La desamortización fue un proceso llevado a cabo en el siglo XIX en España para vender bienes eclesiásticos y usar el dinero recaudado para mejorar la economía y educación. Se confiscó la mayor parte de las propiedades de la Iglesia Católica, incluidas tierras, conventos y monasterios. Esto condujo a una mayor secularización de la sociedad española y también ayudó a impulsar la industrialización.