El documento describe los diferentes sentidos y sus sistemas sensoriales. Explica que la vista se procesa principalmente en el ojo y el cerebro, el oído procesa el sonido a través de la cóclea y el cerebro, y el olfato y el gusto son sentidos químicos que detectan moléculas en la nariz y la boca respectivamente. También describe los diferentes tipos de receptores en la piel que permiten el sentido del tacto.
2. VIAS SENSORIALES
Toda la información que tenemos
acerca del mundo proviene de
nuestros sentidos. Cada sentido tiene
sus propias características, pero
existen ciertos principios básicos
comunes a todos ellos.
El sistema visual: La vista es el
sentido más importante de los seres
humanos. Casi el 50% del cerebro se dedica
al procesamiento visual. El principal órgano
implicado en la visión, después del cerebro,
es el ojo. El ojo es un órgano que, a pesar de
parecer muy sencillo a simple vista, tiene una
estructura muy compleja formada por once
partes, cada una de ellas con una función muy
específica.
El campo visual (el espacio que abarcan los ojos en reposo) está limitado por los
obstáculos anatómicos existentes en el plano horizontal (es más reducido en el
lado de la nariz) y en el plano vertical (limitado por el borde superior de la
órbita). En la visión binocular, el campo horizontal abarca unos 180 grados y el
campo vertical, de 120 a 130 grados. En la visión diurna, la mayoría de las
funciones visuales se debilitan hacia la periferia del campo visual; en cambio,
mejora la percepción del movimiento. En la visión nocturna se produce una
considerable pérdida de agudeza en el centro del campo visual, donde, como se
mencionó antes, los bastones son menos numerosos. El campo de fijación se
extiende más allá del campo visual gracias a la movilidad de los ojos, la cabeza
y el cuerpo; en las actividades laborales lo que importa es el campo de fijación.
3. Las causas de reducción del campo visual, anatómicas o fisiológicas, son muy
numerosas: estrechamiento de la pupila; opacidad del cristalino; alteraciones
patológicas de la retina, de las vías o de los centros visuales; brillantez del
objeto a percibir; monturas de las gafas de corrección o de protección;
movimiento y velocidad del objeto a percibir; y otras causas
El ojo
El ojo es una estructura capaz de captar la luz y convertir la información en
impulsos eléctricos que viajan, a través de las neuronas hasta el cerebro, donde
se procesa la información recibida. En organismos superiores como los humanos,
el ojo es un sistema muy complejo capaz no solo de captar la luz de los
alrededores, sino de regular su intensidad a través de un diafragma (iris)
y enfocar el objetivo gracias a una estructura ajustable de lentes (cristalino)
para formar la imagen.
Después, esta imagen la convierte en
un conjunto de señales eléctricas que
llegan al cerebro a través de rutas
neuronales complejas que conectan,
mediante el nervio óptico, el ojo a la
corteza visual y otras áreas
cerebrales importantes para el
procesamiento de esta información.
Para hacer todas estas cosas con eficacia, el ojo cuenta con numerosas
estructuras, con diferentes partes y con distintas funciones.
El ojo es el órgano principal del sistema visual, que capta las imágenes vistas y
los convierte en señal eléctrica al nervio óptico.
Esta señal se "traduce" por el cerebro, la corteza visual, que nos envía la
imagen procesada y permite la interpretación de nuestro entorno.
El ojo es una esfera de aproximadamente 25 mm de diámetro con un peso
aproximado de 8 gramos.
4. Se compone de una multitud de órganos:
El cuerpo ciliar es la parte anterior de la coroides, que se adjunta a la lente a
través de una serie de fibras llamadas de la
zónula de Zinn. Desempeña un papel
fundamental en la secreción de humor
acuoso y acomodación de la visión.
El iris es una membrana en forma de disco
perforado en su centro por la pupila. Se
forma la parte coloreada del ojo cuyo color
depende del espesor laminar del epitelio del ojo. El iris son claras cuando las
lamas son delgadas y oscura cuando los listones son gruesas.
La contracción o dilatación del iris es un reflejo fisiológico de adaptación a la
luz. Si la luz es fuerte, la pupila es pequeña (miosis), si la luz es baja pupila se
hace grande con el fin de captar el máximo de luz (midriasis).
