Alec y Gwen visitan al brujo Magnus Bane en busca de ayuda, pues han olvidado parte de su pasado. Magnus y la hermana de Alec, Isabelle, se comportan de forma extraña como si conocieran a Alec. Magnus deduce que Belcebú le dio a Alec la vida de otra persona, borrando su memoria. Alec no entiende nada y decide irse con Gwen, prometiendo volver al día siguiente.
Alec y Gwen faltan a la universidad y van al cementerio donde están enterrados los padres de Gwen. Alec comienza a escuchar voces y ver a un chico rubio que Gwen no puede ver. El chico extraño dice que Alec puede verlo debido a que su mente pasó sobre un "Glamour", una barrera invisible.
Gwen estaba estudiando en la universidad cuando fue rodeada por Jace, Isabelle, Clary, Simon y Magnus, quienes buscaban a Alec. Alec llegó acompañado de su novia Johanna. Magnus se sintió devastado al ver a Alec besar a Johanna. Más tarde, los cazadores de sombras intentaron convencer a Alec de que los acompañara a la Ciudad de Hueso, pero él se negó a ir sin su prima Gwen o su amigo Nico.
Alec tiene un sueño en el que se encuentra en un lugar oscuro con un demonio llamado Belcebú. El demonio le muestra imágenes de Alec luchando como un Cazador de Sombras y le dice que está bajo su poder. Belcebú asfixia a Alec para demostrarle que sigue siendo vulnerable como un humano.
Alec, Nico y Gwen salieron del departamento de Magnus después de que un intento de desbloquear los recuerdos de Alec resultara doloroso. En el restaurante Takis, Alec tiene una visión de él besándose con Magnus afuera del restaurante, lo que sugiere que sus recuerdos están comenzando a regresar. Magnus confirma que esto ocurrió y que los recuerdos memorables pueden desbloquearse espontáneamente, dejando a Alec avergonzado.
Alec acepta ir al departamento de Magnus a petición de su hermana Isabelle. Al llegar, se encuentra con más personas de las esperadas, incluyendo a Magnus, Jace, Clary, Simon y dos nuevos conocidos, James y Theresa. Alec actúa como si nunca hubiera conocido antes a los últimos dos, lo cual resulta extraño para ellos. Isabelle se alegra de que Alec haya asistido, aunque él parece sentirse abrumado por la situación.
Alec se despierta tarde en la casa de sus tíos y encuentra a Gwen y Nico besándose. Más tarde, Gwen le presenta a Johanna, de quien Alec parece desconfiar. Johanna le dice a Alec que ya habló con Gwen y Nico sobre un tema del que Alec no puede hablar frente a ella. Alec se siente incómodo con la presencia de Johanna.
1) Alec y sus amigos se enfrentan al demonio Asmodeus en una batalla, en la que Clary crea runas para mejorar las flechas de Alec y dañar al demonio.
2) La batalla se torna a favor de Alec y los cazadores de sombras, pero Asmodeus logra encerrar solo a Alec dentro de un domo de energía.
3) Dentro del domo, Asmodeus comienza a estrangular a Alec mientras sus amigos intentan en vano romper la barrera mágica.
El documento narra una discusión entre Alec y su padre Robert sobre la relación de Alec con Magnus. Robert se opone firmemente a la relación. Isabelle revela que Robert engañó a su madre en el pasado. Alec, Jace e Isabelle se van juntos, acompañados por Magnus. Más tarde, Isabelle les cuenta la verdad a sus hermanos sobre su padre, y ellos deciden no ocultarse más secretos entre sí.
Alec y Gwen faltan a la universidad y van al cementerio donde están enterrados los padres de Gwen. Alec comienza a escuchar voces y ver a un chico rubio que Gwen no puede ver. El chico extraño dice que Alec puede verlo debido a que su mente pasó sobre un "Glamour", una barrera invisible.
Gwen estaba estudiando en la universidad cuando fue rodeada por Jace, Isabelle, Clary, Simon y Magnus, quienes buscaban a Alec. Alec llegó acompañado de su novia Johanna. Magnus se sintió devastado al ver a Alec besar a Johanna. Más tarde, los cazadores de sombras intentaron convencer a Alec de que los acompañara a la Ciudad de Hueso, pero él se negó a ir sin su prima Gwen o su amigo Nico.
Alec tiene un sueño en el que se encuentra en un lugar oscuro con un demonio llamado Belcebú. El demonio le muestra imágenes de Alec luchando como un Cazador de Sombras y le dice que está bajo su poder. Belcebú asfixia a Alec para demostrarle que sigue siendo vulnerable como un humano.
Alec, Nico y Gwen salieron del departamento de Magnus después de que un intento de desbloquear los recuerdos de Alec resultara doloroso. En el restaurante Takis, Alec tiene una visión de él besándose con Magnus afuera del restaurante, lo que sugiere que sus recuerdos están comenzando a regresar. Magnus confirma que esto ocurrió y que los recuerdos memorables pueden desbloquearse espontáneamente, dejando a Alec avergonzado.
Alec acepta ir al departamento de Magnus a petición de su hermana Isabelle. Al llegar, se encuentra con más personas de las esperadas, incluyendo a Magnus, Jace, Clary, Simon y dos nuevos conocidos, James y Theresa. Alec actúa como si nunca hubiera conocido antes a los últimos dos, lo cual resulta extraño para ellos. Isabelle se alegra de que Alec haya asistido, aunque él parece sentirse abrumado por la situación.
Alec se despierta tarde en la casa de sus tíos y encuentra a Gwen y Nico besándose. Más tarde, Gwen le presenta a Johanna, de quien Alec parece desconfiar. Johanna le dice a Alec que ya habló con Gwen y Nico sobre un tema del que Alec no puede hablar frente a ella. Alec se siente incómodo con la presencia de Johanna.
1) Alec y sus amigos se enfrentan al demonio Asmodeus en una batalla, en la que Clary crea runas para mejorar las flechas de Alec y dañar al demonio.
2) La batalla se torna a favor de Alec y los cazadores de sombras, pero Asmodeus logra encerrar solo a Alec dentro de un domo de energía.
3) Dentro del domo, Asmodeus comienza a estrangular a Alec mientras sus amigos intentan en vano romper la barrera mágica.
El documento narra una discusión entre Alec y su padre Robert sobre la relación de Alec con Magnus. Robert se opone firmemente a la relación. Isabelle revela que Robert engañó a su madre en el pasado. Alec, Jace e Isabelle se van juntos, acompañados por Magnus. Más tarde, Isabelle les cuenta la verdad a sus hermanos sobre su padre, y ellos deciden no ocultarse más secretos entre sí.
Los chicos regresaron a la habitación donde se encontraba Raphael. Luke decidió emprender una búsqueda prioritaria para encontrar a Magnus Bane antes de que Sebastian logre una invocación. Catarina propuso realizar un contra hechizo usando un mechón de cabello de Alec que Magnus tenía consigo para poder localizarlo. Alec inicialmente se negó a realizar el hechizo por ser un Nephilim, pero luego accedió con la ayuda de Catarina.
Jace y Clary intentan animar a un deprimido Alec entrenando en la sala de armas, pero Alec sigue preocupado por no poder recuperar sus recuerdos. Magnus lo tranquiliza diciéndole que pueden crear nuevos recuerdos juntos. Más tarde, Alec le pide a Magnus ver a Gwen, aunque en realidad está ocultando su temor de que el demonio aún lo controle. Jace dibuja una runa de serenidad en Alec para calmarlo.
El resumen describe las tensiones entre Alec y su equipo mientras se preparan para una reunión en Idris sobre los recientes ataques. Alec está herido pero ansioso por unirse a la lucha. Sus hermanos Isabelle y Jace, así como su equipo, están preocupados por su seguridad. Magnus tiene un sueño perturbador sobre Alec que lo lleva a ofrecerse para abrir un portal a Idris para verificar que está a salvo.
El resumen es el siguiente:
1. Magnus y los cazadores de sombras se enfrentan a un poderoso demonio llamado Belcebú en el departamento de Alec y Magnus.
2. Belcebú afirma ser leal a Asmodeus y desea ganar su favor atacando a Magnus, que es hijo de Asmodeus.
3. Sin embargo, la magia de Magnus logra proteger a los cazadores del ataque de Belcebú. Magnus y Belcebú intercambian amenazas mientras los demás observan con precaución.
Magnus le pide a Isabelle un objeto personal de Alec para poder realizar un hechizo de rastreo y encontrarlo. Isabelle no puede encontrar nada significativo en la habitación de Alec hasta que se da cuenta de que un mechón de su cabello serviría. Ella corta un mechón del cabello de Alec sin que él se de, con la esperanza de que esto ayude a Magnus a localizarlo.
