Raphael había ido en su
  • 13. busca, por lo general era un favor o alguna especie de información con respecto a algo importante que cualquiera de los dos necesitara saber, pero lo que nunca le dijo era el porqué Raphael tenía esa especie de respeto y agradecimiento desmedido hacia Magnus y también sabía que era inútil preguntar. Raphael salió de su asombro y miro a Elliot. -Sabes que hacer Elliot –Luego miro a la chica -Lily ve con él. Lily hizo una mueca dramática de desilusión, después de todo no se enteraría de nada interesante para luego contar. Ambos vampiros salieron de la habitación. -¿Qué haces aquí Alec? ¿Te mando el consejo a por mí? -No –Contesto Alec –Necesito hablar contigo, sobre Clarissa Fray y Sebastian Morgenstern. ¿Me lo permites? -Claro –dijo Raphael –Magnus no me perdonaría si no te escuchara. Alec pestaño. -Magnus y yo… ya no… -Lo sé –Lo interrumpió Raphael –Pero eso no cambia nada. En fin, ¿Qué quieres decirme? Magnus se unió a los tres chicos, se inclino hacia Simón para asegurarse de que estuviera aun con vida. Fue Isabelle la que hablo primero. -¿Magnus? ¿Qué…? ¿Cómo? –La mirada de desconcierto en Isabelle era clara.
  • 14. -No hay tiempo de explicar Isabelle –Comenzó Magnus al momento de que tomaba a Simón para levantarlo -Debemos irnos de aquí. -¡No! –Protesto Isabelle –Contigo aquí podemos matarlo, será más fácil ahora… -Olvida esa estúpida idea Isabelle –Magnus la interrumpió y miro hacia Sebastian parecía que aun no se recuperaba. Y de nuevo a Isabelle e intento hacerla entender –Esa fue toda mi energía Izzy, lo lamento pero no puedo hacer más que ponerlos a salvo mientras pueda. Isabelle miro a la cara a Magnus y se dio cuenta de que lo que le acababa de decir era muy cierto, el brujo se miraba sin energía, su rostro desalineado y su postura recta estaba desfallecida. -Entonces nos vamos –Hablo por fin Clary que ayudo a Magnus a levantar a Simón que aun no parecía recuperarse de los malos tratos que acababa de recibir. Isabelle mordió su labio y se resigno, tendrían que retirarse en esta ocasión por el bien de sus amigos. Mirar a Simón en la condición en la que se encontraba la ayudo a decidir. -Bien, démonos prisa –Dijo Isabelle con resignación y frustración. Empezaron a ponerse en movimiento cuando Clary miro hacia donde estaba Sebastian pero no miro al chico. -¿Dónde… -Clary no termino la pregunta. Sebastian se coloco frente a ellos, fue solo un segundo ya que no les dio tiempo de reaccionar, El cazador de sombras arremetió ahora contra el brujo, con un golpe certero en el rostro hizo que Magnus diera varias vueltas en el aire y callera
  • 15. violentamente a unos metros de distancia, Magnus Bane yacía boca abajo en el suelo sin movimiento alguno, Simón ahora sin la ayuda del brujo regreso al suelo sin que Clary pudiera hacer nada al respecto. -Sera mejor que acabe con esto de una buena vez –Sebastian miraba a Simón. -¡No te atrevas! –Le grito Clary que sujetaba a Simón en sus brazos tratando de protegerlo. -¡No lo harás! –Era Isabelle con cuchillo en mano y furia en sus ojos colocando su cuerpo de guerrera entre sus amigos y la amenaza. -No me molestaría matar a otro Lightwood maldita traidora así que fuera de mi camino –Los ojos de Sebastian estaban más oscurecidos por la rabia, la rabia de ver a dos Cazadoras de Sombras protegiendo con sus vidas a dos submundos. Isabelle no se movió, no lo haría, pensó en su hermano, en Jace en como ellos darían la vida por cada uno de ellos y se miro a ella misma arrepentida de a ver ido allí, de a ver llevado a Clary, Simón y Magnus al peligro así que solo había una forma de redimirse, sabía que no podría matar a Sebastian pero Magnus y Simón solo necesitaban tiempo para recuperarse y se los daría. Aun a costa de su vida. Jace bajo de su caballo al ver que llegaba al conjunto de edificios que se asomaban a la distancia y que Isabelle había mencionado en la nota que había dejado para Alec y él donde se encontraría Sebastian, al adentrarse entre los edificios se dio cuenta de que todos estaban abandonados, ató a su caballo a una columna y saco su luz mágica seguida de un cuchillo serafín el cual se acerco a la boca -Anriel -susurro y el cuchillo
