2. DIMENSIÓN POÉTICA:
Mi experiencia a compartir es mi amor por la literatura.
Amo escribir, mover el alma ajena con palabras que
narren historias y movilicen experiencias propias de
quien me lea. El uso de las palabras, de las letras, me
resulta atractivo, dado que, dependiendo de cómo las
convine, construyo o destruyo.
3. Es ahí el poder de este lenguaje, y está en esto mi
deseo de dominarlo. Sin ser una maestra de la palabra,
disfruto lo que me gusta hacer, me alegro ante los
resultados y a veces me sorprendo al ver todo lo que
puedo dar. Preguntarme a mí misma “¿yo escribí esto?”
es uno de los cuestionamientos más hermosos que
suelo plantearme.
4. DIMENSIÓN CONCEPTUAL:
Mi pasión por escribir no va sujeta a la nada. Si bien la
escritura no es un lenguaje tratado de forma específica
en Bellas Artes, es para mí el lenguaje en el que me
siento más cómoda. Sé de esta forma lo que siento, sé
como plasmarlo y sé como generar en cada lector una
emoción particular.
5. La lectura es liberadora, pero la habilidad de llevar al
papel aquello que siento y que quiero compartir lo es
aún más: significa inmortalizar una idea, trascender
generaciones, sorprenderme sorprendiendo, acercar a
las personas entre ellas obligándolas a ver que no
todos somos tan diferentes como creemos, más allá de
nuestra individualidad característica.
6. Siendo diferentes a veces nos emocionamos ante lo
mismo; con respecto a esto, me gusta pensar que
puedo, sacar de mi puño y letra versos, palabras,
frases, historias o reflexiones que me ayuden a conocerme a mí misma, y a la vez puedan inspirar en otros
una experiencia similar.
7. DIMENSIÓN MATERIAL:
Aunque aún no he dado pasos en pos de cumplir mi
premisa personal, sé que la meta está allí, al llegar. En
un futuro no muy lejano voy a sostener en mis manos
mi primer libro. Y ese libro va a estar lleno y a la vez
vacío. Lleno de amor, de alegría, de esperanzas, de reflexiones y de orgullo…lleno de mí.
8. Y vacío… vacío de interés por lo económico, por el reconocimiento o por la pequeña fama que pueda acarrear, no es
ese objetivo, no es eso lo que quiero. Como he dicho
antes, estoy muy lejos de ser una maestra de la palabra y
tal vez sea por verme tan pequeña frente a mi objetivo, que
no me he atrevido a iniciarlo, es mucho, es una meta
enorme, pero es lo que quiero.
9. Estos años en la facultad me han enseñado que cuando uno
ama lo que hace ningún trabajo es agobiante, ningún horario
es inapropiado, ningún detalle está de sobra y nada está librado al azar. ¿Por qué las letras conforman mi camino por las
artes? La verdad es que no tengo como responder a esta pregunta, solo sé que son algo que se me da bien, y es así porque
desconozco de donde vienen y a donde me llevarán.