Alec recuerda un sueño en el que Magnus le muestra dónde guarda el Libro de Blanco y cómo acceder a él usando la sangre de Alec. Alec les dice a los demás que sabe dónde está el libro y los lleva al departamento de Magnus. Usando su sangre, Alec revela la ubicación oculta del libro en la pared y lo recupera para que pueda ayudarlos a encontrar a Magnus.
Magnus se encuentra explorando un castillo en otra dimensión, debilitado por su estancia allí. Escucha a su padre, un demonio, hablar con Sebastian, quien busca su ayuda para abrir un portal entre dimensiones y enviar demonios a su mundo. El demonio se niega a ayudar más a Sebastian. Magnus y sus amigos llegan a la nueva dimensión después de usar un hechizo para rastrear a Magnus. Son atacados por demonios pero logran derrotarlos. Continúan su camino pero ven una gran horda de demonios bloque
Los chicos regresaron a la habitación donde se encontraba Raphael. Luke decidió emprender una búsqueda prioritaria para encontrar a Magnus Bane antes de que Sebastian logre una invocación. Catarina propuso realizar un contra hechizo usando un mechón de cabello de Alec que Magnus tenía consigo para poder localizarlo. Alec inicialmente se negó a realizar el hechizo por ser un Nephilim, pero luego accedió con la ayuda de Catarina.
1) Alec y sus amigos se enfrentan al demonio Asmodeus en una batalla, en la que Clary crea runas para mejorar las flechas de Alec y dañar al demonio.
2) La batalla se torna a favor de Alec y los cazadores de sombras, pero Asmodeus logra encerrar solo a Alec dentro de un domo de energía.
3) Dentro del domo, Asmodeus comienza a estrangular a Alec mientras sus amigos intentan en vano romper la barrera mágica.
Magnus le pide a Isabelle un objeto personal de Alec para poder realizar un hechizo de rastreo y encontrarlo. Isabelle no puede encontrar nada significativo en la habitación de Alec hasta que se da cuenta de que un mechón de su cabello serviría. Ella corta un mechón del cabello de Alec sin que él se de, con la esperanza de que esto ayude a Magnus a localizarlo.
Alec ayuda a un grupo de lobos y cazadores de sombras a salir de una batalla en la que estaban rodeados por un gran número de demonios. Luego, discute con un hada furioso sobre la guerra y enfatiza que la sangre derramada es la misma tanto para subterráneos como para cazadores. Más tarde, Alec persigue a Magnus para hablar con él intensamente, revelando a Micah que Alec y Magnus habían terminado su relación recientemente.
Robert Lightwood ha sido nombrado nuevo Inquisidor. Durante la ceremonia, Magnus lleva puesto el anillo Lightwood, lo que causa confusión en Robert. Más tarde, Isabelle, Alec y Jace escuchan a escondidas a Robert y Maryse hablar positivamente sobre Magnus y la relación de Alec con él, así como sobre darle más libertad a sus hijos para tomar sus propias decisiones.
El documento narra una discusión entre Alec y su padre Robert sobre la relación de Alec con Magnus. Robert se opone firmemente a la relación. Isabelle revela que Robert engañó a su madre en el pasado. Alec, Jace e Isabelle se van juntos, acompañados por Magnus. Más tarde, Isabelle les cuenta la verdad a sus hermanos sobre su padre, y ellos deciden no ocultarse más secretos entre sí.
El resumen describe el ataque a la casa de los Blackthorn y la audiencia en el Gard para discutirlo. Jace, Clary, Alec, Isabelle y Simon debaten cómo encontrar al responsable ya que creen que la Clave no es suficientemente efectiva. Más tarde, Alec entrena con Oscar y Micah y comparten detalles personales sobre sus familias y orientaciones sexuales.
Magnus se encuentra explorando un castillo en otra dimensión, debilitado por su estancia allí. Escucha a su padre, un demonio, hablar con Sebastian, quien busca su ayuda para abrir un portal entre dimensiones y enviar demonios a su mundo. El demonio se niega a ayudar más a Sebastian. Magnus y sus amigos llegan a la nueva dimensión después de usar un hechizo para rastrear a Magnus. Son atacados por demonios pero logran derrotarlos. Continúan su camino pero ven una gran horda de demonios bloque
Los chicos regresaron a la habitación donde se encontraba Raphael. Luke decidió emprender una búsqueda prioritaria para encontrar a Magnus Bane antes de que Sebastian logre una invocación. Catarina propuso realizar un contra hechizo usando un mechón de cabello de Alec que Magnus tenía consigo para poder localizarlo. Alec inicialmente se negó a realizar el hechizo por ser un Nephilim, pero luego accedió con la ayuda de Catarina.
1) Alec y sus amigos se enfrentan al demonio Asmodeus en una batalla, en la que Clary crea runas para mejorar las flechas de Alec y dañar al demonio.
2) La batalla se torna a favor de Alec y los cazadores de sombras, pero Asmodeus logra encerrar solo a Alec dentro de un domo de energía.
3) Dentro del domo, Asmodeus comienza a estrangular a Alec mientras sus amigos intentan en vano romper la barrera mágica.
Magnus le pide a Isabelle un objeto personal de Alec para poder realizar un hechizo de rastreo y encontrarlo. Isabelle no puede encontrar nada significativo en la habitación de Alec hasta que se da cuenta de que un mechón de su cabello serviría. Ella corta un mechón del cabello de Alec sin que él se de, con la esperanza de que esto ayude a Magnus a localizarlo.
Alec ayuda a un grupo de lobos y cazadores de sombras a salir de una batalla en la que estaban rodeados por un gran número de demonios. Luego, discute con un hada furioso sobre la guerra y enfatiza que la sangre derramada es la misma tanto para subterráneos como para cazadores. Más tarde, Alec persigue a Magnus para hablar con él intensamente, revelando a Micah que Alec y Magnus habían terminado su relación recientemente.
Robert Lightwood ha sido nombrado nuevo Inquisidor. Durante la ceremonia, Magnus lleva puesto el anillo Lightwood, lo que causa confusión en Robert. Más tarde, Isabelle, Alec y Jace escuchan a escondidas a Robert y Maryse hablar positivamente sobre Magnus y la relación de Alec con él, así como sobre darle más libertad a sus hijos para tomar sus propias decisiones.
El documento narra una discusión entre Alec y su padre Robert sobre la relación de Alec con Magnus. Robert se opone firmemente a la relación. Isabelle revela que Robert engañó a su madre en el pasado. Alec, Jace e Isabelle se van juntos, acompañados por Magnus. Más tarde, Isabelle les cuenta la verdad a sus hermanos sobre su padre, y ellos deciden no ocultarse más secretos entre sí.
El resumen describe el ataque a la casa de los Blackthorn y la audiencia en el Gard para discutirlo. Jace, Clary, Alec, Isabelle y Simon debaten cómo encontrar al responsable ya que creen que la Clave no es suficientemente efectiva. Más tarde, Alec entrena con Oscar y Micah y comparten detalles personales sobre sus familias y orientaciones sexuales.
Alec tiene una pesadilla en la que Max lo acusa de no ser su verdadero hermano. Al despertar, Magnus lo consuela. Más tarde, Alec recuerda que su madre sabía sobre el demonio que lo poseía y se siente angustiado. La Señora Carter, quien también estaba poseída, se niega a hablar. Alec evita verla. Magnus ofrece usar magia para hacerla hablar si es necesario.
Magnus tiene una pesadilla sobre una batalla perdida en Alicante y la muerte de Alec. Al despertar, encuentra a Alec entrenando afuera, aliviado de que esté bien. Luego, Sebastian y sus secuaces atacan la casa de Magnus para obligarlo a acompañarlos e invocar a su padre. A pesar de luchar valientemente, Magnus se ve superado en número. Para salvar a Alec, que fue capturado, accede a ir con Sebastian.
Gwen estaba estudiando en la universidad cuando fue rodeada por Jace, Isabelle, Clary, Simon y Magnus, quienes buscaban a Alec. Alec llegó acompañado de su novia Johanna. Magnus se sintió devastado al ver a Alec besar a Johanna. Más tarde, los cazadores de sombras intentaron convencer a Alec de que los acompañara a la Ciudad de Hueso, pero él se negó a ir sin su prima Gwen o su amigo Nico.
Alec intenta convencer a Jace de que no debe ir solo tras Sebastian, sino que debe esperarlo. Jace insiste en irse solo para distraer a los demás mientras Alec se reúne con él. Alec acepta a regañadientes el plan de Jace. Más tarde, se revela que Isabelle, Clary y Simón ya encontraron a Sebastian y entablan una pelea con él, pero Sebastian resulta ser mucho más poderoso de lo esperado.
Alec se sacrifica para salvar a sus amigos de Sebastian atravesando al villano con la espada del Ángel Raziel e hiriéndose gravemente en el proceso. A pesar de los desesperados esfuerzos de Magnus, Isabelle, Jace y los demás por sanarlo, la herida de Alec parece mortal. Clary entonces crea una nueva runa inspirada por el deseo de sanación que cierra milagrosamente la herida de Alec, salvándole la vida.