  • 16. se ilumino, siguió avanzando y pudo ver a la distancia un edificio iluminado se lleno de adrenalina y corrió lo más rápido posible en segundos estuvo entrando al edificio, era lo que parecía una residencia común, entro por una puerta trasera y llego a un estudio o eso daba la impresión que fue alguna vez, era largo, y antorchas a sus lados iluminaban un gran pasillo, no había señal de que hubiera alguien ahí, camino por en medio de la habitación y miro una figura familiar a sus ojos: Raziel pensó Jace al llegar frente a una figura de piedra con la imagen del Ángel Creador, la estatua era como la que se encontraba en el corazón del instituto, portaba la copa mortal (De piedra) en una mano y una espada en la otra, la cual era real, una afilada espada imponente, pero no era la Espada Mortal, eso era imposible, esta se miraba similar pero oscura, probablemente Sebastian intentaba burlarse del más grande símbolo de los Cazadores y convertirlo a lo maligno, Jace miro la imagen con desprecio. -Estas más enfermo de lo que me imagine Sebastian –Dijo para sí mismo. Algo más llamo su atención, camino hacia atrás de la escultura y noto algo que parecía ser un pozo común en el que podría acumularse agua, era algo extraño ya que se encontraba en el interior se acerco y desde la orilla del pozo pudo ver horrorizado como un sin número de creaturas de todos tipos, formas, tamaños y texturas giraban en lo que parecía un agujero sin fin: Demonios atrapados en alguna especie de puerta esperando ser liberados, Jace se miro así mismo respirando agitadamente, ¿Qué pretendía Sebastian al invocar todos estos demonios? Al ser liberados seria la destrucción de la humanidad, esto no podía ser concebido, Jace tomo un pedazo de papel de uno de sus bolsillo, escribió en él y con su estela trazo una runa al reverso del mismo el cual inmediatamente se quemo y floto en el
  • 17. aire, había mandado un mensaje formal a la clave del peligro eminente que se tenía allí. Acto seguido tomo su celular. Date prisa, Te necesito, Aun no los encuentro. Selecciono Alec como contacto y presiono enviar. Jace solo tenía algo en mente Tengo que encontrarlos empezó a caminar hacia la otra puerta que se encontraba en la habitación, contraria a por donde había llegado. Cuando escucho un grito proveniente de ella, era una voz demasiado familiar. -¡No te atrevas! Clary, Jace no dudo, su corazón se acelero y corrió hacia ella lo más rápido que pudo, al entrar a la habitación no pudo evitar sorprenderse, Magnus estaba boca abajo en el suelo, probablemente sin vida, parecía sin vida, Simón en brazos de Clary con heridas visiblemente graves e Isabelle formando una barrera protectora entre Sebastian y los caídos, los tres voltearon a verle. -Me preguntaba cuando llegarías –Sebastian sonrió a Jace. Alec le informo a Raphael acerca de los sueños de Clary y de cómo estos informaban la ubicación de Sebastian, también como este tipo de sueños habían sido muy útiles en el pasado, Alec fue contundente sin desperdiciar una palabra, era bueno en eso, una vez que hubo terminado su relato le solicito a Raphael abiertamente su apoyo para que el consejo enviara Cazadores hacia ese lugar. -Te creo Cazador de Sombras –Dijo finalmente Raphael –Pero antes de comprometer mi palabra necesito conocer la decisión de Luke.
