El documento trata sobre la violencia y el fanatismo en el fútbol uruguayo. El autor siente que el fútbol controla la vida de la mayoría de la población uruguaya y alimenta la violencia en las calles y estadios. Propone que la gente modere su euforia para que los violentos pierdan importancia, con el objetivo de volver a vivir el fútbol como un deporte y no un circo violento. Para expresar esta idea, el autor pintaría un mural con un mensaje que haga pensar a la gente.