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La leyenda de las Termópilas
1. La batalla de las Termópilas
πειθόμενοι νομίμοις for ήμασι πειθόμενοι
Iban Nieto Castillero
iban.nieto@programia.es
2. ξεν’, γγέλλειν Λακεδαιμονίοις τι τδε
κείμεθα, τος κείνων ήμασι πειθόμενοι
“Extranjero, informa a los espartanos, que aquí yacemos obedeciendo a sus preceptos.”
3. La batalla de las Termópilas – Contexto Histórico
Las guerras greco-persas, persas o Guerras Médicas (nombre tradicional
heleno, pues los griegos llamaron quot;medosquot; a persas y medos) tuvieron
lugar, principalmente, entre los años 492 y 449 adC.
Sus fases más agudas duraron once años y fueron las dos invasiones persas
en territorio griego-europeo, entre 490 y 479 adC.
El resultado final fué que la coalición de algunos de los estados griegos,
logró que el Imperio Persa de los Aqueménides perdiese su dominio sobre
las ciudades-estado griegas de la costa occidental de Anatolia.
4. La batalla de las Termópilas
En el 492, los persas sufrieron una derrota naval, propiciada por una
tormenta que destruyó la mayoría de su flota, la primera de las derrotas
que desplazarían la balanza a favor de los griegos.
En el 490, Darío I comanda un nuevo ejército de unos 25.000 hombres,
que pudo desembarcar al Norte del Ática, en la planicie de Maratón.
Atenas había solicitado la ayuda de los hoplitas lacedemonios, que
retrasaron su partida por causas rituales. Diez mil hoplitas atenienses,
mandados por otros tantos estrategos, con el sólo refuerzo de 1.000 aliados
de Platea lograron vencer, dirigidos por Milcíades, a la infantería persa,
cuyo descalabro fué tan sensible que desbarató la operación combinada
por Darío.
La tradición señala que las bajas griegas sumaron 192 hombres frente a
6.400 del contingente imperial. Los hoplitas regresaron a la capital y las
fuerzas del Gran Rey volvieron a sus países.
5. La batalla de las Termópilas
Diez años más tarde, regresó Jerjes, hijo y sucesor de Darío, con un
enorme ejército (de varios millones de hombres, según Heródoto, cifra
desestimable) que avanzó con lentitud y permitió preparar la defensa
griega.
En el 481, la magnitud de la amenaza produjo como efecto una liga
defensiva de varios Estados helenos, cuyas tropas fueron encomendadas al
mando espartano y su flota al ateniense (unos 350 barcos, frente al triple
de la flota imperial).
Los griegos discutieron si la defensa inicial por tierra debía situarse en el
estrecho istmo de Corinto (fácil de defender, pero que abandonaba el Ática
y la Grecia central al enemigo) o en el desfiladero de las Termópilas, como
deseaban los estados más norteños.
6. La batalla de las Termópilas
Se fijó, como primera línea de resistencia, el desfiladero de las
Termópilas, en tanto que la escuadra aliada se establecería en el extremo
de la isla de Eubea, junto a un santuario dedicado a Artemisa.
Más discutida fue la decisión de un mando común; al fin se tomó la
decisión de que el espartano Leónidas defendiera el desfiladero de las
Termópilas, en tanto que el ateniense Temístocles protegería Atenas.
8. La batalla de las Termópilas
“Termópilas” debe su nombre a la existencia unos manantiales de agua
caliente.
En la antigüedad, era un estrecho desfiladero en la zona de Tesalia entre el
monte Otea y el mar, por donde apenas podía pasar un carro de frente que
permitiría adentrarse en la Grecia meridional.
9. La batalla de las Termópilas
Fue ese el camino que Jerjes, el rey persa hijo de Dario I, escogió para
penetrar en tierras helenas y someter a todos los territorios.
Hasta las Termópilas ninguna región había opuesto resistencia. Es más, se
rendían a su paso entregándole tierra y agua en señal de sumisión terrestre
y marítima.
Pero en el desfiladero de las Termópilas iban a encontarse con la disclipina
de las falanges espartanas. Las falanges eran especialistas en el combate
cuerpo a cuerpo, y basaban su fuerza en el empleo de lanzas largas y
espadas mas largas que la mayoría de pueblos antiguos; aparte del empleo
de grandes escudos que les favorecían en el ataque a distancia.
Los espartanos eran un pueblo guerrero, muy disciplinado, que jamás se
rendían en batalla y daban su vida en pos del cumplimiento de las leyes
espartanas.
