Este documento analiza el evangelio de Marcos donde Jesús cura a un hombre con la mano paralizada en el sábado. Resalta que Jesús se solidariza con el sufrimiento humano y rechaza las tradiciones religiosas que anteponen las reglas a la dignidad de las personas. Su seguimiento implica promover el crecimiento de los demás por encima de cualquier ideología. La comunidad y la eucaristía deben expresar esta solidaridad extrema hacia quienes sufren alguna injusticia.