Este documento relata la historia de la Beata María Troncatti y cómo curó milagrosamente a un hombre llamado Augusto Zúñiga cuyas costillas y columna vertebral estaban rotas después de que se derrumbó un puente. Sor María pasó una noche en oración y luego "curó" a Augusto aplicando estampas religiosas de santos mientras lo vendaba, obligándolo a guardar reposo. Al quinto día, Augusto podía moverse sin dolor y al séptimo día estaba completamente curado. El documento también menciona que Sor María