Alec se sacrifica para salvar a sus amigos de Sebastian atravesando al villano con la espada del Ángel Raziel e hiriéndose gravemente en el proceso. A pesar de los desesperados esfuerzos de Magnus, Isabelle, Jace y los demás por sanarlo, la herida de Alec parece mortal. Clary entonces crea una nueva runa inspirada por el deseo de sanación que cierra milagrosamente la herida de Alec, salvándole la vida.
Magnus tiene un asunto pendiente con Raphael en el Hotel Dumort, pero recibe una llamada de Alec para ver una película que lo hace olvidar su compromiso. Más tarde, Magnus le explica a Alec sobre su olvido y tarea pendiente. A pesar de esto, Alec comprende que Magnus es una persona ocupada. Antes de irse, Alec y Magnus comparten un beso.
El resumen describe una batalla entre cazadores de sombras y demonios donde Alec y Micah se separan del resto de su grupo al cruzar el portal. Aline, Helen y Oscar son heridos en la batalla y deben retirarse. Al no ver regresar a Alec ni Micah, Jace insiste en que Alec aún vive a pesar de que el general dice que no hay más sobrevivientes. Magnus usará un mechón de cabello de Alec para rastrearlo con magia.
Alec tiene una pesadilla en la que Max lo acusa de no ser su verdadero hermano. Al despertar, Magnus lo consuela. Más tarde, Alec recuerda que su madre sabía sobre el demonio que lo poseía y se siente angustiado. La Señora Carter, quien también estaba poseída, se niega a hablar. Alec evita verla. Magnus ofrece usar magia para hacerla hablar si es necesario.
El documento narra la situación previa a una fiesta donde Alec intenta convencer a Jace de que lo acompañe. Posteriormente, en la fiesta, Magnus se encuentra ebrio y tiene un altercado con un lobo joven. Alec interviene para evitar una pelea y lleva a Magnus a su casa en un taxi, donde el brujo se encuentra en estado de ebriedad.
Alec intenta convencer a Jace de que no debe ir solo tras Sebastian, sino que debe esperarlo. Jace insiste en irse solo para distraer a los demás mientras Alec se reúne con él. Alec acepta a regañadientes el plan de Jace. Más tarde, se revela que Isabelle, Clary y Simón ya encontraron a Sebastian y entablan una pelea con él, pero Sebastian resulta ser mucho más poderoso de lo esperado.
Robert Lightwood ha sido nombrado nuevo Inquisidor. Durante la ceremonia, Magnus lleva puesto el anillo Lightwood, lo que causa confusión en Robert. Más tarde, Isabelle, Alec y Jace escuchan a escondidas a Robert y Maryse hablar positivamente sobre Magnus y la relación de Alec con él, así como sobre darle más libertad a sus hijos para tomar sus propias decisiones.
Magnus lleva a Alec de regreso a su apartamento usando un portal. Al llegar, Alec comienza a recuperar recuerdos de su tiempo con Magnus a través de besos y caricias. A medida que más recuerdos regresan, Alec se da cuenta de que era un cazador de sombras y que tuvo que pasar por mucho dolor. Magnus le habla sobre la muerte de Max para ayudarlo a entender su pasado. Alec se siente aliviado de estar de nuevo con Magnus pero también confundido y asustado por lo que está recordando.
Este resumen describe la visita de Alec a la casa de Magnus para agradecerle por haber salvado su vida. Alec se siente nervioso al principio, pero Magnus lo recibe amablemente y le ofrece té. Alec le confiesa que se siente atraído por él. Magnus admite que también siente atracción por Alec. Tras una conversación sincera, Magnus accede a salir en una cita con Alec el viernes. Antes de irse, Magnus le da a Alec su primer beso.
Alec despierta en el Instituto de Nueva York sin recordar su vida como Cazador de Sombras. Jace lo ayuda a recuperarse físicamente con runas curativas mientras que Isabelle y los demás intentan ayudarlo a recordar. Magnus llega para ver a Alec.
El resumen describe el ataque a la casa de los Blackthorn y la audiencia en el Gard para discutirlo. Jace, Clary, Alec, Isabelle y Simon debaten cómo encontrar al responsable ya que creen que la Clave no es suficientemente efectiva. Más tarde, Alec entrena con Oscar y Micah y comparten detalles personales sobre sus familias y orientaciones sexuales.
Magnus tiene una pesadilla sobre una batalla perdida en Alicante y la muerte de Alec. Al despertar, encuentra a Alec entrenando afuera, aliviado de que esté bien. Luego, Sebastian y sus secuaces atacan la casa de Magnus para obligarlo a acompañarlos e invocar a su padre. A pesar de luchar valientemente, Magnus se ve superado en número. Para salvar a Alec, que fue capturado, accede a ir con Sebastian.
Alec ayuda a un grupo de lobos y cazadores de sombras a salir de una batalla en la que estaban rodeados por un gran número de demonios. Luego, discute con un hada furioso sobre la guerra y enfatiza que la sangre derramada es la misma tanto para subterráneos como para cazadores. Más tarde, Alec persigue a Magnus para hablar con él intensamente, revelando a Micah que Alec y Magnus habían terminado su relación recientemente.
Magnus se entera por Camille que Alec accedió a liberarla a cambio de que ella le enseñara un hechizo para hacer a Magnus mortal, y además accedió a asesinar a Raphael Santiago. Magnus enfrenta a Camille con furia y la amenaza con entregarla a la Clave si se acerca nuevamente a Alec.
Alec recuerda un sueño en el que Magnus le muestra dónde guarda el Libro de Blanco y cómo acceder a él usando la sangre de Alec. Alec les dice a los demás que sabe dónde está el libro y los lleva al departamento de Magnus. Usando su sangre, Alec revela la ubicación oculta del libro en la pared y lo recupera para que pueda ayudarlos a encontrar a Magnus.
Los chicos regresaron a la habitación donde se encontraba Raphael. Luke decidió emprender una búsqueda prioritaria para encontrar a Magnus Bane antes de que Sebastian logre una invocación. Catarina propuso realizar un contra hechizo usando un mechón de cabello de Alec que Magnus tenía consigo para poder localizarlo. Alec inicialmente se negó a realizar el hechizo por ser un Nephilim, pero luego accedió con la ayuda de Catarina.
Jace y Clary intentan animar a un deprimido Alec entrenando en la sala de armas, pero Alec sigue preocupado por no poder recuperar sus recuerdos. Magnus lo tranquiliza diciéndole que pueden crear nuevos recuerdos juntos. Más tarde, Alec le pide a Magnus ver a Gwen, aunque en realidad está ocultando su temor de que el demonio aún lo controle. Jace dibuja una runa de serenidad en Alec para calmarlo.
El resumen describe las tensiones entre Alec y su equipo mientras se preparan para una reunión en Idris sobre los recientes ataques. Alec está herido pero ansioso por unirse a la lucha. Sus hermanos Isabelle y Jace, así como su equipo, están preocupados por su seguridad. Magnus tiene un sueño perturbador sobre Alec que lo lleva a ofrecerse para abrir un portal a Idris para verificar que está a salvo.
El resumen es el siguiente:
1. Magnus y los cazadores de sombras se enfrentan a un poderoso demonio llamado Belcebú en el departamento de Alec y Magnus.
2. Belcebú afirma ser leal a Asmodeus y desea ganar su favor atacando a Magnus, que es hijo de Asmodeus.
3. Sin embargo, la magia de Magnus logra proteger a los cazadores del ataque de Belcebú. Magnus y Belcebú intercambian amenazas mientras los demás observan con precaución.
Magnus le pide a Isabelle un objeto personal de Alec para poder realizar un hechizo de rastreo y encontrarlo. Isabelle no puede encontrar nada significativo en la habitación de Alec hasta que se da cuenta de que un mechón de su cabello serviría. Ella corta un mechón del cabello de Alec sin que él se de, con la esperanza de que esto ayude a Magnus a localizarlo.
Alec se sacrifica para salvar a sus amigos de Sebastian atravesando al villano con la espada del Ángel Raziel e hiriéndose gravemente en el proceso. A pesar de los desesperados esfuerzos de Magnus, Isabelle, Jace y los demás por sanarlo, la herida de Alec parece mortal. Clary entonces crea una nueva runa inspirada por el deseo de sanación que cierra milagrosamente la herida de Alec, salvándole la vida.