  • 18. -Luke traerá la moción a colación –Dijo Alec para sorpresa de Raphael –y dará su voto a favor, me lo ha asegurado, hable con él antes de venir a ti. Raphael sonrió –Eres listo Nephilim, Magnus lo menciono, me complace comprobarlo, serás un aliado valioso –Raphael lo observo con cierto interés. -Hum –Alec lucia bastante confundido. -Cuando sabes que vivirás más que la mayoría –Empezó a explicar Raphael ante la cara de desconcierto del chico –Tiendes a pensar en el futuro, No podría imaginar que Maryse Lightwood no dejara su actual puesto a su primogénito el cual tiene las cualidades sobresalientes para desempeñarse como siguiente director del instituto de Nueva York, en un futuro próximo, claro está. Alec nunca se le había ocurrido tal cosa y ciertamente no era el momento para comenzar a hacerlo. -Entonces –Dijo el joven Lightwood –¿Cuento con tu apoyo? -Ciertamente –Dijo Raphael y agrego –Además hablare con la Reina Seelie, puedes contar con el voto del reino de las hadas Alec. Alec no pudo evitar sorprenderse, esto estaba saliendo mejor de lo que pudo haber esperado. -Pues gracias Raphael, No lo olvidare. -Cuento con eso Cazador de Sombras –Raphael asintió hacia Alec –Ahora, Tengo algo que mostrarte. Raphael camino hacia una puerta que se encontraba tras ellos, la abrió y le indico a Alec que entrara. Inmediatamente Alec reconoció las cosas que claramente asociaba con Magnus, el olor a Magia como azúcar quemada, veladoras con su llama de
  • 19. un notorio azul brillante, miro un escritorio en medio de la habitación con libros de magia sobre él y aun mas en frente sobresaltando a sus ojos, un portal. Raphael explico. -Magnus vino hace unas horas y se puso a trabajar, al parecer necesitaba encontrar a tu hermana y sus amigos y lo logro – Raphael señalo un objeto sobre el escritorio. Era un brazalete muy familiar para Alec, era de su hermana, su madre se lo había regalado en su cumpleaños varios años atrás. Al parecer Magnus lo uso para rastrear a Isabelle y después fabrico el portal. Alec miro hacia el portal. -Magnus se fue unos minutos antes de que tu llegaras –Dijo Raphael. -Dejo el portal abierto para los Cazadores –Dijo Alec algo desconcertado. -Exacto –Dijo Raphael tras la acertada conjetura de Alec –Claro que Magnus no estaba seguro de la decisión del concejo, fuiste tú el que se aseguro de la decisión. Alec miro a Raphael. -Entonces tendré que pedirte otra cosa –Dijo al vampiro -Una vez que la decisión sea tomada deberás ser tu el que informe a la clave del portal. -Puedo hacer eso –Informo el Líder del Clan –Pero ¿tú que harás? -Cruzar el portal –Dijo Alec sin mirar a Raphael. - Me alegra que vallas tras él, estoy algo preocupado debo admitir.
  • 20. Alec volteo hacia Raphael tenia preguntas por hacer, pero ya no tenía el derecho para hacerlas, en realidad tal vez nunca lo tuvo. El vampiro noto la incertidumbre en su rostro tras su último comentario. -Magnus Bane me salvo –Dijo Raphael –Y me ayudo de tal manera que estaré en deuda con él eternamente. No somos los mejores amigos en realidad pero sabe que mi lealtad hacia él difícilmente terminara y se preocupa sinceramente por mí, algo que es difícil de conseguir considerando mis compañías. Estas palabras no hicieron que Alec se sintiera mejor consigo mismo, recordó el trato que hizo con Camille, aun que hubiera sido por un segundo, considero el acecinar a Raphael Santiago, pensó en el daño irreversible que le hubiera causado a Magnus, el dolor le inundo el pecho, miro a Raphael. -Raphael… –Comenzó Alec –Camille… Ella… -Lo sé –Dijo El líder del Clan –Sé del trato que te ofreció. Alec lo miro horrorizado -¿Cómo sabes eso? -Magnus me lo dijo –Comenzó Raphael -Estaba preocupado de que Camille viniera y me lo contara poniéndome en tu contra. Magnus me aseguro que te conocía lo suficiente como para saber que nunca lo hubieras hecho y que no dejara que Camille me hiciera pensar de manera diferente. –Raphael sonrió – También me dijo que seguramente te sentirías tan culpable que tal vez vendrías a confesar tu propio error, no le creí esa parte claro está, Eres un Cazador de Sombras después de todo, pero parece que así es. Alec sintió que su corazón salía del pecho -Pero eso no tiene ningún sentido –Dijo Alec mirando al suelo.
