Un joven fue condenado injustamente a muerte por besar la mano de la hija del rey. En su ejecución, el rey le dio la opción de elegir entre dos papeles que decían "muerte" y "libertad" para demostrar su benevolencia. Sin embargo, el joven resultó ser un viejo mago disfrazado que se comió el papel de "muerte", revelando que el otro decía "libertad". Como resultado, el rey lo dejó libre y mandó a matar a su subordinado por traición.