Magnus tiene un asunto pendiente con Raphael en el Hotel Dumort, pero recibe una llamada de Alec para ver una película que lo hace olvidar su compromiso. Más tarde, Magnus le explica a Alec sobre su olvido y tarea pendiente. A pesar de esto, Alec comprende que Magnus es una persona ocupada. Antes de irse, Alec y Magnus comparten un beso.
El resumen describe una batalla entre cazadores de sombras y demonios donde Alec y Micah se separan del resto de su grupo al cruzar el portal. Aline, Helen y Oscar son heridos en la batalla y deben retirarse. Al no ver regresar a Alec ni Micah, Jace insiste en que Alec aún vive a pesar de que el general dice que no hay más sobrevivientes. Magnus usará un mechón de cabello de Alec para rastrearlo con magia.
Alec tiene una pesadilla en la que Max lo acusa de no ser su verdadero hermano. Al despertar, Magnus lo consuela. Más tarde, Alec recuerda que su madre sabía sobre el demonio que lo poseía y se siente angustiado. La Señora Carter, quien también estaba poseída, se niega a hablar. Alec evita verla. Magnus ofrece usar magia para hacerla hablar si es necesario.
El documento narra la situación previa a una fiesta donde Alec intenta convencer a Jace de que lo acompañe. Posteriormente, en la fiesta, Magnus se encuentra ebrio y tiene un altercado con un lobo joven. Alec interviene para evitar una pelea y lleva a Magnus a su casa en un taxi, donde el brujo se encuentra en estado de ebriedad.
Alec intenta convencer a Jace de que no debe ir solo tras Sebastian, sino que debe esperarlo. Jace insiste en irse solo para distraer a los demás mientras Alec se reúne con él. Alec acepta a regañadientes el plan de Jace. Más tarde, se revela que Isabelle, Clary y Simón ya encontraron a Sebastian y entablan una pelea con él, pero Sebastian resulta ser mucho más poderoso de lo esperado.
Robert Lightwood ha sido nombrado nuevo Inquisidor. Durante la ceremonia, Magnus lleva puesto el anillo Lightwood, lo que causa confusión en Robert. Más tarde, Isabelle, Alec y Jace escuchan a escondidas a Robert y Maryse hablar positivamente sobre Magnus y la relación de Alec con él, así como sobre darle más libertad a sus hijos para tomar sus propias decisiones.
Magnus lleva a Alec de regreso a su apartamento usando un portal. Al llegar, Alec comienza a recuperar recuerdos de su tiempo con Magnus a través de besos y caricias. A medida que más recuerdos regresan, Alec se da cuenta de que era un cazador de sombras y que tuvo que pasar por mucho dolor. Magnus le habla sobre la muerte de Max para ayudarlo a entender su pasado. Alec se siente aliviado de estar de nuevo con Magnus pero también confundido y asustado por lo que está recordando.
Este resumen describe la visita de Alec a la casa de Magnus para agradecerle por haber salvado su vida. Alec se siente nervioso al principio, pero Magnus lo recibe amablemente y le ofrece té. Alec le confiesa que se siente atraído por él. Magnus admite que también siente atracción por Alec. Tras una conversación sincera, Magnus accede a salir en una cita con Alec el viernes. Antes de irse, Magnus le da a Alec su primer beso.
Alec despierta en el Instituto de Nueva York sin recordar su vida como Cazador de Sombras. Jace lo ayuda a recuperarse físicamente con runas curativas mientras que Isabelle y los demás intentan ayudarlo a recordar. Magnus llega para ver a Alec.
El resumen describe el ataque a la casa de los Blackthorn y la audiencia en el Gard para discutirlo. Jace, Clary, Alec, Isabelle y Simon debaten cómo encontrar al responsable ya que creen que la Clave no es suficientemente efectiva. Más tarde, Alec entrena con Oscar y Micah y comparten detalles personales sobre sus familias y orientaciones sexuales.
Magnus tiene una pesadilla sobre una batalla perdida en Alicante y la muerte de Alec. Al despertar, encuentra a Alec entrenando afuera, aliviado de que esté bien. Luego, Sebastian y sus secuaces atacan la casa de Magnus para obligarlo a acompañarlos e invocar a su padre. A pesar de luchar valientemente, Magnus se ve superado en número. Para salvar a Alec, que fue capturado, accede a ir con Sebastian.
Alec ayuda a un grupo de lobos y cazadores de sombras a salir de una batalla en la que estaban rodeados por un gran número de demonios. Luego, discute con un hada furioso sobre la guerra y enfatiza que la sangre derramada es la misma tanto para subterráneos como para cazadores. Más tarde, Alec persigue a Magnus para hablar con él intensamente, revelando a Micah que Alec y Magnus habían terminado su relación recientemente.
Magnus se entera por Camille que Alec accedió a liberarla a cambio de que ella le enseñara un hechizo para hacer a Magnus mortal, y además accedió a asesinar a Raphael Santiago. Magnus enfrenta a Camille con furia y la amenaza con entregarla a la Clave si se acerca nuevamente a Alec.
Alec recuerda un sueño en el que Magnus le muestra dónde guarda el Libro de Blanco y cómo acceder a él usando la sangre de Alec. Alec les dice a los demás que sabe dónde está el libro y los lleva al departamento de Magnus. Usando su sangre, Alec revela la ubicación oculta del libro en la pared y lo recupera para que pueda ayudarlos a encontrar a Magnus.
Magnus visita a Alec en su habitación para intentar hacerlo recordar su verdadera vida juntos en Brooklyn. Casi se besan, pero son interrumpidos por la llegada de Johanna. Alec niega que estuvieran a punto de besarse, hiriendo los sentimientos de Magnus, quien se va enfadado. Johanna se da cuenta de que Alec mantiene una farsa negando su verdadera identidad.
Alec está evitando a su novio Magnus y se siente culpable por ello. Su madre Maryse nota su malestar y lo invita a hablar, dándole una caja que contiene el anillo de matrimonio Lightwood para que se lo dé a Magnus, dando a entender que aprueba su relación. Alec se da cuenta de que quiere pasar el resto de su vida con Magnus.
El capítulo describe la confusión de Bella después de que Edward le dice que no pueden ser amigos para protegerla. Bella llora en su casa y Jacob la consuela, escuchando sus problemas. Al día siguiente, Bella acepta acompañar a Jessica a una cita con Mike para distraerse aunque prefiere quedarse en casa.
Este fanfic se sitúa en Ciudad de Cristal después del funeral del hermano menor de Alec, Max. Alec se siente culpable por la muerte de Max. Magnus aparece y consuela a Alec, besándolo. Pasan la noche juntos en los jardines, hablando y besándose. Magnus acompaña a Alec a su habitación y usa magia para ayudarlo a dormir sin pesadillas sobre la muerte de Max.
Magnus se encuentra explorando un castillo en otra dimensión, debilitado por su estancia allí. Escucha a su padre, un demonio, hablar con Sebastian, quien busca su ayuda para abrir un portal entre dimensiones y enviar demonios a su mundo. El demonio se niega a ayudar más a Sebastian. Magnus y sus amigos llegan a la nueva dimensión después de usar un hechizo para rastrear a Magnus. Son atacados por demonios pero logran derrotarlos. Continúan su camino pero ven una gran horda de demonios bloque
Este capítulo presenta a Clary y Simon en la casa de Luke. Clary le cuenta a Simon que necesita ir a Idris para encontrar al brujo Ragnor Fell y obtener información para despertar a su madre del hechizo que la mantiene dormida. Más tarde, Clary le cuenta a Jace sobre su plan de ir a Idris, pero Jace se opone firmemente a que vaya, aunque finalmente Maryse Lightwood acuerda dejar que Clary los acompañe a ella y a los demás a Idris.
Magnus se reúne con hadas que planean armar un ejército para resistir a los cazadores de sombras, pero Magnus se niega a ayudarlos porque cree que eso solo empeoraría la situación. Aunque entiende la frustración de las hadas por el castigo, les aconseja ganarse la confianza de los demás mediante la reconciliación en lugar de la violencia.
El documento cuenta la historia de Androcles, un esclavo que escapa a un bosque y encuentra a un león herido en una cueva. Androcles extrae una flecha de la pata del león y cuida de él durante varios días hasta que es capturado y llevado al circo para luchar contra una fiera. Allí se reencuentra con el león, que en lugar de atacarlo lo reconoce y saluda cariñosamente, demostrando su gratitud por haberlo ayudado.
