El proyecto "The Instant City" propuesto en los años 50 por Jhoana Mayer proponía una serie de infraestructuras itinerantes que llevarían las posibilidades culturales de las grandes ciudades a áreas periféricas, apoyándose en avances tecnológicos, con el objetivo de aportar temporalmente un foco cultural y de ocio a estas áreas y fomentar iniciativas estables, generando una red cultural mundial mediante una ciudad móvil capaz de conectarse a otras.