El Padre Opeka es un sacerdote argentino muy reconocido en el mundo que realiza tareas humanitarias en Madagascar. Con su trabajo solidario ha contribuido a rescatar de la pobreza extrema a cientos de miles de personas.
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SOCIEDAD!
EL ARGENTINO
DE MADAGASCAR
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El Padre Opeka es un sacerdote argentino muy reconocido en el mundo que realiza
tareas humanitarias en Madagascar. Con su trabajo solidario ha contribuido a
rescatar de la pobreza extrema a cientos de miles de personas.
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Pedro Pablo Opeka nació en San
Martín, provincia de Buenos Aires ,el
29 de junio de 1948. Sus padres Luis
Opeka y María Marolt, tuvieron 8 hijos.
Eran inmigrantes eslovenos que llega-
ron a la Argentina escapando del régi-
men totalitario de Tito.
Además de interesarse por la religión y
aprender de muy chico el oficio de al-
bañil -labor que le permitiría años más
tarde ser conocido como "el albañil de
Dios"- sus hermanas cuentan que tam-
bién lo apasionaba el deporte y jugaba
muy bien al fútbol.
“Pedro, si vos querés la fama, el dinero y
la gloria hacete futbolista. Si vos querés
seguir el evangelio y la gloria de Dios, sé
Sacerdote”, lo aconsejó su madre.
EL SACERDOTE
A los 18 años ingresó en el seminario
de la congregación para la misión de
San Vicente de Paul, en San Miguel, y
dos años después viajó a Europa, don-
de estudió filosofía en Eslovenia y teo-
logía en Francia.
Luego de eso permaneció dos años
como misionero de la congregación en
Madagascar, en donde trabajó como al-
bañil de las parroquias lazaristas.
MADAGASCAR
La República de Madagascar es un país insular situado en el océano Índico,
frente la costa sureste del continente africano. Es la isla más grande de
África y la cuarta más grande del mundo. Su población se estimaba en el
2015 en 24 millones de habitantes. El 90 por ciento cobra menos de dos
dólares al día. El idioma nacional es el malgache y el segundo idioma, el
francés.El 45% de la población es católica siendo el islamismo seguido
por 1,2 millones de musulmanes en el país.
De regreso a la Argentina fue ordena-
do sacerdote en la basílica de Luján,
el 25 de septiembre de 1975, y un año
después fue nombrado para hacerse
cargo de una iglesia en Vangaindra-
no, en el sudeste de Madagascar; país
en el que vive desde entonces.
En 1989 fue trasladado a la capital,
Antananarivo, para hacerse cargo
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EL RECONOCIMIENTO
El padre Pedro Opeka, lleva
más años viviendo viviendo en
Madagascar que en Argentina.
Ha sido propuesto en distintas
oportunidades para el premio
Nobel de la Paz y ha recibido
numerosos premios.
del seminario de la congregación, y la
situación de indigencia y pobreza que
reinaba en la capital y sus suburbios, lo
movilizó a hacer algo por ellos.
EL FÚTBOL
El ser un hombre blanco constituyó un
primer obstáculo para poder entrar en
la gente, pero a través del fútbol logró
ganarse su confianza.
“El deporte ayuda a vivir, a tener coraje y
luchar en la vida. Es muy importante para
aprender a jugar en equipo y competir sa-
namente”, dice hoy el Padre Opeka que,
a sus 69 años y después de haber sufrido
enfermedadescomotuberculosis,cóleray
paludismo, todavía corre detrás de la pe-
lota y juega con grandes y chicos.
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EN NÚMEROS
500 mil personas rescatadas de
la pobreza extrema.
27 mil personas trabajan en su
cooperativa.
9500 chicos estudian en sus
colegios.
100 casas construyen por año.
1000 km es el radio en el que se
encuentra repartida su obra.
EL PAPA FRANCISCO
El Cardenal Pietro Parolin,
Secretario de Estado del Vaticano,
visitó Akamasoa hace muy poco
tiempo, reconociendo así la obra
del Padre Opeka y diciendo que era
el portador del saludo y el afecto
del Papa Francisco.
Bibliografía
L´Ósservatore Romano .El Albañil de
Dios .Marcelo Figueroa.7
http://www.amigospadrepedro.com.ar/
biografia.html
http://www.madagascar-foundation.
org
TN: http://tn.com.ar/personajes/pedro-
opeka
"Cuando veo un pobre a mi lado le tengo
que dar una mano simplemente por ser
humano, luego si yo creo en Jesús tengo
otra razón más para ayudar y si además
soy sacerdote, otra más”.
LA FUNDACIÓN
En 1990 fundó con un grupo de jóvenes
colaboradores, la Asociación Humani-
taria de Akamasoa (en lengua malga-
che quiere decir "Los Buenos Amigos").
Con ayuda del exterior y el trabajo de
la gente, lograron fundar pequeños po-
blados, con escuelas, dispensarios, pe-
queñas empresas y hasta un hospital.
Akamasoa ha creado más de cinco cen-
tros poblacionales lejos de la ciudad
en los que viven más de 17.000 per-
sonas, cerca de 9.500 chicos estudian
en sus colegios y unas 3.500 personas
trabajan en la Asociación (atendiendo
escuelas, dispensarios, hospitales, can-
teras, fábricas de muebles y artesanías,
talleres metal mecánico y de cestería).
“SERVIR Y NO SER SERVIDO”
Los principales objetivos son la reha-
bilitación y la reinserción social de fa-
milias desposeídas, el retorno a la dig-
nidad, la participación responsable de
cada uno en su desarrollo personal y el
de la comunidad.
Su lema es: "Servir y no ser servido".
Las tres condiciones básicas para for-
mar parte de la Asociación y vivir en
sus pueblos son: trabajar, enviar los hi-
jos a la escuela y respetar una regla de
convivencia de la comunidad.
El Padre Opeka está convencido de que
el trabajo dignifica y sostiene que “el
asistencialismo vacío termina hundien-
do más a la gente”. Por eso insiste en
que hay que combatirlo hasta en la pro-
pia familia. Porque si no, no dejamos
crecer a los hijos y los acostumbramos
a recibir todo de los padres.
Entre sus proyectos está el barco hos-
pital, el financiamiento de plantas de
energía solar y micro-hidroeléctricas,
como también seguir construyendo es-
cuelas y una maternidad.
En cuanto a la verdadera solidaridad, el
sacerdote ha opinado que: "La concep-
ción de ayuda que tiene mucha gente es
errónea, porque muchos quieren ayudar
para sentirse felíz. Hay mucha gente que
está contenta de que los otros dependan
de ellos y quieren mantener esa gente
dependiendo de ellos. Esa no es la ver-
dadera ayuda, ni la ayuda evangélica
cuando Cristo dice que tu mano derecha
no sepa lo que dio tu mano izquierda. Y
cuando das lo das porque lo tuviste que
dar. Luchar contra la pobreza es también
compartir".