La córnea es un tejido transparente en la parte anterior del ojo, que transmite
la luz a la lente y la retina. Se compone de cinco capas (epitelio, la membrana
de Bowman, estroma, la membrana de Descemet, endotelio), no está
vascularizada (lo que explica que no sangre), pero está muy inervada. Esto
explica su sensibilidad muy alta, y el "reflejo de la córnea", que se manifiesta
por una repentina párpados parpadeantes para proteger los ojos si es
necesario. Ella se alimenta continuamente por las lágrimas y el humor acuoso.
El humor acuoso es un líquido transparente que proporciona nutrientes para la
córnea y el cristalino. Su función es mantener la presión intraocular y la forma
del globo ocular.
La esclerótica, es una membrana blanca, altamente resistente. Forma el
"blanco" del ojo.
La coroides es un tejido del globo ocular, muy vascularizado, que es la
membrana de la madre del ojo.
La retina es una membrana delgada que cubre una gran parte de la superficie
interna del globo ocular. Sensible a la luz, que se compone de los
fotorreceptores (conos y bastones) y las neuronas que transmiten señales
eléctricas al cerebro. La retina central contiene la mácula y la fóvea. Se
vascularizado por la arteria y la vena central de la retina.
5. El nervio óptico, segundo nervio craneal, comienza en el disco óptico y se
utiliza para enviar la información visual desde la retina hasta el cerebro.
Estos son los rayos de luz presentes en nuestro entorno que permiten la
visión, y los diferentes órganos de los ojos son la fuente de un conjunto de
mecanismos de percepción de luz.
El flujo luminoso es recibida primero por el iris,
que ajusta el tamaño de la pupila como una
función de la misma.
La luz pasa entonces a través de los medios
oculares, a saber, la lente y el cuerpo vítreo,
que debe ser transparente de modo que se
transmite correctamente.
Entonces, llega a la retina y
los fotorreceptores:
los conos, ubicados principalmente en la retina central (mácula), son
responsables de la visión del color, los detalles de forma, y están
asociados con la visión diurna.
los palos, ubicados principalmente en la retina periférica, son mucho más
sensibles a la luz, responsable de contornos y movimientos de la visión, y
están asociados con la visión en la penumbra.
Este conjunto de órganos transforma la luz en señales eléctricas y luego se
envían al cerebro a través del nervio óptico, la imagen se interpreta.
6. EL OIDO El oído La audición empieza cuando las ondas sonoras chocan
contra el tímpano (vea la figura 3-17) y lo hacen vibrar. La agitación del
tímpano provoca que
tres minúsculos
huesos del oído
medio, el martillo,
el yunque y el
estribo, se golpeen
en secuencia y
lleven las
vibraciones al oído
interno. El último de esos tres huesos, el estribo, está adherido a una
membrana llamada ventana oval. Las vibraciones de la ventana oval, a su vez,
son transmitidas al líquido dentro de una estructura con forma de caracol
llamada cóclea. La cóclea está dividida a lo largo por la membrana basilar, la
cual es rígida cerca de la ventana oval pero gradualmente se vuelve más
flexible hacia su otro extremo. Cuando el líquido en la cóclea empieza a
moverse, la membrana basilar se tensa en respuesta.
En la parte superior de la membrana basilar, y moviéndose en sincronía con ella,
se encuentra el órgano de Corti. Aquí los mensajes de las ondas sonoras
finalmente llegan a las células receptoras para el sentido de la audición: miles
de minúsculas células pilosas que están alojadas en el órgano de Corti
(Spoendlin y Schrott, 1989). cada célula pilosa está cubierta por un haz de
fibras. Esas fibras son empujadas y jaladas por las vibraciones de la membrana
basilar. El encéfalo reúne la información de miles de esas células para percibir
7. sonidos. Conexiones nerviosas El sentido de la audición es en verdad bilateral.
Cada oído envía mensajes a los dos hemisferios cerebrales. En camino hacia los
lóbulos temporales, los mensajes auditivos pasan al menos a través de cuatro
centros encefálicos inferiores, es decir, siguen una ruta mucho menos directa
que los mensajes visuales. La estación de cambio donde las fibras nerviosas de
los oídos se cruzan es la médula, parte del metencéfalo (vea la figura 2-7). A
partir de la médula, otras fibras nerviosas llevan los mensajes de los oídos a
las partes superiores del encéfalo. Los principales destinos para esos mensajes
auditivos son las áreas auditivas de los lóbulos temporales de los dos
hemisferios cerebrales. En cada etapa a lo largo del camino, la información
auditiva se codifica de manera más precisa (Feng y Ratnam, 2000).
Olfato De todos nuestros sentidos, el olfato es el más primitivo y evocador.