Jack se despierta por la mañana y se prepara para ir al instituto. En el camino se encuentra con su amigo Alex, con quien habla sobre sus planes para las vacaciones de verano. Más tarde, después de clases, Jack pasea solo pensando en su futuro cuando de repente una explosión suena cerca. Una misteriosa chica le salva y le empuja al suelo. Luego, la chica y un hombre con poderes extraños empiezan a luchar.
Este documento presenta un libro gratuito de cuentos para pasar el tiempo durante la cuarentena. Incluye cuentos para niños y adultos adaptados de libros previos del autor. El autor explica que el objetivo es entretener a los lectores y fomentar la discusión de los cuentos. Incluye instrucciones para leer y compartir los cuentos.
Este documento presenta un libro gratuito de cuentos para pasar el tiempo durante la cuarentena. Incluye cuentos para adultos y niños de 7-8 años de libros anteriores del autor. El autor adaptó el lenguaje y personajes de los cuentos a los tiempos actuales mientras transmite los mensajes. Incluye instrucciones para leer un cuento al día y vivir, sentir e imaginar los cuentos para comprender el mundo y mejorarlo.
El documento es un resumen de una novela sentimental donde dos hermanas, Beck y Clarise, compiten por el amor de su amigo James. Mientras Beck está de viaje, Clarise acepta ir con James al baile anual a pesar de haberle prometido a Beck comportarse. En el baile, James queda impresionado por la belleza de Clarise, lo que podría causar problemas cuando Beck regrese.
El documento presenta un resumen de la historia "La piedra de los mil colores" de M. Eloísa Caro Durán. Introduce a los personajes principales, Marco y Cleo, y describe cómo Cleo encuentra una piedra mágica que perteneció a su padre desaparecido que les permite viajar en el tiempo. Marco es escéptico pero es arrastrado a la prehistoria, donde se enfrentan a un bisonte, antes de regresar a salvo. Cleo insiste en que pueden usar la piedra para descubrir más secretos histó
1. A la mañana siguiente Alec y Gwen se dirigieron a la universidad, sin
embargo, no llegaron ni cerca del lugar.
-¿Y ahora qué? -Pregunto Gwen al ver la dirección que tomaba su primo.
-Vamos a ir a Brooklyn. –Dijo Alec.
-¿Estás seguro? Porque podemos tocar a una puerta, pero, a la hora de
dar las explicaciones, ahí tendremos serios problemas, creo que debemos
esperar al atardecer para que Nico venga con nosotros, ¿No lo crees?
Alec rodo los ojos. -¿Qué te pasa con ese tipo? En verdad…
-¿Qué insinúas?
-No estoy insinuando nada, es una clara y directa anotación ¿acaso no te
diste cuenta de cómo te miraba? Patético.
-Ni siquiera voy a molestarme en contestarte, piensa lo que quieras.
-Me veo en la necesidad de recordarte que es rubio, lo que implica poca
materia gris y además, es un vampiro. Eso los convierte en una muy
barata versión de Twilight.
-Sigo sin encontrar el sentido de ir a Brooklyn. –Dijo Gwen desviando la
conversación.
-Es solo que… No sé cómo explicarlo pero… Tengo que ir, hay algo en ese
nombre que…
-¿Nombre? ¿Dices Magnus Bane?
-Sí. Tengo la increíble sensación de que lo conozco, tal vez así sea, tal vez
ya lo conocemos pero lo olvidamos.
2. -A estas alturas no me sorprendería. –Dijo Gwen mirando por la ventana.
-¿Quieres ir más lento por favor? ¿Por qué tan ansioso? Y ¿Por qué rayos
estas sonriendo tanto?
-No tengo idea. –Dijo Alec cruzando el puente hacia Brooklyn con
entusiasmo.
* * * * *
-Pues aquí es. –Gwen sostenía la pequeña tarjeta en sus manos. –Y no
me parece para nada familiar.
Ambos estaban al pie del edificio de ladrillos rojos, justo en la avenida
Greenpoint llena de galerías elegantes. Los chicos en realidad iban muy
bien con el lugar, ambos vestían muy bien. Alec llevaba pantalones de
mezclilla, zapatos tipo botines, un jersey de marca, debajo de una
chaqueta abrigadora de piel, gorro con visera, la cual usaba de lado, sus
guantes sobresalían del bolsillo trasero de sus vaqueros. Gwen lucia
encantadora con mallas, botas, su abrigo a juego con su bufanda, un
gorro tipo boina que hacía que resaltara su cabello en risos.
-A mi tampoco. –Dijo Alec mirando hacia el edificio. -Veamos que
podemos averiguar.
Los chicos estaban a punto de tocar el timbre cuando la puerta se abrió
y del interior salió un pequeño gato gris atigrado. Este camino con gracia
por entre los chicos y después volvió para tallarse en las piernas de Alec.
Maullaba hacia él con énfasis.
-Hey amigo, ¿Cómo estás? –Alec se miraba encantado y se inclino para
acariciar la cabeza del felino, sus orejas salían entre sus dedos.
3. -Deja tu obsesión con los gatos para después. –Dijo Gwen. –Vamos, ya
está abierto.
Los chicos entraron. -¿Crees que me lo quieran regalar? –Dijo Alec aun
mirando al gato en la entrada.
-Hemos ido a cientos de albergues para conseguirte un gato, ninguno te
agrada y ahora. ¿Ves al gato de alguien más y lo quieres para ti? Que
mezquino.
-No sabes si es el gato de alguien más. –Los chicos comenzaron a subir
las escaleras.
-Salió de aquí Alex, claro que es de alguien.
Alec se detuvo en seco y miro a la puerta.
-¿Qué ocurre?
-¿Quién abrió la puerta al gato?
Gwen lo pensó por un momento. -Tal vez tiene uno de esos sensores que
les abren las puertas cuando lo necesitan.
-Gwen eso es lo más tonto que has dicho.
-Pero no lo que he hecho, -Dijo Gwen molesta. -¿Sabes por qué? Porque
aquí estoy, subiendo las escaleras de un completo extraño solo porque:
Tengo que ir. –Dijo imitando a Alec. -Eso. Mi querido primo, es lo más
tonto que he hecho hoy.
-Sip, así es.
4. Gwen no dijo más, cuando Alex se ponía así, no valía la pena seguir
discutiendo, ya que era como hacerlo con un niño de cinco años, saldrías
perdiendo inevitablemente. Siguieron subiendo y de nuevo Alec se
detuvo.
-¿Y ahora qué?
-¿Segura que no hemos estado aquí? –Dijo Alec. -Podría jurar que vine a
una fiesta.
-Tal vez viniste sin mí.
-¿Sigues molesta?
-Podría ser, ya no eres el mismo desde hace un tiempo.
-Gwen…
-No importa, hay que terminar con esto. ¿Tocas tú o yo?
Alec se quedo callado, era verdad, necesitaban dejarlo para después. Se
resigno a ello. –Yo lo hago. –Dijo finalmente y llamo a la puerta.
* * * * *
Y ahí estaba Alec parado en la entrada del departamento de Magnus, ese
lugar que apenas hacia un año había sido su hogar.
Alec miro con sorpresa al chico que les abrió la puerta, la chica detrás de
él y a la taza rota en el suelo.
-Alexander. –Dijo el chico que atendió la puerta en un suspiro. Alec se
quedo ahí parado, al parecer si lo conocía, acababa de decir su nombre.
5. Magnus se acerco a él, coloco ambas manos a sus costados, Alec no
entendía porque pero dejo que lo acercara, tal vez haya sido por el hecho
de que sus ojos eran impresionantes y simplemente no podía dejar de
mirarlos. Magnus subió su mano hasta el rostro de Alec, acariciando su
pómulo. Por alguna razón esto no le pareció fuera de lugar, el chico lo
miraba como si lo conociera de siempre y de alguna manera lo contagio
de ese sentimiento, y sus ojos, esos ojos.
-No puedo creer que estés aquí, que seas tú… Alec…
-¿Usas lentes de contacto?
Magnus lo miro como si estuviera mirando a un desconocido, su voz era
la misma pero ese acento muy particular de Idris se había ido.
-¿Qué? -Pregunto intrigado Magnus.
-Tus ojos. –Dijo Alec. –Son como los de un gato.
-Siempre han sido así, tú lo sabes.
Tú lo sabes. Eso despertó a Alec. Alejo las manos de Magnus.
-Em… no. ¿Cómo podría saber algo así? Em… Estamos buscando a
Magnus Bane. ¿Ustedes lo conocen?
Isabelle se miraba casi descompuesta, busco de inmediato el rostro de
Magnus, ambos sabían lo que pasaba. No nos recuerda.
-Alec… -Comenzó Magnus.
