2. El nombre "Telépolis" viene a marcar la oposición entre las formas clásicas de organización social (familias, etnias, pueblos,
ciudades, naciones, Estados, etc.), basadas en la territorialidad, la vecindad y la proximidad entre los seres humanos, y la nueva
ciudad, donde las interrelaciones humanas se producen a distancia. Por oposición a los Estados, que están determinados por el
territorio en el que ejercen su jurisdicción, Telépolis es una ciudad desterritorializada, que desborda las fronteras geográficas y
políticas. Su estructura topológica básica no es el recinto con interior, frontera y exterior, sino la red de interconexiones que
vincula puntos geográficamente dispersos, pero unidos por la tecnología. Esta nueva ciudad se superpone a los pueblos,
ciudades y metrópolis, sin destruirlos físicamente. Sin embargo, el futuro de las formas clásicas de convivencia entre los seres
humanos depende cada vez más de su mejor o peor adecuación a la nueva forma de interacción social.
Telépolis está en fase de construcción, pero puede ser imaginada de la manera siguiente. Consideremos la superficie del planeta
como la bóveda de la ciudad. Dicha bóveda se apoya, a través de estratos y redes iterativamente imbricadas, en unos
cimientos artificiales, que no están asentados en la tierra, sino literalmente en el aire: son los grandes satélites de comunicaciones
que enlazan a los demás satélites entre sí. A partir de estos cimientos, y en función de las órbitas respectivas, se llega a los satélites
que emiten o captan señales digitalizadas: los hay militares, científicos, económicos, meteorológicos o civiles en general.
Estas nuevas tecnologías (informática, audiovisuales, telecomunicaciones, realidad virtual, almacenamiento y distribución de la
información, simulaciones, etc.) son comparables con las industrias clásicas que posibilitaron el crecimiento de las metrópolis:
acero, petró1eo, cemento, vidrio, tendidos eléctricos, automóviles, asfalto, etc. Así como la revolución industrial atrajo fuertes
inversiones públicas y privadas para la creación de las fábricas en las que se producían los materiales que posibilitarón la
emergencia de las grandes metrópolis industriales, así también la construcción de Telépolis está atrayendo todo tipo de recursos
humanos, tecnológicos y financieros.
Las empresas, instituciones y personas que se han adaptado a la estructura reticular de Telépolis son las pioneras de la
construcción de la nueva forma social.
Asistimos a una nueva colonización del planeta, que tiende a organizar las interrelaciones
humanas mediante redes y telas de araña, y no mediante recintos espaciales dotados de interior, frontera y exterior, como ha
sucedido en las ciudades y en los Estados que conocemos.
3. ventajas
Así como las viviendas tienen ventanas y puertas que nos permiten
contemplar el exterior y salir de nuestras casas para actuar en la ciudad,
así también las futuras casas habrán de contar con puertas y ventanas
que les permitan ver y salir a Telépolis. En su formato actual, la televisión es
una ventana a Telépolis. De hecho, nos permite ver el mundo a distancia
y en tiempo real (en directo). En cambio, el ordenador conectado a
Internet puede ser considerados como la puerta que nos permite salir a
Telépolis. Internet es la primera gran calle pública de Telépolis, su calle
mayor, que se ha ido diferenciando de la calle de los militares, de la calle
de los banqueros y de la calle de los científicos, de las cuales procede
históricamente. Por tratarse de una vía de comunicación a distancia que
da cabida a las más variadas formas de interrelación humana, Internet ha
de ser considerada como el germen de la sociedad civil de Telépolis.