El resumen describe una batalla entre cazadores de sombras y demonios donde Alec y Micah se separan del resto de su grupo al cruzar el portal. Aline, Helen y Oscar son heridos en la batalla y deben retirarse. Al no ver regresar a Alec ni Micah, Jace insiste en que Alec aún vive a pesar de que el general dice que no hay más sobrevivientes. Magnus usará un mechón de cabello de Alec para rastrearlo con magia.
Alec se despierta tarde en la casa de sus tíos y encuentra a Gwen y Nico besándose. Más tarde, Gwen le presenta a Johanna, de quien Alec parece desconfiar. Johanna le dice a Alec que ya habló con Gwen y Nico sobre un tema del que Alec no puede hablar frente a ella. Alec se siente incómodo con la presencia de Johanna.
El resumen describe las tensiones entre Alec y su equipo mientras se preparan para una reunión en Idris sobre los recientes ataques. Alec está herido pero ansioso por unirse a la lucha. Sus hermanos Isabelle y Jace, así como su equipo, están preocupados por su seguridad. Magnus tiene un sueño perturbador sobre Alec que lo lleva a ofrecerse para abrir un portal a Idris para verificar que está a salvo.
El documento narra la situación previa a una fiesta donde Alec intenta convencer a Jace de que lo acompañe. Posteriormente, en la fiesta, Magnus se encuentra ebrio y tiene un altercado con un lobo joven. Alec interviene para evitar una pelea y lleva a Magnus a su casa en un taxi, donde el brujo se encuentra en estado de ebriedad.
Este fanfic se sitúa en Ciudad de Cristal después del funeral del hermano menor de Alec, Max. Alec se siente culpable por la muerte de Max. Magnus aparece y consuela a Alec, besándolo. Pasan la noche juntos en los jardines, hablando y besándose. Magnus acompaña a Alec a su habitación y usa magia para ayudarlo a dormir sin pesadillas sobre la muerte de Max.
Alec está evitando a su novio Magnus y se siente culpable por ello. Su madre Maryse nota su malestar y lo invita a hablar, dándole una caja que contiene el anillo de matrimonio Lightwood para que se lo dé a Magnus, dando a entender que aprueba su relación. Alec se da cuenta de que quiere pasar el resto de su vida con Magnus.
Magnus tiene un asunto pendiente con Raphael en el Hotel Dumort, pero recibe una llamada de Alec para ver una película que lo hace olvidar su compromiso. Más tarde, Magnus le explica a Alec sobre su olvido y tarea pendiente. A pesar de esto, Alec comprende que Magnus es una persona ocupada. Antes de irse, Alec y Magnus comparten un beso.
Magnus se entera por Camille que Alec accedió a liberarla a cambio de que ella le enseñara un hechizo para hacer a Magnus mortal, y además accedió a asesinar a Raphael Santiago. Magnus enfrenta a Camille con furia y la amenaza con entregarla a la Clave si se acerca nuevamente a Alec.
El resumen es el siguiente:
1. Magnus y los cazadores de sombras se enfrentan a un poderoso demonio llamado Belcebú en el departamento de Alec y Magnus.
2. Belcebú afirma ser leal a Asmodeus y desea ganar su favor atacando a Magnus, que es hijo de Asmodeus.
3. Sin embargo, la magia de Magnus logra proteger a los cazadores del ataque de Belcebú. Magnus y Belcebú intercambian amenazas mientras los demás observan con precaución.
Jace y Clary intentan animar a un deprimido Alec entrenando en la sala de armas, pero Alec sigue preocupado por no poder recuperar sus recuerdos. Magnus lo tranquiliza diciéndole que pueden crear nuevos recuerdos juntos. Más tarde, Alec le pide a Magnus ver a Gwen, aunque en realidad está ocultando su temor de que el demonio aún lo controle. Jace dibuja una runa de serenidad en Alec para calmarlo.
Magnus se reúne con hadas que planean armar un ejército para resistir a los cazadores de sombras, pero Magnus se niega a ayudarlos porque cree que eso solo empeoraría la situación. Aunque entiende la frustración de las hadas por el castigo, les aconseja ganarse la confianza de los demás mediante la reconciliación en lugar de la violencia.
Magnus lleva a Alec de regreso a su apartamento usando un portal. Al llegar, Alec comienza a recuperar recuerdos de su tiempo con Magnus a través de besos y caricias. A medida que más recuerdos regresan, Alec se da cuenta de que era un cazador de sombras y que tuvo que pasar por mucho dolor. Magnus le habla sobre la muerte de Max para ayudarlo a entender su pasado. Alec se siente aliviado de estar de nuevo con Magnus pero también confundido y asustado por lo que está recordando.
Alec despierta en el Instituto de Nueva York sin recordar su vida como Cazador de Sombras. Jace lo ayuda a recuperarse físicamente con runas curativas mientras que Isabelle y los demás intentan ayudarlo a recordar. Magnus llega para ver a Alec.
Alec tiene un sueño en el que se encuentra en un lugar oscuro con un demonio llamado Belcebú. El demonio le muestra imágenes de Alec luchando como un Cazador de Sombras y le dice que está bajo su poder. Belcebú asfixia a Alec para demostrarle que sigue siendo vulnerable como un humano.
Alec acepta ir al departamento de Magnus a petición de su hermana Isabelle. Al llegar, se encuentra con más personas de las esperadas, incluyendo a Magnus, Jace, Clary, Simon y dos nuevos conocidos, James y Theresa. Alec actúa como si nunca hubiera conocido antes a los últimos dos, lo cual resulta extraño para ellos. Isabelle se alegra de que Alec haya asistido, aunque él parece sentirse abrumado por la situación.
Alec tiene una pesadilla en la que Max lo acusa de no ser su verdadero hermano. Al despertar, Magnus lo consuela. Más tarde, Alec recuerda que su madre sabía sobre el demonio que lo poseía y se siente angustiado. La Señora Carter, quien también estaba poseída, se niega a hablar. Alec evita verla. Magnus ofrece usar magia para hacerla hablar si es necesario.
Magnus tiene una pesadilla sobre una batalla perdida en Alicante y la muerte de Alec. Al despertar, encuentra a Alec entrenando afuera, aliviado de que esté bien. Luego, Sebastian y sus secuaces atacan la casa de Magnus para obligarlo a acompañarlos e invocar a su padre. A pesar de luchar valientemente, Magnus se ve superado en número. Para salvar a Alec, que fue capturado, accede a ir con Sebastian.
Gwen estaba estudiando en la universidad cuando fue rodeada por Jace, Isabelle, Clary, Simon y Magnus, quienes buscaban a Alec. Alec llegó acompañado de su novia Johanna. Magnus se sintió devastado al ver a Alec besar a Johanna. Más tarde, los cazadores de sombras intentaron convencer a Alec de que los acompañara a la Ciudad de Hueso, pero él se negó a ir sin su prima Gwen o su amigo Nico.
Alec intenta convencer a Jace de que no debe ir solo tras Sebastian, sino que debe esperarlo. Jace insiste en irse solo para distraer a los demás mientras Alec se reúne con él. Alec acepta a regañadientes el plan de Jace. Más tarde, se revela que Isabelle, Clary y Simón ya encontraron a Sebastian y entablan una pelea con él, pero Sebastian resulta ser mucho más poderoso de lo esperado.
Alec se sacrifica para salvar a sus amigos de Sebastian atravesando al villano con la espada del Ángel Raziel e hiriéndose gravemente en el proceso. A pesar de los desesperados esfuerzos de Magnus, Isabelle, Jace y los demás por sanarlo, la herida de Alec parece mortal. Clary entonces crea una nueva runa inspirada por el deseo de sanación que cierra milagrosamente la herida de Alec, salvándole la vida.
El resumen describe una batalla entre cazadores de sombras y demonios donde Alec y Micah se separan del resto de su grupo al cruzar el portal. Aline, Helen y Oscar son heridos en la batalla y deben retirarse. Al no ver regresar a Alec ni Micah, Jace insiste en que Alec aún vive a pesar de que el general dice que no hay más sobrevivientes. Magnus usará un mechón de cabello de Alec para rastrearlo con magia.
Alec se despierta tarde en la casa de sus tíos y encuentra a Gwen y Nico besándose. Más tarde, Gwen le presenta a Johanna, de quien Alec parece desconfiar. Johanna le dice a Alec que ya habló con Gwen y Nico sobre un tema del que Alec no puede hablar frente a ella. Alec se siente incómodo con la presencia de Johanna.
El resumen describe las tensiones entre Alec y su equipo mientras se preparan para una reunión en Idris sobre los recientes ataques. Alec está herido pero ansioso por unirse a la lucha. Sus hermanos Isabelle y Jace, así como su equipo, están preocupados por su seguridad. Magnus tiene un sueño perturbador sobre Alec que lo lleva a ofrecerse para abrir un portal a Idris para verificar que está a salvo.
El documento narra la situación previa a una fiesta donde Alec intenta convencer a Jace de que lo acompañe. Posteriormente, en la fiesta, Magnus se encuentra ebrio y tiene un altercado con un lobo joven. Alec interviene para evitar una pelea y lleva a Magnus a su casa en un taxi, donde el brujo se encuentra en estado de ebriedad.