Encontramos algunos aromas atrayentes y otros repulsivos, pero rara vez
percibimos los olores como neutrales. Un simple olorcillo es capaz de
desencadenar recuerdos súbitos, inesperados, con carga emocional, ya sea de
un verano en el mar, un romance olvidado o el hogar de la niñez. Parte de la
razón por la que los olores evocan recuerdos poderosos es anatómica. Algunos
de los nervios de la nariz están directamente conectados con la amígdala y el
hipocampo, centros encefálicos inferiores que participan de manera destacada
en la emoción y la memoria.
El sistema olfativo humano. El sentido
del olfato se activa cuando las
moléculas olorosas en el aire llegan a
los receptores olfativos localizados
dentro de la parte superior de la nariz.
Inhalar y exhalar las moléculas
olorosas de la comida es lo que en
buena medida da su “sabor” a la
comida.
8. 1. La nariz: es el órgano receptor de los olores, está compuesta por dos
cavidades llamadas fosas nasales y separadas entre sí por un tabique nasal.
En el interior de las fosas nasales se encuentra una mucosa denominada
membrana pituitaria, donde están las células olfatorias.
2. Ramificaciones nerviosas: nervios que transmiten los impulsos de las
células olfatorias al bulbo olfatorio.
3. Bulbo olfatorio: se localiza en el extremo anterior del Sistema Nervioso
Central, y está formado por una membrana que recoge los impulsos de las
células olfatorias.
4. Nervio olfatorio: transmite los impulsos olfatorios hasta la corteza
cerebral. Está ubicado en la pared opuesta al tabique nasal.
5. Pituitaria amarilla: es la mucosa que recubre la superficie superior de las
fosas nasales y contiene las células olfatorias.
Cómo Funciona el Sentido del Olfato
El sentido del olfato, de la misma manera que el sentido del gusto, es un
sentido químico. Son llamados sentidos
químicos porque detectan químicos en el
ambiente, con la diferencia de que el sentido
del olfato funciona a distancias
dramáticamente más largas que el sentido
del gusto. El proceso del olfato sigue más o
menos estos pasos:
1. Las moléculas del olor en forma de vapor
(químicos) que están flotando en el aire llegan a las fosas nasales y se disuelven
en la mocosa (que está en la parte superior de cada fosa nasal).
2. Debajo de la mucosa, en el epitelio olfativo, las células receptoras
especializadas, también llamadas neuronas receptoras del olfato, detectan los
olores. Estas neuronas son capaces de detectar miles de olores diferentes.
9. 3. Las neuronas receptoras del olfato transmiten la información al bulbo
olfativo, el cual se encuentran en la parte de atrás de la nariz.
El Sentido del Olfato y el Sistema Límbico El bulbo olfativo es una de las
estructuras del sistema límbico y es una parte muy antigua del cerebro. Como
se mencionó anteriormente en la descripción del proceso olfativo, la
información registrada por el sentido del olfato va del bulbo olfativo a otras
estructuras del sistema límbico. El sistema límbico es una red de estructuras
conectadas entre si que se encuentra cerca de la parte media del cerebro, y
está ligada con el sistema nervioso central. Estas estructuras “funcionan
juntas para tener efecto en un amplio rango de comportamientos que incluyen
las emociones, motivación y memoria.” (Athabasca University, Estudios
Avanzados de Psicología y Biología). Este sistema está relacionado con las
respuestas instintivas o involuntarias, y tiene muy poco, o posiblemente nada
que ver con los pensamientos conscientes o la voluntad.
EL TACTO Las células nerviosas especializadas que conforman el sentido del
tacto captan una serie de estímulos específicos que permiten diferenciar
distintas sensaciones. La mayoría de estas estructuras (corpúsculos, discos de
Merkel y terminaciones libres) se encuentran a lo largo de la superficie del
cuerpo (repartidas en mayor o menor cantidad según las zonas) y perciben el
frío, el calor, la presión y el dolor; de modo que el sistema nervioso recibe
información de lo que ocurre en el interior y el exterior del organismo.
LOS RECEPTORES CUTÁNEOS: La piel recubre el cuerpo y presenta unas
estructuras que, cuando se estimulan, producen
unos impulsos que se transmiten al sistema
nervioso central. De esta manera, en la epidermis,
las terminaciones libres perciben las sensaciones
dolorosas y los discos de Merkel se estimulan por
la presión. Los corpúsculos de la dermis detectan
estímulos táctiles y térmicos: los de Krause
captan el frío; los de Ruffini reciben el calor; los
10. de Pacini y Meissner son sensibles a la presión; y los receptores pilosos sienten
el movimiento del pelo.