Alec recordó su más reciente sueño y a Max: –Tu nombre es Alexander,
pero todos te dicen Alec.
6. -¿Alec? –Dijo Gwen. -¿Por qué lo llamas así? Y ¿Cómo sabes su nombre?
Isabelle dio varios pasos al frente para observar con más atención a la
chica que acompañaba a su hermano. -¿Quién eres tú?
-Oh… Ella es Gwen Carter. –Dijo Alec como si hubiera olvidado algo, y
eso eran las presentaciones. –Yo soy Alexander Carter, pero prefiero que
me llamen Alex. –Agrego rápidamente, su nombre le parecía algo
pretencioso para su personalidad. Y no quería a un montón de extraños
llamándolo así.
-Carter. –Repitió Isabelle intentando encontrar algún sentido. Ella no lo
hizo y sacudió la cabeza. –Debo llamar a Jace.
Se concentro en su celular sin apartar la mirada de su hermano, no
había manera de que lo alejara de su vista.
Alec y Gwen se miraron, estas personas se estaban comportando de
manera muy extraña, Gwen hizo un gesto a su primo: ¿Qué esperas?
Pregunta.
-Em… Como les dije… Buscamos a Magnus Bane…
Magnus pasó su mano por su rostro hasta su cabello con desesperación
y finalmente contesto: -Si. Ese… Ese soy yo, es decir…
-Genial… -Dijo Alec. –Necesitamos su ayuda.
-¿Qué clase de ayuda? –Pregunto rápidamente Magnus. ¿Qué podría ser
peor que esto? Pensó.
-En realidad es bastante complicado de explicar…
7. -Oh querido, -Dijo Magnus. –No tienes una idea. Pero por favor, pasen. –
Intento Magnus sonar lo mas casual que pudo.
Alec dedico una mirada de desaprobación al desastre aun en el suelo y
Magnus lo noto. –No debes preocuparte por ello. –Dijo y con un
movimiento de mano la taza y el líquido derramado desaparecieron ante
el asombro de los dos chicos.
Alec estaba realmente encantado con Magnus, su estilo, su manera de
hablar, un personaje intrigante, como haber sacado un protagonista de
algún Anime. Y si él lo había invitado a pasar, definitivamente lo haría. Al
dar el primer paso hacia adelante sintió la mano de su prima en su
muñeca.
-¿Qué pasa? –Pregunto el chico.
-No estoy muy segura. –Gwen se miraba temerosa e inquieta.
Alec se compadeció. -¿Prefieres que regresemos al atardecer? (¿Cuando
Nico pueda acompañarnos?)
-Si realmente lo preferiría.
-De acuerdo –Dijo Alec.
Magnus se sintió temeroso de que quisieran marcharse -Entonces –Inicio
rapidamente. -¿Ustedes… son hermanos?
-Primos. –Contesto Alec. Él le sonreía a Magnus entusiasmado –Nuestras
familias adoptaron el nombre de nuestro abuelo, es por eso que nos
apellidamos igual, de hecho…
Alec guardo silencio cuando sintió el codo de su prima en su costilla,
pese a la abrigadora ropa que le obligaban a usar, este fue un fuerte
8. golpe y tal vez tenía razón, recién acababan de conocer a Magnus y ya le
estaba contando la historia de su familia.
-Bueno no importa. –Corrigió Alec. –Entonces, eres Magnus Bane
¿cierto?
La respiración de Magnus aun no volvía a la normalidad, su corazón
saltaba despiadado sobre su pecho y lo único que podía hacer era mirar
a Alec ahí de pie, frente a él sin poder decir palabra.
Alec y Gwen se miraron de nuevo. Esto es muy raro.
-Vienen hacia acá. –Isabelle metió su celular a sus vaqueros y sin
detenerse a pensarlo se arrojo hacia Alec para envolverlo con sus brazos.
-¡Wow! –Alec se quedo ahí parado sin moverse.
–Estas aquí, idiota, idiota, -Decía Isabelle en un susurro. –Estas aquí.
Alec aparto a Isabelle cuidadosa pero firmemente. -¿Abrazar a extraños
no es algo muy hippie?
-¿Qué? –Dijo Isabelle extrañada.
-Isabelle. –Llamo Magnus. -¿Te parece que ofrezcamos a nuestros
invitados un té?
-Cla… claro. –Dijo la chica cabizbaja apartándose de Alec.
¿Un té? Pensó Alec. ¿Quién invita un té? Al menos que seas británico o un
hippie. Pero ninguno de los dos, tenía apariencia de ser ninguna de esas
cosas, Magnus parecía diseñador de ropa o alguien incursionado en el
mundo de la moda y la chica una verdadera estrella de rock.
9. -En realidad. –Dijo Alec. –No pretendíamos quedarnos por mucho tiempo,
es decir…
-Dijiste que necesitabas mi ayuda. –Dijo Magnus. Y extendió su mano
para ceder el paso hacia el interior del departamento. Un movimiento
controlado y con gracia. –Te escucho.
Este tipo es genial. Pensó Alec y sin mirar atrás entro al departamento.
Gwen rodo los ojos y siguió a su primo.
* * * * *
Gwen se molestaba cada vez más al ver a Alec increíblemente
entusiasmado contando todo lo que sabían, exactamente todo lo que Nico
les había contado. Ambos estaban sobre el sofá, ninguno había elegido
té, solo unas bebidas de sabores.
-Entonces, -Dijo Alec. –Según nuestro amigo, algo paso hace un año y
simplemente dejamos de verlo… ¿Tiene sentido?
-Hace un año. –Dijo Magnus. –Eso tiene algo de sentido.
-No para mí. –Dijo Isabelle. -¿Qué hizo Belcebú? Esto no se parece nada
a lo que paso con Simon.
-¿Quién es Simon? –Pregunto Alec.
-¿Quién es Belcebú? –Pregunto Gwen.
-Simon tenía una vida lejos del mundo de las sombras. –Explico Magnus.
–Lo único que lo unía a él eran sus recuerdos y por su puesto Clary.
Asmodeus no se tomo el tiempo para complicarnos las cosas, en cambio
Belcebú, él, hizo algo mucho más rebuscado.
10. -Magnus ¿Qué hizo exactamente? –Pregunto Isabelle.
-Creo que no solo le borro la memoria. Le dio otra vida.
-¿Pueden hacer eso? ¿Crear una vida completa?
-No lo creo. –Dijo Magnus de pie mirando fijamente hacia Alec. –Le dio la
vida de alguien más.
Alec sacudió la cabeza e hizo con sus manos la señal de tiempo fuera. –
Esperen un momento, me perdí hace cinco puntos atrás, ¿A quién le
dieron una vida nueva? ¿o… que?
-Y lo recuerdo. –Dijo Magnus. –Accedí a ayudar a un joven brujo, hijo de
padres mundanos, nacido en una familia feliz que no tenían idea de lo
que ocurría con su hijo, aun así, lo protegieron y lo amaron.
Isabelle pudo entender el porqué Magnus ayudaría a ese chico, pensó
que se identificaba de alguna manera, Isabelle no sabía lo que Magnus
había vivido en su infancia, pero podía imaginarlo.
Gwen y Alec se miraron, no entendían nada de lo que estaba pasando,
ahora ni siquiera sabían que preguntar. Alec miro a través de los vitrales
el rojo atardecer.
-Debemos irnos. –Se levanto.
-¿Qué? No. –Dijo Isabelle. –Alec, ¿A dónde vas?
-Alex. –Corrigió Alec. –Y debemos volver a casa antes de que mis padres
se vuelvan locos.
11. -¿Tus padres? –Dijo Isabelle con incertidumbre. -Magnus. No podemos
dejar que se valla.
Gwen dejo salir un sonido de asombro.
-Tranquila Isabelle. –Dijo Magnus. –Ellos volverán ¿Cierto?
-Podemos volver mañana –Dijo Alec sonriendo.
-¿Podemos? -Dijo Gwen.
Y podrían hacerlo, siempre y cuando la universidad no llamara a su casa
para preguntar por ellos, y poner al tanto a sus padres de sus
inasistencias, algo que sería catastrófico. En una ocasión decidieron salir
por una pizza, se desviaron a otro lugar para conseguir las bebidas y su
madre después de llamar al restauran y darse cuenta de que habían
salido de ahí hacía tiempo, se asusto tanto que llamo a todos cuantos
conocía, este mal entendido les costó dos semanas de encierro y nunca
más volvieron a dejar el celular en casa.
-Tranquila, claro que podemos.
-Si tú lo dices…
-Así que… -Dijo Magnus. –Su amigo Nico, es un vampiro ¿No?
