Este documento describe tres tipos de financiamiento a largo plazo: 1) Acciones, que representan una participación de capital en una organización pero diluyen el control; 2) Bonos, que son certificados de deuda que son fáciles de vender pero pueden ser riesgosos; 3) Hipotecas, donde la propiedad queda en manos del prestamista para asegurar el préstamo pero pueden generar obligaciones legales.