Como llega al cerebro: La información de los estímulos que recibe el cuerpo se
transmiten por las vías nerviosas hasta la médula espinal y finalmente llegan a
la corteza cerebral, donde se hacen conscientes y se interpretan. Las
funciones del tacto se localizan en una zona específica, el área
somatosensorial, donde se reciben los impulsos desde la superficie cutánea a
una parte concreta que depende del lugar del cuerpo de donde proviene.
LAS PARTES MÁS SENSIBLES DEL CUERPO: Los receptores encargados del
sentido del tacto se encuentran dentro de la epidermis y se distribuyen por
todo el cuerpo de una forma variable. El grado de sensibilidad táctil de cada
zona varía en función del número de terminaciones nerviosas especializadas.
Algunas partes del organismo poseen muchas más células sensitivas del tacto,
como sucede en el hocico de los animales, las antenas de los insectos o las
yemas de los dedos de las personas.
GUSTO: La lengua es el órgano del gusto por excelencia, ya que es en esta
estructura anatómica donde se encuentra la mayor cantidad de receptores
gustativos. Su superficie es rugosa por la presencia de pequeñas eminencias
llamadas papilas linguales. Estas se clasifican en caliciformes o circunvaladas,
fungiformes, foliadas y
filiformes (Figun & Garino,
2006). Las papilas
linguales, dependiendo de
su tipo, presentan una
distribución específica en
el dorso lingual,
encontrándose las
circunvaladas en la zona
posterior, las fungiformes
en los dos tercios
anteriores, las foliadas en los bordes posteriores (Chandrashekar et al., 2006),
y las filiformes cubren la totalidad de la parte anterior (Jung et al., 2004),
11. encontrándose también en zona posterior y relacionadas principalmente con el
surco medio.
Sentido del gusto El sentido del gusto probablemente evolucionó para permitir
diferenciar los alimentos comestibles de las substancias venenosas. Para llevar
a cabo esta función, este sistema está favorecido por cinco cualidades de
sabor: dulce, ácido, salado, amargo y metálico (8). Aunque las células
receptoras que median el sentido del gusto se encuentran en toda la cavidad
oral, la mayoría se localizan en la lengua. Allí forman los botones gustativos, los
cuales se agrupan formando tres tipos de papilas gustativas: fungiformes,
foliadas y caliciformes. Las papilas contienen hasta varios cientos de botones
gustativos, cada uno de ellos compuesto de 50 a 150 células gustativas. Estas
células tienen receptores ubicados en el extremo apical, permitiendo la
exposición con el medio interno en la cavidad oral. Cuando una comida o bebida
ingresa en la boca, los productos químicos de los alimentos activan los
receptores del gusto. La señal química se convierte en eléctrica y es trasmitida
hasta las regiones del procesamiento gustativo del cerebro, mediante las
fibras nerviosas aferentes craneales
El sentido del gusto depende de la estimulación de los llamados "botones
gustativos", las cuales se sitúan preferentemente en la lengua, aunque algunas
se encuentran en el paladar; su sensibilidad es variable.
Los nervios (principalmente faciales) conectados con las papilas gustativas
transmiten impulsos al centro nervioso situado en el bulbo raquídeo (continuación
de la médula allí donde empieza la columna vertebral); de aquí, los impulsos se
transmiten a las caras superior e interna del lóbulo parietal, en íntima relación
con el área del cerebro relacionada con el olfato.
12. Las casi 10 000 papilas gustativas que tiene el ser humano están distribuidas de
forma desigual en la cara superior de la lengua, donde forman manchas sensibles
a clases determinadas de compuestos químicos que inducen las sensaciones del
gusto. Por lo general, las papilas sensibles a
los sabores dulce y salado se concentran en
la punta de la lengua, las sensibles al ácido
ocupan los lados y las sensibles al amargo
están en la parte posterior.
Los compuestos químicos de los alimentos se
disuelven en la humedad de la boca y
penetran en las papilas gustativas a través
de los poros de la superficie de la lengua,
donde entran en contacto con células
sensoriales. Cuando un receptor es
estimulado por una de las sustancias disueltas, envía impulsos nerviosos al
cerebro. La frecuencia con que se repiten los impulsos indica la intensidad del
sabor; es probable que el tipo de sabor quede registrado por el tipo de células
que hayan respondido al estímulo.