El documento describe el exterminio de las poblaciones Nama y Herero a manos del gobierno colonial alemán en la isla Tiburón en Namibia a principios del siglo XX. Los alemanes confiscaron las tierras de los Nama y Herero y respondieron a las revueltas con brutales medidas como la batalla de Waterberg en 1904 y la creación del primer campo de exterminio en la isla Tiburón, donde más del 80% de los prisioneros murieron.