-Si –Dijo Alec intrigado. -¿Cómo lo supiste? No lo dije.
Era verdad, Alec había contado todo con lujo de detalle, pero había sido
discreto con aspectos que pudieran exponer a Nico.
Magnus camino hacia la puerta. –Él está aquí. –Dijo y abrió la puerta.
12. Los chicos se asombraron, Nico estaba ahí parado mirando hacia
Magnus con recelo, Isabelle lucia tranquila, de alguna manera también
sabía que estaba ahí.
-No debieron haber venido solos, no es seguro Alex.
Alec despertó de su asombro. –Pero me diste la tarjeta…
-Eso no significa que quisiera que vinieran aquí, SOLOS.
-¿Y desde cuando se trata de lo que tú quieres?
-Necesitamos mantener a Gwen a salvo, eso es lo que ambos queremos
¿cierto?
Alec se quedo en silencio, no podía debatir eso. Gwen miro a su primo y
rio.
-Es Nico. –Dijo. –Solo él lograba dejarte callado.
Alec fulmino a su prima con la mirada.
-Sabes que es verdad Alex. –Dijo la chica intentando calmar a su primo.
-Bien. –Dijo Alec malhumorado. –Vinimos, y ahora nos vamos. –Alec
tomo la muñeca de Gwen predispuesto a salir del lugar.
Isabelle y Magnus dieron un paso hacia él al mismo tiempo que vieron a
Nico chocar contra el marco de la puerta, después de haber sido
empujado por Jace que entraba de manera precipitada y con desorden
hacia el departamento, hacia Alec, su parabatai.
Alec se congelo por un momento, su clavícula ardió de manera extraña y
sin razón al ver al chico que acababa de entrar, fue algo tan vivaz que
13. incluso llevo su mano hacia esa zona, y su cabeza comenzó a pulsar, no
entendía lo que pasaba, quería preguntar quién era, Porque lo miraba
así, pero no lo hizo, por el contrario solo dijo:
-Oh grandioso. –Dijo con cansancio. –Otro rubio.
Jace nunca había sido una persona afectiva, era un guerrero y las
demostraciones de afecto sobraban en su vida, hasta ese momento,
claramente avanzo hasta Alec pero Magnus coloco su mano en su
hombro, deteniéndolo. –Jace, él, no nos recuerda. –Le dijo en un
murmullo.
Jace se enderezo y se quedo inmóvil mirando fijamente a Alec, una figura
pequeña cruzo la sala entre Jace y Magnus, se percataron de que era
Clary cuando la miraron ferrada efusivamente al pecho de Alec.
Clary había abrazado a Alec en diversas ocasiones, ella siempre pensaba
que en realidad a Alec le parecía incomodo, un acto que hacia mas por
compromiso que por realmente querer hacerlo, a excepción de aquellas
ocasiones en las que él quería abrazarla, como en el reino demoniaco,
cuando pensaron que todos morirían por causa del Fuego Celestial.
-Alec, gracias al ángel. –Dijo Clary abrazando a un perplejo Alec. –
Volviste, estas aquí. Me alegro tanto, por Izzy, por Magnus y Jace, él… te
hecho tanto de menos…
-Clary –Llamaron Jace y Magnus.
Gwen rio a su primo. -Estas disfrutando esto ¿Cierto?
Alec se quito a Clary de encima. –En lo absoluto –Dijo el chico. –Muy
bajita para mí. –Miro los ojos brillosos de la chica y la incertidumbre en
su rostro. Alec se compadeció erróneamente. –Pero no te ofendas.
14. -Oh dios. –Dijo Clary recordando ese último día que había mirado a Alec.
–No nos recuerdas.
Eso fue lo que detuvo a Simon que entraba al departamento dispuesto a
saludar a Alec. Ahora solo se quedo ahí parado sin poder dejar de
mirarlo. Era Alec, ese Alec que dejaron de ver hacia un año, sin embargo,
lucia muy diferente, muy bien vestido para ser él y sin sus marcas, su
piel limpia lucia extraña, y de alguna manera, eso está mal.
-¿Por qué todo el mundo dice eso? –Comenzó Alec. –evidentemente no lo
hacemos, porque no solo nos dicen que saben de nosotros.
-Demonios Alex. –Dijo Nico. –Mira sus marcas.
Alec levanto sus manos y en un gesto exagerado le dijo a su amigo: No
tengo idea de que me hablas.
-Ellos son Cazadores de Sombras. –Dijo Nico.
-Dijiste que eran un mito. –Dijeron a coro Alec y Gwen. Los chicos los
miraron sorprendidos, tal sincronía no era común, para Nico lo era, ellos
lo hacían todo el tiempo.
-Dije que Para mí lo eran. Nunca dije…
Alec lo detuvo con la mano. –No importa. Tenemos que dejar esto para
después, debemos volver a casa.
-¿Y ahora quieres volver? –Protesto Gwen.
-Nunca debieron venir para empezar. –Agrego Nico.
15. -¿Quién eres? ¿Qué haces aquí? A mí me parece que es por ahí donde
debemos empezar. –Dijo Isabelle mirando a Nico. –Vampiro. –Isabelle
intentaba sonar atemorizante, lo consiguió.
-Tranquila Isabelle. –Dijo Magnus. –Viene con ellos ¿Cierto?
-¿Qué está pasando aquí? –Pregunto Jace con desconcierto. –Vampiro.
Quiero que te vayas ahora.
Magnus de inmediato se percato de Alec tomando con mucha más fuerza
la mano de Gwen, esto no estaba saliendo nada bien.
-No me iré sin ellos. –Dijo Nico peligroso. –No me importa quienes sean.
Ellos vienen conmigo.
-Estoy de acuerdo. –Dijo Alec asombrando a todos. Atravesó la
habitación con Gwen de su mano.
-Oigan, esto no es necesario. –Dijo Magnus antes de que Alec y la chica
salieran del lugar. –Jace él no va a lastimarlo. De lo contrario no hubiera
podido entrar aquí.
-Es verdad. –Dijo Clary. –Las Salvaguardas que Magnus ha colocado no
lo hubieran dejado entrar.
Gwen presiono con más fuerza la mano de Alec, este miro hacia ella. –
¿Que es una Salvaguarda? –Pregunto la chica en un susurro.
Alec le dedico una dulce sonrisa. –Gwendee-dee (wendi-di) –Que era la
manera cariñosa que tenia de llamarla. –Sé exactamente lo mismo que
tu, no tengo idea.
-Son protecciones. –Dijo Magnus. –Nadie que tenga la intención de dañar
puede entrar aquí.
16. -Como cuando te trasportas a los pueblos en Diablo. –Dijo Alec.
-Oh. –Dijo Gwen entendiendo todo con la traducción de su primo.
Traducción que Magnus no entendió, pero continúo. –Es por eso Jace,
que debes cambiar tu actitud, aquí nadie lastimara a nadie. –El tono de
Magnus fue más como una advertencia y Jace la entendió.
-De acuerdo. –Dijo. –Pero ahora alguien dígame que ocurre.
Alec y Gwen se miraron. Tenemos que irnos. Ambos lo sabían y tenían
toda la intención de hacerlo, pero Gwen no contaba con Magnus y lo que
provocaba en Alex.
-Es verdad. –Dijo Magnus. –Todos debemos sentarnos a charlar. –En ese
momento una mesa apareció en medio de la habitación, Alec, Gwen y
Nico abrieron mucho los ojos. –Y que mejor situación que hacerlo con
uno de estos. –Magnus hizo aparecer vasos de cartón con un muy
aromático café.
Alec sonrió esplendorosamente mirando de la recién aparecida mesa a
los ojos brillantes de Magnus, a esos ojos de gato que le parecían
simplemente fascinantes.
Gwen suspiro exasperada al ver la intención de irse esfumándose de
Alex. Alec dio un paso al frente como hipnotizado por el encanto de
Magnus y muy dispuesto a sentarse y escuchar todo lo que tuviera que
decirle. En ese momento su celular sonó despertándolo del aturdimiento.
Alec maldijo al ver la pantalla. Mamá decía en ella.
-¿Hola?
17. -¿DÓN-DE ES-TAN? –Su madre le dijo en un tono muy peculiar. -Dos
días Alexander, dos días llevan sin poner un pie en la universidad, ¿en
verdad creíste que podían ocultar eso?
-Em… bueno yo…
-CALLA, lo único que quiero escuchar de ti ahora es: En donde se
encuentran.
