Entre 1 y 2 millones de niños en América Latina son víctimas anuales del tráfico de personas, siendo reclutados por la fuerza o el engaño para el turismo sexual, el servicio doméstico o el transporte de drogas, lo que viola sus derechos a la identidad, salud y educación protegidos por la Convención sobre los Derechos del Niño. Los países de la región están realizando congresos para prevenir este problema preocupante.