Este fanfic se sitúa en Ciudad de Cristal después del funeral del hermano menor de Alec, Max. Alec se siente culpable por la muerte de Max. Magnus aparece y consuela a Alec, besándolo. Pasan la noche juntos en los jardines, hablando y besándose. Magnus acompaña a Alec a su habitación y usa magia para ayudarlo a dormir sin pesadillas sobre la muerte de Max.
Alec está evitando a su novio Magnus y se siente culpable por ello. Su madre Maryse nota su malestar y lo invita a hablar, dándole una caja que contiene el anillo de matrimonio Lightwood para que se lo dé a Magnus, dando a entender que aprueba su relación. Alec se da cuenta de que quiere pasar el resto de su vida con Magnus.
Magnus tiene un asunto pendiente con Raphael en el Hotel Dumort, pero recibe una llamada de Alec para ver una película que lo hace olvidar su compromiso. Más tarde, Magnus le explica a Alec sobre su olvido y tarea pendiente. A pesar de esto, Alec comprende que Magnus es una persona ocupada. Antes de irse, Alec y Magnus comparten un beso.
Magnus se entera por Camille que Alec accedió a liberarla a cambio de que ella le enseñara un hechizo para hacer a Magnus mortal, y además accedió a asesinar a Raphael Santiago. Magnus enfrenta a Camille con furia y la amenaza con entregarla a la Clave si se acerca nuevamente a Alec.
El resumen es el siguiente:
1. Magnus y los cazadores de sombras se enfrentan a un poderoso demonio llamado Belcebú en el departamento de Alec y Magnus.
2. Belcebú afirma ser leal a Asmodeus y desea ganar su favor atacando a Magnus, que es hijo de Asmodeus.
3. Sin embargo, la magia de Magnus logra proteger a los cazadores del ataque de Belcebú. Magnus y Belcebú intercambian amenazas mientras los demás observan con precaución.
Jace y Clary intentan animar a un deprimido Alec entrenando en la sala de armas, pero Alec sigue preocupado por no poder recuperar sus recuerdos. Magnus lo tranquiliza diciéndole que pueden crear nuevos recuerdos juntos. Más tarde, Alec le pide a Magnus ver a Gwen, aunque en realidad está ocultando su temor de que el demonio aún lo controle. Jace dibuja una runa de serenidad en Alec para calmarlo.
Magnus se reúne con hadas que planean armar un ejército para resistir a los cazadores de sombras, pero Magnus se niega a ayudarlos porque cree que eso solo empeoraría la situación. Aunque entiende la frustración de las hadas por el castigo, les aconseja ganarse la confianza de los demás mediante la reconciliación en lugar de la violencia.
Magnus lleva a Alec de regreso a su apartamento usando un portal. Al llegar, Alec comienza a recuperar recuerdos de su tiempo con Magnus a través de besos y caricias. A medida que más recuerdos regresan, Alec se da cuenta de que era un cazador de sombras y que tuvo que pasar por mucho dolor. Magnus le habla sobre la muerte de Max para ayudarlo a entender su pasado. Alec se siente aliviado de estar de nuevo con Magnus pero también confundido y asustado por lo que está recordando.
Alec despierta en el Instituto de Nueva York sin recordar su vida como Cazador de Sombras. Jace lo ayuda a recuperarse físicamente con runas curativas mientras que Isabelle y los demás intentan ayudarlo a recordar. Magnus llega para ver a Alec.
Alec tiene un sueño en el que se encuentra en un lugar oscuro con un demonio llamado Belcebú. El demonio le muestra imágenes de Alec luchando como un Cazador de Sombras y le dice que está bajo su poder. Belcebú asfixia a Alec para demostrarle que sigue siendo vulnerable como un humano.
Alec acepta ir al departamento de Magnus a petición de su hermana Isabelle. Al llegar, se encuentra con más personas de las esperadas, incluyendo a Magnus, Jace, Clary, Simon y dos nuevos conocidos, James y Theresa. Alec actúa como si nunca hubiera conocido antes a los últimos dos, lo cual resulta extraño para ellos. Isabelle se alegra de que Alec haya asistido, aunque él parece sentirse abrumado por la situación.
Alec, Nico y Gwen salieron del departamento de Magnus después de que un intento de desbloquear los recuerdos de Alec resultara doloroso. En el restaurante Takis, Alec tiene una visión de él besándose con Magnus afuera del restaurante, lo que sugiere que sus recuerdos están comenzando a regresar. Magnus confirma que esto ocurrió y que los recuerdos memorables pueden desbloquearse espontáneamente, dejando a Alec avergonzado.
Alec y Gwen faltan a la universidad y van al cementerio donde están enterrados los padres de Gwen. Alec comienza a escuchar voces y ver a un chico rubio que Gwen no puede ver. El chico extraño dice que Alec puede verlo debido a que su mente pasó sobre un "Glamour", una barrera invisible.
Alec y Gwen visitan al brujo Magnus Bane en busca de ayuda, pues han olvidado parte de su pasado. Magnus y la hermana de Alec, Isabelle, se comportan de forma extraña como si conocieran a Alec. Magnus deduce que Belcebú le dio a Alec la vida de otra persona, borrando su memoria. Alec no entiende nada y decide irse con Gwen, prometiendo volver al día siguiente.
Este resumen describe la visita de Alec a la casa de Magnus para agradecerle por haber salvado su vida. Alec se siente nervioso al principio, pero Magnus lo recibe amablemente y le ofrece té. Alec le confiesa que se siente atraído por él. Magnus admite que también siente atracción por Alec. Tras una conversación sincera, Magnus accede a salir en una cita con Alec el viernes. Antes de irse, Magnus le da a Alec su primer beso.
08 qué regalarle al cazador de sombras que lo tiene todoMayGraciel
Magnus Bane ha sido contratado para invocar un demonio Cecaelia para una cliente irritante llamada Caroline Connor. Magnus prepara el pentagrama y el círculo de invocación a pesar de la impaciencia de Connor. Cuando esté listo, Magnus invocará al demonio para que Connor pueda usarlo para un propósito misterioso a cambio de una gran cantidad de dinero.
Magnus visita a Alec en su habitación para intentar hacerlo recordar su verdadera vida juntos en Brooklyn. Casi se besan, pero son interrumpidos por la llegada de Johanna. Alec niega que estuvieran a punto de besarse, hiriendo los sentimientos de Magnus, quien se va enfadado. Johanna se da cuenta de que Alec mantiene una farsa negando su verdadera identidad.
El capítulo describe la confusión de Bella después de que Edward le dice que no pueden ser amigos para protegerla. Bella llora en su casa y Jacob la consuela, escuchando sus problemas. Al día siguiente, Bella acepta acompañar a Jessica a una cita con Mike para distraerse aunque prefiere quedarse en casa.
El documento presenta la descripción de dos personajes, un ángel llamado Takao de 19 años y ojos azules eléctricos, y un albino con poderes sobrenaturales. El albino regresa cansado de su entrenamiento y se encuentra con Takao, intercambian palabras y desafíos mágicos antes de que el albino invite a Takao a su casa para beber.
El documento presenta la descripción de dos personajes, un ángel llamado Takao de 19 años y un chico albino con poderes sobrenaturales. Los personajes se encuentran en el bosque y entablan una pequeña confrontación que termina con el albino invitando al ángel a su casa para ofrecerle una bebida.
Jack se despierta por la mañana y se prepara para ir al instituto. En el camino se encuentra con su amigo Alex, con quien habla sobre sus planes para las vacaciones de verano. Más tarde, después de clases, Jack pasea solo pensando en su futuro cuando de repente una explosión suena cerca. Una misteriosa chica le salva y le empuja al suelo. Luego, la chica y un hombre con poderes extraños empiezan a luchar.
Este cuento narra la historia de Bella, una joven cuyo padre hace un trato con una Bestia para salvar su vida. Bella acepta ir a vivir con la Bestia a cambio de la liberación de su padre. Aunque al principio Bella teme a la Bestia por su apariencia, con el tiempo descubre su bondad y amabilidad. La Bestia se enamora de Bella y le pide matrimonio, a lo que ella se niega. Cuando Bella descubre que la Bestia es en realidad un príncipe maldecido, su am
1. Jace caminaba por el pasillo hacia la biblioteca de la residencia
Lightwood, llevaba consigo una charola que balanceaba de un lado a
otro jugando sin divertirse, en ella había unos paquetes envueltos y
una cantidad de bebidas variadas, al entrar a la biblioteca observo el
mismo escenario que había ahí al irse; Clary, Isabelle, Simón,
Catarina, Alec e incluso Raphael estaban ahí, en medio de un enredo
de libros, títulos como: Puertas al infierno, Pandemónium, La ciudad
de los demonios, Entre dimensiones demoniacas, Rutas infernales, etc.
todos envueltos en sus lecturas hasta que coloco la charola sobre el
escritorio principal, una oleada de personas hambrientas se
precipitaron hacia lo que ahora sabían que eran emparedados, todos
quienes comían menos Alec, él estaba frente a su emparedado el cual
ni siquiera volteo a ver, estaba leyendo un libro enorme, la escritura
era en latín y movía su pierna ansiosamente.