  • 21. Y no lo tenía. Si Magnus realmente pensaba de esta manera ¿por qué simplemente no lo perdono? Si entendía, como le había dicho a Raphael, ¿Por qué había creado este distanciamiento entre ellos? Un sonido proveniente de su cinturón de armas lo despertó, tomo su celular y leyó el mensaje que Jace le había mandado. -Tengo que irme –Dijo el Cazador de Sombras después de obligarse a salir del enredo en su cabeza. Alec se acerco hacia la pared donde estaban las runas propias del portal que se encontraba frente a él, y dudo. No había visto a Magnus desde su rompimiento No quiero volver a verte Alexander, a ti o cualquiera de tus amigos Estas palabras retumbaban en su cabeza pero Este no es el momento, Basta no es el momento se decía a sí mismo. Alec era capaz de mirar a la cara a la muerte y aceptarla con dignidad como el guerrero que era, pero el pensar en Magnus y saber que le había fallado y que ahora lo despreciaba lo sobrepasaba. Pero con lo que El líder de Clan le acababa de decir, esos pensamientos estaban empezando a cambiar. Raphael miro la duda en su rostro. Pero no podía hacer mas, ya había hablado demasiado. -Gracias Raphael –Alec miro al vampiro. Raphael estaba sorprendido, no era común escuchar a un Cazador de Sombras hablar con un Submundo de la manera que Alec lo estaba haciendo y mucho menos escucharlos decir gracias de la manera tan sincera en que lo hacía, también noto un brillo en los ojos de Alec que hace un momento no estaba ahí –Por ahora lo único que me importa es ayudar a Magnus. Has tu parte y estaré en deuda contigo. Raphael asintió hacia Alec que empezaba a desaparecer a través del portal De verdad es diferente pensó el vampiro.
  • 22. -Buena suerte Cazador de Sombras –Dijo Raphael Santiago a nadie. Jace corrió hacia Sebastian y este se puso de inmediato en posición de ataque, se olvido por completo de Isabelle la cual corrió de inmediato a lado de Magnus para cerciorarse que seguía con vida. -Por el ángel –Dijo agradecida Isabelle al notar la respiración de Magnus pero no lo movió, tenía miedo de causar más daño, solo quedaba esperar a que el brujo se sanara a sí mismo. Clary miraba atónita como la pelea de Jace y Sebastian se llevaba a cabo, era muy impresionante mirar a dos Cazadores de Sombras pelear con todo su esplendor, Clary noto como sus movimientos eran incluso similares casi como pelear con un espejo, después de todo a ambos los había entrenado el mismo hombre y noto algo de Valentine en Sebastian lo cual la hizo estremecer, Jace lanzaba cuchillazos a Sebastian pero este los evitaba con agilidad deshumana, bloqueando cada uno de los ataques de Jace, Clary noto que en realidad esta lucha no llegaba a ningún lado pero por lo menos Jace difícilmente saldría herido mientras se mantuviera peleando de esta manera. Pero había pensado de manera muy optimista, una sonrisa maliciosa se dibujo en el rostro de Sebastian y con un movimiento de técnica superior despojo del cuchillo a Jace. Jace no se quedo quieto, intento propinar un golpe a Sebastian al rostro pero este le sujeto la mano, la presiono con tal fuerza que provoco que Jace soltara un grito ahogado, Sebastian levanto su mano portadora de la daga para atravesar el corazón de Jace. Clary e Isabelle miraban atónitas la horrible escena sin poder hacer nada, Lo matara pensó Clary. En ese momento un zumbido corto el aire en la habitación y una flecha se clavo en la mano de Sebastian haciéndole soltar la daga, Sebastian grito
  • 23. y también libero a Jace, miraba con ojos desorbitados la flecha enterrada en su mano, levanto la mirada pero no vio al responsable, en su lugar otra flecha se dirigía directamente hacia su rostro, Sebastian no dudo y se movió de inmediato se dio cuenta de que una tercera flecha venia hacia él, no había tiempo de nada, Sebastian corrió mientras sentía que una ráfaga de flechas le seguía, tan cerca que podía percibir el rose que tenían con su cuerpo. Jace miro como Alec lanzaba flechas a Sebastian con maquinada destreza mientras caminaba hacia él. Alec se detuvo cuando su carcaj se vació, se encontraba ahora a lado de Jace y ambos miraron como Sebastian ahora con la libertad de detenerse sacaba la flecha de su mano y otra de su hombro los miraba, la furia clara en sus ojos, Alec y Jace se miraron y sin hablar como solo los parabatais podían hacer ambos se pusieron en acción. Alec se despojo de su arco y de su espalda tomo una espada serafín, la acerco a sus labios –Amriel – Susurro y la espada centello Jace tenía otra espada entre sus manos ambas armas brillaban imponentes ante las miradas de todos en la habitación. Sebastian maldijo, sabía que los Cazadores eran buenos peleando en equipo pero cuando se trataban de parabatais el poder aumentaba exponencialmente, para sorpresa de ambos chicos Sebastian corrió hacia la habitación por donde había llegado Jace. Se quedaron quietos por la sorpresa por un momento, fue Jace el que hablo. -¿Corrió? –Jace miro a Alec. Alec lo ignoro y corrió hacia su hermana. Isabelle estaba arrodillada a lado de Magnus, cuando llego frente a ella puso su mano sobre su barbilla y le levanto ligeramente el rostro como buscando daños.
