Messaggio della Consigliera per le Missioni, Sr. Alaide Deretti _ ESP

1. Queridas Hermanas,
Os saludo desde Ulán Bator (Mongolia), con gran alegría y gratitud porque no solo escucho
hablar, sino que veo y toco con mano, cómo la Palabra de Dios continúa haciendo camino en esta
bella realidad del Instituto. Aquí las FMA están presentes desde 2007 y el Carisma encuentra
espacio y acogida entre los niños, los jóvenes y las familias. ¡Agradezcamos al Señor porque es Él
quien nos precede en el anuncio de la Buena Nueva y en la respuesta a su mandato misionero!
Después de haber vivido con especial espíritu de gratitud el 5 de agosto, inicio del trienio en
preparación al 150° de fundación del Instituto, todas nos sentimos sostenidas –todavía más– por la
presencia de María que camina junto a nosotras en nuestras comunidades, y nos ayuda a ser
generadoras de vida en la vida de tantos jóvenes y laicos que comparten con nosotras la misión
educativa.
El 150° del Instituto seguramente será “una oportunidad de renovación en el Espíritu
Santo” (Circ. 989) porque nos verá comprometidas a alimentar y a vivir la pasión misionera. Basta
pensar en cuanto ha dicho el Papa Francisco a las Capitulares el 8 de noviembre de 2014: “También
yo me permito ser insistente pensando en la Patagonia... No digo más”. Y después, en su reciente
saludo en la Plaza de San Pedro, el 21 de julio pasado: “Dirijo un cordial saludo a todos vosotros,
romanos y peregrinos. Particularmente saludo a las novicias de las Hijas de María
Auxiliadora provenientes de diversos países. Os saludo de modo especial y espero que algunas
de vosotras vayáis a la Patagonia: ¡Es necesario trabajar allí!”.
La Patagonia, para nosotras FMA, es la confirmación que la dimensión misionera está
presente en nuestra historia carismática desde el inicio; es parte constitutiva de nuestro ser no solo
Hijas de María Auxiliadora, sino hijas de Don Bosco y de Madre Mazzarello que muy pronto
intuyeron la necesidad de llevar el Evangelio allá donde ninguno quería ir. La Patagonia para
nosotras FMA es toda tierra, sin fronteras, porque ¡toda tierra es tierra de misión!
La Patagonia de Sor María Troncatti, de quien recordamos en este mes el 50.° de su muerte,
tenía otro nombre: ¡Ecuador! En tanto, su corazón misionero era el mismo de las primeras
misioneras que partieron a América del Sur: lleno del “da mihi animas cetera tolle”, capaz no solo
de partir hacia una tierra lejana, sino, sobre todo, de ofrecer la vida por la paz entre los “colonos” y
los shuar; capaz de hacerse don total a los pobres y a los pequeños, con medios bien pobres y
limitados, pero con un corazón gigante y generoso, sin medida, abierto a todos.
Queridas hermanas,
Os propongo un texto del libro escrito por sor María Collino, La grazia di un sì tutto
donato. María Troncatti, missionaria nella foresta amazzonica (p. 449).
En Macas, el 5 de agosto, tuvo lugar la “fiesta jurada” de la Purísima, la ordenación sacerdotal
de Hugo Villarreal, nativo del lugar, y de otro compañero de él. Fue el padre Hugo quien quiso a toda
Roma, 14 de agosto 2019

2. costa que también sor María participara en la celebración; ella era su mamá espiritual; no habría sido
posible para él consagrarse a Dios sin su benéfica presencia.
Y sor María partió, porque quería lo mismo.
Quería también otra cosa: quería consultar con su Virgencita. Quería que Ella le leyese dentro
y le dijese una última palabra.
Sabía que aquella era la última vez; no vería más a la Purísima de Macas. Sin embargo,
sabía también que Ella la acompañaría en aquel viaje…
¿Cuál viaje? ¿Aquel desastroso que pocos días después habría hecho en avión? Ciertamente
no: este no lo podía pensar.
Sabía, sin embargo, que había llegado al “punto y final”. Su deseo íntimo estaba
convirtiéndose en un imperativo. Ella, en su infinita pequeñez, sentía de deber ponerse a la completa
disposición del amor totalmente donado por el Señor Jesús.
En aquel 5 de agosto, terminada la fiesta, le tocó, propiamente a sor Pierina Rusconi recibir
de sor María una confidencia sorpresiva. La Virgen le había hablado.
Sor Pierina narra: «Sor María pronunció estas palabras: “La Purísima me ha dicho que
estuviera lista. Pronto me sucederá algo, algo impresionante y grave”».
Estaban afuera, alrededor de la casa paseaban lentamente. Sor Pierina no dice cuáles han
sido sus emociones. Agrega solamente: «Me pidió de no referir a ninguno cuánto me había confiado.
Debía mantener el secreto hasta cuando sucedieran los hechos».
¿Cuáles hechos? Y ¿cuándo?
Todavía algunos pasos, en un silencio que de parte de sor Pierina debía ser muy tenso;
después, sor María, con un atisbo de profecía, retomaba: «Ninguno tocará mi cuerpo. Me velarán a la
sombra de la Inmaculada».
Queridas hermanas,
Auguro que todas las comunidades puedan vivir intensamente el 50.o
de la muerte de sor
María Troncatti celebrando el Triduo propuesto por el Ámbito en los días 22, 23 y 24 de agosto.
Con este augurio, confirmo la importancia de acompañar la realización del Sínodo Panamazónico,
dentro del Mes Misionero extraordinario, del cual hemos hablado en otras ocasiones. Es
importante conocer el Instrumento de Trabajo del Sínodo e interesarse, de hecho, con corazón
misionero, de este evento eclesial tan importante para la Iglesia, para la vida de los pueblos de la
Amazonia y para una ecología integral que se hace realidad en todos los continentes.
En este 14 de agosto, rezaremos de modo particular por la comunidad “B. María
Troncatti” di Seúl (Corea del Sur), fundada el 14 de febrero de 2014, perteneciente a la
Inspectoría “Estrella de la Mañana” (KOR). Con alegría, en los próximos días tendré la oportunidad
de visitar a las hermanas que allí viven y trabajan. Es de señalar que esta comunidad trabaja por la
promoción de la mujer y la acogida de mamás inmigrantes con sus niños.
Un fuerte abrazo de hermana y siempre en comunión en la oración y en el compromiso
misionero,
Consejera para las Misiones