Santa Luisa de Marillac nos muestra: Los escollos a evitar
Resurrección eterna
1. XXXII del Tiempo Ordinario
Ciclo C
Domingo 6 de noviembre de 2016
1
Pastoral del Sordo de
Valencia
Parroquia de Santo Tomas
Apóstol y San Felipe Neri
2. DOMINGO 32 TIEMPO ORDINARIO CICLO C
Segundo libro de los
Macabeos 7, 1-14
El rey mandó detener a siete
hermanos con su madre.
El rey mandó azotarlos con látigos
para obligarles a comer carne de
cerdo, prohibida por la ley.
El hermano mayor habló en
nombre de todos:
“¿Qué quieres de nosotros?
Preferimos morir antes que
desobedecer la ley de nuestros
padres”.
El hermano segundo, muriendo,
dijo: “Tu nos arrancas la vida
presente; pero si morimos
obedeciendo la ley, el Rey del
Universo (Dios) nos resucitará para
una vida eterna.
Los verdugos se burlaban del
tercero. Le obligaron a sacar la
lengua. El lo hizo aprisa y, también
entregó sus manos con gran valor.
Y habló con dignidad: “He recibido
de Dios la lengua y las manos. Por
defender las leyes de Dios las
desprecio. El mismo Dios me las
devolverá”.
El rey y los cortesanos se
asombraron del valor de aquel
joven que despreciaba los
tormentos. Cuando este murió
torturaron también al cuarto.
Este hermano decía: “Vale la pena
morir a manos de los hombres
porque yo espero, con seguridad,
que Dios mismo nos resucitará a
todos.
Tú, en cambio, no resucitarás para
la vida.
Segunda Carta de San Pablo a los
Tesalonicenses, 2,16-3,5
Jesucristo nos ha amado totalmente, nos ha
regalado un consuelo permanente y una gran
esperanza.
Yo, Pablo, le pido a Él, nuestro Señor y, también a
Dios Padre que nos de ánimo interior y fuerza para
hacer y decir palabras y obras buenas.
Yo os pido que recéis por nosotros, para que la
Palabra de Dios siga el camino glorioso que empezó
entre vosotros.
Pedid también a Dios que Él nos libre de de las
personas retorcidas y malvadas.
La fe no es de todos.
Dios, que es fiel, os dará fuerzas y os librará del mal.
Nosotros, los evangelizadores, estamos seguros de
que vosotros aceptáis y seguiréis aceptando todo lo
que hemos enseñado.
Pido al Espíritu que Él dirija vuestro corazón para
que améis a Dios y esperéis a Cristo (en su segunda
venida)
3. Evangelio según San Lucas, 20, 27-38
Unos judíos saduceos se acercan a Jesús para preguntarle.
Los saduceos niegan la resurrección.
Ellos le preguntan:
“Maestro, Moisés dejó escrito: “Si a un hombre se le muere su mujer pero no ha tenido hijos,
la viuda debe casarse con su cuñado para tener hijos (considerados como descendencia del
difunto)”.
Había una familia de siete hermanos El primero se casó y murió sin hijos.
El segundo y el tercero se casaron con ella pero tampoco tuvieron hijos.
Así hasta los siete hermanos. Todos murieron sin hijos.
La mujer murió la última.
Preguntamos: ¿Cuándo llegue la resurrección de los muertos, de cual hermano será la
mujer? Porque los siete han estado casados con ella”.
Jesús contesta: “En esta vida, hombres y mujeres se casan; pero las personas juzgadas
dignas de la vida futura y de la resurrección de los muertos no se casarán.
Ya no pueden morir; Son como ángeles; Son hijos de Dios porque participan en la Vida.
En verdad los muertos si resucitan. El mismo Moisés lo dice en el acontecimiento de la zarza
ardiente. Dios dice “Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac, de Jacob”.
No es Dios de muertos, sino de vivos, porque para Él todos están vivos”.
Dios, que es fiel,
os dará fuerzas
y os librará del
mal.
Pido al Espíritu
que Él dirija
vuestro corazón
para que améis
a Dios y esperéis
a Cristo (en su
segunda venida)