  • 24. -Estoy bien. –Isabelle se deshizo del agarre de su hermano, se sentía tan culpable como para merecer tal atención. Alec se movió rápidamente ahora hacia Magnus que aun yacía en el piso boca abajo, a diferencia de su hermana Alec con mucho cuidado coloco a Magnus sobre su brazo para que su rostro ahora mirara hacia arriba, acerco su oído a su pecho todo parecía estar bien a acepción que seguía inconsciente, le estaba tomando mucho tiempo recuperarse ya que había gastado gran parte de su energía para sanar a los Cazadores heridos en la última batalla, Alec no pudo evitar pensar en que si Magnus estuviera lo suficientemente consiente podría darle parte de su energía, se lleno de impotencia y tuvo que resignarse a esperar que el brujo despertara. Alec volteo a ver a su hermana pero ya no estaba, ahora se encontraba con Simón y Jace tenía en sus brazos a Clary la cual parecía estar hablando desesperadamente, seguramente explicando lo que había pasado antes de sus llegadas. Alec volvió la mirada hacia Magnus de verdad deseaba con todas sus fuerzas que despertara, miro con atención su rostro y noto el golpe cerca de su mandíbula, sintió una presión en el pecho, se tomo la libertad de acariciar la mejilla del brujo, estaba inconsciente así que no se daría cuenta, era algo que necesitaba hacer así que tomo el riesgo ya que probablemente no volvería a estar tan cerca de Magnus como en este momento. Alec tomo aire fuertemente y se obligo así mismo a despertar. Miro a Jace. –Tenemos que irnos –Dijo firmemente –Ahora. -Alec, no podemos –Dijo Jace a su parabatai. –Ese lunático tiene un arsenal de demonios listos para unirse a la fiesta, los debe estar liberando en este momento.
  • 25. Alec paso una mano por su cabello lo que más quería era sacar a su hermana, a Magnus y a los demás del peligro pero una vez mas eso era imposible, se quito su chaqueta y cuidadosa mente la coloco bajo la cabeza de Magnus para remplazar sus brazos, se puso de pie y asintió hacia Jace. -No hay que perder más tiempo entonces. –Dijo Alec. –Hay un portal en aquella habitación. –Continúo señalando hacia la puerta por donde había llegado. –Pero supongo que Isabelle y Clary no pueden llevar a Magnus y Simón ellas solas así que… -Se quedaran aquí. –Le interrumpió Jace con una voz un tanto amenazante. –Y miro hacia Isabelle. –Sin escusas, ni pretextos, Isabelle Lightwood, ¿Entendiste? El rostro de Isabelle era irreconocible, fue su hermano quien se compadeció de ella. -En cuanto les sea posible –Dijo Alec con voz calma a su hermana. –Por favor Isabelle salgan de aquí. Isabelle asintió hacia su hermano y Alec noto que tenía sus ojos al borde de las lágrimas, Alec aparto la mirada, habría tiempo en otra ocasión para decirle a su hermana que entendía por qué había hecho esto y que nadie nunca podría estar molesto con ella por esa razón. -¿Listo? –Pregunto Jace a su parabatai. Alec sintió como la ansiedad por la batalla le recorría el cuerpo, era la sangre de Cazador de Sombras que le hacía sentir esa euforia, Alec siempre había sido sincero en ese aspecto, salir a matar demonios no era algo que le gustara realmente pero había nacido como un guerrero y como tal era inevitable sentir la droga de la batalla y como esta le llenaba su cuerpo de fuerza y poder angelical.
