2. 0. Origen
Es convocado por el emperador Teodosio del Grande, de acuerdo con el co-emperador
occidental Graciano en el 381 para:
Confirmar la verdadera fe de Nicea.
Responder a las herejías posnicenas.
Nombrar un obispo ortodoxo para la ciudad imperial.
Solo participan obispos orientales.
Los obispos macedonios no lo terminan.
No tenemos las actas, solo cartas y obras históricas que nos hablan de él.
4. 1.1 La cristología “lógos / sárx”
El “Logos divino, según este esquema cristológico, ocuparía en Cristo el lugar de su alma
humana; y por eso la naturaleza humana de Jesús no tendría alma propia.
Hacia la mitad del siglo IV, Apolinar, obispo de Laodicea de Siria, llevó hasta sus últimas
consecuencias esta cristología, hasta el punto de provocar una enérgica reacción del
ambiente antioqueno, que no podía aceptar una humanidad incompleta en Jesucristo.
La condena oficial de Apolinar en el año 381 y en el 382 provocó la destrucción de sus
escritos, se salvaron algunos, por la estratagema de sus discípulos, que los difundieron con
seudónimos.
5. La cristología de Apolinar tiene dos preocupaciones de fondo:
- La afirmación de la verdadera unidad en Cristo.
- La salvaguarda de su absoluta santidad ontológica y moral.
Parece que la cristología de Apolinar ha tenido dos formulaciones sucesivas:
- Dicotómica.
- Tricotómica.
En todo caso, ambas formaciones coinciden en negarle a Cristo el elemento superior del ser humano, que
queda sustituido por el Logos divino.
6. 1.2 La “mía physis” de Cristo
Toda la acción vital de Cristo depende del Logos, que domina completamente su naturaleza
humana, haciéndola intrínsecamente impecable.
En este contexto se comprende mejor el concepto que Apolinar tiene de “physis”, que para
él significa el ser dotado de movimiento propio.
Ha vaciado completamente la obra redentora de Cristo.
“Lo que no ha sido asumido, no ha sido redimido“.
7. 2. Contenido Teológico
El primer añadido cristológico consiste en la cláusula: (se encarnó) del Espíritu Santo y de María virgen.
Tiene una intención antiherética más concreta el añadido: y su reino no tendrá fin.
“Mantenemos intacta la doctrina de la encarnación del Señor; es decir, no aceptamos la asunción de una carne
sin alma, sin inteligencia, imperfecta, sabiendo que el Verbo de Dios, perfecto antes de los siglos, por nuestra
salvación se ha hecho perfecto hombre en los últimos tiempos“. (Carta del sínodo del año 382)
El fundamento teológico de estos pronunciamientos es doble:
- La precisión importante del homooúsios niceno.
- La adquisición terminológica definitiva de la distinción en la Trinidad de tres hipóstasis en la única ousía.
8. 3. Significado
El significado de Constantinopla I
La ”lex credendi” como “lex orandi” y “lex vivendi”
“Se encarnó del Espíritu Santo y de María Virgen”
El “Filioque” en el símbolo occidental
9. 3.1 La ”lex credendi” como “lex orandi” y
“lex vivendi”
El símbolo niceno-Constantinopolitano es lex credendi en perfecta sinergia con la lex orandi de de la iglesia.
La proclamación del símbolo de la liturgia eucarística es un testimonio de que el dogma continúa presente en
la Iglesia y en el mundo como anuncio liberador y trinitario cristológico.
La lex credendi se hace lex orandi y lex vivendi et agendi.
De esta forma el símbolo es una “summa qualitativa“ de la conciencia de la fe eclesial, que propone la fuente
y el centro mismo de la vida cristiana.
10. 3.2 “Se encarnó del Espíritu Santo y de María
Virgen”
Los primeros Padres expresan así una preocupación apologética, y quieren demostrar con ella el mesianismo
y la divinidad de Cristo.
El cardenal Cantalamessa, lo con unas palabras semejantes a estas: la cláusula significa que Cristo ha nacido
en la eternidad de Dios y en el tiempo de María, y que su encarnación es fruto del Espíritu de Dios y de la
Virgen María.
Constantinopla, en su contexto inmediato, tiene importancia sobre todo contra los macedonios, porque
afirma la divinidad del Espíritu Santo.
La referencia al Espíritu Santo significa también una precisión definitiva de la “consubstancialidad“ divina
del Hijo con el Padre.
11. 3.3 El “Filioque” en el símbolo occidental
El filioque, representa la aportación original de la Iglesia y de la teología occidental al
símbolo niceno-constantinopolitano, para una mejor comprensión de la persona del Hijo,
que no es ajena a la procesión del Espíritu Santo.
En el lenguaje oriental, el origen del Espíritu solo del Padre se llama ekpóreusis, este
término, a diferencia del término “proceder“, define solamente la relación de origen del
Padre.
El Oriente expresa la relación eterna del Hijo y del Espíritu Santo en su origen del Padre
por medio de la fórmula: el Espíritu Santo tiene su origen del Padre “por medio o a través
del Hijo“.
12. 4. El Símbolo
Se origina para:
Oponerse a la herejía apolinarista.
Oponerse a la herejía macedoniana (negaba la divinidad
del E.S).
Derroca definitivamente a la herejía arriana en todas sus
fomas.
Se estructura en tres artículos, uno por cada persona de la
Trinidad.
Al compararlo con el de Nicea se advirten algunas omisiones
cristológicas, como “Dios de Dios” y se observan añadidos
cristológicos, como ”su reino no tendrá fin”.
Lo único que varía entre el texto de Constantinopla original y el
que empleamos en la actualidad es el añadido de “filioque”.