-Alec –Llamo Jace a su parabatai –Vamos toma tu parte es…
-Gracias, estoy bien, no tengo hambre.
-¿Sabes? A estas alturas no me interesa si tienes hambre o no –La voz
de Jace hizo que Alec levantara su mirada y la fijara sobre la de su
parabatai. –Come Alexander.
-No estoy mintiendo, no tengo hambre.
-Yo tampoco estoy mintiendo, no me interesa, come o te obligare.
La voz de Jace era peligrosamente seria, Clary observo cautelosa la
escena, ¿Estaban peleando? ¿Una verdadera pelea entre Jace y Alec?
Eso parecía. No recordaba haber visto a Jace hablarle así a Alec nunca
y Alec dedicarle la mirada desafiante que tenía en su rostro. Isabelle
que estaba comiendo aparto su emparedado de su boca, al parecer
tampoco ella se esperaba esto, la situación era muy tensa y había un
silencio abrumador.
Raphael cerro ruidosamente un libro, él estaba sonriendo –
Definitivamente –Dijo el vampiro –Esto no está funcionando. –Camino
2. un poco hacia Alec y Jace, colocando el libro sobre el escritorio y
tomando otro. –Obviamente si empiezan a pelear entre ustedes, nunca
encontraremos la manera de traer a Magnus de vuelta.
-No estamos peleando –Murmuro Alec y bajo de nuevo la mirada al
libro.
-Eso depende –Contesto Jace -¿Comerás?
Alec se paso una mano por el rostro, él se miraba débil y mas pálido
de lo normal, enormes círculos negros rodeaban sus ojos. –De verdad
no entiendo, ¿Qué importancia tiene? También a ti se te ha ido el
hambre ¿No?
-¡No durante tres días! –Jace levanto considerablemente la voz -Y
tampoco has dormido, te mire anoche colándote aquí después de que
habíamos quedado en que descansaríamos un par de horas.
-PUES TAMPOCO TENGO SUEÑO.
Alec al parecer había tenido suficiente, se levanto bruscamente de su
asiento tomando el libro y disponiéndose a salir del lugar, Catarina
suspiro dramáticamente y se levanto para interceptarlo, sin ninguna
palabra coloco su mano en la frente del chico, tres segundos después
el libro cayo de las manos de Alec seguido de él, que estaba al parecer
inconsciente ahora en el suelo.
-Lo siento –Catarina lo miraba en el suelo, todos en la habitación
estaban perplejos por lo que la bruja acababa de hacer –Pero debo
cuidarte –Catarina se inclino hacia Alec para enderezar su cabeza –Es
lo que mi amigo hubiera querido.
* * * * *
-Auch… ¿Qué diablos…? ¿Magnus?
Alec se despertó violentamente incorporándose en la cama -¿Qué haces?
3. Magnus estaba frente a él sonriéndole –Disculpa pero necesitaba esto. -
levanto su mano mostrando una pequeña aguja, con la cual había
pinchado el brazo de Alec.
-¿Por qué? –Alec estaba aun desenredándose del sueño, tallo sus ojos y
miro en su brazo la marca que el extraño acto de Magnus le había
dejado. -¿Vas a despertarme así todo el tiempo? Voy a comenzar a
reconsiderar tus invitaciones a quedarme.
-No volverá a pasar, lo prometo –Magnus camino hacia una de las
paredes de la habitación, ambos se encontraban en el desván de
Magnus en Brooklyn, él llevaba una de sus muchas batas y se movía
con la gracia que le caracterizaba. Levanto su mano dejando salir
chispas azules y rojas, -Pero necesito hacer esto, es importante.
Alec se levanto buscando rápidamente su ropa interior y colocándosela
para acercarse a Magnus. -¿Qué estás haciendo? –Alec miro con
atención como la pared frente a ellos se abría como un mueble y dejaba
ver un libro, Alec lo reconoció, era el Libro de Blanco. -¿No deberías de
tener eso en un lugar más seguro?
Magnus que estaba concentrado en su tarea se tomo el tiempo de
voltear y sonreírle. –Créeme Ángel, nadie sería capaz de encontrarlo
aquí. –Magnus al parecer había terminado con la tarea, la pared se
miraba de nuevo bastante común.
-¿Qué fue eso? –Pregunto Alec a lado de Magnus y aun mirando hacia la
pared.
-Eso –Dijo Magnus –Es un hechizo de ocultamiento, uno de los mejores,
si me permites agregar, ningún tipo de magia sería capaz de encontrar
ese libro, solo se puede con llaves…
-Las llaves son fáciles de encontrar –Dijo Alec, Magnus le tuvo
consideración ya que podría estar un poco molesto por el muy particular
modo de haberlo despertado.
4. -Estas no –Magnus coloco la aguja sobre la pared y está nuevamente se
abrió dejando ver el libro.
-Tu llave es una aguja.
Magnus rodo los ojos al techo -Mi llave es tu sangre Alec.
-Oh –Dijo Alec –Eso tiene mucho más sentido.
Magnus solo se limito a reír –Necesitaba un poco de tu sangre para
activar el hechizo.
-¿Y por que mi sangre?
-Porque quiero que tengas acceso al libro, solo por si acaso.
-¿Eso significa que tu sangre también es una llave?
-Así es –La pared regreso a la normalidad –Así que ahora ya sabes en
donde está el Libro de Blanco y como acceder a él.
Alec abrió los ojos, sintió como un enorme hoyo en su pecho se hacía
más profundo. Todo había sido un sueño pero sabía que había
ocurrido hacia unos meses cuando aún no había sabido de la
existencia de Camille:
Ahora ya sabes en donde está el Libro de Blanco y como acceder a él.
Alec tallo sus ojos y se levanto lentamente, al mirar a su alrededor se
dio cuenta de que estaba en su habitación, en el ático de la casa, la
cama de Jace a lado estaba desocupada. Alec comenzó a caminar por
el pasillo hacia la biblioteca, se sentía realmente aturdido por el sueño.
Ver a Magnus vibrante, encantador y fuera de peligro ahora se miraba
algo tan distante y casi imposible, antes de llegar a la biblioteca se
detuvo un poco para escuchar las voces que de ahí salían.
5. -¿Entonces es imposible? ¿Completamente imposible? –Isabelle
cuestionaba enérgica.
-Nada es imposible –Contesto Catarina –Sin embargo creo que es algo
que esta fuera de nuestro alcance.
-Pero eres una bruja ¿No? Debes de tener alguna idea. Algo mejor que
seguir leyendo estos inútiles libros.
-Solo se me ocurre el Libro de Blanco –Dijo Catarina sombríamente –
Pero no sé en donde está.
-Pero creí que lo tenias –Dijo Clary recordando exactamente eso.
–Lo devolví –Dijo Catarina –Solo lo cuide por un tiempo pero le
pertenece a Magnus, él lo tenía.
-¿No te dijo en donde lo guardo? –La voz de Jace fue plana.
-Nunca pregunte –Catarina agacho su cabeza –Nunca he pensado en
mi vida sin Magnus o Ragnor.
-Pero Ragnor… -Clary se detuvo, no quería abrir una herida que
probablemente aun causaba un terrible daño.
En ese momento Alec entro a la habitación. Jace que estaba sentado
en una de las sillas frente al escritorio con sus brazos cruzados en su
pecho y sus piernas largas extendidas hacia enfrente se puso de pie
enseguida, Clary noto que tal vez estaba esperando a Alec con mucha
más ansiedad de la que dejaba ver.
-Yo… -Comenzó Alec pero fue interrumpido.
-¿Cómo te sientes? –Pregunto Jace tenso.
Alec no contesto, los hombros de Jace se enderezaron y después de
tomar un fuerte trago de aire comenzó a caminar en dirección a su
6. parabatai, lo sujeto del brazo sin delicadeza y lo arrastro fuera del
lugar.
-Tenemos que hablar –Dijo y camino a grandes zancadas con Alec
detrás de él, su mano aun firme en el brazo de su hermano hasta que
Alec se lo quito de encima.
-Podemos hablar aquí –Dijo Alec débilmente.
Jace se dio la vuelta, Alec esperaba ver a alguien realmente furioso, en
su lugar los ojos de Jace lucían vulnerables y tremendamente tristes.
Alec bajo la mirada.
-No estoy enojado contigo –Dijo Alec.
-¿Ha no? Qué extraño. Yo pensaría lo contrario.
-Solo me gustaría –Dijo Alec y miro a su parabatai –Que intentaras
entender un poco mas lo que siento, ponte en mis zapatos ¿Cómo
estarías si fuera Clary quien estuviera desaparecida?
Jace agacho la cabeza –Seguramente haría cosas peores que dejar de
comer y dormir –Dijo débilmente, Alec se acerco a Jace y coloco su
mano en el hombro de su parabatai.
-No puedes quitar el dolor –Dijo Alec –No importa lo que quieras, no
puedes protegerme de esto o entrar en mi mente y sacarlo a golpes.
-Esa debería de ser una opción.
-Pero no es así.