  • 26. Alec no pudo evitar curvar su boca en una leve sonrisa. –Si – Dijo con ojos determinados a su parabatai. Jace y Alec se dirigieron rápidamente en busca de Sebastian, al entrar a la habitación miraron como el chico terminaba una Iratze que trazaba sobre el dorso de su mano. Alec miro la estatua del ángel Raziel y el pozo detrás de ella, Jace noto el desconcierto en su amigo. -Tétrico ¿No? Alec asintió hacia Jace y luego miro a Sebastian. -¿Qué pretendes Sebastian? –Grito Alec al asesino de su hermano. -Que la voluntad de mi padre se cumpla y… -¡Mentira! –Le interrumpió Jace. –Tú quieres ver este mundo arder, arder con Cazadores, Submundos y mundanos en él por igual, solo por el gusto de verlo. –La voz de Jace era llena de rabia. -No todos los Cazadores. –Dijo Sebastian sonriendo. –Clary, aun pretendo salvar a mi hermana. Jace enmudeció al oír al ser más despreciable del mundo mencionar el nombre de Clary, fue Alec quien hablo. -No te le acercaras. –Dijo al Cazador de Sombras. Jace no pudo evitar sonreír, escuchar a Alec decir esas palabras lo lleno de esperanza, esperanza de luchar y ganar, esperanza de vengar la muerte del pequeño Max y esperanza de que la pesadilla termine. Sin dudarlo ambos chicos se abalanzaron sobre Sebastian el cual apenas tuvo tiempo para cambiar su estela por una espada que se asomaba de su espalda, la batalla fue impresionante
  • 27. desde su inicio, Jace y Alec sentían el poder por todo su cuerpo, poder compartido por el enlace parabatai. Sebastian necesito hacer uso de toda su fuerza y destreza para hacer frente al par. Pero por desgracia esto duro poco la sangre de demonio que corría por las venas de Sebastian se hizo presente y fue Alec el que resulto herido por la espada del acecino, lo hizo retroceder y gritar, Jace respondió con una patada pero Sebastian la esquivo alejándose de los chicos. Jace se acerco a Alec. -¿Estás bien? –Pregunto a su amigo y Alec lo miro. -Jace tienes que calmarte. –Dijo para desconcierto de Jace. -¿De qué demonios hablas Alec? –No pudo evitar levantar la voz a su parabatai. –¿Estas delirando o qué? -¡Estas brillando! –Le dijo Alec algo exasperado. –Lo menos que necesitamos ahora es que te quemes Jace, Cálmate por favor. Jace miro hacia su mano y noto lo que Alec se refería, pero ambos sabían que difícilmente era algo que podría controlar. -Maldito bastardo. –Dijo Sebastian mirando hacia Jace y Alec. – El fuego celestial esta dentro de ti. –Y agrego. -Tendré que matarte antes de que aprendas a usarlo. Alec y Jace se miraron y Sebastian pretendía cumplir su palabra, ya que arremetió contra Jace con todo lo que tenia, Alec no dudo y ante los ojos de asombro de su hermano adoptivo se interpuso entre Sebastian y él, espadas serafinas chocaron de manera violenta provocando un ruido escalofriante, Alec apenas pudo mantener el empuje de Sebastian y este mirando el esfuerzo del chico, propino un golpe en el estomago de Alec con su pie haciéndolo doblarse de dolor. Jace reacciono pero Sebastian le golpeo el rostro con la empuñadura de su espada, su cabeza se convulsiono hacia atrás fuertemente haciéndolo caer, le tomo unos segundos recuperarse y cuando
  • 28. miro hacia arriba miro a Sebastian con estela en mano, ¿Estela? Pensó Jace, de inmediato pudo sentir que algo no estaba bien, intento tomar su espada la cual estaba a centímetros de él pero no pudo, noto que sus manos se unían involuntaria mente y se formaba entre ellas un aro de energía negra, no pudo evitar recordar la vez que la inquisidora lo esposo de una manera similar utilizando su estela pero la energía que en esta ocasión sentía cerca de su cuerpo era demoniaca, muy diferente a la utilizada en aquella ocasión. Jace despertó de su aturdimiento solo para darse cuenta que manos y pies estaban impedidos por la energía negra, inmóvil ante Sebastian no pudo evitar pensar que todo estaba perdido. Pero Sebastian guardando su estela y sonriendo con su muy característica risa escalofriante se levanto y camino hacia Alec dejando a Jace en el suelo aterrorizado al darse cuenta que se dirigía hacia su parabatai. -Hay que poner orden a esta situación. –Dijo Sebastian caminando hacia Alec y mirando a Jace. –Lo que más deseo en este momento es terminar contigo, así que una buena manera de empezar es matando a tu otra mitad. –Dijo ante la agonía de los ojos de Jace. –No pierdas de vista tu runa parabatai, esto será interesante. Isabelle sostenía entre sus brazos a Simón y acariciaba su cabello con ojos anhelantes, deseaba con desesperación que Simón despertara, Clary a lado de Magnus colocaba eventualmente su mano en su pecho para verificar su respiración, no habían dicho mucho desde que Jace y Alec se fueron tras Sebastian, el ambiente era desolador y ambas lo sabían, se miraban mutuamente sin decir palabra como si esto les diera una sensación de paz falsa. -¿Por qué tan triste? –Era Simón con un hilo de voz mirando hacia Isabelle.
