3. Enfoques metafísicos
La metafísica es una rama de la filosofía que estudia los problemas centrales del pensamiento filosófico: el
ser, el absoluto, Dios, el mundo, el alma. En esa línea, intenta describir las propiedades, fundamentos,
condiciones y causas primeras de la realidad, así como su sentido y finalidad.
Su objeto de estudio es lo inmaterial, de allí su pugna con los positivistas, quienes consideran que sus
fundamentos escapan a la objetividad empírica.
4. Enfoques Psicologicos
Una segunda área de la metaética involucra la base psicológica de nuestros juicios y
conductas morales, en particular la comprensión de lo que nos motiva a ser morales.
Podríamos explorar este tema haciendo la pregunta simple: "¿Por qué ser moral?"
Incluso si soy consciente de los estándares morales básicos, como no matar y no robar,
esto no significa necesariamente que me veré obligado a actuar psicológicamente.
Algunas respuestas a la pregunta "¿Por qué ser moral?" son para evitar el castigo, para
ganar elogios , para alcanzar la felicidad, para ser dignos, o para encajar en la sociedad.
5. El egoísmo y el altruismo.
Un área importante de la psicología moral se refiere al egoísmo inherente de los
humanos.
Esta visión se denomina egoísmo psicológico y sostiene que los intereses orientados hacia
el ego motivan, en última instancia, todas las acciones humanas. Muy relacionado con el
egoísmo psicológico es una visión llamada hedonismo psicológico que es la visión de que
el placer es la fuerza impulsora específica detrás de todas nuestras acciones.
También tenemos una capacidad psicológica inherente para mostrar benevolencia a los
demás. Esta visión se llama altruismo psicológico y sostiene que al menos algunas de
nuestras acciones están motivadas por la benevolencia instintiva.
6. Emoción y razón
Una segunda área de la psicología moral implica una disputa sobre el
papel de la razón en la motivación de las acciones morales. Si, por
ejemplo, hago la declaración "el aborto es moralmente incorrecto",
¿estoy haciendo una evaluación racional o expresando solo mis
sentimientos? Por un lado de la disputa, las evaluaciones morales
involucran nuestras emociones, y no nuestra razón.
7. Podemos acumular todas las razones que queramos, pero eso
solo no constituirá una evaluación moral. Necesitamos una
reacción claramente emocional para hacer un pronunciamiento
moral. La razón podría ser útil para darnos los datos relevantes,
pero, en palabras de Hume, "la razón es, y debería ser, el esclavo
de las pasiones".
8. Aunque los factores emocionales a menudo influyen en
nuestra conducta, argumentó, no obstante, deberíamos
resistirnos a ese tipo de influencia. En cambio, la verdadera
acción moral está motivada solo por la razón cuando está libre
de emociones y deseos. El proceso de razonamiento y
argumentación que tiene lugar cuando se toman decisiones
morales. Todas nuestras elecciones morales están, o al menos
pueden ser, respaldadas por alguna razón o justificación.
9. Si reclamo que está mal robar el auto de alguien, entonces
debería poder justificar mi reclamo con algún tipo de
argumento. Por ejemplo, podría argumentar que robar el auto
de Smith está mal, ya que esto la molestaría y violaría sus
derechos de propiedad. O poner al ladrón en riesgo de ser
atrapado. Entonces, la toma de decisiones morales adecuadas
implica dar las mejores razones para apoyar un curso de acción
frente a otro.
10. Teorías de la virtud
Es una filosofía que desarrolló Aristóteles y otros grandes filósofos griegos.
Tiene que ver con la búsqueda de vivir una vida moral.
Esta perspectiva privilegia el carácter moral de las personas, y dicta que
adquirimos la virtud a través de la práctica. Al practicar la honestidad, valentía,
justicia, generosidad, etc., las personas desarrollan un carácter moral y
honorable. Según Aristóteles, al desarrollar ciertos hábitos virtuosos, las
personas podrán tomar decisiones correctas cuando enfrenten retos éticos.
11. Entonces, la ética de la virtud nos ayuda a
entender lo que significa ser un ser humano
virtuoso. También nos da una guía de vida sin
darnos reglas específicas para resolver los retos
éticos.