11. La batalla de las Termópilas
En efecto, 300 espartanos, 700 de Thespies y 400 tebanos, que al fin se
habían alineado en la causa nacional, acordaron mantenerse en las
Termópilas al mando del rey espartano Leónidas.
Los espartanos, junto a estos pequeños grupos de combatientes, habían
tomado la decisión de defender el estrecho paso e impedir el avance de las
tropas. Eran los más capacitados para la lucha, puesto que Atenas había
dedicado todas sus energías a un ejército naval que posteriormente les
daría la victoria en Salamina.
En Termópilas combatió lo mejor del ejército espartano: los 300 Iguales.
Estos eran hombres elegidos por ser los únicos dentro de su rango que
habían tenido hijos varones y que por tanto, su misión en esta vida estaba
ya cumplida.
13. La batalla de las Termópilas
Cuando Jerjes llegó a Termópilas pensó que los griegos se habían retirado,
pero mandó algunos jinetes de reconocimiento que observaron a un grupo
de espartanos que tranquilamente hacían ejercicios gimnásticos mientras
otros se peinaban sus largos cabellos.
Jerjes acampó durante cuatro días y luego decidió combatir, mandó atacar
a los medos pero fueron rechazados; luego mandó a los 10.000 inmortales
pero no pudieron forzar el paso.
Durante dos días, los griegos lograron defenderse bien, ya que poseían
espadas y lanzas más largas; en aquel sitio estrecho los persas no tenían
lugar para desplegarse y les resultaba muy difícil maniobrar.
Jerjes observó desde su trono como sus tropas eran rechazadas una y otra
vez...
14. La batalla de las Termópilas
Ninguno de los hoplitas espartanos sobrevivió.
Su lema era “volver con el escudo o sobre él”, pero nunca regresaron.
Decidieron quedarse a combatir para dar tiempo a Atenas a reorganizar sus
naves en Salamina.
No obstante, desde un principio los espartanos causaron numerosas bajas
al famoso ejército persa de los Inmortales, provocando la cólera de un
irascible Jerjes que tuvo que contemplar desde su trono cómo la falange
espartana de trescientos hombres destrozaban a su desorganizado ejército
de diez mil.
15. La batalla de las Termópilas
Al poco tiempo, un traidor griego llamado Esfialtes, seducido por el oro
persa, condujo a Hidarnes -un señor persa- por un sendero que daba hacia
el otro lado de las Termópilas. Estaban allí los focidios encargados de la
guardia, y de noche Jerjes mandó a Hidarnes con un pequeño
destacamento que tomó desprevenidos a los focidios. Éstos, asustados,
huyeron y Jerjes logró pasar hacia el otro lado.
Al amanecer le advirtieron a Leónidas sobre lo ocurrido. El rey espartano
dijo que era obligación de su pueblo morir en su puesto de batalla. Los
demás griegos huyeron, menos los tespios y los tebanos.
Cuentan que un amigo de Leónidas le dijo en una ocasión: quot;No podrás
combatir a los persas, ellos son tantos que sus flechas obscurecen el cieloquot;.
A lo que el espartano respondió: quot;tanto mejor, lucharemos en la sombraquot;.
16. La batalla de las Termópilas
Al siguiente día, Jerjes atacó de frente como lo venía haciendo siempre y
aunque los griegos ya sabían que podrían ser atacados por detrás, pronto se
dieron cuenta de su inferioridad numérica.
Pero pelearon tan valientemente que Jerjes mandó a Hidarnes atacar por
detrás. Todos los griegos murieron, incluyendo a su rey Leónidas, el cual
cumplió su promesa de defender su posición hasta la muerte.
La batalla de las Termópilas terminó con la muerte de todos los defensores
griegos, pero costó 20.000 víctimas a los persas , entre las cuales estaban
dos hermanos del propio rey Jerjes.
17. La batalla de las Termópilas
Esta batalla fue un auténtico choque entre civilizaciones y la leyenda del
heroísmo y sacrificio de la élite de guerreros espartanos en defensa de la
libertad de su patria fue esencial para definirla identidad de la Grecia
clásica. Sus ecos llegarán hasta nuestros días.
La de las Termópilas fue una de esas batallas que redefinieron el mundo,
forjaron el mito de una civilización y todavía hoy sigue fascinando.
18. La batalla de las Termópilas
En honor de las víctimas se grabó después en el desfiladero una
inscripción que reza: quot;Viajero, anuncia a Esparta que yacemos aquí en
obediencia a sus leyesquot;.