  • 29. -¡Simón! –Ambas chicas gritaron a coro tras la agradable sorpresa. -Gracias al Ángel. –Dijo Isabelle mirando fijamente a Simón mientras Clary se acercaba. –Pensé… Simón, me asuste tanto. Simón intento decir algo a la chica pero no pudo. Isabelle se inclino y lo beso, Clary retiro la mirada, este era claramente un momento privado. Simón se sorprendió y se tenso por la sorpresa pero luego se relajo quería disfrutar del gesto de Isabelle, podría ser un acto impulsivo como todo en Isabelle pero no le importaba, realmente había deseado esto desde hacía mucho tiempo. Cuando por fin lo soltó pudo ver las lágrimas en el hermoso rostro de Isabelle, Simón se incorporo hasta sentarse y tomo a Isabelle en sus brazos. -No vuelvas a asustarme de esta manera. –Dijo Isabelle en un susurro cerca del oído de Simón. –Nunca. Simón le sonrió. –Nunca, -Le confirmo a la Cazadora de Sombras. Clary les miraba con una resplandeciente sonrisa, las cosas estaban mejorando después de todo, estaba por preguntarle a Simón como se sentía pero fue interrumpida. -Ho bueno esto es increíble. –Todos miraron hacia Magnus Bane que estaba apoyado sobre sus codos mirándolos con incredulidad. -¿Cómo demonios es que seguimos vivos? -Con mucha dificultad. –Dijo Clary al brujo después de despertar de su asombro, se acerco a Magnus. –¿Cómo te sientes? -Como si me hubieran golpeado con un bate gigante. –Magnus se froto su mandíbula. –Así que, ¿Cuál fue el milagro? ¿Y en donde está el pequeño bastardo?
  • 30. -Jace –Dijo Clary. –Y… -Clary fue interrumpida por el agarre de Isabelle y al voltear a mirarla pudo ver en su rostro cual era el problema, tal vez no era buena idea decirle a Magnus sobre Alec, no en la condición en la que se encontraba. -Mira Magnus. –Dijo Isabelle mirando al brujo. –Tienes que tomar las cosas con calma, recuerda que aun estas muy débil y… -Está bien Isabelle Lightwood. –Magnus entrecerró sus ojos. – ¿Por que no solo me dices que pasa? Tu lo has dicho aun estoy muy débil, en realidad no puedo hacer gran cosa en este momento, ¿Qué es lo peor que puede pasar? Magnus siguió viendo la duda en el rostro de Isabelle y miro hacia la habitación buscando pistas de lo que por alguna razón no querían decirle y las encontró, miro una serie de flechas incrustadas en una pared, miro un arco abandonado en medio de la habitación, Magnus sintió que el corazón le salía del pecho y se levanto abruptamente con las miradas puestas en él, también sintió que había pisado algo, miro al suelo y recogió una chaqueta que conocía y recordaba claramente Me gusta esa chaqueta le había dicho a Alec, No tiene agujeros Recordó ese momento, recordó los hermosos ojos azules y la extraña pero encantadora sonrisa de… -Alec –Dijo para sí mismo el brujo y sin detenerse a pensarlo soltó la chaqueta y corrió hacia la siguiente habitación. -Supongo. –Dijo Simón. -Qué esto es un buen ejemplo de lo peor que podría pasar. Se miraron un segundo y corrieron tras el brujo.
  • 31. Jace miraba horrorizado como Sebastian atacaba a Alec con todo lo que tenia, golpes, patadas miraba impotente como Alec rodaba por la habitación con heridas formándose en su cuerpo a cada segundo, miro como lo lanzaba hacia los muros en múltiples ocasiones, pensó en piel sangrando y en huesos rotos, pero eso no servía de nada tenía que encontrar la manera de ayudar a su hermano. -¡Maldito cobarde! –Dijo Jace. –Libérame y pelea conmigo, es a mí a quien quieres muerto, ¿No es así? Sebastian volteo hacia Jace, por lo menos quito la atención de Alec por un momento eso era bueno. –Pero primero quiero ver la tristeza y desolación en ti al perder a tu muy amado parabatai. -Sebastian sonrió. –No te impacientes, pronto será tu turno. Camino de nuevo hacia un inmóvil Alec que yacía en el suelo, cuando se acerco lo suficiente los ojos de Alec se abrieron con determinación y atravesó la pierna de Sebastian con una daga, Sebastian grito y maldijo mientras que Alec se ponía de pie no sin dificultad y tomaba otra daga de su cinturón, pensó en lanzarla hacia Sebastian pero su mirada era borrosa y se convenció de que eso sería totalmente inútil, Sebastian miro a Alec después de sacar la daga de su pierna. -Malditos Lightwoods. –Dijo –Pero habrá uno menos en unos momentos. Sebastian corrió hacia Alec el cual se preparo para la envestida. -¡Detente! –Surgió una voz de la nada, y Sebastian se detuvo más por la sorpresa que por otra cosa. Al voltear hacia la puerta pudo ver a Magnus Bane entrando a la habitación seguido de Clary, Isabelle y Simón.