12. Teoría del deber
La ética kantiana ha sido conocida generalmente como una ética del
deber. «El deber es», según Kant, «la necesidad de una acción por
respeto a la ley». El conocimiento del deber compete a todos los
hombres, incluso al más vulgar. No hace falta ni ciencia ni filosofía para
saber qué es lo que se debe hacer para ser honrado y bueno y hasta
sabio y virtuoso . Los conceptos morales tienen su asiento en la razón
humana más vulgar tanto como en la más altamente especulativa.
13. Conocer la ley moral y todas las acciones que manda no es, por tanto,
para Kant, un esfuerzo teórico de deducción, sino una cuestión
práctica, cuya dificultad no consiste en el conocimiento mismo, sino en
el esfuerzo moral que lleva consigo. En efecto, no basta saber que unas
determinadas acciones son deberes y otras son contrarias al deber,
sino que ese conocimiento práctico tiene que ser enteramente
racional, sin mezcla alguna de sensibilidad, lo cual lleva consigo una
ascesis individual. Para que las acciones realizadas de acuerdo al deber
sean realmente buenas moralmente, deben ser realizadas por deber, y
no conformes al deber.
14. Kant establece una diferencia entre un hombre de buenas
costumbres y un hombre moralmente bueno. El primero no tiene a
la ley como motivo impulsor único y supremo de sus acciones,
mientras que el segundo la tiene siempre. El primero actúa de
acuerdo a la letra de la ley, mientras que el segundo actúa según su
espíritu, que consiste en que sólo la ley es motivo impulsor
suficiente.
15. Cuando el albedrío es determinado a realizar acciones conformes al deber, son
necesarios unos motivos impulsores distintos a la ley misma, tales como el
apetito de honores, el amor a sí mismo en general, o incluso un instinto
benévolo, como la compasión. Entonces la concordancia de los motivos con la
ley es meramente contingente, porque igualmente podrían esos motivos
empujar a la transgresión de la ley. En este último caso, la máxima según la
cual el valor de la persona debe ser estimado es contraria a la ley, y el hombre
que la asume para realizar sus acciones es malo, aunque realice acciones
buenas
16. Para que las acciones se realicen por deber, el hombre debe pensar sus máximas
como leyes prácticas universales válidas para todo ser racional en general, que
contengan el fundamento de determinación de la voluntad no en la materia de esos
principios, sino en su forma.
Para Kant no hay nada moralmente racional en la naturaleza del hombre. Al
contrario, por una parte el hombre experimenta la naturaleza, esto es las
inclinaciones cuya satisfacción total es la felicidad, como una fuerza
poderosamente contraria a todos los mandamientos del deber; por otra parte, la
razón ordena los preceptos del deber sin prometer nada a las inclinaciones,
severamente, con desatención y desprecio de sus pretensiones impetuosas, que
ningún mandamiento consigue nunca anular.
17. Teoria de la consecuencia
El consecuencialismo es una teoría ética que juzga si algo es bueno tomando
en cuenta sus consecuencias
El consecuencialismo es una teoría ética que juzga si algo es bueno tomando
en cuenta sus consecuencias. Por ejemplo, la mayoría de las personas creen
que mentir está mal, pero si decir una mentira ayudaría a salvar una vida, el
consecuencialismo dice que es lo correcto.
18. Dos ejemplos del consecuencialismo son el utilitarismo y el
hedonismo. Bajo el utilitarismo se juzgan las consecuencias
de las acciones tomando en cuenta el estándar de “hacer el
mayor bien para el mayor número de personas.”
Bajo el hedonismo, por lo contrario, se sostiene que algo es
“bueno” si las consecuencias producen placer o previenen el
dolor.
19. Moralidad masculina y femenina
Una tercera área de la psicología moral se centra en si existe un
enfoque distintivamente femenino de la ética que se base en las
diferencias psicológicas entre hombres y mujeres. Las
discusiones sobre este tema se centran en dos afirmaciones:
1) La moralidad tradicional está centrada en el hombre
2) Existe una perspectiva femenina única del mundo que se
puede convertir en una teoría del valor.