-Lo siento –Dijo Jace –No me había dado cuenta de lo terrible que la
estabas pasando y no me refiero a ahora, sino también ha como
estabas desde que Magnus y tu terminaron…
7. -Odio esto –Dijo Alec bruscamente –Odio verme tan débil y que todos
se compadezcan de mi…
-Alec –Dijo Jace y sonrió pensativo –Has demostrado tanta fuerza y
determinación, hay todo en ti excepto debilidad, me preocupo por que
todo tiene un límite y temo que estés por llegar a él.
-No –Dijo Alec –Nunca había deseado tanto algo en mi vida y estar tan
seguro de conseguirlo. Encontrare a Magnus Jace.
Jace se lleno de vitalidad, Alec tenía ese efecto en él, probablemente
por la runa que los unía o probablemente por el hecho de ser Alec,
miro el acero y determinación en sus ojos y pensó que estaba muy
lejos de llegar al límite.
-Lo harás –Concordó Jace –Lo haremos, te ayudare, hare lo que sea
para encontrarlo así como lo hizo él una vez por mí. Pero sobre todo y
espero y no lo comentes a nadie, quiero encontrarlo porque también lo
quiero de vuelta –Jace movió la cabeza hacia un lado –El brujo me
agrada.
-Y eso es mucho decir.
-¿Terminaron chicas? –Isabelle estaba recargada en la pared a unos
metros de ellos –Todos necesitamos un poco de drama pero,
simplemente no va con ustedes.
-Bueno –Dijo Jace –Ahora que todos parecen tener un mejor humor,
debemos de pensar en algo un poco más efectivo ¿No lo creen?
Isabelle dejo salir una larga exhalación de aire -¿Cómo qué?
-Como el Libro de Blanco –Dijo Alec.
-Catarina no sabe en donde está.
-Pero yo sí. Está en el desván de Magnus, en Brooklyn.
8. -¿Estás seguro de eso? –Jace lo miro con ojos brillantes.
-Muy seguro, debemos ir ahí ahora.
-¿Por qué no nos dijiste esto antes?
-No lo sé, creo que no pensaba claramente.
-Sí –Dijo Jace con voz aleccionadora –Eso pasa cuando no duermes.
Alec abrió la boca para responderle pero Clary apareció frente a ellos -
¿Chicos? –Se miraba apenada y preocupada.
-Todo bien linda –Dijo Jace y camino hacia ella, coloco ambas manos
sobre sus hombros –Necesitamos de tus magníficos poderes hermosa,
regresamos a Brooklyn.
* * * * *
El desván de Magnus se miraba diferente, bastante normal para su
gusto ya que disfrutaba de sus atrevidas particularidades de diseño,
Alec en ocasiones sentía que tenía mucho que ver con su estado de
ánimo y el lugar en el que ahora se encontraba se miraba elegante
pero aburrido, sin magia y sin Magnus.
Alec respiro profundo y camino hacia la habitación, Catarina lo siguió
de cerca dejando a los demás en la sala de estar.
-No lo siento –Dijo Catarina –El Libro de Blanco llama a los brujos,
pero no siento nada.
-Está ahí –Alec señalo hacia una de las paredes, en ella había un
cuadro de arte moderno y debajo un mueble de madera. –En la pared.
-No lo siento –Repitió Catarina levantando una ceja.
9. -Es un encantamiento –Dijo Alec –Se supone que es muy poderoso.
-Lo es –Catarina levanto su mano, el cuadro y el mueble se movieron
dejando libre la pared. –Y no creo poder eliminarlo cuando ni siquiera
logro sentirlo.
Alec no dijo nada, tomo una daga de su cinturón y la presiono contra
uno de sus dedos dejando que surgiera una pequeña gota de su
sangre, una vez hecho esto se acerco a la pared y la toco dejando un
breve manchón rojo. Inmediatamente Catrina se puso en alerta. Ahí
estaba; la magia poderosa haciéndose a un lado para dar pasó a la
llave: La sangre de Alec.
Este se acerco a la pared y extendió sus manos hacia el libro que
miraba claramente, algo que Catarina no hacía, ella solo miraba la
pared, entendió que el hechizo era poderoso incluso para otro brujo.
Observo como las manos de Alec desaparecían para después
reaparecer ahora mostrando lo que había extraído de ella: El Libro de
Blanco. Alec le ofreció el libro a Catarina.
-Espero y ayude –Dijo el chico pero Catarina solo podía pensar en que
nunca se imagino a Magnus dando su confianza a un Cazador de
Sombras a este nivel, dándole la llave para obtener el libro de hechizos
más poderoso que alguna vez haya existido.
-Lo encontraremos –Dijo Catarina confiada no por el Libro de Blanco si
no por la determinación de Alec.
Pasaron el resto del día estudiando el Libro, Catarina estaba muy
concentrada en ello, mientras los demás seguían haciendo más
investigación en otros libros. Alec tenía muchos de los cuadernos
escritos por el mismo Magnus sobre sus descubrimientos de las
dimensiones demoniacas.
Isabelle entro al estudio cerrando su teléfono –Es increíble –Dijo.
-¿Qué sucede? –Pregunto Jace -¿Quién era?
10. -Mi padre –Dijo Isabelle molesta. Y capto la atención de la mayoría en
la habitación. -Pregunto como estábamos y como íbamos en la
investigación.
-¿Bromeas? –Dijo Jace levantando ambas cejas en dirección a su
hermana.
Isabelle se encogió de hombros. –Bueno, es lo menos que puede hacer,
-Dijo dudando –Lo que hizo Magnus… Tu sabes –Miro a Jace –Alec. No
había forma de que él sobreviviera. –Isabelle hablo firmemente –Sabe
que le debemos.
Clary y Simón se miraron, sabían perfectamente a lo que se refería
Isabelle. Lo extraño era el hecho de que Robert lo reconociera. Clary
noto un cambio en la postura de Simón.
-¿Estás bien? –Pregunto preocupada.
-Si –Dijo y sonrió –Ahora vuelvo.
Simón salió de la habitación mientras que los demás regresaban a sus
investigaciones, cruzo la sala de estar y salió hacia las escaleras donde
encontró a Raphael al parecer esperándolo.
-No estaba seguro si me escucharías –Dijo Raphael.
Simón entendió que había hablado suficientemente bajo como para ser
el único en el estudio que lo escuchara.
-¿Qué quieres? –Pregunto Simón suspicaz.
Raphael no contesto solo saco dos botellas de vidrio llenas de sangre y
extendió una hacia Simón ofreciendo una de ellas. Simón la tomo
estaba muy hambriento como para pensarlo, la destapo pero antes de
beber el primer trago miro a Raphael con duda y temor.
11. -¿De dónde la sacaste? Raphael ¿no abras...?
Raphael que ya había bebido de su propia botella giro los ojos al techo
y con un movimiento dramático giro la botella para que Simón mirara
la etiqueta que decía con letras grandes: Taki’s, debajo de esto con
letras pequeñas: EMBASADA HOY y como si necesitaran alguna
especie de chiste en letras mucho más pequeñas decía: Aliméntate sin
romper la Ley.
Simón se había alimentado en Taki’s lo suficiente como para reconocer
de inmediato la etiqueta, este se encogió de hombros y comenzó a
beber –Gracias –Dijo sintiéndose algo apenado.
-Supuse que tenias hambre –Dijo Raphael –No deberías de pasar tanto
tiempo sin alimentarte, te pones en peligro y a los que te rodean que
en su mayoría son humanos.
-Cazadores de Sombras –Dijo Simón dando un sorbo a su alimento –
Dudo mucho que los ponga en peligro.
-Debes de dejar de sentir vergüenza, beber sangre es parte de ti ahora,
debes aceptarlo.
-Aceptar lo que soy es difícil cuando los que te rodean no lo hacen. –La
voz de Simón se apago infinitamente.
-Magnus me conto sobre tu madre –Dijo secamente.
-¿Lo hizo?
-Quería que te ayudara.
-¿Tu?
Raphael se miraba divertido con la reacción de Simón –Debería
sentirme ofendido por tu falta de confianza en que pueda ayudar a
alguien.
12. -No es el que puedas lo que pongo en duda –Dijo Simón, la botella en
su mano ya había bajado de la mitad –Si no el que quieras hacerlo.
-Exacto –Dijo Raphael –No quise ayudarte, no tengo por qué, eres más
un Cazador de Sombras que otra cosa y eres muy irritante para mi
gusto.
Simón se quedo en silencio un momento, ¿Era normal enojarte con la
persona que estaba evitando que murieras de hambre? -¿Entonces? –
Dijo Simón -¿Por qué mencionaste a mi madre?
-Porque puedes arreglarlo –Raphael miro a Simón, no había mucha luz
en las escaleras del desván de Magnus y aun así Raphael se miraba
nítido como un niño inocente –Puedes convencer a tu madre de que no
eres lo que piensa.
-Pero lo soy. Soy un monstruo.
-Ella no tiene que saberlo.
-¿Mentirle? –Simón se miraba asqueado con la idea.
-No se trata de ti Daylighter, si no de tu madre y de darle la
oportunidad de no vivir en la angustia de saber a su hijo como un
monstruo como tú lo has dicho.