  • 32. Alec no dudo y le grito al Gran Brujo de Brooklyn. -¡Libera a Jace! –Tal vez su voz no había salido tan fuerte como pensaba, tal vez estaba más lastimado de lo que imaginaba y la adrenalina no le permitía estar completamente consciente de eso. Magnus miro a Jace y se inclino en su dirección. -¡No lo hagas! –Le advirtió Sebastian. –No si no quieres que tu novio termine como brocheta. Todos voltearon hacia Sebastian el cual tenía a Alec sujeto por la espalda, una mano impidiendo las de Alec y la otra sujetando su cabello, ambos se encontraban frente a la espada que sujetaba la figura del Ángel Raziel, esta apuntaba al pecho de Alec, bastaba un movimiento de Sebastian para que la espada atravesara el cuerpo del muchacho el cual se encontraba demasiado débil como para zafarse del agarre del Cazador de Sombras. Magnus se detuvo en seco y levanto un tanto las manos para hacerle saber a Sebastian que no liberaría a Jace. -No tiene sentido. –Dijo Alec. –Sebastian va a matarme de cualquier manera, así que ustedes tienen que matarlo a él. -¡Cierra la boca Alec! –Dijo Isabelle a su hermano todos notaron la angustia en su voz. Alec se dio cuenta por el rostro de todos en la habitación de que era inútil intentar convencerlos de que Sebastian lo mataría de una u otra forma y que no debían detenerse por él. -No los culpes Alexander. –Le dijo Sebastian a Alec en un susurro. –Es difícil dejar ir a alguien amado, Amar es destruir. ¿Lo recuerdas? Todos miraban hacia ellos pero ninguno tenía la intención de hacer nada.
  • 33. Alec sintió que la furia le llenaba el cuerpo, no podía permitir que Sebastian tuviera bajo su control a Magnus, Jace, y los demás, y menos por su culpa, ante los ojos de Alec esto era completamente inaceptable, él era el que los protegía, él cuidaba sus espaldas y los mantenía a salvo, fue ahí cuando se dio cuenta de que lo único que detenía la muerte de Sebastian era él. -Maxwell Joseph Lightwood. –Dijo Alec ante el asombro de Sebastian. -Ciertamente Alexander. –Dijo Sebastian con voz fuerte, todos lo escuchaban. –No creo que sea momento de recordar a tu hermano muerto. -Acecinado –Le corrigió Alec, su voz apenas tenía volumen –Y necesito que sepas que morirás hoy, no por tus múltiples faltas a la Ley, o por tus sucias y retorcidas intenciones de acabar con la humanidad, morirás hoy por una sola persona inocente y esa persona es Max. Sebastian tuvo suficiente y comenzó a acercar a Alec al Ángel con toda la intención de que la espada atravesara el pecho del chico, Alec puso toda la resistencia que pudo con la fuerza que le quedaba. -Creí que estabas listo para morir Alexander. –Dijo Sebastian al sentir la resistencia de Alec. -Lo estoy. –Dijo Alec. -¿Y tú? Acto seguido Alec cerró los ojos, Lo siento Izzy, Jace, lo siento Magnus pensó Alec y tomo a Sebastian del brazo que lo sujetaba y relajo su cuerpo haciendo que la misma fuerza de Sebastian unida a la propia, dirigida ahora hacia la dirección contraria le ayudara a cruzar la espada a través de su cuerpo y alcanzara al acecino. Alec sintió como la espada pasaba a través de su pecho
  • 34. y escucho un grito desgarrador salir de la boca de Sebastian al parecer lo había conseguido, había perforado el pecho de Sebastian con la espada del Ángel Raziel, con esto y gravemente herido Alec dejo que la inconsciencia lo inundara perdiéndose en la penumbra. MayGraciela ♥ Continuara >>>