-Estamos en Brooklyn. –Dijo Alec con prisa y se golpeo la frente al
siguiente segundo, arrepintiéndose de inmediato. Gwen lo miro: ¿Qué
acabas de hacer?
Nico se tallo la cara con cansancio. –Están en problemas -Dijo para sí
mismo pero todos lo escucharon.
-¿EN-BROO-KLYN? ¿QUÉ-HA-CEN-EN-BROO-KLYN? –Alec sabía que
cuando su mamá hablaba en silabas era porque estaba realmente
molesta, furiosa para ser exactos.
-Bueno… lo que paso fue que…
-Te dije que te callaras, no quiero escucharte. Solo quiero que traigas a
Gwen en este instante. Y estoy hablando muy en serio. Quiero a mi niña
en casa en la siguiente hora, ¿EN-TEN-DIS-TE?
-Si mamá. –Dijo Alec derrotado.
Jace e Isabelle se miraron. ¿Mamá?
Alec guardo el celular en el bolsillo de su chamarra de piel.
-¿Y bien? –Pregunto Gwen.
18. -Te llamo mi niña. –Dijo Alec cabizbajo.
-Oh dios. –Dijo Gwen y se tallo la cara. –Eres el maestro de la mentira ¿y
no pudiste hacernos una cuartada? Por sobre todas las ocasiones
¿Tenias que decirle la verdad ahora?
-Yo no… es decir…
Magnus sonrió. –No es bueno mintiendo.
Alec soltó un bufido. –Soy excelente mintiendo. –Dijo ofendido.
-Excepto hoy. –Dijo Gwen.
-Por favor solo… entre en pánico, supongo.
-Por lo general mientes mejor cuando estás en pánico. –Agrego Nico.
-Sí, sí, rogare por su perdón en otra ocasión, por ahora, tenemos que
regresar.
-Que lastima. –Dijo Magnus, parecía ser el único sensato por el
momento. –En realidad no pude ayudarte en lo absoluto.
-Oh pero… podemos volver, ya lo dije. –Dijo Alec a Magnus.
Gwen camino hacia la puerta en donde Nico ya la estaba esperando. Alec
camino en reverso hacia la entrada, miraba a Magnus y sus
impresionantes ojos. –Entonces te veré después. –Dijo sonriendo. –Los
veré después. –Corrigió.
Gwen nuevamente rodo los ojos, esta forma de comportarse de su primo
era algo insoportable.
19. El corazón de Magnus se acelero y sintió que se rompía en pedazos al ver
a Alec salir y bajar las escaleras.
-No puedo creer que hayamos dejado que se fuera, Jace. –Dijo
Isabelle suplicante. –Tenemos que hacer algo.
Simon se acerco y coloco sus manos confortablemente sobre sus
hombros. Tal vez eso le ayudaría a calmarla.
-Tranquila él volverá. –Dijo Jace.
-¿Por qué estas tan seguro? –Pregunto Magnus con voz lúgubre mirando
aun hacia la puerta.
Jace lo miro fijamente y sonrió. –Le gustas.
* * * * *
-¿Te gusta?
Alec, Gwen y Nico se dirigían hacia su hogar en Manhattan, Alec
conducía por la ciudad mientras Nico miraba por la ventana en la parte
trasera del auto.
-Te dije que era muy bajita para mi, además, creo que tiene algo con el
rubio histérico.
-No hablaba de ella. –Dijo Gwen.
-¿Bromeas? La otra chica era intimidante. Nunca podría con eso.
-Tampoco hablaba de ella. –Gwen hablo hacia la ventana con toda la
intención de no mirar a su primo.
20. Alec arrugo su cien. –Pues se me acabaron las opciones.
-Magnus. –Dijo Gwen sin rodeos. –Hablaba de Magnus Bane. ¿Te gusta?
-¡¿Qué?!
Tanto Alec como Nico se sorprendieron.
-Estás hablando de un chico ¿Sabes? –Dijo Alec.
-Y estás hablando de Alex. –Agrego Nico desde el asiento trasero. –Es
como intentar emparejar a un pez con una gaviota.
-Y que ambos sean machos. –Dijo Alec para agregar impacto a lo absurdo
del comentario. –Y no me mal interpreten, no me molestan los peces que
buscan la compañía de las gaviotas, pero, a este pez, le encantan las
pececitas ¿Entienden?
-Sé de lo que estoy hablando. –Dijo Gwen. –Y sé cuando alguien te gusta,
por ello te lo estoy preguntando. La manera en que lo mirabas, y parecías
un idiota sonriendo por cada cosa que hacía.
-¡Pues sí! –confirmo Alec. -¿Acaso no viste sus ojos? ¿Y cómo hablaba?
¿Cómo se movía? ¡Y como se viste!
Nico asomo la cabeza por entre los dos asientos delanteros. –Hermano,
tienes que dejar de hablar así. –Dijo. –En serio se puede malinterpretar.
Alec lo pensó por un momento. –Creo que tienes razón. –Luego sonrió
hacia sus acompañantes. –Pero ese tipo es genial.
* * * * *
21. Alec y Nico estaban lado a lado sobre el sillón colocado estratégicamente
para estar en medio de la habitación, frente al televisor y envueltos en el
sonido estrepitoso de las bocinas al estar jugando Call Of Duty.
-Nico… ¡Vamos! Puedes hacerlo mejor.
-Eres un maldito loco –Protesto su amigo. -harás que nos maten.
-Ja ja ja –Rio su amigo. –Algo tarde para tu señalamiento vampiro.
Nico rio. –El que sea un No Muerto, no significa que no tema el perder mi
puntaje perfecto.
-Me conmueve la manera en que tus prioridades están claramente
definidas. –Alec choco su brazo con el de Nico, un movimiento de
camarería confortable.
-Chicos necesito su ayuda. –Gwen entro despreocupadamente hacia la
habitación y de la misma manera se sentó sobre la cama. En sus manos
estaba su cuaderno. –Esto no… no está funcionando.
Nico ahora tenía toda su atención sobre la chica. -¿Ayuda con qué?
Gwen miro hacia el chico, abrió la boca para contarle pero luego la cerró.
Nico dejo su control sobre el sillón y camino hacia ella, se sentó justo a
un lado de Gwen. Alec deliberadamente fingía no poner mucha atención,
era una manera de darles un espacio, había algo entre ellos, o eso
parecía, por la manera en que Nico se comportaba, como si Gwen fuera
la tierra y él la luna que la sigue sin perderla de vista. Era algo en lo que
difícilmente podría inmiscuirse.
22. –En un par de días es el aniversario luctuoso de tus padres. –Dijo
tiernamente Nico al lado de Gwen. –Se que quieres hablar en la
ceremonia.
Gwen le sonrió. –A veces es extraño que sepas tanto de nosotros.
-Hemos sido amigos desde siempre, se los dije. –Gwen le sonrió, Nico
agradeció la falta de rubor en sus expresiones, por aquel asunto de no
estar vivo. E intento disimular, disimular sin éxito ante los ojos de Alec.
Y no sé todo de ustedes –Dijo. –Hay cosas en esa cabeza –Señalo hacia
Alec que seguía jugando. -Que no me interesa saber en lo absoluto.
NUNCA.
-Oye. –Protesto Alec.
-Estoy de acuerdo. –Dijo Gwen.
-Hey…
-Hola chicos. –El señor Carter se recargo en el marco de la puerta, tenía
una taza de café en su mano. -¿Qué hacen?
-Intento salvar al mundo. –Dijo Alec. -Pero mi compañero deserto.
-Supongo que no todos tienen tu entusiasmo heroico hijo.
Los chicos rieron.
-Por cierto, Nico, si necesitas que te lleve a casa… No me malinterpretes,
puedes quedarte cuanto quieras, solo no me gustaría que caminaras solo
en la noche.
-Papa, estamos en los suburbios, nunca nada interesante pasa por aquí.
–Dijo Alec sin apartar la atención del televisor.
23. -Más vale prevenir. –Dijo el Señor Carter.
-Nico vive justo detrás de esa cerca Tío. –Dijo Gwen.
-Oh, ¿En verdad?
-Así es señor, no necesito caminar, solo… brincar.
-Claro que bien. No sabía que ya se habían mudado ahí. Los padres de
Nico… Em, me refiero a un Nico diferente. Se fueron poco después de que
su hijo falleciera.
-Sí. –Confirmo Nico. –Me mude hace poco, en realidad, ese Nico del que
usted habla es un pariente lejano, pero nuestros apellidos son el mismo.
-Que curiosidad. ¿Vives solo?