-Pero…
-Tienes una gran ventaja –Continuo Raphael –Puedes caminar a la luz
del sol, que mejor prueba quieres para demostrarle a tu madre que no
eres lo que piensa. -Ve a su puerta a plena luz del día, dile que eres
una especie diferente, cualquier cosa menos un vampiro, ella lo
entenderá si realmente quiere hacerlo.
13. Simón lo considero: No se trata de ti Daylighter, si no de tu madre En
eso estaba de acuerdo, no quería que su madre siguiera sofriendo por
su culpa.
-¿Quién te dio la idea? –Dijo Simón ya más tranquilo.
Raphael bajo su mirada, Simón noto que no estaba precisamente
mirando el piso si no al pasado, recordó a Magnus con su mirada
melancólica, ¿Algún día él mirara de esta misma forma? –En ocasiones
Magnus es útil. –Dijo Raphael finalmente, en ese momento Simón
escucho la puerta principal abriéndose debajo de ellos, ambos
vampiros se tensaron y se pusieron en guardia. Escucharon pasos
firmes subiendo por las escaleras y miraron a la persona que había
entrado, ahora parado frente a ellos.
Simón miro con sorpresa como Raphael sonreía, no de la forma
maliciosa en la que siempre lo hacía, si no de una manera sincera,
alegre de ver a quien estaba frente a ellos.
-Viniste –Dijo Raphael con los ojos brillando.
* * * * *
Catarina dejo el libro abajo y tallo sus ojos, dio unos pequeños
golpecitos a su mejilla y se enderezo recomponiendo su postura para
seguir leyendo, Jace, Clary, Alec e Isabelle se miraron entre ellos y
sonrieron, Clary se levanto.
-Iré a buscar algo de beber, ¿Les apetece un te?
Todos contestaron con sus cabezas positivamente, antes de salir de la
habitación Catarina levanto su cabeza y miro hacia la puerta del
estudio, para sorpresa de todos se levanto rápidamente y camino hacia
la entrada, una vez en la sala de estar todos observaron a quien
acompañaba a Raphael y Simón.
14. Jace miro a un hombre alto de piel verde, no un verde oscuro si no un
verde claro con un cierto brillo, el cabello blanco como la nieve y en su
frente se curvaban dos pequeños cuernos elegantes. Sus ojos eran
muy ordinarios para su rostro, un contraste fascinante pensó Jace.
Él vestía como un moderno neoyorkino, pantalón de mezclilla oscuro,
camisa y saco de diseño. Después de un momento de asombro este
miro hacia Catarina y levanto sus brazos para indicarle que se
acercara, esta sonrió inmensamente y como si se tratase de una niña
bailo con gracia hacia sus brazos. El hombre los cerró al rededor de
ella que se miraba cómicamente pequeña a su lado.
-Ragnor –Dijo la bruja en el pecho de su amigo –Magnus esta…
-Lo sé, lo sé, el cabeza hueca se metió en un problema hasta el cuello.
Catarina dejo los brazos de Ragnor y lo miro, en sus ojos se notaba un
brillo, Alec pensó que estaba a punto de llorar, había visto a Catarina
tan firme, nunca se imagino que estaba sufriendo con esto. Sin
embargo no lo dejo notarse, de inmediato se recompuso y miro hacia a
todos en la habitación.
-Bien –Dijo firmemente –Chicos el es Ragnor, Ragnor Fell.
-¿Ragnor Fell? –Cuestiono muy asombrada Clary –Magnus me dijo que
estabas… bueno que habías sido atacado por demonios y que no
habías sobrevivido.
-De lo que te dijo solo la mitad es cierto –Dijo Fell.
-Pero ¿por qué?...
-No espero que unos pequeños Cazadores de Sombras entiendan como
funcionan la vida de un brujo o de cómo nos mantenemos a salvo
nosotros mismos.
-¿Escondiéndose? –Dijo Jace respectivamente.
15. Ragnor lo miro divertido pero antes de que le contestara Alec hablo.
-Magnus me dijo que estabas esperando a que las cosas se calmaran,
¿Por qué estás aquí ahora? –Pregunto con sincera curiosidad. Ragnor
lo fulmino con la mirada y Alec sintió lo que quería decirle: Por tu
culpa, tú le hiciste esto a Magnus. Alec no aparto la mirada, decidió
enfrentar lo que merecía, era lo mínimo ya que sabía que era justo.
-Estoy aquí porque Magnus lo estaría por mí.
-Ragnor –Dijo Catarina –Tenemos el libro de Blanco pero no estoy
segura de que sea lo que necesitamos.
Ragnor por fin dejo de mirar a Alec –Ahí están los encantamientos, sin
embargo necesitaremos más que eso.
-¿Cómo qué? –Pregunto Alec.
-Como el hotel Dumort –Dijo Ragnor y todos lo miraron perplejos.
-Magnus me hablo de eso –Dijo Raphael –Un brujo muy antiguo uso el
hotel para abrir un portal, él quería ir al pandemónium pero lo
detuvieron.
-Aldous Nix –Dijo Catarina, ella tenía una mirada pensativa y una de
sus manos en la barbilla –Él tenía dos mil años cuando murió, creía
que ese era su hogar. –Alec miro como Catarina se estremecía, -
Supongo que dos mil años es demasiado para cualquier persona.
-No hay un portal en el hotel –Dijo Alec, -No entiendo…
-El hotel está formado en su mayoría por Metal demoniaco y energía
electrum, es un canal, lo suficiente como para hacer un portal a otra
dimensión. –Explico Ragnor.
-Debemos ir ahí, entonces –Alec se miraba ansioso.
16. -Esto es solo una parte niño –Dijo Ragnor exasperado. -En el mejor de
los casos, podemos hacer un portal ahí, sin embargo este será de una
sola vía.
-Podríamos ir pero no regresar –Dijo Jace.
-Así es –Dijo Ragnor. –Y ciertamente de nada nos sirve eso ya que la
idea, quiero pensar, es traer a Magnus a esta dimensión, no solo
hacerle compañía en aquella.
-¿Entonces eso nos deja en el mismo lugar? –Alec levanto la voz y paso
una mano por su cabello. Camino un poco de un lado a otro, luego
finalmente dijo: –Puedo ir –Dijo –Puedo ir, buscarlo y…
-¡¿Y luego qué?! –Isabelle grito a su hermano. -¿Quedarte halla para
siempre?
-No creo que le importe –Murmuro Jace sombríamente.
-Yo no dije eso, pero podría ir y asegurarme de que está bien, tal vez
necesita ayuda en estos momentos, podríamos sobrevivir más tiempo
juntos, mientras que ustedes buscan la manera de traernos de vuelta.
Catarina lo miro con ternura –Alec, no…
-¿Por qué? –Ragnor fue directo, miraba a Alec como si este fuera su
peor enemigo. -¿Por qué haces esto Cazador de Sombras? ¿Qué
necesitas de Magnus?
Catarina lo miro exaltada –Ragnor, no. Él…
-Eres demasiado amable Catarina, para darte cuenta de ciertas cosas,
pero sabes que Magnus es poderoso, un excelente aliado en esta
guerra que Jonathan Morgenstern está llevando en contra de los
Cazadores de Sombras –Ragnor de nuevo miro a Alec – ¿O me dirás
que no es eso lo que ahora preocupa a los Nephilim?
17. Jace dio un paso hacia Fell amenazante, Alec levanto su mano para
detenerlo.
-Es cierto –Acepto Alec –Magnus es muy poderoso y sin duda la Clave
lo quisiera de su lado. Pero él no tiene que hacerlo –Alec se miraba
muy tranquilo –Magnus Bane puede negarse a hacer cualquier cosa
que La Clave quisiera, no veo como podría cualquiera cambiar eso,
incluso si lo trajeran de otra dimensión. Y si necesitas que conteste el
`Por qué` creo que solo puedo decir que por la misma razón por la que
tu, Catarina y Raphael están aquí.
-Magnus nos ha salvado muchas veces –Dijo Jace –No busques más
explicaciones, si quieres puedes pensar que se lo debemos. –Jace miro
tranquilamente hacia Ragnor, no era exactamente por lo que hacían
esto, pero hablar sobre sentimientos, lealtad e incluso cariño no era su
fuerte.
-Ragnor –Dijo Catarina –No estarías aquí si no pudieras ayudar, dinos
lo que tenemos que hacer.
Ragnor miro a su amiga, Catarina era de las que odiaba perder el
tiempo.
Ragnor exhalo -Podemos usar el Dumort para hacer el portal de ida,
sin embargo, abrir otro desde aquí para que regresen es bastante más
complicado. –Jace noto la inmensa diferencia entre Ragnor, Catarina y
Magnus al hablar, Ragnor tenía una voz firme concisa con un leve
asentó ingles y no se movía mucho al hablar, le recordó a los
caballeros imponentes de los cuales había leído de niño. Y sobre todo
la seriedad que le caracterizaba –Hay un brujo –Dijo y suspiro como
pensando en la terrible idea. –Él es ahora más un demonio que un ser
humano, se mueve entre lo más bajo de los criminales, sin respetar la
ley, se involucra directamente con demonios y estos le tienen en alta
estima.
