Un sistema electrónico consta de tres partes principales: entradas que capturan señales físicas y las convierten a señales eléctricas, circuitos de procesamiento que manipulan y transforman estas señales eléctricas, y salidas que convierten las señales eléctricas de vuelta a señales físicas útiles. Estas tres etapas permiten que un sistema electrónico interactúe con el mundo físico, procese información y genere resultados tangibles.