-Es muy doloroso para quien sea que conocía a mi pariente vivir ahí,
pero yo no lo conocí y me ofrecieron la casa, para poder ir a la
universidad.
-Pues me alegra, es muy conveniente para ti, y esa propiedad es muy
valiosa, sería una pena que se perdiera por el desgaste.
-Mi familia piensa igual. –Termino Nico.
-Oh dios. –Dijo el Señor Carter. –Que distraído. Chicos los buscan,
olvidaba que a eso venia.
-¿A nosotros? –Pregunto Gwen.
-Así es. Nico mi ofrecimiento sigue en pie, por si prefieres no brincar la
cerca.
24. -Gracias Señor.
-Estaré en el estudio. –El Señor Carter se retiro.
-¿Quién nos buscara? –Pregunto Alec despreocupado pausando su juego
y estirándose sobre el sillón.
-Su casa es muy bonita Señora Carter. –Se escucho del piso inferior.
Alec se enderezo y su rostro se ilumino, no había forma de no reconocer
esa voz. –Magnus. –Dijo y se precipito hacia el primer piso.
Gwen y Nico lo observaron irse, había algo en su reacción que les pareció
increíblemente gracioso.
-Parece que este pez intenta acercarse a las gaviotas. –Dijo Nico y Gwen
sonrió.
* * * * *
-Muchas gracias. –Estaba diciendo la Señora Carter a Magnus. –Eres
muy caballeroso. Díganme ¿De dónde conocen a mis hijos?
Jace, Isabelle y Magnus estaban tomando las cosas como una monta en
escena, ellos llevaban ropas muy comunes, fácilmente podrían hacerse
pasar por chicos mundanos. Jace caminaba por la sala con curiosidad, le
llamaron la atención las fotos de Alec siendo un niño que estaban sobre
la repisa de la chimenea. ¿Cómo era eso posible? Isabelle tenía la mano
sobre su rubí, esperando alguna señal demoniaca, no había nada.
-Somos estudiantes de intercambio. -Dijo Magnus. –Sus hijos se
ofrecieron a ayudarnos a ponernos al día.
25. -¿De verdad? ¿Mis hijos hicieron eso? –Dijo la Señora sin intentar ocultar
su asombro. –De Gwen no me parece extraño, pero Alex… bueno, él
difícilmente abre un libro de estudio en su tiempo libre y no me
malentiendan, increíblemente sus calificaciones son sobresalientes,
sobre todo en los últimos meses… él…
Ruido proveniente de las escaleras interrumpieron a la Señora Carter.
Alec tenía una muy particular forma de bajar las escaleras, utilizaba la
alfombra para poder deslizarse a través de ellas, solo inclinándose hacia
atrás y bajar como si las plantas de sus zapatos tuvieran ruedas. Su
madre lo odiaba.
-Por el amor de dios. Alex. Deja de hacer eso. –Dijo su madre antes de
que el chico incluso pudiera saludar.
-Tranquila lo tengo bien dominado.
-No es por si lo puedes o no hacer, es lo que te puede provocar. (Tienes
Asma, recuérdalo)
Alec se encogió de hombros y por fin su atención pudo ir a sus invitados.
–Hola –Dijo. -¿Qué…?
-Le comentaba a tu madre –Inicio Magnus rápidamente. –Sobre tu
ofrecimiento en ayudarnos con las clases.
-Sí. Es solo que pensé que vendrían hasta mañana. –Dijo Alec tenaz,
dejaba ver a lo que Gwen se refería con sus habilidades para mentir.
-No quisimos esperar tanto. –Dijo Isabelle simpática.
En ese momento Gwen y Nico bajaron. Ellos en realidad no se miraban
tan encantados como Alec.
26. -Pues empecemos. –Dijo Alec.
La Señora Carter dejo salir un suspiro, se miraba si no molesta, en des
acuerdo con lo que pasaba. –Es difícil mantenerlos castigados ¿Cierto?
Alec sonrió. –Mala suerte mamá.
Gwen se llevo una mano a la cara, sabía lo que estaba por venir.
La Señora Carter inclino su cabeza y entrecerró los ojos hacia su hijo,
luego giro hacia Magnus, Isabelle y Jace.
-Les voy a pedir que se retiren. –Dijo.
-Mamá. –Protesto Alec.
-¿Te sigue pareciendo gracioso? Están castigados y no pueden recibir
visitas.
-¿Y eso cuando lo decidiste?
-Hace cinco segundos, cuando tu actitud comenzó a apestar. Aun no sé
qué demonios hacían en Brooklyn pero estoy muy segura de que eres el
responsable. Y a pesar de eso, te sigues comportando como lo haces. No
hay disculpas.
Alec abrió la boca para seguir protestando pero luego la cerró. No dijo
nada.
-Lo lamento. –Dijo la Señero Carter a Magnus, Jace e Izzy. –Pero son
bienvenidos en otra ocasión, ahora les suplico que se retiren.
-Entendemos. –Dijo Jace, Magnus sabía que estaba furioso. –
Regresaremos en otra ocasión.
27. -No debimos haber venido sin avisar. –Dijo Magnus.
Alec tenía su mirada fija en la alfombra del recibidor. Sintió un toque
sobre su brazo. Era Magnus. –Tranquilo, te veremos después.
Alec sonrió y asintió.
-Adiós. –Dijo Gwen desde la escalera a lado de Nico con un sincero
cabizbajo tono.
Los chicos salieron de la residencia Carter.
* * * * *
-Bueno eso fue una total pérdida de tiempo. –Dijo Jace aun en el jardín
de la casa.
-Y no hay nada extraño. –Dijo Magnus. -Sin salvaguardas o Glamour.
Nada.
-No hay señales de demonio. –Dijo Isabelle. –Al parecer Belcebú no los
está vigilando.
-La madre es sobre protectora, pero fuera de eso. No hay nada malo en
ella.
-¡Maldición! ¿Por qué no solo tomamos a Alec y…?
-¿Dejamos que los Hermanos Silenciosos hagan trizas su cerebro? Eso
no lo voy a permitir. –Dijo Magnus.
Isabelle bajo la cabeza. –Tienes razón, lo siento. Yo…
28. -Está bien Isabelle. –Dijo Jace. –Te entendemos, pero Magnus tiene
razón, tenemos que hacer esto con precaución, no podemos permitir que
Belcebú se entere de que lo encontramos y lo lleve lejos de nuevo.
-¿Y qué hacemos ahora? –Pregunto Isabelle.
-Tenemos que avisar a su madre. –Dijo Jace. –Maryse necesita saber que
lo encontramos, que está bien.
-Eso implicaría avisar a La Clave. –Dijo Isabelle.
-La Clave difícilmente se interesa en un individuo, pero podrían servir
para propósitos de jurisdicción, llevar a Alec a donde queramos en todo
caso de necesitarlo.
-Bien, entonces hay que hacerlo. –Dijo Isabelle.
Los chicos se dispusieron a caminar a un lugar oculto en donde Magnus
pudiera hacer un portal y marcharse. Cuando la puerta de la residencia
se abrió.
Alec corrió hacia ellos. –Oigan, lamento lo que paso, yo…
Los chicos se acercaron a él.
-No te disculpes. –Dijo Magnus. –Se nota que tu madre se preocupa por
ustedes.
-En serio no tienes una idea de cuánto es eso. –Dijo Alec y Magnus noto
su respiración irregular.
-¿Estás bien? –Pregunto el brujo de inmediato.
29. -No debí correr, en fin, tengan esto. -Alec les dio un pedazo de papel con
algo escrito en él. –Esta es la dirección de la universidad donde
estudiamos, no está lejos de aquí. Podemos vernos ahí mañana. Si
ustedes quieren.
-Claro. –Dijo Isabelle sonriendo.
-Estaremos ahí sin falta. –Dijo Magnus.
Jace lo miro con alarma. -¿Estás bien? Parece que estas temblando.
-Sí, bueno mi salud es un asco y el frio me mata, soy absurdamente
intolerante a él, así que tengo que entrar. –Dijo señalando con el pulgar
hacia la entrada de la casa.
Luego miro a Magnus. -¿Te molesta si…? –Alec levanto su mano y señalo
a sus propios ojos, Magnus entendió de inmediato.
Con una sonrisa dejo que el Glamour callera de sus ojos haciendo que
los ojos de gato aparecieran brillando en la oscuridad.
-Así está mejor. –Dijo Alec sonriendo. Comenzó a dirigirse hacia la casa,
ahora caminando lentamente.
El vacio se apodero del pecho de Magnus, una vez más, tenía que ver a
Alec marcharse.
CONTINUARA…
MayGraciela ♥