-Estas asustándome –Dijo Catarina.
18. -Él tiene algo en su poder –Dijo fríamente –tiene rocas provenientes del
pandemonio.
-¿Significa que ha estado ahí? –Pregunto Jace.
-No lo creo –Dijo Ragnor. –Creo que las obtuvo por sus amistades
demoniacas.
-¿Y unas rocas nos ayudarían? –Isabelle sonaba incrédula.
-Mucho –Dijo Catarina, ella regreso a su postura de meditación –
Cuando posees algo del lugar entre dimensiones, es mucho más
sencillo concentrar los hechizos y tu energía hacia ese lugar, mucho
más que solo estar dirigiéndote hacia lo desconocido, mal gastando tu
energía sin saber exactamente en donde está el portal.
-¿Y hay forma de que nos entregue algo tan importante? –Dijo Alec.
-Debemos averiguarlo –Dijo Ragnor –Me costó trabajo pero me
encontrare con él dentro de una hora, si podre conseguir una roca, eso
lo ignoro.
-Bien –Dijo Alec y miro a su parabatai –Jace, ustedes vallan al
instituto, necesitaremos armas, todas las que puedan cargar, Catarina
y Raphael vallan al Dumort para hacer los preparativos...
-¿Tu que harás? –Pregunto Jace.
-Iré con Ragnor. –Dijo y miro al brujo –Necesitaras a alguien que te
cuide la espalda.
* * * * *
Ragnor y Alec salieron del portal, estaban en un callejón, al parecer
aun en Brooklyn, se miraba exactamente como un lugar sacado de
una película de terror, no es que Alec hubiera visto muchas, la
19. mayoría las había mirado con Magnus, sintió el poderoso Glamour que
se levantaba frente a ellos tal vez ocultando la enorme puerta al final
de la calle con diseños góticos de seres intentando salir
desesperadamente de un agujero en el suelo. Alec se detuvo un poco
para mirar el perturbador diseño.
-¿Tétrico? ¿No? –Ragnor suspiro y acomodo su chaqueta –Bien,
sigamos.
Ambos entraron al lugar, Alec tomo su luz mágica y Ragnor encendió
una pequeña llama sobre su palma para iluminar su camino. Alec
estaba un poco adelantado y al levantar mas su luz se topo con el
rostro de alguien que mostro sus colmillos salvajemente hacia ellos,
Alec de inmediato retiro la luz y le dedico una mirada de disculpa a
Ragnor, probablemente había arruinado las negociaciones con este
acto que se tomaría por un insulto.
-Lo sentimos –Dijo Ragnor deprisa. –Esta tan oscuro aquí que…
-Cazador de Sombras –Dijo la voz pero ya no estaba oscuro, unos
enormes candelabros que colgaban del alto techo se encendieron –Mi
amo estará complacido.
Alec y Ragnor se miraron con sospecha.
-¿Sabia tu amo que un Nephilim vendría? –Pregunto Ragnor.
-Lo dudo –Dijo su recepcionista que ahora sabían era una vampiro
rubia con una encantadora sonrisa escalofriante –Pero mi amo
siempre está experimentando, ansiaba la visita de uno.
La chica se giro para avanzar hacia otra habitación, después de otra
mirada de desconcierto entre el Nephilim y el brujo, la siguieron.
Entraron a una habitación mucho más grande, llena de libros, objetos
extraños y cabezas de seres se expandían por las paredes, no
animales, no seres humanos, Alec decidió no querer enterarse, entre
20. las sombras se miro a alguien murmurando en algún idioma extraño
sin prestarles atención ya que estaba ocupado mezclando diferentes
líquidos sobre otros en una mesa que podría fácilmente servir como un
espectacular juego de química.
-Amo –llamo la vampiro –El señor Fell está aquí.
Este se detuvo abruptamente.
-Fell, Fell, Ragnor, Ragnor, Ragnor Fell. –Dijo con una voz poco
humana haciendo que Alec se estremeciera.
Ragnor salió del asombro y dio un paso al frente –Señor Ismael –Dijo
respetuosamente –Estoy aquí porque…
-¿Qué me has traído? –Lo interrumpió Ismael.
-Puede fijar la cantidad que guste, la pagaremos.
Ismael se rio escandalosamente –Tonto brujo, -Dijo aun sin mirarlos –
Estoy muy por encima del dinero absurdo, si quieres las rocas tendrás
que cambiarlas por algo mucho más útil que el estúpido dinero.
-¿Algo como qué? –Dijo Alec la angustia clara en su voz. Y como si su
voz hubiera activado un interruptor Ismael dejo de lado todo lo que
estaba haciendo y miro hacia él fijamente, sus ojos eran de un color
violeta y pudo notar su piel de un rojo fuego con cuernos, no como los
de Ragnor, si no mucho más prominentes.
-Cazador de Sombras –Dijo con una mirada de fascinación con cierto
tono lunático. –Hace siglos que no miraba a uno, tal vez si hallas
traído algo útil después de todo.
-¡No le daré al chico por unas rocas! –Advirtió Ragnor.
-¿Al chico? –Dijo Ismael -¿Y poner la atención de La Clave en mí? –
Ismael ladeo la cabeza -¿Qué edad crees que tengo?
21. -¿Entonces? –Pregunto Alec.
-Nada tienen que me sirva –Ismael quito la atención de nuevo en ellos,
se alejo y sacudió una de sus manos como si quisiera espantar a un
gato. –Ba, ba, ba, ba Fuera que me distraen.
-Pero dijiste que…
-¡NADA! –Grito el brujo Ismael –Nada útil para mí.
Ragnor miro a Alec, al parecer todo había sido una pérdida de tiempo,
Alec bajo la mirada y comenzó a girar su anillo Lightwood en su dedo
que era algo que siempre hacia cuando estaba terriblemente ansioso.
Le tomo tan solo un segundo y antes de que Ragnor pudiera hacer
cualquier cosa Alec se quito el anillo, se acerco a una de las mesas y lo
coloco fuertemente en ella haciendo surgir un estruendo, -¿Y uno de
estos? –Dijo Alec –Dijiste que hacía décadas no mirabas a un Cazador
de Sombras, supongo que nunca has tenido un anillo Nephilim en tu
poder.
Los ojos de Ismael brillaron, al parecer Alec tenía razón. Ismael movió
sus dedos ansiosamente y se acerco al anillo.
-No tan rápido –Dijo Ragnor y miro a Alec -¿Tienes una idea de lo que
estás haciendo?
-Le estoy dando mi anillo –Dijo Alec.
-Este anillo se te asigno desde el día de tu nacimiento –Dijo Ragnor –
Esta tan ligado a ti, tu familia y tu sangre de Ángel que…
-¿Puede matarme usándolo? –Pregunto Alec con cierta alarma.
-No –Dijo Ragnor –Pero le estas dando un instrumento poderoso, solo
dios sabe que cosas podría hacer con él.
22. -Cosas fascinantes –Dijo Ismael detrás de ellos -¿Entonces?
-Podemos preocuparnos de eso después ¿No lo crees? –Dijo Alec en un
susurro para que Ismael no los escuchara.
Ragnor finalmente asintió resignado y el trato fue hecho, Ismael tomo
el anillo Lightwood y la chica vampiro les dio a Alec y Ragnor una caja
de metal que contenía un par de rocas provenientes del infierno.
* * * * *
-Eso debe ser suficiente –Dijo Catarina bajando el libro de Blanco –
¿Raphael, estás seguro que no hay nadie en el hotel?
Raphael que estaba terminando de encender unas veladoras miro a
Catarina –La mayoría están en el campamento en Alicante –Dijo –Los
que se quedaron encargados del hotel se refugiaran en el
departamento de uno de ellos. Tranquila, no hay nadie.
En ese momento llegaron Jace, Clary, Isabelle y Simón, ellos traían un
verdadero arsenal, así como alimento y agua en sus mochilas.
-¿Y Alec? –Pregunto Isabelle.
-Deben estar en camino –Dijo Catarina y miro a los chicos –¿Tienen
pensado ir todos ustedes?
-No –Dijo Jace –Solo Alec y yo.
Isabelle protesto de inmediato -¿Por qué? –Dijo -¿Por qué me dejaran
atrás?
Jace solo suspiro fuertemente –Isabelle sabes porque, es peligroso y
Alec no dejara que vallas.
-Tampoco es como si les pidiéramos permiso –Dijo Clary.
23. -Basta –Dijo Jace –Ambas, saben que es mucho más seguro que se
queden aquí.
-Pero –Dijo Catarina sorprendiéndolos a todos –Ustedes son un equipo,
tienen mayor probabilidad de sobrevivir si van juntos.
-En realidad no necesito que me ayudes –Dijo Jace desbordando
sarcasmo.
-Es cosa de ser prácticos –Dijo Raphael –Eres un Cazador de Sombras
debes de saber eso. Clary tiene dones con las runas, has luchado a
lado de tus hermanos toda tu vida y un vampiro –Dijo señalando a
Simón –Eso es como un bonos. Si quieres tener éxito debes dejar que
vallan con ustedes.
-Eso es cierto –Dijo Alec que estaba entrando cargando una caja de
metal y estaba junto a Ragnor.
-¿Hablas en serio? –Dijo Jace.
-Bueno –Dijo Alec –Me gustaría encerrarlos a todos ustedes en un
cuarto bajo llave para que nada les pase pero esa no es una opción –
Alec hablaba muy seriamente –Así que prefiero tener a mi hermana
conmigo para cuidarla que dejarla donde no podría, sabiendo que esta
dimensión es casi tan peligrosa como aquella.
-Eso no lo sabes -Dijo Jace.
-Entonces solo podría dejar a mi hermana si tú te quedas a cuidarla.
-Yo voy contigo –Dijo Jace.
Alec coloco la caja de metal en el suelo –Estamos entrando en un
espiral –Dijo secamente.
-De verdad –Dijo Isabelle -¿Qué esperaban ustedes dos?
24. -Esperaba que ninguno de ustedes quisiera ir –Dijo Alec.
Jace rio a su parabatai –Si. Todos esperamos cosas.
* * * * *
La habitación era enorme, las paredes eran de un rojo caoba y lucia
como si hubiera sido tallada en una cueva, había una ventana enorme
con las cortinas pesadas corridas, dejando ver un cielo naranja
oscuro, nubes negras y una enorme montaña que escupía fuego, había
una cama así como diferentes muebles rústicos y en medio de la
habitación estaba Magnus Bane. Su cabeza recargada en el respaldo
mirando perdidamente al techo, sus manos caían a los costados, sus
ojos no brillaban a pesar de la oscuridad.
Magnus había pasado la mayor parte de su tiempo en esa dimensión
justo en esa habitación, no estaba muy seguro de cuánto tiempo había
pasado, el tiempo entre dimensiones corría de diferente manera, le
había dicho a Alec que tenia esperanza, que siempre la tendría, pero
desde que había llegado a la mansión de su padre era como si su
voluntad hubiera sido drenada y junto con ella toda su esperanza.
Había llegado al Pandemonio en medio de un torbellino que lo deposito
sobre un suelo árido y desagradable, de inmediato un sin número de
demonios se habían abalanzado hacia él para atacarlo, su padre había
intervenido para que se detuvieran. Este le explico que era su cuerpo
mortal lo que deseaban, probablemente para comerlo, esto hizo a
Magnus estremecerse pero no dijo nada, no recordaba haber dicho
nada desde que había llegado, había seguido a su padre hacia lo que
parecía una mansión o un castillo dependiendo el punto de vista,
grandes torres se cernían en las alturas y los muros parecían haber
sido creados de piedra. Su padre contaba con sirvientes: Humanos
condenados que en el mejor de los casos servirían ahí por la eternidad
o hasta que su padre pensara que no necesitaba más molestias
rondándolo.
25. Magnus escucho la puerta de la habitación abrirse pero no se molesto
en voltear si quiera, probablemente era la desgraciada alma que venía
a traerle alimento que no había tocado. –VEO QUE ESTAS
DISFRUTANDO TU ESTANCIA AQUÍ –Dijo la voz que ahora le era muy
familiar. -¿PRETENDES MORIR DE HAMBRE HIJO?
-Lo estaba considerando –Dijo al fin Magnus.
-AMBOS SABEMOS QUE ES INÚTIL, NO LO PERMITIRÍA.
Magnus se tenso, odiaba no tener si quiera la voluntad de morir si así
lo hubiera decidido.
-Estoy muriendo –Dijo Magnus sin rodeos –Lo siento, estas drenando
mi energía.
-ESTE MUNDO NECESITA DE ELLA.
-¿Y por que no solo te ahorras tiempo y terminas de una vez?
-NUNCA HABÍA VENIDO UN SER HUMANO VIVO AQUÍ –Dijo el
demonio –TUS RECUERDOS, TUS EMOCIONES, TU TRISTEZA –EL
demonio mojo sus labios –SON INCREÍBLEMENTE DELICIOSOS.
-Claro, -Dijo Magnus secamente -¿Cómo no lo pensé? –Magnus se
puso de pie y camino hacia la ventana –Debo suponer entonces que te
seguirás alimentando de mis emociones hasta que este mundo me
desaparezca. Estoy ansioso.
El suelo bajo sus pies retumbo casi haciéndolo caer.
-PODRÍA CAMBIAR DE OPINIÓN Y DEJARTE VIVO POR LA
ETERNIDAD, ¿QUÉ DICES A ESO BRUJO? -Dijo su padre claramente
molesto –TU VIDA ESTÁ EN MIS MANOS AHORA, EN TU POSICIÓN
PENSARÍA DOS VECES ANTES DE HABLAR, YA QUE PUEDO HACER
TU ESTANCIA AQUÍ AGÓNICA, NO LO OLVIDES.
26. Magnus no dijo nada, sus manos estaban apretadas en puños a sus
costados y se quedo ahí mientras su padre salía de la habitación
mirando hacia el horizonte donde solo se miraban demonios hasta
donde alcanzaba la vista, por los cielos destrozándose unos a otros. Y
mirando nada más que desolación.
* * * * *
Ragnor y los demás se encontraban en el Dumort, este estaba
realizando los últimos encantamientos y rituales, unos tomados del
Libro de Blanco y otros de las propias anotaciones de Ragnor.
-Bien –Dijo Ragnor y levanto las manos para que todos se acercaran –
Debo decirles que esto no es exacto ni seguro, todo se realizo antes
con puras conjeturas y de ese modo se hace ahora, -Ragnor suspiro y
puso sus manos en la cintura –Esperemos contar con la suerte
suficiente para que funcione.
-¿Suerte? –Dijo Isabelle –Eso no suena alentador.
-No tiene que serlo –Dijo Ragnor, -En fin, llegaran al pandemonio, lo
primero que les aconsejo es que se mantengan en movimiento, les
daremos dos días.
-¿Dos días? –Pregunto Clary.
-Así es –Continuo Ragnor enérgico –Les daremos dos días para
encontrar a Magnus y regresar al mismo punto donde llegaron, será
ahí donde abriremos el portal.
Todos se miraron mutuamente, de repente todo se había convertido en
una verdadera locura. Ragnor noto la incertidumbre.
-Aun están a tiempo de pensarlo –Dijo sin mirar a nadie en particular.
-Esa no es una opción para mí –Dijo Alec y miro a sus hermanos y
amigos. -En cambio para ustedes, es decir, quisiera que se quedaran.
27. Jace sonrió a su hermano, -Esa no es una opción para nosotros.
Ragnor se miro incluso complacido, -Bien –Dijo y le dio a Alec un
pequeño frasco trasparente que dejaba ver un peculiar liquido rojo.
Alec lo miro y luego a Ragnor –Em, ¿Qué es?
-Lo último que se necesita para abrir el vórtice es sangre de brujo.
-Ustedes los brujos –Dijo Isabelle. –Deberían de escribir un libro.
-¿Y revelar nuestros secretos? –Dijo Ragnor y sonrió –No podrían pagar
algo así.
-Les aconsejo que mantengan un perfil bajo –Dijo Raphael –Mantengan
sus instintos Mata Demonios guardados por un tiempo.
-No prometemos nada –Dijo Jace.
-Tenemos que irnos –Dijo Ragnor, miro a Raphael y coloco una mano
sobre su hombro –Tenemos que resguardarte del sol.
-Chicos –Dijo Catarina, lo pensó mejor y corrigió –Alec. –Dijo y miro al
chico directamente –Conocemos a Magnus desde hace mucho tiempo,
él siempre ha sido una persona de mente abierta, o eso es lo que
siempre había dicho, pero desde hace unos años, me empecé a
preocupar por él. Me di cuenta de que se había cerrado, tenía miedo
de que mi mejor amigo se petrificara, pero eso no paso. –Catarina
sonrió a Alec, este la observaba con atención y duda. –Eso fue gracias
a ti. Lo que quiero decir es que si no lograras salvarlo ahora, debes de
saber que tu lo salvaste desde mucho antes, y lo que hizo no fue un
sacrificio si no un acto de amor.
Un acto de amor.
-Gracias –Dijo Alec –Por decir eso.
28. Después de un momento Catarina, Raphael y Ragnor salieron del
salón.
Alec miro a sus amigos -¿Listos?
Jace puso su mano en el hombro de su parabatai y tomo la mano de
Clary. Clary tomo con su otra mano la de Simón que estaba tomando
la de Isabelle la cual tenía el brazo de su hermano fuertemente
sujetado. Sin más que decir Alec quito la tapa del frasco y dejo caer al
suelo la sangre.
Catarina, Ragnor y Raphael estaban fuera del Dumort cuando
observaron y sintieron un estruendo que incluso estremeció el edificio
por completo, observaron una luz deslumbrante que nació desde el
salón y llego hasta la puerta cubriéndola en su totalidad, el ruido fue
abrumador y alarmante pero después de unos segundos este ceso por
completo al igual que la luz y el hotel regreso a la pesada calma que lo
caracterizaba.
Catarina se abrazo a sí misma –Oh Dios –Dijo –Por favor ayúdalos.
CONTINUARA…
MayGraciela♥